CNU dormía plácidamente cuando escuchó un escándalo fuera de su habitación. Bueno, más bien la que compartía con el cachorro del grupo: Chansik. No es que le molestara que los chicos le despertaran con voces entusiastas el día de Navidad, pero es que, joder, quería dormir un poco más. Entre los conciertos de fin de año y el álbum estaba muerto. Aunque, sinceramente, el que estaba medio muerto, aunque no decía ni mú, era Baro. Pobre Baro… ni en el día de Navidad podía tomarse un respiro. Abrió un ojo para intentar desperezarse, casi en un movimiento a cámara lenta, compadeciéndose de Baro. Si él podía levantarse con una sonrisa en la cara, Shinwoo también podía levantarse y unirse a la mañana navideña que el resto de los A4 parecían estar disfrutando.
Logró sentarse, se estiró cuán largo era y cuando consideró que podría ponerse en pie con dignidad, se levantó. Con la mirada aún somnolienta buscó a Gongchan. No estaba en la parte superior de la litera, así que probablemente estaría con los demás. Abrió la puerta y un cojín volando justo delante de su cara le dio los buenos días. Gongchan y Sandeul se habían enzarzado en una batalla de cojines en el pasillo y de ahí el griterío. Oyó un “¡Hyung, devuélvemelo!” y un “Pabo, pabo” mientras ambos seguían con su guerra particular y desaparecían por el resto de la casa. Negó con la cabeza. Era demasiado pronto para saber en qué lío se había metido Sandeul… y la verdad, no tenía ganas de saberlo.
Avanzó hasta la cocina y se encontró con un despierto, pero silencioso, Jinyoung. Sin decirse nada mutuamente, CNU se sentó en la silla y apoyó los brazos en la mesa. Jinyoung, comprendiendo que aún no era persona, le colocó una humeante taza de café delante.
- Vamos a desayunar fuera, pero tómate esto primero.
Asintió para sí y se tomó tranquilamente un trago del café. Jinyoung le observó un rato en silencio. Desde hacía unos meses, el más grande del grupo (en todos los sentidos) estaba “raro”. Que tenía una personalidad un poco peculiar, ya estaba más que acostumbrado. Era un buen tío en el fondo y sobreprotector con ellos. Y cuando él no podía abarcar todo, lo hacía él. Pero estaba preocupado, porque estaba más decaído y abstraído que de costumbre y por más que entre todos se habían “aliado” para sonsacarle algo, no había dado resultado.
- ¡Halbae, ayuda! –Se escuchó un berrido lastimoso de Sandeul por el pasillo, otra vez.
- Ains… Estos niños… -Jinyoung apartó la atención en su hyung, se armó de paciencia y salió a solucionar el problema. De seguro que Gongchan lo había atrapado y estarían hechos un lío en el suelo y tenían prisa.
Pero todo eso a CNU le daba igual. Ahora más despierto, se fijó en la encimera. ¿Eso era una carta? Dejando la taza en el fregadero (ya lo fregaría más tarde), se acercó a ver qué era eso que parecía una hoja de papel en la encimera de la cocina.
Esa era la caligrafía de Baro. La reconocería en cualquier parte. Se dispuso a leerla. En su cara esbozó una sonrisa alegre, otra triste, otra preocupada y finalmente otra llena de orgullo.
El muy idiota aún estaba pendiente de ellos, pese a que tenía que grabar… Y… Un momento… ¿cuándo se habían ido a comer carne sin él?
Frunció el ceño, sin darse cuenta que el escándalo había terminado fuera. Lanzó un largo suspiro.
La verdad es que en los últimos tres meses su vida había sido una montaña rusa emocional. Quería estar pendientes de ellos, pero nunca se había sentido tan frustrado en su vida. Hasta había suplicado a mánager hyung que le buscara cosas con la que distraerse, pese a que odiaba con toda su alma tener que hacer cosas raras en los programas de variedades. Que lo que le gusta era cantar, no hacer el payaso. Eso se lo dejaba a los tres más jóvenes del grupo… Cuando Baro le sugirió ocupar su puesto en la radio vio la salvación. La justificación perfecta a sus noches de desvelos y ojeras ya casi permanentes que no podía justificar… No le gustaba mucho que Gongchan se quedara despierto la mayor parte de las noches hasta que aparecía él por casa, pero tras ver que sus sermones no habían surtido efecto, desistió. Aunque muy en el fondo, agradecía que le esperara alguien para recordarle que no estaba solo y no sentirse totalmente miserable.
Maldito programa Let’s Go Dream Team y maldita la idea de Baro de sugerir que fuese con él. No importó las veces que en las que insistió en que se llevaran al maknae, pues nada. Entre él y el mánager lo arrastraron al programa dichoso y de ahí a la peor catástrofe de su vida. Ese tipo de programas de actividad física no eran su fuerte precisamente… y para más INRI la cagó en la primera prueba… pero claro… Lo que nadie sabía era por qué de repente se volvió rematadamente torpe en el momento en que le tocó hacer su parte del recorrido. Y no fue ni por el público, ni por las pruebas. El culpable tenía nombre y apellido.
Baro y Sandeul se estuvieron riendo de él durante una semana. Gongchan le estuvo machando, alucinado, viendo el video una y otra vez, con el volumen a todo trapo, ya fuese en el portátil o en el móvil, con la dichosa prueba. Cuando quince días después le ofrecieron a B1A4 volver… Gongchan le tendió una trampa. Le dijo que iban a ver a Jinyoung al rodaje de su película y ¡plas! Cuando quiso darse cuenta ya estaba en el maldito programa otra vez. Aún recordaba la mirada aniquiladora del maknae en la furgoneta y su frase de “Hyung, no la cagues esta vez. Ten orgullo”. La verdad, es que la segunda vez lo hizo más que por orgullo, porque él no estaba. Un detalle que nadie se dio cuenta afortunadamente…
Lo importante para él es que no lo sabían y hasta que ese sentimiento tan agónico, terrorífico y sangrante no se fuera de su interior, no pensaba decir nada de nada. No porque no confiase en sus dongsaengs sino porque sería peor decirlo en voz alta.
Se sacudió la cabeza, cogió un bolígrafo que tenían para apuntar la lista de la compra y cogió varios trozos de papel que servían para el mismo fin.
Se volvió a sentar encima de la mesa y comenzó a responder a Baro. El pobre se había quedado sin Navidad y sin mañana libre. Al menos merecía una carta de felicitación de Navidad, de vuelta. De seguro que el idiota lo habría subido ya a Twitter, para asegurarse que le respondiéramos.
CNU empezó a escribir, ignorando los repentinos gritos del líder desde el salón.
Para Baro:
Baro-ya, he leído tu carta. Nuestro Baro está creciendo. Debes estar cansado por el rodaje del drama y la preparación del nuevo álbum, como hyung me duele el corazón. Pero, por otro lado, estoy orgulloso de ti, por aguantar todo en silencio y dar lo mejor de ti. De la manera en la que estás dando todo tu esfuerzo sin duda será una buena base para el Baro del futuro. Espero que el próximo año te vuelvas más fuerte y extraordinario. Vamos a trabajar duro para alcanzar las metas que nos hemos propuesto. Feliz Navidad.
Bien, un poco de confesión no vendría mal, ¿verdad? Se lo solía decir a menudo, pero si lo dejo por escrito, queda más patente.
Miró el folio. Le parecía un poco raquítico, así que decidió añadir una posdata. Picarle a Baro siempre era divertido…
PD. Baro, incluso si no estás con nosotros todo está bien. ^^ Estaba bromeando, el humor a veces es lo mejor cuando no estás... Luego vamos a comer carne, ¿quieres venir? Ah, ¿tienes rodaje? Lo siento... Sólo quería confirmar si Baro quiere comer carne... Confirmado.
Por supuesto que a ese idiota quería comer carne… ¡Si había que contenerlo porque sino era peor que Sandeul oyendo la palabra comida! Si es que son tal para cual…
Lanzó un largo suspiro. La carta le había quedado bien. Hasta su espantosa caligrafía había quedado decente y nadie se reiría de él cuando lo subiera a su cuenta de Twister, ¿verdad?
En ese momento, se le empañaron los ojos de lágrimas. Se reprimió como pudo y esbozó una sonrisa que ni era triste ni alegre. Había más que lástima en ella que otra cosa. Casi compasión consigo mismo. Quería decirlo tan espantosamente. Confesar que se había enamorado a primera vista de Kim Dongjun, el atlético y dicharachero cantante del grupo ZE:A nada más verlo en el ensayo previo a la grabación del programa…
Qué coño había pasado, no lo sabía. Fue mirarle y desmoronarse todo. No entendía nada. Si lo había visto más veces y no había pasado nada. Simplemente le había lanzado una mirada, una sonrisa amable y un “Tranquilo, CNU, tienes un cuerpo atlético, seguro que lo harás muy bien”. Y todo se había ido la mierda, literalmente. Qué misterio era ese el del amor, no lo entendía.
Quería gritarlo de una vez, gritarlo al mundo y así quedarse tranquilo. Quitarse esa losa que lo estaba aplastando y le estaba arruinando la concentración para el Comeback.
Inconscientemente cogió otra hoja y empezó a poner puntitos… y añadió un
Wooooowowowowowowoowowowwow.
Kim Dongjun es tan guapo que me voy a morir. ♥
Sorprendido consigo mismo, miró el folio como si fuera una visión de un universo paralelo. Le dio un histérico ataque de risa que debió llamar la atención de Gongchan, quién entró en la cocina curioso.
-¿Qué haces, Hyung?
- Baro ha dejado una carta de felicitación de Navidad para todos y le estoy contestando.
Gongchan, extrañado decidió ponerse a leer la demasiado pulcra caligrafía de de su compañero de cuarto, incrédulo. En ese momento, CNU añadió otra hoja y escribió debajo:
-El fan de Reply 1994, CNU.-
Sin saber cómo, encontró el valor de mirar al maknae, quién parecía leer muy divertido la misiva.
- ¡Qué buena idea! ¡Yo tengo que hacer algo también! ¡Pero no se lo digas a los demás Hyungs! ¡Anda vístete rápido que nos marchamos enseguida!
Dando un brinco, salió escopetado de la cocina, con la energía y alegría habitual en él. Fuese cual fuese el problema matinal ya se había solucionado.
Inocente maknae despistado… Ni se había dado cuenta de que esa segunda posdata estaba fuera de lugar. Que era una implícita declaración de amor. Sonrió para sí. Ahora que lo había escrito se sentía mejor y aún más miserable por ese amor no correspondido.
- ¡Vamos a sacarle una foto y la subes a Twitter que Baro Hyung ya ha subido la carta! –Armado con el móvil y sin darle casi opción, sonó el clic y ya estaba tecleando vete tú a saber qué. Francamente, no le dio tiempo a reaccionar.
- ¡Vale! ¡Ya está subido! ¡Ahora levanta el culo de la silla y vístete! – Gongchan le levantó literalmente de la silla y lo arrastró hasta el cuarto.
Y así fue cómo fue subida la involuntaria declaración de amor de CNU a Kim Dongjun en Twitter.
Lástima que todas las banas lo confundieran con el personaje del mismo nombre de la serie de Reply 1994…