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Plan de vida. por Angel_Chan

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Notas del capitulo:

Resumen: Era el olor que estaba llenando toda la casa, todo el bendito departamento… su departamento.

Serie: Sherlock BBC

Pareja: John-Sherlock.

Clasificación: Romance-Amistad-Hurt/Confort-Drama.

Advertencia: Omegaverso-Violencia no explicita, y mención de asalto sexual (Mas adelante en la historia).

Capítulos: Prologo 01/00

Palabras: 1.922 (Capitulo uno)

Notas: Sé que dije que publicaría esto la próxima semana, pero no pude resistirme. Además, así me aseguro de que la trama comience a entenderse.

Fecha: 12/10/2013.

Beta Reader: Pleasy TheYoko Stay.

Disclaimer: Todo lo referente a Sherlock Holmes pertenece a Arthur Conan Doyle.

Plan de vida.

 

Capitulo 01.

 

Siempre se había preguntado lo que habría sido de él si no hubiera tomado las riendas de su propia vida; si en vez de empecinarse con estudiar y ser doctor --y militar--, hubiera sido simplemente un Omega más. Alguien que simplemente hubiese vivido para buscar un Alfa, o esperar que el Alfa lo encuentre a él, más bien… Y unicamente conformarse con eso.

—Sería una pobre vida… —Se dijo a si mismo frente al espejo, esperando que el parche hormonal hiciera efecto.

No, él no quería una familia. No al menos una convencional, fuera lo que fuera que significara eso. Y sólo se había dado cuenta de que la idea surgió en su mente luego de que le dieran de baja en la milicia, luego de verse cojear como un hombre inútil, que terminaría su vida con una aburrida rutina diaria, sin más por lo cual sentirse orgulloso.

Después de Sherlock, supo que aun seguía siendo el hombre que era, que había sido. Aquel que no temía por dar su vida por la de un compañero, un amigo.

Lo había hecho sin dudarlo, pero en sus años de militar no podía evitar que estuviera el hecho de que era su deber, como doctor además de capitán. Con Sherlock no había tal deber, nada se lo imponía, pero él de todas formas estaba dispuesto a hacerlo. Un sacrificio detrás de otro, por mucho que a veces comenzara a cansarse y peleara con él, simplemente lo seguiría… estaría con él.

Y ahora sabía que no quería una familia, no al menos de la forma aburrida en la que Sherlock la describía para hacerlo desistir de otra de sus citas. Si bien aún esperaba enamorarse, sabía que eso iría en contra de lo que quería en verdad… No alejarse de Sherlock.

—Espero no estar equivocándome. —Murmuró una vez más, mientras releía el mensaje con la dirección donde lo estaban esperando. —Bien, quizás ya es demasiado tarde para retrasar el plan.

Salió del departamento sabiendo que al pasar por el primer piso, y a pesar del parche en su cuello, la Señora Hudson lo olería pasar. Detuvo el taxi antes de llegar a la esquina y trató de ignorar la insistente mirada del conductor. Asegurándose de que tenía su arma como siempre en la cintura de su pantalón, para evitar cualquier problema que pudiera surgirle.

Jamás había estado fuera en pleno celo, por más parches que tuviera, sabía que el casi constante abuso de los supresores en esos años, harían que su olor liberado en ese celo fuera aún más fuerte de lo normal.

Rebuscó en su bolsillo mientras veía el edificio aparecer frente a sus ojos. No había olvidado el resto de los parches, afortunadamente; no quería dejar de ser él mismo mientras todo pasaba. Y además, debía mantener al Alfa a raya… No quería unirse a nadie, y de eso era de lo único que estaba ciento por ciento seguro.

—Llegaste rápido. —La voz grave, modulada, baja, inundó los pabellones auditivos de John, luego de que la puerta del cuarto se cerrara detrás de su espalda.

—No deseo estar mucho tiempo en la calle… Tú entenderás.

—Oh, claro que es entendible. —Una risa suave y tranquila hizo que John se relajara un poco. —¿Te sirvo algo de tomar? Aunque ambos sabemos que el ofrecimiento es sólo como regla de etiqueta.

—No, está bien así… Tengo estos para ti antes de que comencemos. —Se apresuró a decir, sacando los parches de su bolsillo.

—Ya tengo de esos… Yo tampoco quiero accidentes, John. —Levantó su camisa, mostrando dos pequeños círculos blanquecinos en contraste con su piel, cerca del codo. —Si bien acepté ayudarte, y quiero hacerlo, no es mi idea acabar enlazado contigo.

—Tampoco la mía, créeme. —John suspiró. Sería un celo muy extraño, si ambos utilizaban parches, pero mientras ambos estuvieran lucidos y conscientes de sus actos le bastaba. La naturaleza de su cuerpo haría el resto, sin dudas. De por sí, esa era la primera vez en años que pasaba un celo sin los supresores, así que ya sería extraño, más allá de que lo estuviese pasando con un  viejo conocido, Alfa por añadidura.

Se quedo inmóvil, no sabía cómo es que había llegado a esa instancia, sólo que esa era una posibilidad para no tener que dejar Baker Street en un futuro cercano. No quería alejarse de Sherlock, de lo que el detective le ofrecía con cada nuevo caso, con cada nueva correría.

—¿Estás totalmente seguro, no es así?.

—Sí. —Jadeó cuando de golpe las distancias se acortaron.

Lo había hecho una o dos veces, con un hombre, no lo recordaba bien; en una de ellas había estado muy ebrio para recordarla, y la otra había sido hace muchos años atrás. Pero esa sería la primera vez en que él estaría en una posición en la que no se sentía nada cómodo.

—Sólo relájate, John… No hay mucho que hacer en realidad.

El rubio asintió, pero no le pasó desapercibido el hecho de que el otro hombre sintió el cambio en su olor sólo por la cercanía, y a pesar de los parches en ambos. Y se aseguró de no dejar su arma muy lejos mientras se desvestía.

Gruñó al notar que a pesar de que su mente no parecía detenerse en pensar lo que estaba haciendo, su cuerpo parecía trabajar separado de esta; mostrando una erección plena nada más por sentir el olor del Alfa cerca de él.

Un olor al que no estaba acostumbrado, porque había vivido casi dos años al lado de uno, sin que nada pasase entre ellos. ¡Ni tampoco quería que pasara!.

—Piensas demasiado…

—Lo siento. No puedo evitarlo… Lo he hecho por más de un mes. —John sonrió, podía sentir la humedad correr por sus piernas, ahora que no había ningún protector entre él y su abandonada ropa. —Es la primera vez…

—Te diría que seré delicado, pero ambos sabemos que es poco probable que sea así. —El leve gruñido escapó de la garganta de su acompañante, mientras recorría el cuerpo del doctor con cuidado. —Si en verdad estás seguro, John.

—Sí, sólo hazlo. —El pedido no lo fue tanto, más bien fue un jadeo que John no pudo reprimir. Y por el cual no se sintió tan mal cuando los anchos dedos comenzaron a explorar su entrada.

Era por demás una posición incómoda, ambos parados en medio de la habitación a tan sólo unos pasos de la cama, y con toda su ropa sobre sus pies.

—A pesar de los parches, John… si-siento que no voy a poder contenerme.

—Ya lo he dicho, hazlo.

El cuerpo de John fue empujado casi hasta hacerlo trastabillar y caer de de bruces sobre la cama. Consiguió erguirse apenas algo para ver por sobre su hombro la mirada depredadora y hambrienta del otro hombre. Y sólo con eso bastó para que todo su cuerpo temblara de placer y anticipación.

Alcanzó a ponerse de rodillas antes de ser sujetado por las caderas, y atraído hasta casi el borde de la cama. Sintió los gruesos dedos clavándose en los huesos de su pelvis, mientras su entrada comenzaba a dilatarse más y más a medida que el miembro comenzaba su camino.

—Oh, Dios. —Murmuró a través de sus dientes apretados. —¡Maldición! No lo alargues, ¡entra ya!.

—Tranquilo… no soy tan ‘bestia’.

—Lamentablemente, esto no es para que yo lo disfrute… —John gruñó, enterrando su rostro entra las sábanas, jadeando cuando su esfínter acabó de darle completo pase.

—Según tú, un hijo será lo mejor de tu vida; es bueno que disfrutes mientras lo haces… Ya tendrás tiempo de sufrir cuando lo des a luz. —La voz se oyó ahogada por la espalda del doctor, tratando de no dejarse llevar por las ganas de arremeter con todo en ese cuerpo. —Sólo por no mencionar las veces que haga destrozos, o te obligue a ir a buscarlo a la escuela por una pelea sin sentido.

No pudo evitar sonreír, a pesar de todo. La idea se le había hecho muy vívida en esos momentos, como si saliendo de allí ya fuera a pasar por esas situaciones. Pero sólo le bastó que las estocadas comenzaran, primero lentamente hasta que tomaran el ritmo justo, para olvidarse de todo y simplemente perderse  en el placer.

Sabía que no era fácil retener el instinto de querer unirse, más cuando el nudo de su compañero Alfa estaba ya desplegado, logrando que ambos quedaran inmóviles por al menos una hora… con suerte.

—No quise sacarlo a relucir antes, pero olías a un Alfa.

—Sí, probablemente mi compañero. —John comentó, sus ojos estaban cerrados mientras sentía los espasmos de su propio cuerpo, ante un nuevo orgasmo de su amante.

—¿Tienes un compañero Alfa y aún así tuviste que recurrir a mi? Creo que cada vez te entiendo menos, John. ¿Eres el mismo Watson que conocí en la milicia?.

—Ahora volví a serlo sí; pero sería engorroso contarte todo lo que he vivido en estos años luego de mi baja.

—Tengo…, corrección, tenemos todo el tiempo del mundo. Y los parches ayudan a que no estemos en busca de una nueva ronda.

John sonrió cuando los brazos de su amante rodearon su pecho. Él no era un hombre liviano a pesar de ser pequeño, pero sin embargo fue casi alzado para ayudarlo a acomodarse bien en la cama.

—Si tienes razón, pero no estoy seguro de contarte todo. Creo que algo de misterio no viene nada mal al asunto.

—Tal vez tengas razón… Pero no necesito ser muy inteligente para saber que la razón por la que quieres un hijo no es exactamente por ti. ¿Es él?.

El rubio lamió sus labios antes de dejar escapar un suspiro pesado entre ellos. No estaba asombrado de que se hubiera dado cuenta, después de todo siempre había sido muy transparente para las personas con quienes sentía una gran confianza.

Pel, hay cosas que aun yo no entiendo de mi decisión. Pero en parte, creo que sí… es más por él que por mí.

—Espero que valga la pena. —El hombre detrás de John suspiró. —No me gustaría que las cosas te salieran diferente a como las piensas.

—¿Estamos sentimentales hoy? Quien lo diría de ti. —John bromeó, sintiéndose cómodo con el momento. Como si sólo hubiera ido a tomar un trago con uno de los pocos, pero valiosos, amigos que aún conservaba.

—Vamos, que yo no piense y actué como tú, no significa que no te respete… Eres un hombre como quizás yo nunca llegue a ser John. Te debo mi vida, y esa es una deuda que aún no pago.

—Bueno, considérala pagada… me estás dando mucho en estos momentos.

—No, una deuda de vida se paga con eso… Éste es un favor que me pediste y yo acepté ayudarte. Ahora solamente descansemos. —Gruñó. —En cuanto nos separemos hay que cambiar los parches.

John asintió, dejándose llevar por la leve caricia que las manos anchas distribuían sobre su abdomen y pecho. Reprimió como pudo la sonrisa divertida, sabía que en parte ese comportamiento era debido a las hormonas, fuertes a pesar de los parches.

—¿Pel?… —Llamó antes de sentir el sueño querer arrastrarlo.

—¿Mmmm?.

—Sólo, gracias…

—Cuando gustes.

Los labios se movieron contra su hombro, ahogando un poco las palabras. Pero ahí estaban. Y John se sintió respaldado, no importaba que luego él estuviese solo. Sabía que alguien al menos lo había apoyado hasta esa instancia, en ese loco deseo suyo de formar una familia a medias, para lograr quedarse con Sherlock.

 

Continuará.

Notas finales:

Notas Finales: Espero que se entienda un poco las razones de John… esto es lo que paso antes del prologo.

Espero sus comentarios si necesitan que explique algo más acerca del capítulo.


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