La primera vez
Bendición
Sasuke tiene una fiel creencia a esa altura del partido. Sasuke confía mucho en su lógica y poco en el corazón, escucha solamente a su razón mientras suprime sus deseos, los deseos son peligros, es lo que su conciencia siempre le dice cuando a esta a punto de hacer algo "inapropiado" cuando esta junto a su mejor amigo, como el querer poder decirle que si a Naruto todas las veces que lo ha invitado a dormir en su casa como cuando niños.
Pero su cabeza rápidamente niega y el corrobora la respuesta con un estoico "no". Sasuke tiene miedo de que los impulsos tomen el control y perder como piensa su lógica, irremediablemente a su amigo rubio, todo para poder calmar la adicción que tiene hacia algo que ni siquiera ha probado.
Es por eso que se concentra más de lo que debe en escuchar lo que Ino dice esa tarde, como si quisiera espantar inquebrantablemente algo que le está molestando con ardua eficacia desde hace un par de años.
Pero debió de haber previsto que las chicas siempre son listas, y mas una que fue tu amiga, o al menos así la considero alguna vez él. Pues mientras Ino se aparta, el miedo se vuelve cada vez mayor. Está a punto de pasar algo, lo puede palpar en el aire pero no dice nada.
Permanece quieto mirando sin ver la expresión de resignación en el rostro de la chica rubia mientras una sonrisa vacila con caer en un gesto no nato de la Yamanaka. Y Sasuke espera a que los brazos que repentinamente lo rodean le suelten…no la apartara.
Y no por la cognición de que ella es su novia si no porque eso no es más que una burda despedida que intentar robar los últimos segundos junto a él, es lo mínimo que puede hacer, ser parte de recuerdos que se olvidaran con el tiempo.
Ino se levanta, está a punto de llorar pero lo esconde lo mejor que puede. Besa la mejilla de aquel que fue alguna vez su pareja y se va no sin antes decirle que pronto lloverá y que es mejor que le dé el paraguas a Naruto que no ha traído uno.
Sasuke gira la cabeza y pretende ver el cielo gris. Ino se aleja.
Ya no son novios.
Elucidaciones
Es tarde y lo sabe, a si que llama a casa en su lugar, todo sea para que tengan menos problemas el par de idiotas que siempre optan por hacer las cosas más complicadas de lo que ralamente son. A encontrado a Ino y Sakura en el camino así que no ha tardado en conectar las cosas y esperar a bajo del pequeño techo del alfeizar del ventando.
Mantiene una sombrilla extra por si acaso y lo ve, pasando por un lado de él empapado y con las mejillas sonrosadas, expande un vaho tibio y sus ropas aun chorrean un poco de agua al caminar. Tras de él a parece Sasuke con la mirada un poco aturdida y le pasa el paraguas que antes sostenía por Naruto.
Es la muda petición para que se encargue del rubio y Gaara lo entiende. Entiende que algo ha pasado y que fue bueno haber esperado. Naruto sonríe y se despide al parecer no quiere presionar las cosas y se encuentra lo bastante satisfecho como para empezar a cantar en medio de la calle mientras camina rumbo a casa.
Sasuke se desvía en la quinta avenida. Itachi ha estado ahí todo ese tiempo, desde hace una hora, en la esquina. Mikoto lo ha mandado a ver si el menor de los Uchiha ya venía. Está preocupada, la noche ha caído ya.
Y Sasuke sigue a su hermano hasta perderse de la vista del los ojos verdes. Naruto sigue cantando mientras que el tiempo pasa y Minato los reciba con un suspiro y vaya por una toalla para su hijo, que ha pescado un resfriado, no deja de estornudar.
Gaara se va cuando Kushina le ha dicho que el hiperactivo ojiazul se ha dormido y le agradece no sin antes preguntar qué ha ocurrido. El pelirrojo no dará explicaciones, no hablara sobre todo lo que ha pasado ni lo que ocurrirá.
Pero tampoco miente. Solo no dice toda la verdad.
Se le ha olvida la sombrilla –
Y tras eso se va, poniéndose los audífonos para poder escuchar algo más que la risa de Naruto que se le ha grabado sin querer. Gaara se siente mejor… ya ha dejado de llover.
Preguntas.
Es inevitable, o al menos es así como Sasuke lo define con cortas palabras y miradas cargadas de suspicacia que le advierten que no se moverá más de dos centímetros de esa cama en la que ahora se encuentra, con mantas doble en pleno verano. Un berrido mas por parte del Uzumaki le da a saber que la discusión por levantarse para preparar un ramen apenas comienza.
El ojinegro no puede evitar dejar escapar un sonido de burla mezclado con satisfacción que le ha hecho fruncir más aun el seño a Naruto. Lo que Naruto no entiende o mejor aún no sabe es que Sasuke se siente bien de que todo haya vuelto a ser como antes, que extrañaba, y que nunca admitirá, todo esos bizarros momentos juntos que se les habían escapado a ambos.
Aun así, entre ambos están al tanto de lo que el otro piensa sobre lo de retomar la conversación no terminada unos días atrás, el problema es que quizás ninguno de los dos quiere comenzar.
Naruto por que no quiere escuchar el "lo siento" seco que Sasuke le dará.
Sasuke teme haber escuchado mal, teme plantearse la posibilidad que el beso solo fue una forma más de demostrar los lazos que los dos tiene y que Naruto se esfuerza tanto por resaltar.
Los temores son infundados, los miedos son solo fantasmas pero el sentimiento de perder la esperanza aun puede más que lo que sienten.
Es por eso que Sai como buen amigo a llegado como siempre en el momento más inoportuno (oportuno) a la habitación del rubio empujando con la puerta sin querer a Sasuke que ha caído de bruces sobre la cama, donde de pronto se desata una pelea de almohadas.
Y es ahí entre plumas y golpes suaves con olor a suavizante que Sai deja caer su bomba especial y personal, con un suave y nada expresivo "ya son amantes" lo cual detiene todo por escasos segundos los suficientes para que Kushina abra la puerta y vea que aun hay plumas volando y que Naruto ha salido de la cama. Una sonrisa de esas retorcidas y que no augura nada bueno le hacen tener un mal presentimiento al rubio.
Un grito desde arriba se ha escuchado y Minato sonríe. Ha hecho lo correcto en mandar al abruptamente honesto de Sai a informar.
Amenazas
Es gracioso, piensa Itachi desde su habitación, como es que su ototo ha vuelto a ser el mismo de siempre y como la repentina visita de Naruto a alterado la siempre pasibilidad de Sasuke. Se divierte pensando teorías e imaginando reacciones de ambos. Que como buenos adolescentes hacen las cosas más difíciles de lo que realmente son, pero él no puede decirlo, bastante tiene con que el primo del futuro novio de Sasuke este frente a él planteando cosas como matar con explosiones de arte y dejar sin partes vitales no solo a su ototo si no el también.
Alza las manos en frente de su locutor para pedirle silencio de la forma más razonable y más ahorradora de saliva que conoce, no se pondrá discutir con alguien tan cerrado como lo es Deidara. Así que toma la vía fácil, la que siempre ha tomado en honor a la verdad. Juntar sus labios con el artista para así terminar de una vez por todas con las palabras que en realidad si causan un efecto en él, el de quedar en celibato si por algún estúpido error de Sasuke hace sentir mal a Naruto.
Todo sea por que eso no suceda y él…bueno en realidad él y su cama puedan disfrutar del cuerpo del rubio retorciéndose. Una imagen mental de un muy lindo y gimiente Deidara y se reprocha por seguir perdiendo el tiempo sentados en los cojinetes del suelo.
Un rápido movimiento y la cama chirrea indecente. "Es hora de comer" es el ultimo pensamiento coherente de Itachi antes de desaparecer él también bajo las sabanas.
Secretos
Han pasado una semana desde aquella pregunta acertada e incómoda por partes iguales que ha hecho el tonto de Sai. Ante la cual no hubo explicaciones, solo balbuceos antes de que una no muy feliz pelirroja expulsara a Sasuke y Sai de la habitación para hacer cosas que es mejor no querer recordar. No quiere tener traumas innecesarios para el futuro.
Y es así que ahora sentado en la cama, en la que tantas noches también fue compartida para descansar, Naruto mantiene su expectativa al margen. Frente a él, Sasuke permanece sentado en la silla reclinable de escritorio apoyando sus brazos y tórax en el respaldo mientras también espera la mejor forma para que lo que sea que esté sucediendo entre ambos se diga lo más corto y conciso que se pueda.
Pero Naruto no se caracteriza por pensar, mucho menos por ser alguien paciente así que solo lo mira retorciéndose las manos nerviosamente y con el valor que infunda haber comido 10 paletas de cajeta por el camino
Me gusta tebayo –
Fue casi un deja vú un muy implícito y retorcido deja vú el que sintió el azabache al escuchar aquellas palabras llegar lentamente a él casi con burla pero sin serlo realmente. Cerró los ojos por un momento no cambiando en un ápice su expresión, la ansiedad del ojiazul no hizo otra cosa más que crecer aun mas si cavia dentro de él.
Y es que el silencio le estaba volviendo loco, pero el no percibir movimiento alguno por parte del otro lo estaba matando, que dijese lo que quisiera que el ya estaba preparado para cualquier tipo de respuesta. Mentira, le dijo una voz dentro de él, estas temblando como gelatina, él solo puedo ignorarla no necesitaba que le recordara lo que ya sabía. El estomago le temblaba de miedo.
¿Quién fue el inútil que dijo que enmaromarse solo trae las más bellas de las emociones? Que olvido mencionar mareos y nauseas en esa declaración tan tonta.
El ruido de las rueditas de la silla moverse le atrajo junto con la mano que se instalaba tras su nuca y un dobe susurrado junto en su oído.
Los labios unidos. Qué ironía, estaba besando a su mejor amigo. Levanto sus brazos para sujetarse de las mangas del suerte que en ese momento portaba Sasuke.
Un ligero sonido de algo retirándose y la voz llego a él
Así que sabes besar usuratonkachi –
Antes de ser suplantada por el sonido de un golpe seco contra la cabeza del azabache.
Y también se golpear ¿quieres que te lo muestre otra vez bastardo? –
Una sonrisa arrogante por parte del otro y sonrió dejándose caer en la cama que olía a lavanda y suavizante.
Una mano buscando la suya, mas silencio y la muda promesa de guardar ese momento entre ambos se pacto en un secreto.
Conjunto
La tarde estaba cayendo, el viento frio empezaba a incorporarse quitándole el lugar al calor del verano, mientas que la pelirroja agarraba su largo cabello en una coleta y se recargaba en la pared de fría madera. Mikoto lo observaba desde la silla de la mesa en la que antes habían ocupado, con el té a medio tomar y una rebanada de pastel sin tocar. El silencio era una bendición después de los gritos que Kushina había dado de la rabieta provocada por una simple oración.
"Es hora de dejarlos ir"
Había dicho la matriarca Uchiha, en una sugerencia explicita que alentaba a que Sasuke y Naruto emprendieran su propio camino. Itachi aun tenía una sonrisa burlesca en la cara cuando había subido para ver el escándalo situado en la terraza que era ocupada por su madre y la Uzumaki que se negaba a que Naruto se mudara a un apartamento junto con el hijo menor de los Uchihas.
Era obvio para todos que Kushina tenía miedo. Algo común, había pensado Mikoto, ella también lo había experimentado con Itachi pero es algo que hay que enfrentar, no se puede retener por siempre a aquellos que quieren seguir caminando.
Además siempre existían las vacaciones y una sonrisa un tanto amenazante siempre daba resultado para que volvieran a casa.
Esa había sido quizás la razón para que Kushina se detuviera de elevar la voz más de lo acostumbrado y se sentara en suelo para ver hacia el cielo cubierto de colores rojizos y naranjas. Aun no muy de acuerdo pero no rotundamente en contra.
Minato llego 10 minutos después, y agradeció con una leve inclinación a Mikoto por su intervención, su esposa había estado comportándose como cuando era una niña, con el carácter más explosivo y cerrándose a lo que realmente sentía.
Beso la frente de Kushina una vez y estuvieron en casa, sentados en la sala con el televisor prendido. Las maletas estaban en el corredor y Naruto esperaba recargado en el marco de la puerta con su chaqueta ya puesta y con la bufanda colgando en una mano.
Se acerco cuidadosamente, no pudiendo evitar sonreír con tristeza, Kushina lo veía con los ojos cristalinos mientras alzaba sus brazos hacia él.
Naruto se dejo caer entonces en el medio de sus padres, para recibir el gesto cariñoso de Minato revolviendo su cabello y los brazos de su madre envolviéndolo fuertemente.
Estaré bien tebayo – susurro parra ambos –
Lo sé…lo sé – fue todo lo que Kushina dijo antes de soltarlo y dirigirse al corredor para empezar quizás el sermón más largo y amenazante que jamás nadie le había escuchado donde las palabras "te la corto" y "sin descendencia" hicieron sentir levemente preocupado a Sasuke –
Naruto intentaba reprimir la risa unos metros más adelante. Mientras se dirigían a su nuevo hogar junto a Sasuke y dejaba ir la calidez que hacia un momento había sentido no por última vez de sus padres.
Lo harán bien juntos – fue lo que dijo Minato junto al oído de la pelirroja mientras ella asentía. –
Mañana sería el comienzo de una nueva vida para Naruto.