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Stockholm Syndrome por Song_Mikan

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El agua que caía sobre su magullado cuerpo le daba una extraña sensación de alivio, aun cuando aquel hombre que en apenas un par de días había aprendido a odiar con el alama estaba fuera esperándolo, soltó un suspiro cansado y se recostó sobre la tina, apoyando su nuca contra el filo de la bañera ¿si de dejaba caer con fuerza suficiente podría partirse el cuello? Sonrió burlándose de sí mismo ¿con la suerte que estaba teniendo en estos últimos días? ¡Claro que no! Cerró los ojos, evitando pensar, pero no lo logro, lo único que podía tener en su mente, su tacto... el de el musculoso chico que estaba afuera, en los últimos 3 meses que había estado encerrado en su casa aquel hombre no había hecho nada mas aparte de abusar de su cuerpo al punto de quiebre, pero justo cuando creía que lo terminaría por matar todo cambiaba, su tacto se volvía suave, sus besos cariñosos y sus abrazos tan cálidos.

Se estremeció por pensar siquiera en un segundo que algo lindo podría salir de BaekHo, hasta su nombre le asqueaba, en un acto de coraje se puso de pie, y el shampoo termino impactado contra el espejo del baño, rompiéndolo en mil pedazos y así se observo en el, con las lagrimas cayendo por su cuerpo, su imagen rota y distorsionada que le proporcionaba en espejo, le parecía un vivido reflejo de su alma, aun mas lastimada que su cuerpo, sus sentimientos, mas destrozados que sus sueños y así como su vida misma

¿Hice algo mal?

Susurraba para sí mismo, mirando el techo del baño, imaginándose en cielo, ese cielo azul y hermoso que llevaba ya dos semanas sin ver, nunca había sido muy religioso, pero en ese momento se lo quería preguntar, en ese momento necesitaba saberlo… y así elevando la voz y con miedo de ser escuchado, formulo su pregunta.

-          ¿hice algo muy malo en mi vida pasada… verdad señor?

No, no recibió respuesta alguna, así que con cuidado, salió del baño, aun chorreando agua, BaekHo se encontraba sobre la cama, viendo caricaturas como si de un niño pequeño se tratara, Ren hiso una mueca de desprecio, ¿Cómo podía alguien así, con ese rostro gentil y esa sonrisa encantadora ser alguien tan monstruoso? Se tiro a su lado, mojando las almohadas con su cabello, pero no le importaba, y sintió sus ojos de nuevo lagrimear cuando un par de manos rodearon su fina y desnuda cintura, BaekHo lo pego a su cuerpo y comenzó a besarle el cuello.

-          ¿tienes una idea de lo sexy que te ves?

No respondió, desde hacia al menos tres días que para lo único que abría la boca había sido para gritar, gemir o sollozar

-          Eres mío Minki, eres totalmente mío…

Lo sabía, claro que lo sabía, no había necesidad que se lo recordara, todo acto en aquel toxico ser se lo recordaban, los bruscos besos robados cuando el otro quería, el descarado manoseo cuando pasaba caminando, el hecho de que BaekHo eligiera su ropa del día a día, más que suyo, estaba totalmente a su merced, ahora se arrepentía de no haber gritado en un principio, ahora se arrepentía de que ese cuchillo no se hubiera hundido brutalmente en su garganta, porque la tortura ejercida en su cuerpo en su cuerpo y en su alma lo empezaban a llevar al borde de su propia salud mental.

-          Ren… te deseo…

“Como todos los días…” –pensaba el menor

-          Quiero que implores por más…

“Nunca te he implorado nada mas aparte de piedad”

-          Deseo que me ames al punto que yo te amo a ti.

“Cállate, cállate bastardo enfermo, tú no sabes lo que es el amor, tú no sabes amar”

Las fuertes mordidas que comenzaron a llenar su cuello le hicieron quejarse en voz bajita, doloroso, era lo único que pensaba, aun después de un mes nunca se acostumbraría a eso, nunca, no lo haría, era demasiado.

-          Algún día, me corresponderás cariño… y podrás entender todo lo que hago por ti

BaekHo seguía hablando contra su piel, mientras se iba desasiendo de su propia ropa, Ren, cual muñeca de trapo, no se movía solo de dejaba hacer por aquellas fuertes manos que ahora recorrían con gula su vientre.

-          Extraño tu voz… Desearía escucharla

“No hare todo lo que desees, tomas mi cuerpo a tu antojo, mi silencio es lo único que aun es realmente mío”

-          También extraño tu sonrisa, te ves tan hermoso cuando sonríes, me dan ganas de comerte a besos

“Tú la mataste, tu mataste esa sonrisa”

Sus ojos terminaron por ser ocultados de nuevo, cada vez que eso pasaba lo asustaba, lo asustaba mucho, porque no sabía la clase de perversidades que BaekHo hubiera planeado ese día y eso lo aterraba, lo aterraba al punto que las lagrimas que se prometía a no mostrar terminaban derramándose atreves de la tela que cubría sus ojos y esta vez no era la excepción, cuando sintió el cuerpo de BaekHo desnudo encima y el miembro del otro frotándose tan intensamente contra el suyo, cerro de nuevo con fuerza los ojos, suspiro y se preparo mentalmente para el intenso dolor que seguramente ahora se avecinaría, pero no… nada de eso ocurrió.

BaekHo lo beso, lo beso de una forma tan deliciosa, que automáticamente le hizo comenzar a excitarse, los labios del mayor danzaban con suavidad sobre los suyos, como si los conociera de hace milenios, por lo que cuando su lengua se interno en su boca no hubo protestas, ni una sola, esta vez, extrañamente no se retorció o mordió su lengua, no, esta vez la dejo recorrer su boca, lo dejo conocerlo, sus manos lo tocaban con tal maestría y en puntos tan específicos que comenzó a respirar bastante agitado, sin darse cuenta sus lagrimas se habían detenido.

-          Así que esto es lo que se necesita contigo cariño.

“¿Necesitar qué?”

-          Solo tengo que tocarte un poco para que cooperes, debo decirte, que no es mi estilo, pero quiero escucharte de nuevo, extraño tu voz como no tienes idea, así que hoy, concentrémonos en tu placer.

¿Aquel tipo estaba loco acaso? ¿Realmente lo creía tan estúpido y tan débil como para aceptar esas repugnantes caricias? Oh, hablo muy pronto, lo supo cuando quedo boca abajo en la cama y BaekHo comenzó a pasar sus labios por su espalda, mientras con fuerza masajeaba su trasero, abriéndolo, cerrándolo, haciendo que un travieso dedo rozara contra la entrada del menor, moviéndose sobre su cadera, haciendo que por ende, el cuerpo del otro también se moviera, creando una fricción entre la sabana y su miembro.

-          Ahhh…. – Se llevo una mano a la boca y se la mordió con tanta fuerza que se saco sangre ¿Había gemido? ¿Le estaba gustando? De nuevo las lagrimas, las lagrimas de culpa, las lagrimas de sentirse decepcionado de sí mismo, tanto había estado peleando contra él y contra esto, como para ahora entregarse en bandeja de plata, no, no lo permitiría y si él quería escuchar su voz, pues entonces lo haría… pero no escucharía ni un gemido - ¡NO ME TOQUES!

El rubio lo empujo con fuerza, que por la falta de comida y el abuso contante, no era mucho, por lo que BaekHo apenas y reboto en la cama mientras Ren se ponía de pie y con fuerza jalaba el picaporte que lo mantenía encerrado.

-          ¡AYUDA! – Sabia que nadie lo ayudaría, aunque lo oyeran, nadie querría meterse y poner su vida en peligro por un mugroso mesero, un tonto chico que en busca de libertad se lanzo a las fauces de la calle sin conocer las consecuencias, fue entonces, como por arte de magia, dios le hubiera contestado, esto era su culpa, si, su culpa, BaekHo no tenía la culpa de desearlo, la culpa era de el por teñirse el cabello, BaekHo no tenía la culpa de las violaciones, era el por no ser más fuerte, BaekHo no tenía la culpa de nada… no, la culpa era de él, si se hubiera quedado con sus padres, si hubiera escuchado una sola vez… nada de esto estaría pasando ¿Por qué odiarlo? ¿Por qué molestarse en resistirse e intentar hacerle daño?

 

-          Nadie te ayudara Minki – los brazos del mayor rodearon su cuerpo con fuerza, pegando el cuerpo de Ren contra la puerta.

 

-          Lo sé…

 

-          Entonces no lo hagas de nuevo… esto merece un castigo, debes respetarme Ren

 

-          Lo sé…

 

-          Eres mío, eres totalmente mío… - llevo ambas manos a sus glúteos, dándole una fuerte palmada, haciendo que un ligero quejido escapara de los labios del otro – Hoy, que planeaba ser tierno y gentil contigo, pero ¿sabes? Quiero que veas mi compasión y a pesar de que te portarte algo mas, solo unas cuantas palmas arreglaran eso –

 

Una nueva palmada en su trasero y el miembro de BaekHo se comenzó a restregar contra él, mientras una de sus manos aprisionaba su miembro, masturbándolo, haciéndolo estremecerse, nunca, nunca en la vida se había tocado a sí mismo, por primera vez, comenzaba a sentir placer y eso lo asusto, lo asusto mucho, no era culpa de BaekHo, pero aun así no podía evitar odiarlo, aunque una parte de él, comenzaba a decirle otras cosas

“En toda tu vida, el es el único que te ha tocado de esa forma” Le decía una voz en su cabeza, una voz que intentaba ignorar mientras las manos de BaekHo recorrían su cuerpo, llenándolo de besos y caricias, mientras los gemidos que intentaba contener salían de su boca.

“Sus manos recorrer tu cuerpo ¿No te gusta? Saber que alguien te desea al punto de cometer locuras por ti”

Una locura, una crimen total, violación, tortura prolongada, secuestro, allanamiento de morada, BaekHo bien podría ir a la cárcel lo que restaba de su vida si alguien descubría todo eso, si, la mente del rubio maquinaba un plan para entregarlo, plan que se vino abajo cuando sin notarlo la lengua de aquel chico se abría paso por su ano.

“¿Y privarte de todas estas sensaciones Minki? ¿Meterías a la cárcel a este hombre que durante cinco meses enteros te ha cuidado? Tu cuerpo es solo una paga por su servicio Ren”

Un dedo se adentro en su esfínter, un dedo que con un movimiento circular fue dilatando su entrada para que otro dedo pudiera acompañarlo en esa travesía, BaekHo sonreía, porque podía ver el debate interno que Ren estaba teniendo, podía ver por su rostro pasar del placer al odio, del odio a la felicidad y de la felicidad a la repugnancia, podía ver sus lagrimas en sus mejillas, las mejillas sonrojadas, podía ver como su poca se abría para que los gemidos que eran música para sus oídos llenaran la habitación, todo eso en menos de un minuto.

“Sabes que digo la verdad Ren, acepta tu culpa y pídele perdón, ofrécele lo único que realmente tienes”

Un tercer dedo y las cosas comenzaron a ponerse realmente serias, pues se sorprendió a si mismo moviendo la cadera, quería contacto, quería que lo siguiera tocando, quería… quería algo mas grande, mucho más grande que esos dedos.

“Dale más que tu cuerpo Ren…”

Aquel grueso miembro adentrándose tan lentamente en sus entrañas, le provocaba una muy extraña sensación, un alivio, un alivio enfermo, se sentirse lleno, de sentirse que alguien se preocupaba por él, que alguien al menos, estaba consciente de su existencia

“Deja que todo BaekHo llene hasta la última parte de ti”

Y las embestidas comenzaron primero calmadas y suaves, mientras aquellas manos lo abrazaban por la cintura, la penetración de pie era algo extraña, pero era de lo más placentera, apoyo la cabeza contra el hombro del otro en lo que el rimo comenzaba a aumentar poco a poco, hasta que tomo un ritmo que le parecía poco posible, sentirlo adentrarse de esa manera en el…  y se mordió el labio, con una fuerza que lo distrajo apenas un cuarto de segundo, como si eso le permitiera alejarse de todas esas sensaciones que, su cuerpo reaccionaba ante esas caricias, y el mismo se sentía enfermo cuando aquellos golpes sobre sus piernas y su trasero que BaekHo le estaba proporcionando.

“Entrégate a el masoquismo el momento”

No era necesario que aquella molesta voz se lo dijera, porque el ya había perdido la razón de todo, porque se descubrió a si mismo gimiendo como nunca se creyó capaz, pidiendo por mas, mientras el mismo se masturbaba, BaekHo, con una sonrisa en el rostro de dedico a cumplir sus peticiones, mas, mas rápido, más fuerte, más adentro… lo tenía y lo sabía.

No supo en qué momento, pero termino por correrse en su propia mano, mientras que, como era su costumbre, BaekHo terminaba dentro del y por primera vez eso no le repudio, por primera vez no salió corriendo al baño, porque haciendo un pequeño paréntesis, el siempre se lavaba, con una manguera introducía agua en su esfínter, obligando a su cuerpo a desechar el semen del otro, pero esta vez la idea le parecía imposible, porque aquello le había gustado y mucho.

“Míralo a los ojos, ¿No es atractivo? Alégrate de que tu primera vez haya sido con él, a alguien de tu clase nadie le hubiera hecho caso”

Cuando el otro salió de su interior se dio la vuelta y vio aquellos ojos marrones… lo odiaba, cada parte de él lo odiaba de forma que no era capaz siquiera de describirlo… pero no quería alejarse, quería que aquel chico siguiera ahí, con él, no quería estar solo, no lo quería perder.

-          Te odio… ¿Lo sabes cierto? – pregunto el rubio, mientras, ya en la comodidad de su cama el otro acariciaba su vientre y su pecho, repartiendo besos por toda su nuca que hacían a Minki reír bajito.

 

-          Si, lo sé, pero yo a ti te amo

 

-          No sabes lo que es el amor.

 

-          No me importa, tú eres lo más cercano que podría tener a eso.

 

-          Deseare tu muerte y rezare por tu sufrimiento cada día, de lo que resta de mi vida… pero…

 

-          ¿Pero?

 

-          Pero quiero verte sufrir y quiero verte morir… así que no te atrevas a irte de mi lado maldito bastardo.

 

El mayor soltó una carcajada mientras el rubio cabello del otro se perdía entre las sabanas y los musculosos brazos de BaekHo.

¿Entonces aceptas tu realidad Ren? –Cállate maldita, tu solo eres un producto de mi imaginación –El producto de tu imaginación con el que estás hablando cabe decir - ¿Estoy enfermo por aceptar esto acaso? –Sí, lo estas… y se llama Síndrome de Estocolmo”

 

Notas finales:

Eso es to... Eso es to... Eso es to... Eso es todo amigos.

y de nuevo un gracias por leer. 

 

Cualquier comentario, rev o una mención en twitter: @Fool9thstreet  siempre serán bien recibidos. 

 

Y mi blog, ahí subo considerablemente antes que aquí...

http://fool9thstreet.wordpress.com/

 

¡Bye nyappy!


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