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Yo, tu demonio por Song_Mikan

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Notas del capitulo:

Se supone que esto era para día de muertos, pero me tarde los años xDD aún así espero que les guste, a mi me gusto ewe.

 

Los amo <3

Lo odiaba, se repetía a si mismo mientras su cabello rubio se desacomodaba gracias a su invertida posición, lo odiaba, odiaba esa increíble calma que el cuerpo del castaño emanaba, odiaba esa sonrisa que se posaba en su rostro en casi todo momento, y desde ahí, colgado de la lámpara del departamento en el que el chico habitaba no había duda de que también detestaba su confinamiento y detestaba aquella alma que debía manchar a cualquier precio…

El nombre de aquel chico era Zhang Yixing, y en realidad, Yixing no era la gran cosa, una minúscula partícula de polvo más en el mundo, su mayor pecado había sido matar una araña, el demonio recordaba como estuvo llorando por 10 minutos y pidiéndole perdón a la araña… eso le pareció de cierta forma tan ridículo que termino por reír a carcajada limpia a causa de la inocencia de aquel chico “Bien, este caerá fácil” se dijo mientras revoloteaba a su alrededor con creciente curiosidad, se dio cuenta que hablo demasiado pronto.

Zhang Yixing era tan insignificante como la monotonía de su vida, monotonía que el pobre y rubio demonio se veía obligado a compartir mientras intentaba que aquella alma cayera en el pecado, en la desesperación y la más cruenta de las locuras y así poder reclamar su espíritu para sus amos, estaba seguro que Belcebú se regocijaría de quitarle a ese Dios al que tanto adoraban los humanos a un alma tan deliciosa, se lo merecía, era un trato, un trato ancestral que ataba a la familia Zhang a pagar un precio por el bien material concedido… y ese precio tenía el nombre de ese chico.

Kris recordaba que cuando se presento de forma amable con su gran príncipe infernal  resguardado bajo la sombra de Belial, que tan amablemente compartió su conocimiento en el engaño, la sodomía, que tan amablemente le reguardo bajo su oscura ala para colocarlo a los servicios del mal, sí, sí, muy buen día… pero aún seguía siendo un demonio de baja categoría y ese era el porqué se encontraba confinado en ese departamento. Zhang Yixing le concedería a los ojos de su maestro algo del respeto que necesitaba para ingresar a alguna de las legiones de demonios… El problema era… ¿CÓMO? En aquel momento deseaba romper toda regla, deseaba tomar por el cuello al chico y retorcerlo hasta que en su último aliento su cabeza se desprendiera de su blanquecino y (oh, por las legiones de Aym, sí) deseable cuello, pero ¡Ah! Vamos de nuevo, reglas, reglas, reglas… ¿Qué clase de demonio se venía necesitado de seguir reglas? Y estas estipulaban que no podía tocarlo, y maldita sea que lo tocaría todas las noches, ahora entendía porque Lilith estaba tan entusiasmada con ese chico, pero si era la lujuria hecha hombre, claro pero todo debe tener un defecto y eso era el alma inocente, pura y a estas alturas, inquebrantable de Yixing.

Esa mañana despertó antes que su víctima, apago la alarma de su celular, lo cobijo como si de una madre cariñosa se tratase y coloco la calefacción a una temperatura tan agradable, todo estaba perfectamente colocado para una tarde en la más deliciosa de las perezas, pero grande fue su decepción al observar cómo, cual reloj, el chico se puso de pie y tallando sus preciosos castaños se encamino hacía el baño, Kris pensaba que esos eran los ojos más hermosos que había visto nunca y también pensaba que quizá con algo de sal estarían perfectos en su plato.

Se colgó de la regadera, al parecer comenzaba a agarrarle gusto a eso de estar suspendido casi de cabeza encima de Yixing, podía ver cada uno de sus músculos delicados y perfectamente formados ser acariciados por la tibia agua y deseo ser aquel liquido y deseo pasar la lengua por su pecho, deseo probar la sangre y la carne de quien tantos problemas le causaba, deseo hacerle llorar bajo su cuerpo mientras rogaba perdón y entregaba sus sentidos a la lujuria, y fue así como comenzó a susurrar a su oído, comenzó a decirle todas aquellas formas en las que poseería su alma una vez que fuera al infierno, comenzó a hacerle caer en el pecado, le susurro cosas horrendas, le susurro cosas despreciables, le susurro actos que pensaba podrían alterar aunque sea un poco la mente del chico, pero nada de aquello funcionaba, absolutamente nada y era él quien cayó de nuevo en la desesperación mientras el chico abandonaba el departamento, grito mientras abría la puerta, grito por su deseo de seguirlo y lo observo con un deseo asesino que seguramente el Rey de los infiernos estaría orgulloso.

Por un segundo, Yixing dio vuelta, observando fijamente aquella esquina en la que Kris se encontraba, al rubio le pareció que sus ojos se encontraron, podía ver el alma, el amor, la pureza en ese chocolate derretido que el chico tenía por ojos, y sintió que lo observaba a él, solo a él… pero eso, estaba seguro era más que imposible, un suspiro ahogado salió de entre los labios del humano y se retiro del lugar.

Y así, aquel demonio de baja categoría volvía a estar solo, aburrido y casi abatido, pasaba los días desordenando el departamento, escondiendo cosas, había desarrollado un gusto bastante infantil por jugar con el perro del muchacho, ya no le ladraba, aunque eso no le agradaba, los ladridos de aquel animal a las 3am eran lo único que alguna vez flanqueo la paciencia de Zhang Yixing.

Justo en aquel momento era aquel humano molesto el que se encontraba metido en la biblioteca de su universidad, en una sección que pocas personas alguna vez pudieron creer posible verlo: Religión.

Observaba con cuidado cada uno de los libros que estaban a su alcance, solo había uno que realmente necesitaba y ahí estaba, frente a él: Un ajado y marchito libro sobre demonología y rituales satánicos, no era que estuviera realmente interesado en convocar algún demonio, pero al parecer su familia si y eso lo llevaba el, pero no tenía planeado pagar los pecados de su linaje, no, todo menos eso. Así que se dedico el día entero en la búsqueda de alguna solución posible, libro tras libro sus esperazas se desvanecía junto con la posibilidad de que quizá su alma estaba enteramente condenada a una eternidad de sufrimiento.

Cerró los ojos con cuidado mientras se recargaba sobre el respaldo de su asiento, su cabeza dolía, su ojos dolían, su cuerpo dolía y su deseo por un futuro prometedor también. Al final decidió hacer un último esfuerzo, el último libro que aquella biblioteca estudiantil tenía, el último lugar al que podía recurrir.

Comenzó con su lectura que se volvía tediosa a medida que avanzaba. A estas alturas sabía convocar demonios, sabía hacer rituales malditos, ofrecer su alma a cambio de riquezas, ofrecer el alma de alguna virgen a cambio de fama, conocía a cada demonio y sus legiones,  pero nada de eso le servía para deshacerse del que a él le atormentaba día y noche… y noche… y noche… y noche.

Comenzaba a desvariar cuando llego al fin a una parte interesante “Demonios de clase baja: Sirvientes atados”.

-Yixing… No es que me guste interrumpir tu… enriquecedora lectura y eso tampoco quiere decir que no me perturba bastante, pero falta muy poco para que la biblioteca cierre… ya casi son las 9.

El nombrado elevo la vista, descubriendo su precioso rostro, y sus ojos agotados, observo por algunos minutos a su mejor amigo, como si su cerebro no fuera capaz de procesar las palabras que salieron de su bonita boca rosa, parpadeo tan lento que el rubio frente a él se pregunto si Yixing realmente estaba bien, hasta que al fin termino por abrir la boca para responder.

-Iré en unos minutos LuHan… tengo que terminar de leer esto.

-Vamos Yixing… en serio comienzo a no solo a preocuparme, también a asustarme… ¡Mira estos títulos! “Demonología I, II III y IV” “La puerta del infierno” “Descubriendo los pecados capitales” “Ritos de muerte” Podría seguir pero en serio me perturba.

-LuHan, en las 11 horas pasadas leí y releí todos y cada uno de los libros que en este momento se encuentran frente a ti, así que he aprendido a volver a un humano tu esclavo ofreciendo tu alma y obteniendo a cambio un par de poderes demoniacos, así que si no quieres pasar lo que resta de tu vida limpiando mi casa, haciendo mis tareas y abriéndote de piernas para mi, te recomiendo que salgas de mi vista y me dejes continuar con mi lectura.

Yixing era alguien calmado, era quizá el ser humano más adorable y sonriente del planeta, era de estos idiotas que le veían el lado bueno a prácticamente cualquier situación que se le presentara sin problemas, era una de las contadas veces que LuHan le había observado de esa forma, con los ojos vidriosos, con la respiración agitada y la mirada perdida, furiosa, desesperada, ahí supo que su amigo realmente estaba metido en un problema de su tamaño.

-¿Qué ocurrió Yixing?

-Si tienes paciencia suficiente y me dejas terminar de leer este libro, prometo contarte todo de camino a casa… además necesito dar una vuelta para despejarme y calmarme antes de llegar…

El rubio asistió con la cabeza y tomo asiento al lado de Yixing, quien se volvió a enfrascar en su dramática lectura, las hojas se perdían entre sus delicados dedos y sus ojos se movían rápido por el libro, una y otra vez, una y otra vez al tiempo que su sonrisa se ensanchaba, cada vez más hasta que su hoyuelo se marco de forma prominente en su mejilla.

-¡Listo! –Anuncio con una risita tierna mientras se ponía de pie, tomando su torre de libros para comenzar a colocarlos, uno por uno hasta que sus manos estaban de nuevo vacías y su esperanza visiblemente renovaba junto con su buen humor. LuHan solamente observaba detenidamente a su amigo, porque si, Yixing era raro hasta el último pelo de su cuerpo, pero ¿satánico? Ese chico era más puro que el color blanco.

-¿Ahora me dirás lo que paso? –Susurro LuHan al tiempo que caminaban fuera de la biblioteca, eran las 9:30 pm y el ligero aire que envolvió el cuerpo de ambos le hizo titiritar.

-Me persigue un demonio…

LuHan observo a Yixing como si le hubiera crecido un cuerno en la frente, okey, esto además de raro era muy, muy perturbador.

-Yi… Yixing… ambos sabemos que no estás precisamente bien, pero creo que deberías hablar con alguien de esto y…

-¡No! LuHan, no… no soy esquizofrénico, no estoy loco… y por favor, no puedo alterarme, él lo siente, es su objetivo.

-Yixing, en serio, estoy oficialmente asustado.

El castaño rodo los ojos molesto, no estaba dispuesto a explicar una situación tan complicada y descabellada como esa, solo dio un beso en la mejilla de su amigo susurro un “nos vemos mañana” y salió caminando calmado y sonriente hasta su departamento.

Kris lo sintió, sintió la llave entrar en la cerradura y enseguida voló hasta la puerta para volverla a asegurar. Así comenzó la guerra nocturna: Yixing abría, Kris cerraba, Yixing abría, Kris cerraba, al final el demonio era el que perdía y dejaba entrar al chico.

-Ahh… tengo que mandar revisar esa cerradura, el seguro se cae cada que abro…

Kris pensó que ninguna eternidad en el infierno sería tortura suficiente como el pasarla al lado de este desesperante chico…

Después de hacer una patética cena de cereal con leche el humano camino hasta su habitación cuando se percato de un desagradable aroma. Su pecera, se acerco a ella y observo a todos sus peces calcinados, por lo que hizo un pequeño y triste puchero.

-Lo siento amiguitos… ¿Puse el calentador a una temperatura muy alta cierto? –Susurro a los cadáveres animales que ahora vertía por el retrete, dejando de lado la pecera, que quizá mañana llevaría a vender.

¿En serio? El demonio sintió su ira crecer con esto, había hervido esos peces con la firme intención de provocar algo en el joven… ningún humano podría ser tan resistente, ninguno.

En medio de su frustración nocturna la pecera exploto, dejando pequeños y afilados pedazos de vidrio en el suelo, sí, era una manera tonta e infantil de actuar, pero estaba tan desesperado a esa altura que no le importaba mucho que se viera como un total novato.

El sol anuncio un nuevo y hermoso día, era incomodo para Yixing, no lo veía, pero podía sentirlo, ojos penetrantes siempre en su espalda o por encima de su cabeza, jugaba a imaginarse su aspecto… ¿Sería animal? ¿Sería un hibrido horrendo? Dejo escapar una risa cantarina y se puso de pie sin mucha preocupación, al menos hasta que el dolor y le alertaron los suficiente para elevar el pie, grave error. El desequilibrio le hizo impactarse contra el suelo y cientos de pequeños pedazos de vidrio se enterraron de forma cruel y dolorosa en su preciosa piel de porcelana.

A Kris le entro hambre, sangre tan pura, tan deliciosa, adornada con esas lagrimas de frustración y de todo el dolor que estaba experimentando.

El humano en cambio comenzó a entrar en pánico, bien conocido era por el su problema de coagulación, sus plaquetas no actuaban como debería y actualmente el charco que comenzaba a formarse bajo su cuerpo aumentaba de tamaño de forma lenta, tan rápido como el dolor y el mareo de lo permitieron tomo su celular, y marco el primero número que apareció.

“Ciervo idiota”

-Lu… lu…

-¿Yixing? ¿Qué hora es esta de llamar? Estaba plácidamente dormido y…

-Ayúdame… por favor… Ayu…

En aquel momento todo sonido fue reemplazado por una voz gruesa, imponente, una voz que no pertenecía a su amigo.

-Vamos… idiota…. alma…. Muere.

Eso seguido de una risa que le hizo erizarse fueron suficientes para sacar al chico de su cama, en pijama, con el cabello aún revuelto y los tenis más viejos que encontró corrió hasta la casa de su amigo, fueron dos cuadras que le parecieron eternas, eternas. Introdujo la llave con desesperación, grande fue su sorpresa al notar que no abría.

Por un tiempo de 15 minutos aquel cruel habitante de los infiernos comenzó a jugar con el humano que veía en plan de rescate.

“Qué tierno” Susurro para sí mismo al tiempo que veía como el otro golpeaba la puerta de forma tal que bien podría romperla, golpe tras golpe el dolor de Yixing aumentaba igual que aquel pequeño charco rojo.

-Vamos Yixing, abre la maldita puerta.

Su grito, su golpe y giro de nuevo la cerradura para observar alrededor, no había nadie extraño, solo su amigo y no supo exactamente qué hacer, podía ver el chocolate derretido que tenia por ojos, no lo miraba a él, miraba directamente una esquina de la habitación, la esquina a espalda de LuHan, es susodicho dio la vuelta, lento, muy lento, esperando encontrar el culpable. No veía nada, pero eso no quitaba el hecho, la sensación de que ahí HABÍA algo.

Yixing quería gritar, quería gritar de dolor y de ira, quería gritar de desesperación, quería volverse loco y lanzarle agua bendita, quería ser capaz de tocarle para cortarle un ala a ese jodido ser. Deseaba verlo sufrir de la misma forma que lo estaba haciendo sufrir a él.

Pero conservo la calma, todo lo que se podía mientras su vida lentamente se escapaba de sus manos entre las heridas que se formaban en su cuerpo con cada movimiento, con cada vidrio.

-Tranquilo, tranquilo, te llevaré a un hospital- Susurro LuHan mientras intentaba ayudarle a ponerse de pie, fue cuando las luces comenzaron a parpadear que Yixing entendió su tremendo error, había metido a su mejor amigo a la boca del lobo, si el moría ese día no estaba dispuesto a que su mejor amigo saliera lastimado.

-Vete de aquí LuHan, vete ahora…

-Si lo sueñes, tengo que… -Su frase no se completo, no gracias a aquel cuadro que exploto justo al lado de ellos, las esquirlas de vidrio volaron a tal velocidad y con tal precisión que se incrustaron él en rostro del castaño, sacándole un desgarrador y doloroso grito, mientras se intentaba arrastrar por el piso lleno de cristal cortado en busca de alivio.

Kris estaba en su límite, no podía más, deseaba matarlo, deseaba que lo odiara, que lo odiara tanto que su alma se corrompiera y así podría reclamarla, sería jodidamente suyo.

Los cajones comenzaron a abrirse, derramando su contenido en el suelo, imposibilitando cada vez más a Yixing para encontrar una forma de escapar, pero el intentaba mantenerse calmado, sabía que este era el día, era hoy o nunca, quizá la primera batalla que libraba contra un demonio, el era poderoso, pero estaba frustrado y eso de notaba en sus acciones, en cada mueble que volcaba, en cada cuadro y florero que rompía, en cada nuevo fragmento que se adhería a su piel son prácticamente ningún motivo.

LuHan en cambio ya había caído presa del miedo, gritaba ante cada movimiento, aferrándose al cuerpo de su amigo, enterrando sin querer más el cristal, en el aire la mezcla de desesperación de desastre, de sangre, el deseo de victoria convertían el aire en una capa nauseabunda apenas capaz de transportar oxigeno.

Con más trabajo del que creyó posible, Yixing se puso trabajosamente de pie, los pies de dolían, su cuerpo y la imagen de daba era igual de perturbadora que los hechos que a su alrededor se desataban, podía imaginarse a ese diablillo corriendo por la casa, causando el desastre más grande que podía observar.

-¡Ah! Realmente…. Tendré que hablar con el casero, sus departamentos están en pésimas condiciones –Su voz salió cansada y apagada, el mareo cada vez era mayor y la sangre en su organismo era menos, pero aún podía dar ese paso, ese último paso. Llego a la puerta en medio de un tambaleante paso y ahí comenzó de nuevo la guerra, abrir, cerrar, abrir, cerrar.

-Ahh… creo que bajare por las escaleras de emergencia… -LuHan observaba horrorizado el hilo de sangre que se quedaba detrás de su compañero, cada paso era tortura y aún así los daba de forma casual, pero Kris no podía permitir eso, Kris no lo permitiría y voló lo más rápido que pudo a cerrar aquella ventana que daba contra la nombrada escalera, el demonio no pensaba, no razonaba, no entendía que en su estado bajar por dichas escaleras eran casi un suicidio para Yixing, por lo que al voltear con su rostro deformado por saborear la victoria noto los pasos rápidos y tambaleantes del humano hacía la puerta.

Un bramido que erizo los vellos y perturbo la mente se escucho por el departamento al tiempo que se lanzaba sobre la puerta, sobre su presa, pero fue tarde. El seguro fue liberado y el humano era libre, en su desesperación Kris observo pero su cuerpo traspasó aquella barrera que era el ahora destrozado departamento del joven, y ahora sus manos se ceñían en el delicado cuello ajeno.

-¡MALDITA SEA, MUERE DE UNA VEZ!

Los ojos se Yixing se abrieron por la sorpresa, aquel estaba lejos de ser un demonio, parecía más un hermoso ángel, rubio, alto, y con una belleza puramente sobrenatural. Y de nuevo comenzó a reír, la contienda había terminado. El humano había sido el vencedor.

-Eres mío…

El grito de Belial resonó, la decepción de Kris se manifestó en el mundo humano mientras el irrompible lazo se formaba entre humano y demonio, un castigo por su impaciencia, un castigo por su impudencia.

El castaño cerró los ojos mientras se desplomaba en el suelo abatido por el dolor.

Abrió los ojos un par de días después en una raquítica camilla de hospital mientras escudillaba a su alrededor, las flores de la mesilla estaban total y completamente muertas, no era difícil adivinar que era lo que les había pasado.

-Hola… -Le susurro al demonio que colgaba del techo, justo sobre su cabeza.

-Te odio…

-Esa no es la forma de hablarle a tu nuevo amo… ¿cierto? ¿Cuál es tu nombre?

-Kris.

-Kris… mucho gusto, creo que ya sabes quién soy.

-Asqueroso humano.

-Yixing, te referirás a mí como Yixing y no hablaras a menos que yo desee que lo hagas. ¿Entendiste?

-Si

-¿Sí, Qué?

-Sí… entendí Yixing.

-Perfecto, pensé que serías un ser horrendo.

-¿No lo soy acaso?

-Sí, eres un asco, pero eres muy apuesto.

-Aún así logre mi objetivo.

-¿Cuál? ¿Llevarte mi alma?

-Convivirás conmigo hasta el último de tus días, ¿Crees que te permitirán la entrada al… al… agg a ese lugar?

-Bueno, pero hay una diferencia.

-¿Cual?

-Qué tú estarás allá abajo conmigo.

-¿Escucho un deje de lujuria en tu voz?

-¿Qué acaso no puedo desear a mi sirviente?

-¿Deberías hacerlo?

-Cállate y baja de ahí.

El demonio se poso sobre el cuerpo del chico, dejando que sus ojos se encontraran en un espacio que era solo de ambos, en un lazo que iba más allá de lo normal y terrenal. Se pertenecían en formas que poco podrían entenderse y sería así hasta el final de los días, el chico poso la mirada sobre los labios del ser infernal, eran gruesos y se veían tan deliciosos que Kris sonrió de puro orgullo.

-¿Ahora si estás dispuesto a pecar?

-Siempre lo estuve Kris… siempre.

-¿Entonces por qué nunca lograste caer?

-Porqué ahora tengo la motivación necesaria para faltar a los mandamientos divinos.

Y sus labios se unieron por primera vez, sellando así su destino y su alma a una eternidad en el fuego, pudo sentir a los ángeles llorar tan hermosa pérdida, pudo ver al infierno regocijarse de haber cumplido al final su objetivo, pero sobre todo, pudo sentir el deseo crecer en aquel demonio de baja categoría.

-Hiciste todo esto para terminar aún así en las llamas del sufrimiento eterno- Hablo Kris mientras revoloteaba alrededor de su amo, quien caminaba tranquilo de regreso de la universidad

-No juzgues a nadie antes de conocerlo bien Kris –Susurro Yixing mientras aceleraba el paso- ¿Crees que Belial solo enseña a los demonios? De vez en cuando un humano más que moldear le sirve, nunca sobraran almas… –Sus mirada se encontraron de nuevo y entonces Kris lo observo por primera vez, aquella aura engañosa y pervertida, aquella que todo este tiempo que mantuvo oculta, el Yixing corrompido por la misma maldad que a él lo había forjado, y no pudo evitar desearlo tanto que apenas cruzaron la puerta del departamento se tiro encima de su perfecto cuerpo, besándolo con tanto deseo que el castaño se sentía morir de placer solo con eso.

-Eres un maldito embustero Zhang Yixing.

-Gracias Kris.

-Sera un placer servirte también en el infierno.

Notas finales:

Gracias por su tiempo, espero les gustará.

 

Cualquier comentario, rev o una mención en twitter: @Fool9thstreet  siempre serán bien recibidos. 

 

Y mi blog, ahí subo considerablemente antes que aquí...

http://fool9thstreet.wordpress.com/

 

¡Bye nyappy!


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