¿Qué? ¿Qué sucede aquí? ¿Que son estas? mis brazos, pero...están llenos de moretones... son muy rojos para ser moretones, tal vez, son sólo marcas de besos dolorosos, momentos hermosos atrapados en mi piel.
¿Qué? ¿Hay más?
¡Mamá! ¡Papá! ¡Creo que al fin lo encontré! ¿Recuerdan lo que les había dicho? Creo que al fin encontré mi amor verdadero, ese amor que tan pronto consumió mi alma.
¿Mamá? ¿Papá?-dije aterrorizado-¿qué es eso, mamá?
Yo había visto a mis padres con esa cara mucho tiempo atrás, odio, asco. Pero nunca hacia... ¿a quién la dirigen? ¿A mí? Pero... ¿Por qué? ¿Qué he hecho para merecerme su odio y su repulsión? Ah, tal vez, estos momentos marcados en los pliegos de piel pegados a mis extremidades y a las demás partes de mi cuerpo.
-Te vas mañana mismo, no quiero verte más, no eres mi hijo... ¡NO ERES MI HIJO!- dijo mi padre mientras lágrimas de rabia se agolpaban en sus ojos.
-Tampoco eres mi hijo, ni siquiera te quise nunca ¿por qué te engendre? Si ibas a ser así, mejor te hubiera abortado.- mi madre enojada decía con su ponzoñosa lengua.
Ah, ahora lo sé, ahora sé por qué me ven de esa manera, tal vez, sólo tal vez sea porque soy gay...entonces prefiero irme, si mi familia, lo único que tengo, me verá de esa manera, será mejor irme de una buena vez...iré con él, viviremos felices, juntos él y yo, solos, sin que nada ni nadie nos separe. Pero ¿que haces papá? Traes eso en la mano ¿me golpearás con él? ¡Papá! ¡Por favor! ¡No lo hagas!
Sentí como golpeaba mi espalda con la hebilla de su cinturón, como está hacia marcas en mi espalda y rompía mi piel; cómo la sangre agolpaba contra el exterior, y cómo una que otra costilla sería rota de otro golpe si le fuese dado, ¿acaso amar es algo malo?
-Te irás de este país, empaca tus cosas, a primera hora te llevare al aeropuerto, estarás en un internado, y sólo volverás hasta que te gradúes de la universidad- mi padre seguía cabreado, pero ¿que había hecho mal? No lo entiendo.
Me pateo en dirección a mi cuarto y en la entrada de ésta me dijo que nunca más vería a ese "marica violador de niños" y procedió a azotar la puerta tras de sí.
Rompí en llanto, estaba furioso, molesto, y triste, ya no vería a mi primero, a con quien me deje llevar, a mi primer amor...decidí mandarle un mensaje a su móvil. Le dije lo que había pasado y lo que pasaría, unos minutos después él me llamó, pero no conteste, no quería contestar y atarme más a su hermosa voz. Mi papá entró, vio mis ojos llorosos y mi celular comenzó a sonar de nuevo, él se encabritó una vez más y lo tomó, vio el identificador de llamadas y preguntó
-Es él ¿verdad?- el reprimía su enojo diciendo esta frase entre dientes.
-Si- le dije, y con sólo estas dos palabras él tomó mi celular y lo partió a la mitad con ambas manos, lo aventó a la pared y ahí terminó de romperse. Me abofeteó y encerró en mi habitación una vez más.
No tenía opción, comencé a armar mi maleta, guardé mis cosas, me había quedado con algo de Ryunosuke, un llavero de orca que había tomado para guardar y no perder la llave de su casa para cuando volviera. Lo vi, entre mis manos, me recordó a él, su hermoso y largo cabello rojizo, sus hermosos orbes color marrón, el puente de su nariz. Recordé todo de él. Sus besos, sus caricias. Rompí a llorar desconsoladamente otra vez, lloré hasta quedarme dormido.
Al día siguiente mis padres me llevaron al aeropuerto, subí mis maletas, y ni siquiera los mire una sola vez, subí al avión con la cabeza baja, tenía ojeras bajo mis ojos; despegó, volteé hacia la ventana y con todo el dolor de mi corazón dejé que una solitaria y furtiva lágrima rodara por mi mejilla. Lo había visto, fue a perseguirme, lo vi en la ventana viendo mi avión, viéndome a Mí, viéndonos irnos, pero no estaríamos juntos otra vez. Nunca más…
Continuará…