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Stockholm Syndrome por Song_Mikan

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Notas del fanfic:

Este es un fanfic que subi hace... más de un año, pero lo borré por... pendeja y ahora lo traigo de nuevo para quien no lo hubiera leído o simplemente para quien quiera recordarlo, además el BaekRen del mundo escasea (?)

 

En fin.

 

Enjoy.

 

*El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado.

Sintió sus manos cernirse de forma dolorosa sobre sus muñecas, las cual  mantenía atadas con firmeza a la cabecera de la cama, sus ojitos se inundaron de nuevo de lagrimas y aquel terrible miedo que llevaba ya casi dos horas sintiendo en se apodero por completo de él, quiso gritar, quiso pedir ayuda, pero no, la mordaza que poco a poco se humedecía con saliva y lagrimas cubría perfectamente su boca, dejando así que solo guturales sonidos se apoderaran del ambiente.

¿Por qué soy tan débil? Se recriminaba solo,

¿Por qué no puedo decir que no?

Y es que aquel joven, rubio y hermoso, estaba siendo víctima de su propia ingenuidad, pues cuando le abrió la puerta a aquel alto, musculoso y apuesto joven que con una mirada de suplica le pedía un vaso de agua, no dudo en permitirle el paso y servirle un gran vaso de leche que con gusto el otro bebió, le conto que se llamaba BaekHo, que tenía 16 años, que se había escapado de casa y que nunca volvería.

Ren, el nombre de aquel bonito y delicado rubio, entendía un poco a aquel chico, llevaba casi un año viviendo solo, escapando de su casa, dejando todo detrás, había conseguido ese pequeño y modesto departamentito por una renta que fácilmente pagaba con su sueldo de mesero.

Pero solo fue necesaria una distracción, un volteo de su cabeza, para que los fuertes brazos del otro atraparan su cintura y cubrieran su boca, se sacudió en un intento de buscar escapar, mas cuando un reluciente cuchillo fue colocado contra su garganta detuvo todo movimiento, suspirando agitado, asustado, con los ojitos marrones llenos de lágrimas.

-          Choi Minki… eres mucho más hermoso de cerca- Su verdadero nombre en los labios de aquel joven le provoco un escalofrió y su vez una nueva sacudida involuntaria, causando un corte apenas superficial en su garganta. – Mira lo que has hecho… hay que limpiar esto cariño.

Su lengua recorrer su cuello y limpiar los pequeños rastros de sangre de este cuello lo asustaron aun mas, pero, cuando BaekHo lo tomo de forma brusca, llevándolo hasta su propia habitación la cual cerro con seguro, cuando el afilado cuchillo rasgo su playera rosada de algodón partiéndola en dos, siendo una usada como mordaza mientras la otra cumplía su labor de mantenerlo atado a la cama, supo que iba en serio y que si saldría vivo de aquí, las cosas iguales no podrían volver a ser.

-          ¿Sabes pequeño? Estarte viendo, visitar todos los días tu restaurante, mientras tú me ignorabas, dejo de ser divertido… - abrió bastante los ojos, claro, aquel tipo que siempre se sentaba en la esquina y por horas y horas, que solo pedía un pay de limón y una café, que casi siempre dejaba intactos, pero dejaba propinas dignas de un restaurante gran turismo- Ahora me recuerdas ¿No es así? Y es que, verte ya no era suficiente… necesitaba tenerte, necesitaba tocarte…

Acto seguido pellizco con tanta fuerza los pezones del rubio que lo hizo llorar solo de dolor, movía desesperado sus piernas, rogaba con la mirada, “por favor, no te hecho nada, déjame” si pudiera hablar eso diría… pero de momento solo podía esperar que se compadeciera de él.

-          Vamos… ven pequeño, se que te gustara, desde hoy pasaremos mucho tiempo juntos… Ahora se buen niño… y si me muerdes… o lastimas, tu bello cuello derramara rojo ¿Sabes de lo que hablo verdad?

Así dio por concluida la “charla” que era completamente unilateral por supuesto, pues bajo la mordaza y atrapo sus labios en un beso brusco, mordiéndolos, lamiéndolos, introduciendo la lengua en su boca, mientras sonreía al escuchar los sollozos y el sabor salado que daban sus lagrimas a aquel beso al encontrarse en sus labios y entrar en su boca, si, todo de ese niño le excitaba e iba a tomarlo, luego se preocuparía por cosas incidentales, como el crimen que estaba cometiendo.

Cuando sintió que el Ren ya no podía seguir su ritmo se separo de sus labios, mientras el rubio daba grandes bocanadas de aire, pero no le dio mucha prorroga, pues coloco la mordaza y de forma feroz aprisiono sus pezones entre los labios, mordiéndoles con fiereza, no satisfecho hasta que uno hubiera comenzado a sangrar, por lo que siguió bajando por su vientre, mordiendo, succionando, dejando sus dientes tan profundamente marcados en aquella nívea piel, el recordatorio eterno de aquella noche.

Mas rápido de lo que el menor considero posible de deshizo de la ropa que aun tenia encima, sus mejillas se tiñeron de rojo y intento cubrirse, mas el otro no se lo permitió, le abrió las piernas con fuerza, haciéndole gritar, grito que la tela en su boca ahogo, con detenimiento, observo aquella zona, pero lo que le atrajo, fue aquel rosado y pequeño ano, ¿Seria virgen? Alguien así de hermoso no se queda puro por mucho… como fuera, lo comprobaría eso el día de hoy, en un acto de autocontrol evito penetrarlo apenas lo tuvo desnudo, por lo que, lentamente, como avisándole lo que se avecinaba, comenzó a desvestirse, mientras admiraba al otro.

Con las piernas abiertas, con el cuerpo lleno de mordidas, llorando, aquellos sollozos que a sus oídos eran gemidos, tan hermoso, tan perfecto, todo eso sería suyo, pero había algo que le molestaba… la mordaza, la mordaza que no dejaba admirar los labios del rubio, por lo que se la quito, este automáticamente abrió la boca para hablar, no recibiendo más que un “Shhhh” Asustado, obedeció, quería salir de ahí, quería salir de ahí… pero con vida.

Mas, BaekHo recogió su pantalón del suelo, sacando una mascada de satín negra, para su horror, aquella mascada termino en sus ojos, impidiéndole ver cualquier cosa, sacándolo más de quicio, por lo que por institor y temor comenzó a gritar, gritar por ayuda, grito que fue acallado por un beso, mientras sin consideración o preparación alguna, el mayor de introdujo en su hasta ese día virgen entrada, una sola estocada, tan fuerte como dolorosa, que lo hizo arquear de forma casi imposible su espalda, mientras, sus lagrimas, que en ese momento ya eran tantas, que incluso se derramaban atreves de la tela.

-          ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR PARA! ¡POR FAVOR, DUELE, ME DUELE, DUELE DEMACIADO!

 

-          Ese… es el punto cariño… quizá te termine gustando.

 

Sin darle tiempo de responder, desamarro sus manos, y lo coloco boca abajo sobre la cama, haciéndolo elevar mucho la cadera, colocándose encima del de nuevo, mientras sin consideración volvió a penetrarlo, embestidas fuertes, deleitándose con los pequeños hilos de sangre que salían de su entrada, mientras otra mano aplastaba su rostro contra el colchón, arañando, aquella suave piel de sus mejillas, entre mas suplicas salían de aquella pequeña boca el otro con más fuerza lo embestía, logrando que aquellas sabanas que antes eran blancas tomaran un color rojizo gracias a las pequeñas gotitas de sangre que el menor derramaba.

No supo cuanto tiempo estuvo así, incluso sus gritos se habían vuelto débiles susurros, hasta que sintió al mayor salir de su interior, y su mano abandono su rostro, permitiéndole respirar de manera normal, mas cuando sintió algo caliente recorrer su espalda volvió a gritar, era cera, cera caliente, cera que se aferraba a su piel de manera dolorosa, que después era arrancada, llevándose los casi imperceptibles vellos de su espalda y también la sensible piel de una que otra zona, eso fue suficiente para que aquellos alaridos de suplica y piedad volvieran a su garganta, volvió a ser desatado y fue obligado a hincarse, apenas logro procesar lo que pasaba, el aun duro pene de BaekHo se introdujo en su boca, aferrándose a su cabello rubio, jalándolo con tanta fuerza que se llevo un par de mechones entre manos, movía su cadera contra la boca del Ren, hasta que descargo su semen ahí, mas aun aferrando a su cabeza, el rubio se vio en la penosa situación de tragarse aquel blanquecino liquido que escurría por las comisuras de sus labios, o ahogarse con el mismo, por lo que termino eligiendo la segunda opción, asqueándose por la mezcla de sabores, el salado de el semen, el sabor a oxido de la sangre, e incluso quizá también de heces fecales, pero en ese momento no quería pensar en eso.

Cuando su boca de vio libre de aquel trozo de carne se tiro de lado en la cama, sin ser capaz de calmar sus sollozos, hasta que cayó dormido, si lo iba a matar que lo hiciera, no le importaba.

Pero no, despertó limpio, bañado, perfumado e incluso curado, sus sentidos se pusieron alertas cuando un delicioso aroma inundo la habitación, intento salir, mas, se encontró que se encontraba encerrado, preso en su propia casa.

Cuando la puerta se abrió dejo ver a el que la noche anterior había arruinado su vida, con una sonrisa y un plato de comida en las manos…

-          Te lo dije ¿No es así? Pasaremos mucho tiempo juntos a partir de hoy…

Eso tenía que ser una pesadilla…

Notas finales:

¡Gracias por leer!

 

Cualquier comentario, rev o una mención en twitter: @Fool9thstreet  siempre serán bien recibidos. 

 

Y mi blog, ahí subo considerablemente antes que aquí...

http://fool9thstreet.wordpress.com/

 

¡Bye nyappy!


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