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De primeras veces por -oOYUKI-NII-Oo

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Notas del capitulo:

Declaimer:

Los personajes de Naruto no me pertenecen. Todo es del gran sensei Kishimoto-san. 

Declaimer:

Los personajes de Naruto no me pertenecen. Todo es del gran sensei Kishimoto-san. Pues si fueran míos, ya hubiera puesto a follar a Sasuke y Naruto jeh. Y ¡QUE VIVA EL YAOI!

Notas del fic:

Gracias a todos aquellos que me han seguido, gracias por su paciencia y espero que disfruten este cap. Os quiero YUKI-NII ICHI

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De primeras veces

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 Reconcomios deshonestos

Lo ha pensado ya tantas veces que teme sin poder evitarlo que llegue el momento en que sus secretos escondidos en algún rincón tomen un poco de su voz para así poder hacer lo que él no ha hecho después de tantos años de amor y desilusión.

Pero está bien. Se dice así mismo, no es como si realmente se hubiese propuesto alguna vez, a hacer cualquier cosa que lo acerque aun más el. No tiene tetas y hay una parte en su anatomía mas debajo de su cintura que sobra. Su cuerpo no es el correcto, murmura mientras ve al cielo, quizás queriéndole culpar a alguien de la situación en la que se encuentra o tal vez implorando sin decirlo ralamente por algo de ayuda.

No es que crea en santos que pueden hacer cualquier milagro con tan solo chasquear los dedos. Pero si tiene, sin duda, ese algo de estúpida esperanza rondándole muy cerca. Desea tener fe.

Y es que no hay que ser un genio para saber que los sueños son algo que suele comprarse para evadir la realidad y solo se puede tener uno por noche, no más, no menos. La producción se saldría de control ¿Qué haría sin fantasías? De esas a las que tiene que decir adiós cada mañana al despertar solo en esa enorme cama de la vieja habitación que solía compartir una vez a la semana cuando niños con él.

Suspira. No hay más que hacer, mastica el desayuno ante la mirada de color esmeralda que le observa de la cocina, se ha dado cuenta de lo que pasa, no hay duda. Pero no viene a él, no los hostiga con preguntas ni intenta sacarle información sobre su comportamiento. Finge ser la madre en son de cocinera que necesita y lo agradece.

No sabe que Minato la detiene por el delantal desde un punto ciego del comedor.

Un cuarto para las ocho y es hora de irse, un grito jovial que esconde como de costumbre lo que siente el corazón y una sonrisa enorme al cerrar la puerta, una figura le espera desde la acera.

Ola Sasuke-teme – saluda. Pegándole un amistoso manotazo en el hombro para así ponerse en marcha –

Hum – es la estoica respuesta que recibe de su compañero que lo sigue dos pasos atrás –

Un nuevo día ha empezado, y es hora de seguir fingiendo que sigue siendo el mismo amigo de años pasados.

Festival

Ha sido una muy ajetreada semana, se limpia el sudor de la frente con su antebrazo mientras deja las cajas que contienen todo la vajilla de color pastel que han encargado. Las chicas continúan cociendo y poniendo detalles, los chicos clavan los maderos para los stands y acomodan sillas y mesas repartidas por el salón del ala este, el que les ha tocado del sorteo hace 4 días exactamente.

Alguien lo llama trayéndolo de regreso, Gaara le indica con un gesto que es su turno de medirse ese disfraz que le han diseñado para el día del festival. No evita hacer un mohín, no está muy de acuerdo aun en usar eso pero le teme más a los gritos y golpes que Sakura pueda darle que pasar unas horas con un ridículo traje.

Abre las cortinas que sirven como un improvisado biombo para cambiarse cuando se detiene y ve que algo sobresale de los cabellos de la persona con la que se ha encontrado, dos segundos más y está tirado en el suelo agarrando sus estomago con ambos brazos, ya le ha dolido de tanto reírse como un desquiciado.

Escucha el amenazante "usuratonkachi" que la persona con unas lindas orejas de gato ha soltado, no puede evitarlo y un nuevo ataque de risa lo invade.

Unas manos en su cabeza y el espejo de un lado le hacen callarse abruptamente, la sonrisa arrogante de Sasuke se refleja tras de el retándolo a decir algo cuando Sakura le ha colocado sin previo aviso ese adorno de orejas de zorro con un moño rojo.

Y cierra los ojos antes de de girarse y cruzar sus brazos. Camina hacia un Sasuke que no lo ha perdido de vista, toma la mano del azabache y lo lleva fuera de la cortina ante la vista de todos.

Las risas divertidas no se hacen esperar y Sasuke frunce el seño inevitablemente tratando sin mucha convicción de entender que es lo que Naruto pretende.

Pero lo descubre en el justo momento en que la risa del Uzumaki se vuelve hacer presente.

Ahora no se ríe de él, ni hay ninguna burla implícita.

Divirtámonos juntos. Es el mensaje que recibe cuando el brazo de su mejor amigo le rodea los hombros y todos se acercan para probarse también algunas orejas.

Una sonrisa tenue se pinta en sus labios. Nunca lo admitirá cuan satisfecho esta de tener alguien como Naruto a su lado.

Accidentes

Se ha hecho tarde, el sol está por ocultarse y el bosteza por segunda vez, es temporada de exámenes y se ha desvelado más de lo debido, repasando una que otra nota que Sasuke lo ha obligado a leer y pensado de nuevo todo lo que extraña el sentimiento de pura amistad que alguna vez tuvo por el Uchiha.

Aunque no debería seguir en ese estado de cangrejo que no lo lleva a ningún lado es difícil sostener la armonía que ya no tiene. Aun más en los últimos días que a Minato le ha dado por afianzar amistades con el clan Uchiha llevándolo consigo a esas comidas a las que ya se había desacostumbrado pero que su padre insiste son necesarias para el futuro.

A la mierda con el futuro. Grita en su cabeza. El no las necesita, era…de verdad que era superflua su presencia ahí, menos cuando el hijo prodigo de Fugako ha regresado de su viaje al extranjero. Itachi. Un escalofrió al recordar la impasibilidad de los ojos negros que confunde tanto con los de Sasuke, mismo que no oculta la alegría de tener ahí con él a su ni-san.

Y se siente tonto de repente, como es que a olvidado el pilar tan grande que Itachi representa para Sasuke, oculta sus ojos con el flequillo, no quiere que el agua que ha le ha cristalizado los ojos ruede por sus mejillas, sería demasiado vergonzoso ¿Qué excusa pondría si alguien pregunta?

Los pasos de alguien acerándose le hacen girar, alcanza a ver el destello rojo del cabello antes de caer completamente al suelo con un peso extra sobre él.

Unos ojos verdes lo miran, no hay mucho reflejado en ellos, pero es lo suficiente para que sus brazos rodeen aquel cuello de pálida piel.

Gaara ha llegado en el justo momento y lo sabe. Deja a Naruto hacer lo que él quiere, deja que lo abrase y le diga los "ya no puedo" bajito. Después de todo para eso está el. Para eso están los amigos.

Aun que tenga que ignorar al otro de ellos que continua mirando desde la ventana del segundo piso. Esto no es más que un accidente piensa Gaara. Seguro de que el lugar que está ocupando en ese momento no pertenece a él sino a Sasuke.

Sorpresa

Nadie puede creerlo aun, ni siquiera el que ahora esta viéndolo desde la fila para el almuerzo, alguien lo codea, Kiba está lo suficientemente hambriento como para ignorar que Naruto ha quedado en estado de shock, así que lo toma de la punta de la camisa para jalarlo de una vez por todas a la mesa en donde sus amigos están.

El brazo en el aire de Lee despabila los adormilados sentidos del Uzumaki que se ha perdido un momento. lo sufriente para a penas darse cuenta del estado del maquillaje en los ojos de Sakura que sigue escurriendo y que Hinata trata de detener con una servilleta.

Nadie pregunta nada, nadie dice nada y todos continúan comiendo intentando tomar con las garras su atmosfera de normalidad que chantajea con irse al faltar un par de integrantes en la mesa.

Sai quien siempre dice lo que piensa no ha aguantado las ganas de decirle a Sakura que debería estar feliz por su amiga Ino quien se ha hecho novia del Uchiha- bastardo. Un golpe resuena. Todo ha quedado en silencio, una indignada Sakura ha salido del comedor.

Eres un tonto Sai – dice de pronto Naruto ayudándolo a levantar -

Hinata se ha retirado para ir a ver a la peli rosa y todos han hechos un acuerdo silencioso para no mencionar nada de lo que está ocurriendo. Naruto lo agradece para levantarse e irse también.

No puede soslayar el sentimiento de empatía que comparte con Sakura en un momento así. A él también se le ha roto algo en el interior.

Quizás es la esperanza, tal vez fue la fe. Naruto realmente no quiere saber.

Descubierto

Ya era un hecho. No había más que decir. Ino Yamanaka era oficialmente la novia de Sasuke así de simple.

Debía dejar de esperar verlo en la acera de enfrente las mañanas que salía de casa rumbo a la escuela, tenía que dejar de suponer que cuando entrara al salón lo vería solo sentado en la esquina leyendo algún aburrido libro que Itachi le prestara.

Pero sobre todo debía despedirse del poco tiempo que pasaban juntos fuera de la escuela, ahora esos momentos le pertenecían a Ino. Y él debía de aceptarlo, no es como si no hubiese esperado ese instante en su vida y en la de Sasuke. Entonces ¿Por qué parecía tan difícil el aceptarlo?

Se dejo caer en la cama. Como deseaba, realmente como deseaba poder dejar de sentir todo eso, quería arrancarse el corazón y escupir todo ese maldito y enervado amor que no lo llevaba hacia ningún lado. Se estaba volviendo un loco.

Puso una mano en su boca, tenía que tragarlo todo, era su mejor amigo…pobre infeliz pudo escuchar la burla de su razón, si tan solo se hubiese detenido antes a oírla…si tan solo…

La puerta de la recamara se abrió, unos largos cabellos pelirrojos ondearon por el viento que se colaba por la ventana, unos ojos verdes entrecerrados. Minato hoy no estaba.

Creo que mi pequeño Naruto tiene algo que contarme…teba –

Naruto vio a través de la amenaza no concluida y de la preocupación de las cejas arqueadas.

Quizás no era el único que no sabía qué hacer.

Sustituto

Sasuke era relativamente feliz. No andaba con una sonrisa. No era una persona positiva ni usaba colores vivos que deslumbrar su vitalidad y energía. Sasuke era callado, reservado indiferente y calculador. Usaba tonos ocres y oscuros. Sus respuestas se resumían en sencillas letras y su atención a tiempo parcial solo la obtenía cierta persona.

Bajo la fotografía que colgaba en la pared de enfrente para meterla a un cajón, extrañamente se sentía un tanto traicionado sin razón. Unos golpes en la puerta entre abierta atrajeron su atención. Itachi le sonreía tenuemente desde el umbral.

Relajo sus músculos y correspondió el gesto a su manera, le agradaba las visitas inesperadas de su hermano a esas horas de la mañana, cuando su padre ya se había ido al trabajo y su madre se recluía en la cocina. Sin nadie para molestarlos. Solo el silencio y la tranquilidad.

Mismas que no sintió cuando su hermano abrió el cajón que acababa de cerrar y colocaba el cuadro de nuevo en la pared.

A Naruto-kun no creo que le gusten los lugares oscuros – fue todo lo que dijo antes de salir rumbo a la cocina. –

Y Sasuke se quedo viendo el cajón abierto y vacio, con esa sombra oscura que le hacía perder el brillo a la madera de la cómoda. Sospesando de paso que Itachi quizás se había enterado de algo que nunca había dicho.

Usuratonkachi – murmuro mientras se daba vuelta y veía al pequeño Naruto de 10 años abrazándolo y haciendo una seña de paz a la cámara, la enorme sonrisa aun era tierna y sincera –

Oye el timbre de la puerta. 15 para las ocho, Ino llegaba para que se fuesen juntos a la escuela. Bajo las escaleras y se despidió. Itachi le miro largamente como esperando algo que nunca llegaría. Suspiro antes de levantar la mano y desearle un buen día.

Buenos días Sasuke-kun – hablo una alegre rubia antes de colgarse de su brazo –

Buenos días –

Era curioso, pensó Itachi al soltar la persiana y recargarse contra la pared. Esa chica le recordaba a alguien. Rubia y ojos azules, muy curioso.

Lluvia

Fue un viernes, el quinto día de la semana. Cuando paso.

Justo en la azotea mientras miraba el agua caer del cielo gris y cortaba los recuerdos en sobras difuminadas.

Estiro su mano a través de la puerta que daba hacia afuera, recargo su espalda en la pared y cerró los ojos, el agua fría le penetraba la piel, las palabras de Kushina seguían escuchándose, giraba por los dedos, aun sentía el abrazo cálido que buscaba con desesperación aliviarlo, y las gotas disueltas caían por la punta de estos, la amaba.

Vio a lo lejos las figuras de todos los que se quedaban el clubs y entre ellos pudo ver las cabellera rosa y rubia que caminaban juntas, al parecer Sakura había aceptado de alguna manera que su amiga fuese la novia de Sasuke.

Sonrió con tristeza, el también quería eso. El también quería poder volver a caminar a casa junto a

Sasuke, junto a su mejor amigo. Echo la cabeza hacia atrás dando un suspiro resignado. El año estaba a punto de terminar. Era hora de guardar todo dentro de una caja, los recuerdos, los aromas y los momentos para encerrarlos con un apretado y grande lazo rojo que escondería en su interior justo a un lado del desamor.

Estaba bien, quiso forzarse a ser positivo, de verdad que está bien. No importa lo largas que miradas que le de Gaara durante las clases ni la poca o casi nula conversación que ahora mantiene con Sasuke.

No importa las palabras de aliento de Kushina ni los intentos de acercamiento para el clan Uchiha de parte de Minato. Nada de eso importa. Solo quiere cerrar los ojos, quiere gritar y poner fin a todo…solo quiere no amar más a Sasuke, no así.

Se levanta para salir, la lluvia lo baña hasta el último rincón, lo empapa y lo vuelve húmedo, le pega la ropa al cuerpo y el cabello al rostro, lo acaricia con delicadas y frías gotas. Lo envuelve como un refugio mientras él sigue mirando hacia arriba, hacia ese cielo que antes era azul, hacia el pasado que pintaba mejor.

Una imagen, la oscuridad, y ve el negro de la tela impermeable del paraguas que se ha interpuesta entre él y el agua. Gira lentamente y lo ve. Como Sasuke bajo esa capucha de color azul y los desgastados tenis se refleja en el charco un tanto salobre en el que está parado. Las lágrimas se confunden con la lluvia en el rostro de Naruto.

Solo a un dobe se le ocurre estar bajo la lluvia – es todo lo que dice ante la mirada que le observa –

Naruto ve el paraguas de nuevo antes de jalarlo y tirar de la mano del azabache y tumbarle la capucha de un movimiento. Sasuke ahora esta mojado y la risa del Uzumaki le llena los oídos.

Y piensa reñirle, en regañarlo como siempre mientras repite "estúpido, estúpido" pero no puede, Naruto ha empezado a dar vueltas como un loco, con los brazos extendidos y con una sonrisa en el rostro.

Porque al parecer ha decidido no cerrar aun esa caja oscura para decirlo. Antes del que el tiempo de tonta adrenalina se vaya y él se quede sin valor como lo ha hecho desde un principio.

Es por eso que cuando Sasuke ha intentado parar todo ese juego que sea montado el Uzumaki ha dado unos pasos hacia atrás y soltado la sombrilla involuntariamente.

La lluvia va parando y las nubes se despejan. Los rayos ultravioletas dan una tenue luz. La justa para que el mismo charco de agua que refleja ahora ese limpio cielo azul, esconda entre el arcoíris y el roció eso a lo que Uzumaki Naruto se atrevido, movido por el amor que tanto ha desgastado y del impulso que solo se tiene una vez al año

Sasuke se siente un tanto perdido. Quizás porque la sorpresa de estar en una posición un poco comprometedora es bizarra o porque el corazón le amenaza con salirle por la boca. Naruto lo está besando. Y susurrando en un tono bajo.

"creo que me enamore tebayo"

Sonríe en su interior. Tan estúpido. Piensa su razón.

 

Notas finales:

Chan..chaaan.chaaaaaaaaaaaaaaaaaan


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