Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estoy Contigo por Mizuki Nozomi

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola!! termine el fic!! 

Bueno, les pido disculpas por tardar mas de lo que prometi xD(GOMEN!!!)

Bueno, sin mas, les dejo el ultimo cap!! Espero les guste!!

ESTOY CONTIGO

CAPÍTULO 2

-o-o-o--o-o-o-o-o-o POV SEBASTIAN-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Una vez que llegue, gire la perilla para entrar pero la puerta no cedió, estaba cerrada desde adentro. Considere la idea de ir rápido por las llaves pero un nuevo grito de parte de mi amo hizo que mi cuerpo actuara por sí solo, me abalance contra la puerta y esta de inmediato se abrió. No me importo el ruido que hizo al romperse ya que en la mansión solo me encontraba yo y mi amo, pues este había mandado a Bard, Finnian, Maylene y Tanaka a Londres hoy en la mañana para que se encargaran de un asunto en el puerto. Cuando le pregunte por qué no me había mandado a mí su respuesta fue que necesitaba un ligero descansó de esos tres y como Tanaka iba con ellos no habría problema alguno en cuanto al encargo. Por tratarse de ellos estime que estarían de regreso mañana en la noche.

Una vez dentro de la habitación me quede quieto unos segundos, analizando la situación. El cuarto estaba en completa obscuridad pues las cortinas se encontraban hábilmente cerradas de modo que no dejaban entrar ningún tipo de luz del exterior, pero para mí no era problema, todo lo veía claramente. Hice un recorrido visual buscando algún peligro pero no vi, escuche o sentí la presencia de nada o nadie. En la habitación solo se escuchaba la respiración agitada de mi joven amo.   

Más tranquilo por saber que mi bocchan se encontraba a salvo me acerque a su cama. De la cómoda que estaba al lado de esta  saque un candelabro y lo encendí  manteniéndolo en mi mano izquierda.

-No quiero…basta!- sollozo con la voz ahogada mí pequeño. Su cuerpo temblaba bajo las cobijas.

Mi mano libre viajo hacia las orilla de estas y rápidamente las retire, dejándolo al descubierto. Casi puedo decir que quede con la boca abierta al ver el estado en el que estaba.

Mi orgulloso conde se encontraba hecho un ovillo, sus piernas encogidas a la altura de su pecho, sus manos abrazando las mismas, mientras que sus uñas se clavaban sobre sus propios brazos. Pero eso no fue lo que más me sorprendió, fue su rostro, su infantil rostro se encontraba retorcido en una mueca de dolor y miedo, mantenía los ojos fuertemente cerrados, su ceño estaba fruncido, sus labios entreabiertos, dejando ver sus  apretados dientes, y su frente estaba perlada de sudor. Sin duda estaba teniendo una horrible pesadilla.

-Déjenme…¡no!...¡suéltenme!-grito entre sueños sacándome de mis cavilaciones-¡por…favor!

Sin poder soportar más verlo en ese estado, me acerque más a él, dispuesto a despertarlo

-Bocchan, ¡despierte!-dije casi gritando. La única respuesta que recibí fue un gemido lleno de dolor

-¡Bocchan!, ¡despierte!- repetí esta vez más alto. Mi amo continuo en esa misma posición, solo que sus uñas se clavaron más fuertemente en sus brazos. Sentí un vuelco en mi pecho al ver como su camisón se tiño de rojo en esa área. Se estaba haciendo daño.

Desesperado deje el candelabro sobre la cómoda y enseguida lleve ambas manos a los hombros de mi conde para sacudirlo. Pero en cuanto hicieron contacto con su cuerpo sus ojos se abrieron de golpe, emitió un chillido y se alejó de mí con movimientos frenéticos hasta que su espalda choco contra la cabecera.

Sus ojos azules estaban abiertos como platos, sin ver nada en realidad, y sin dejar de derramar lágrimas. Su cuerpo temblaba sin control y su respiración seguía siendo agitada

-Bocchan-susurre tratando de no asustarlo.

Parpadeando varias veces miro  a su alrededor como si no conociera el lugar.

-Esta su habitación amo, solo fue una pesadilla- le explique con voz neutra llamando su atención.

Su mirada voló hacia donde me encontraba, analizándome.  Tras unos segundos sus ojos-aun cristalinos por las lágrimas-mostraron comprensión. Pero su cuerpo no dejo de temblar.

-Se…Sebastian-articulo en un susurro casi inaudible-yo…

-Tranquilo bocchan-lo interrumpí-Todo esta bien.

Le dedique una pequeña sonrisa con la esperanza de que con eso se tranquilizara un poco.  La expresión en su rostro no cambio en lo más mínimo, pero pude notar como su cuerpo se relajaba poco a poco. Me dieron unas ganas enormes de preguntarle que había soñado para terminar en ese estado pero me contuve ya que no se veía en condiciones de hablar mucho.

-Espere aquí-le pedí-vuelvo en un minuto.

Casi me arrepentí de mis palabras al ver como sus ojos se llenaron de miedo.

-Iré al baño por un paño húmedo- le explique indicándole con la mirada que volvería.

Tras unos segundos de no despegar sus ojos de mí, bajo la mirada y movió la cabeza-apenas un poco-en señal de aprobación.

Sin hacer ruido me erguí y fui al baño que estaba tras una puerta frente a su cama. Tome un paño y lo moje con agua. Rápidamente volví a la habitación y saque un camisón limpio.

Cuando me dirigí a su lecho note que no se había movido en absoluto. Fruncí el ceño con preocupación.

-Bocchan le voy a quitar el camisón-le avise al tiempo que acerque mis manos a su cuerpo con lentitud.

-Yo…yo lo hago- murmuro con voz quebrada poniendo sus maños frente a su pecho en clara señal de que no quería que lo tocara.

-Como desee my lord-dije con una rodilla en el suelo y una mano sobre mi corazón.

Con maños temblorosas comenzó a desabrochar los botones de su camisón para después quitárselo lentamente, quedando solo en interiores. Con una mano me tendió el camisón sucio, lo tome y le entregue el limpio. Con la misma lentitud y nerviosismo comenzó a ponérselo.

-Bocchan, espere un momento-le pedí tomando el paño entre mis maños-extienda uno de sus brazos por favor.

Vacilo por unos segundos pero después, con un suspiro,  obedeció. Delicadamente tome su muñeca y comencé frotar su brazo, limpiándolo. Pude notar su mirada incrédula cuando vio la sangre, pero no dijo nada. Sin soltarlo deje el paño a un lado y tome del cajón una gaza, para después ponerla alrededor de la herida, para evitar que volviera a sangrar.

-El otro por favor-murmure soltando su muñeca.

De inmediato me obedeció. Repetí la misma acción con su otro  brazo. Me sentí tranquilo al notar que mi amo había dejado de temblar, bueno, casi, sus manos aún se negaban a calmarse.

Cuando termine le entregue el camisón. Distraídamente se lo puso sin despegar la vista de las sabanas.

Termino de ponerse el camisón. Note que se había equivocado al acomodar uno de los botones pero decidí pasarlo por alto.

-Bocchan, levante la cara-dije doblando el paño para usar una parte limpia de este.

En cuanto lo hizo comencé a limpiarle el sudor y las huellas de las lágrimas antes derramadas. Una vez limpio, retire el paño de su rostro y lo deje en el suelo junto al camisón.

-¿Desea que le traiga algo amo?-pregunte.

Espere su respuesta por varios segundos pero no dio señales de querer responder. Estaba a punto de repetir la pregunta cuando me respondió.

-N...No… Se…Sebastian -tartamudeo con un hilo de voz. Seguía sentado en la cama, recargado en la cabecera con las piernas encogidas y los brazos cayendo a sus costados. Su respiración era acompasada pero cargada de tensión.

Sin poder contenerme me senté en la cama, muy cerca de él, y lleve una de mis manos hasta su mejilla acariciándola. Increíblemente mi bocchan no se enojó ante mi atrevimiento, sino que cerro sus ojos como si disfrutara de mi caricia. Tomando su silencio como un permiso para seguir, continúe acariciando si rostro. Lo hice lo más delicadamente posible. Acaricie su mejilla, su mentón, sus cejas, su cabello. Casi inconscientemente  emboce una sonrisa. Por alguna extraña razón tocar a mi amo de este modo me hizo muy feliz. Sentir su suave piel rosar contra la mía me hacía feliz. Jamás había sentido algo como esto por alguien, y mucho menos por un humano.  Mi pequeño conde despertaba en mí, sentimientos de protección que no tenían nada que ver con el contrato.

No quería que le pasara nada a mi bocchan, no quería que sufriera. Quería verlo feliz.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no note cuando su respiración comenzó agitarse y su cuerpo se puso rígido. Como al principio, cuando lo desperté, sus ojos se abrieron de golpe mirándome asustado. Puso ambas manos sobre mi pecho y me empujo con todas sus fuerzas.

-Bocchan, tranquilícese-dije tomando sus manos entre las mías firmemente pero sin lastimarlo- soy yo, Sebastian.

-¡No quiero!- grito en respuesta retorciéndose frente  a mí, tratando de liberarse de mi agarre. Asiendo lo primero que se me ocurrió para calmarlo lo jale hacia mi y lo apreté contra mí pecho en un abrazo, pasando una mano por su cintura y la otra tras su cabeza, hundiéndola en mi cuello.

Al principio trato de zafarse de mi abrazo desesperadamente, pero después, poco a poco, sus intentos fueron disminuyendo, al igual que sus gritos, para terminar sollozando y mascullando cosas que no pude entender. Sentí sus lágrimas mojar mi camisa. Así estuvo por varios minutos hasta que finalmente se tranquilizó. Lentamente lo libere de mi abrazo sosteniéndolo por los hombros.

Su cuerpo estaba flácido y débil. Como pude lo acomode en la cama tapándolo hasta el pecho con las cobijas. Volví a sentarme en la cama y limpie con los pulgares las lágrimas bajo sus hermosos ojos que me miraban con culpa.

-Sebastian- llamo débilmente-lo…lo siento.

-No se disculpe my lord-murmure. Supuse que lo mejor sería dejarlo descansar.

Tome el candelabro en la cómoda he hice ademan de retirarme. Pero una mano sobre mi brazo me hizo detenerme.

-No te vayas-susurro mi conde con ojos suplicantes- por favor no te vayas.

No me lo pidió como una orden y sin embargo no me paso por la cabeza negarme.

Coloque el candelabro nuevamente sobre la cómoda y me hinque a un lado de su cama mirando el piso. Paso un rato hasta que volví a escuchar su voz llamándome

-Sebastian…-murmuro incorporándose en la cama, quedando arrodillado frente ami- qui..queiro pedirte algo

-Lo que guste, my lord-respondí

Las lágrimas volvieron a salir de sus ojos dándole una apariencia frágil e infantil.

-po…podrías…a…abrazarme?- pidió sorprendiéndome- …tengo…tengo miedo.

-Por supuesto- accedí sin dudarlo levantándome y  pasando mis brazos alrededor de su estrecha cintura, deleitándome con el contacto de nuestros cuerpos.  Esta vez el me correspondió, sus delicados brazos se acomodaron detrás de mí cuello al tiempo que hundía su cara en él. Sentí su pequeña nariz rosando mi piel, mandando pequeños choques eléctricos a través de todo mi cuerpo.  

-Bocchan, ¿Qué fue lo que soñó? ¿Tiene algo que ver con lo que dijo Madam Red?-pregunte en un susurro. Su cuerpo no reacciono como lo esperaba, se mantuvo quieto. Únicamente las lágrimas mojando mi cuello delataron su debilidad.

-No responda si no lo desea-añadí acariciando su cabello con una mano.

-No, te lo diré- farfullo apretando más sus brazos tras mi cuello- sí, tiene que ver con lo dicho por Tía Ann… Me hizo recordar el tiempo en el que estuve encerrado, cuando…cuando ellos…me…me…

-No lo diga-interrumpí-ya entiendo.

A esos bastardos no les había bastado con pisotear su orgullo, humillarlo con golpes y ofensas y marcarlo como a un animal, sino que también habían profanado su pequeño cuerpo, habían corrompido su inocencia dejándole una mancha de suciedad que a los ojos de mi amo jamás se quitaría. Por tres años había suprimido esos recuerdos, centrándose únicamente  en su venganza, en los recuerdos del asesinato de sus padres; había enterrado el recuerdo de su violación en lo más hondo, evitando enfrentarlo. Ese dolor no se borró, simplemente se suprimió. Tarde o temprano se tendría que enfrentar a él y hoy había sido el día. Hoy ese recuerdo lo había derrumbado. Después de todo, por más maduro que se comportara, por más temible que fuera ante los ojos de los demás, seguía siendo un niño, un niño que necesitaba de protección y consuelo  aunque él lo negara.

-Bocchan,  jamás dejare que algo como eso vuelva a sucederle-dije aun acariciando su cabello- lo protegeré hasta el final my lord.

-Sebastian-murmuro separándose de mí para verme de frente. Sus manos se quedaron sobre mis hombros, mientras que las mías en cambio subieron hasta su rostro. Una detrás de su nuca y la otra en su  mejilla-Gracias.

Sorpresivamente la más hermosa sonrisa que vi en toda mi existencia atravesó su rostro.

Sin poder contenerme, acerque mi rostro al suyo lentamente para no asustarlo, pidiéndole permiso con la mirada. El no hizo nada más que cerrar sus ojos dándome a entender que continuara. Seguí acercándome más y más hasta que mis labios se encontraron con los suyos en un cálido beso lleno de ternura y amor para después de unos segundos volverse más apasionado. Sus manos se deslizaron por mis hombros hasta terminar nuevamente tras mi cuello, al igual que las mías que terminaron volviendo a ceñirse en su cintura, apretándolo contra mí.

Tocando con la punta de la lengua sus labios le pedí permiso para entrar, cosa que tras unos instantes de vacilación me concedió. Recorrí con mi lengua su pequeña y dulce boca entrelazando mi legua con la suya tomándome mi tiempo para enseñarle como, sintiéndome feliz al saber que yo era el primero en corromper sus castos labios, pues sus verdugos no se habían atrevido a hacerlo  por seguridad de terminar con sus lenguas intactas.  Me separe de él cuándo el aire comenzó faltar. Su reparación era agitada, sus ojos brillaban de manera provocadora, sus mejillas estaban teñidas con un hermoso sonrojo y sus labios estaban hinchados. Simplemente una escena de lo más excitante.

Sin poder esperar más tiempo volví a atacar sus labios, empujando a mi amo hasta terminar acostado en la cama conmigo a gatas sobre él, entre  sus piernas.

Sus labios eran adictivos, dulces, sin comparación alguna. Mi lengua comenzó una batalla con la suya, de inmediato la mía tomo el mando. Cole mis manos por debajo de su camisón, tocando su tersa piel, delatándome con su contacto. Un gemido de parte de mi bocchan se ahogó en su garganta.

Coloco sus manos en mi pecho y me empujo ligeramente. Por inercia-ya que con su fuerza no me hubiera movido en lo más mínimo-me separe de él dejando quietas mis manos, por temor de haberlo asustado.

-Bocchan, ¿quiere que me detenga?-pregunte suavemente.

Sus mejillas se tornaron rojas. Dándole una apariencia adorable.

-No es eso-murmuro acariciando con una mano mi mejilla-solo…promete que no me aras daño.

Mire detenidamente su rostro,  no había miedo en él en lo absoluto…sino ternura y amor.

- Mi bocchan, yo jamás le aria daño-le respondí dedicándole una sonrisa. Y no mentí, no me creía capaz de lastimar a  mi hermoso niño jamás.

-Gracias-susurro para después devolverme la sonrisa.

Jalándome de la camisa me dio un fugaz beso para después acercar sus labios a mí oído, para concederme uno de mis más grandes deseos.

-Sebastian, llámame por mi nombre- pidió para después volver a besarme.

-Ciel-susurre entre sus labios acariciando cada palabra-mi Ciel…  

Con el permiso ahora concedido comencé a desabrochar su camisón, y a recorrer con gula su pálido pecho con mis manos.

De besar sus labios pase a su cuello, besándolo y mordiéndolo, dejándole marcas que se quedarían ahí por varios días, demostrando que Ciel Phantomhive tenía dueño.

Pronto mi hermoso niño comenzó a gemir, excitándome por demás. Sus dedos se perdieron en mi cabello, jalando mechones de este.

Recorrí con mi lengua su pecho deteniéndome en uno de sus rosados botones para chuparlo y mordisquearlo mientras que con una de mis manos acariciaba el otro, dándole pequeños pellizcos hasta que ambos se endurecieron.

Sus manos no se mantuvieron quietas, comenzó a desabrochar mi camisa para después quitármela como pudo. Sus pequeñas manos recorrieron mis brazos y abdomen con sensualidad arrancándome un gemido de satisfacción.

Mis labios volvieron a su cuello, mientras mis manos se deshacían de su ropa interior dejándolo completamente desnudo ante mí, embalsamándome con su belleza.

Con una de mis manos tome su miembro ya despierto y comencé a masajearlo arrancando de su garganta alaridos de placer.

-¡Sebastian!-gimió mi pequeño-ya…me…vengo

Casi al instante de terminar esas palabras un líquido caliente mojo mi mano. Mi conde se desplomo en la cama respirando agitadamente con los ojos nublados de placer por su primer orgasmo.

Utilizando su semen como lubricante introduje uno de mis dedos en su entrada, causándole un respingo seguido de un gemido de dolor  que ahogue con un beso. Comencé a masajear su miembro para distraerlo del dolor cosa que funciono porque al instante sus gemidos volvieron, inundando la habitación. Gemidos mesclados de placer y dolor. Moví mi dedo en círculos, dilatando su entrada para después introducir otro digito, resiviendo un gritillo como respuesta. Seguí dilatando su entrada un rato más hasta que pude introducir otro dedo.

-Se…Sebastian- gimió mi amo apretando sus parpados.

Mi miembro ya comenzaba a doler pero no quería lastimar a mi pequeño así que me mantuve en mi labor unos minutos más. Cuando lo creí conveniente saque mis dedos de su entrada recibiendo un gemido de protesta.

-Tranquilo Ciel, viene lo mejor-le susurre al oído quitándome con rapidez lo pantalones junto con mis interiores.  Acomode las piernas de mi amo en mis hombros y guiando con una mano mi miembro lo conduje a su entrada. Lentamente lo fui metiendo, lo más delicadamente posible. Mi pequeño apretó sus dientes con fuerza reprimiendo sus alaridos. Bese sus labios tratando de calmarlo.

-Sebastian…hazlo ya- mascullo entre mi labios cerrando sus ojos.

Obedeciendo lo tome de la cintura y lo penetre con rapidez. Su espalda se arqueo mientas que de sus labios salió un grito de dolor, de sus ojos se escurrieron varias lagrimas que con mí lengua limpie.  Me mantuve quieto un segundo, esperando a que se acostumbrara a mí intromisión, abriendo los ojos me atrajo del cabello para besarme indicándome que podía comenzar a moverme.

Comencé un vaivén lento a pesar de que me moría de ganas por moverme mucho más rápido, pero me contuve sabiendo que solo lo lastimaría de ese modo.

Sus gemidos se hacían más y más fuertes con cada estocada que daba, sus mejillas estaba tan rojas como una ciruela.

-Mas…más rápido Sebastian!-pidió mi niño con un alarido.

Mis estocadas se hicieron más profundas y rápidas hasta que di en un punto dentro de él haciéndolo arquearse y gritar mi nombre. Dirigí todas mis estocadas hacia ese punto  sacándole lágrimas de placer a mí bocchan.  Ya podía sentir el momento llegar.

Las caricias de mi mano en su miembro se hicieron más rápidas tratando de hacer que se corriera conmigo.

-Sebastian…ya…ya- mascullo entre gemidos para después correrse en mi mano, manchando nuestros abdómenes.

Las paredes dentro de él se apretaron provocando que me viniera con un gemido de satisfacción. Su espalda de se arqueo en respuesta para terminar desplomándose nuevamente en la cama. Lentamente salí de mi pequeño arrancándole un último gemido. Utilizando mi camisa, limpie su cuerpo y el mío. Cuando termine la bote al suelo. Estaba a punto de levantarme cuando su mano me jalo del brazo.

-Quédate- pidió con voz débil pero coqueta.

Dándole un beso en la frente me acomode en la cama jalandolo para que quedara recostado en mi pecho. Tome la sabana y cubrí nuestros cuerpos.

-Ciel?- pregunte esperando que aun siguiera despierto

-Si..?- suspiro casi inconsciente

-Te amo- dije completamente seguro mis palabras.

-Yo igual…-susurro seguido de un bostezo.

Acaricie sus cabellos con una sonrisa de felicidad.

-Quédate conmigo para siempre…-murmure dándole un beso en la cabeza, creyendo que ya se había dormido.

-Si…-respondió sorprendiendome y haciéndome el ser más feliz del mundo. Soltando un suspiro se quedó dormido con una sonrisa en sus labios.

Vi su rostro por una rato más para después cerrar mis ojos,  esperando el amanecer para que en cuanto despertara, pudiera volver repetirle que lo amaba…y que seria por toda la etermidad

FIN

Notas finales:

les gusto? ¿si? ¿no?

Dejen reviews!!!

(02/06/2014) Bien, eso fue todo. Como pudieron ver, los cambios que hice, en efecto, solo fueron por la ortografia. Aunque sigue siendo pesima,  creo que la mejore bastante :3.

Gracias por leer!!

Que esten bien!!

Besos y abrazos!!

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).