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Belleza por Andromeda Capricornio

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Notas del fanfic:

Me llegó la idea de este fanfic al ir platicando con Dragon no Shiryu sobre lo atractivo de los personajes viendo que la opinion mas divergente fue la que tuvimos sobre Seiya. Asi que aqui les dejo esto. 

Notas del capitulo:

Quise hacer un fic diferente esta vez, incursionando en lo humiristico, es la primera vez que manejo algo así por lo que si las hice reir espero que me lo hagan saber. 

 

Se encontraba caminando por las calles totalmente relajado y alegre después de ver a los niños en el orfanato, algunos de ellos habían sido adoptados y eso le daba gusto, tendrían al fin una familia, ir allí le renovaba el ánimo, aun cuando ya tuviera 18 años y con todo y ser el llamado “Asesino de los dioses, Seiya de Pegaso” se conformaba con solo ser el mismo, ir a jugar con los niños, platicar con Miho y pasearse por allí, a veces debían ir a Grecia solo para ver que Saori estuviera bien , darle los reportes de la fundación y entrenar con sus respectivos maestros de quienes heredarían las armaduras doradas, sin embargo de vez en vez, como ahora tenían un tiempo para recrearse en Japón.

Aunque había algo que lo venía agobiando desde hacía algunos meses o quizás años, aquello le inicio cuando tenía 16 y veía por allí tan felices a Hyoga y Shun juntos, persiguiéndose, abrazándose y besándose, para nadie fue secreto que aquellos dos tenían una relación más que resistente, aunque de vez en cuando algún lugar del santuario o del jardín de la mansión Kido terminaba hecha un caos helado destrozado con golpes metálicos, así eran ellos, si se enojaban llegaban al extremo de atacarse mutuamente y de pronto ya se encontraban encerrados en una habitación haciendo lo obvio.

Eso era lo que tenía tan preocupado al joven guerrero, en su interior anhelaba poder recibir ese tacto con alguien, alguien muy específico, no había tenido pareja y no por falta de pretendientas… ese era otro de sus problemas eran ellas y no “ellos”, Saori no contaba como una de ellas porque más bien pareció todo el tiempo que el la asediaba y nada más fuera de la realidad, a Saori si la quería pero también la respetaba, nada iría mas allá con ellos que una relación fraterna, Shina sinceramente le causaba conflictos con lo ruda que se mostraba y otras veces tan sumisa, era una chica de la que prefería mantenerse alejado y Miho, pues Miho para él era como otra Seika (quien se quedó a vivir en Grecia pero se frecuentaban muchas veces) es decir ella representaba para el otra hermana, no tenía nada en contra de las mujeres sin embargo había ya alguien que le quitaba el sueño y no precisamente era del tipo femenino, más él tampoco lo era, tenía rasgos orientales fuertemente marcados, no era como aquellos niños andróginos del tipo de Shun o de facciones delicadas, muchas veces era objeto de burla entre Shiryu e Ikki por su apariencia, le recordaban que con ella no atraía para nada, las chicas que lo buscaban era solo por amistad a excepción de una que lo hacía por su propio honor.

Suspiro mirando hacia el suelo y después hacia el cielo, no era gran cosa su manera de verse, desaliñado y poco delicado, pero así era el, así le gustaba ser y aunque siempre fuera el “feíto” entre los caballeros divinos su mayor regodeo era poder presumir de su fuerza y su coraje para no dejar de cumplir con su deber, era el mayor orgullo del santuario y era lo que le importaba.

En eso estaba, cavilando en sus pensamientos cuando de una fuente comenzó a brotar agua dorada que resplandecía a la luz y de pronto un brillo lo encegueció mostrando ante el a un bello y pequeño chiquillo de no más de 10 años sonriéndole travieso.

-Tú eres Seiya de Pegaso ¿verdad? – le pregunto la angelical creatura mirándolo con sus brillantes ojitos azules

-¿Eh? Si… ¿Por qué?- pregunto de vuelta anonadado viendo como el niño flotaba frente a su rostro, por un momento le recordó a Kiki sin embargo este niño no le daba confianza

-Soy uno de los heraldos del señor Adonis dios de la belleza y vengo a ti por órdenes de él- dijo el pequeño con una sonrisa cruzándose de brazos

-¿Cómo dices? ¿Qué es lo que quiere?- se puso a la defensiva, no le gustaba atacar niños pero si este chiquillo le traería problemas era mejor prepararse

- Ya que él es un dios pacifico no quiere peleas con el santuario, sin embargo quiere que escarmientes para que tengas un poco de respeto hacia los dioses así que… - dijo el chiquillo alzando su mano logrando que de ella emanara una esfera brillante de luz dorada que lanzo hacia Seiya siendo envuelto por ella, esperó a que algo le doliera o lo hiciera sufrir sin embargo al contrario de ello solo sintió un leve cosquilleo en la piel y cuando la luminosa luz desapareció el mocoso sonrió con satisfacción.

-“Disfruta del regalo” Pegaso – dijo el niño despareciendo de nuevo en una luz enceguecedora, dejándolo completamente confundido, no se sentía mal, ni mareado, ni nada, se sentía igual por lo que retomo su camino aun sin entender lo último que había dicho aquel niño hasta que escucho a unas chicas murmurar observándolo insistentemente y dando risitas tontas, sintiéndose realmente incomodo avanzo más en su camino hasta que otras chicas, esta vez un grupito de cuatro hicieron lo mismo que el par anterior.

-No puede ser me ha de haber vuelto más feo de lo que de por si estaba- pensó angustiado el castaño corriendo con toda su fuerza para evitar que alguien mas lo viera, sin embargo se detuvo de golpe en un edificio con cristales reflejantes y observo con sorpresa su rostro. Seguía siendo el pero no era el…  tembló ante su propio pensamiento y mejor prefirió ponerse la gorra de la sudadera que en ese momento llevaba cubriéndose completamente el rostro llegando agitadísimo hasta la mansión donde Ikki y Shiryu estaban jugando domino y platicando amenamente, al sentir llegar al menor de ellos voltearon hacia la puerta sin embargo el pequeño no mostro su rostro queriendo pasar desapercibido, esperando que no le hicieran caso como siempre y siguieran en lo suyo.

-¿Ahora tu qué Seiya? ¿Por fin asustaste a alguien con tu “bello” rostro?- dijo Ikki irónico e hiriente lo que ocasionó que Shiryu le diera un codazo en las costillas.

-Déjalo Ikki, no es su culpa que su genética lo haya hecho así de tosco- ambos se rieron, sin embargo Seiya no presto atención intentando seguir su camino

-¡Huy cuanto lo defiendes! Ya cásate con el- respondió el Fénix mientras discretamente Seiya intentaba huir de la sala

-¿Yo con Seiya? Ni loco, esta feísimo- exclamo el Dragón haciendo que Seiya se sobresaltara e intentara con más ahínco irse a su habitación sin embargo vio como peligrosa y rápidamente Ikki se acercaba hacia el rodeando sus hombros con su brazo

- Vamos pony, no te avergüences de tu fealdad, acéptala con honor- dijo el mayor intentando quitarle el gorro de la sudadera y a pesar de los esfuerzos del castaño porque no le quitara aquella protección se vio derrotado por el peliazul quien se quedó de piedra al verlo al igual que Shiryu se quedó sin aire,  ambos viendo al pequeño realmente anonadados,  su nariz chata se volvió un poco más pequeña y respingada, su mandíbula cuadrada se suavizo siendo más redonda, sus ojos brillaban al igual que su piel ahora tersa, su cabello se mostraba más sedoso, su cuerpo seguía siendo igual solo que un poco más delineado, se veía… hermoso… de pronto Ikki se relamió los labios sin soltar a Seiya.

-¿Qué te hiciste pony? Te quedo muy bien el cambio

-Suéltame Ikki- exigió el menor, sobresaltándose porque incluso su voz había cambiado un poco y ahora se escuchaba más dulce, intento zafarse del agarre sin éxito mientras veía como Shiryu se acercaba a grandes pasos hacia ellos.

-Ya lo oíste suéltalo – Seiya sintió un poco de alivio con la ayuda que le proporciono el Dragón sin embargo la perdió totalmente cuando también restregó su cuerpo contra el suyo de manera nada inocente –dijiste que me lo quedara yo ¿no?

-Ni de chiste lagartija, tu dijiste que estaba feo – reclamo el Fénix intentando alejar a Shiryu del cuerpo de Seiya aferrándose a él

-Tú también lo dijiste, así que suéltalo

-No quiero

Comenzaron a pelear entre ellos y Seiya vio allí una oportunidad de escapar corriendo a todo lo que podía hasta su habitación, cuando los acosadores se dieron cuenta subieron tras el desesperadamente sin embargo la adrenalina hizo que Seiya corriera a mayor velocidad encerrándose en su cuarto azotando en las narices de los otros dos la puerta.

-Vas a tener que salir Seiya y en cuanto lo hagas te voy a dar la cogida de tu vida, no te me escapas vivo burro con alas- exclamo vulgarmente Ikki a través de la puerta poniendo más nervioso al castaño

-Eso si yo lo permito pollo rostizado, primero lo tengo yo antes que nadie –afirmo el dragón altivamente- ¿te queda claro Seiya? – advirtió también Shiryu, al poco tiempo el Pegaso escucho como se alejaban dejándose escurrir por la puerta hasta sentarse en el piso.

-Maldita sea… maldita sea…- decía mentalmente el Pegaso azotándose contra la puerta sin saber qué hacer, tenía que ver a Saori para que lo ayudara sin embargo eso implicaba salir y volar hasta Grecia, sin embargo en estos momentos salir no era lo que él quería precisamente y menos tras las amenazas de Ikki y Shiryu.

Más tarde llegaron a la mansión Hyoga y Shun después de haber ido al cine, estaban en lo suyo comentando de la película hasta que vieron en la sala a sus dos compañeros con una expresión frustrada formándose en sus rostros.

-Hola hermanito- dijo Shun abrazando a Ikki por la espalda a lo que él le respondió solo acariciando su cabeza

-Hola- fue su corta respuesta que sonaba molesta.

-¿Qué les pasa a los dos? Tienen una cara de que se los lleva el diablo- comento Hyoga quien por respuesta solo obtuvo dos gruñidos por parte de sus compañeros de batalla. –Huy que carácter

-¿Y Seiya donde está? – pregunto inocentemente Shun logrando que tanto su hermano como el Dragón volvieran a gruñir

-El maldito burro está encerrado bajo siete candados en su habitación… -respondió Ikki con indignación.

-Ah ok… emmm… Hyoga vámonos a tu cuarto… - dijo Shun sin nada mejor que decir y es que la actitud de aquellos dos ya comenzaba a ponerlo nervioso e incomodo al igual que se le notaba a su amado rubio.

-Sí, vamos- respondió inmediatamente el Cisne tomando la mano de Shun subiendo las escaleras, llegando allí tuvieron la precaución de hablar lo más bajo que pudieron para no ser escuchados.

-Vamos a ver a Seiya- susurro Shun recibiendo un asentimiento de Hyoga moviendo la cabeza, cuidadosamente lograron quitar el seguro de la puerta con un clip y entraron sigilosamente en el cuarto del Pegaso.

-¡Oh por Athena!- Exclamo con miedo el castaño menor escondiéndose tras su cama dejando paralizados a la pareja en la entrada de la puerta.

-Cálmate Seiya somos Hyoga y yo- dijo Shun acercándose a él y frotando su espalda.

-No vuelvan a hacer eso, casi me da un infarto- dijo Seiya tomando con su mano la parte del pecho donde está el corazón sentándose de nuevo en la cama.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué estás aquí encerrado?- pregunto Hyoga acercándose a ellos –por cierto ¿Qué te hiciste? Te vez diferente – indico el rubio mirando con curiosidad al menor

-¡Ay no! ¿Tú también Hyoga? – expreso con pesar el castaño escondiéndose tras una manta

-¿Yo también? ¿Qué?

-Solo te dijo que te ves diferente, y ahora que lo mencionas Hyoga, es cierto se ve algo distinto pero sigue siendo el- dijo con ternura el ojiverde acariciando la cabeza del Pegaso sobre las mantas.

-Es que tu hermano y Shiryu prácticamente quieren violarme

-¿Cómo dices? – preguntaron al unísono el Cisne y Andrómeda mirándolo extrañados

-Bueno, les contare, lo que paso fue que iba caminando muy tranquilo cuando un niño se apareció de una fuente y dijo que venía de parte de un tal… Adonis… si Adonis y que quería que escarmentara por no tenerle miedo a los dioses y atacarlos, entonces me lanzo una cosa de luz y cuando desapareció el niño yo ya me veía así. En la calle las personas se me quedaban viendo como idiotas, jamás había pasado tanta vergüenza en la vida y luego llegue aquí y el bruto de Ikki me quito el gorro de la sudadera con el que me estaba tapando la cara y de repente entre el Shiryu se pusieron como locos y me advirtieron ambos que quieren… ya saben… conmigo- explico el Pegaso mas lo ultimo lo hizo con la cara bastante sonrojada sin salir de su cueva de frazadas mientras ambos amantes lo miraban incrédulos.

-Wow… eso estuvo de locos, tienes que hablar con Saori, tal vez ella pueda ayudarte- dijo Shun mirándolo con ternura mientras frotaba su espalda.

-Si lo sé, quiero ir tan pronto sea posible pero… me da miedo salir de aquí, no se lidiar con lo que me hizo ese niño, estoy aterrado de salir y más con aquellos dos – dijo el castaño abrazándose mas a su cobija haciendo un adorable puchero.

-Hyoga y yo te cuidaremos, seremos tus guardaespaldas- dijo animado el peliverde siendo observado con extrañeza por su novio.

-¿Seremos? Disculpa pero por algo él es “Super Seiya” ¿no?  Si se ha enfrentado a cosas más poderosas que tu hermano y Shiryu, no necesito recordarles que Seiya venció a ambos a su tiempo ¿verdad? No entiendo porque debemos hacerla de niñeras ahora –dijo Hyoga cruzándose de brazos mirándolos indiferentemente a ambos

-Pero Hyoga… el ahora necesita ayuda, si usa su fuerza contra ellos puede causarles daño y no queremos peleas aquí ¿cierto? Tenemos que apoyarlo patito – le dijo Andrómeda poniendo su cara más tierna abrazando a Seiya que lo veía también con temor por debajo de su manta

-No Shun, el está bastante grande para defenderse solo- declaro el rubio sin dejarse inmutar por la adorable cara de su novio aunque sentía que por dentro le revolaban mariposas

- Hyogaaa, por favooooor- chillo el peliverde ahora mirándolo con los ojitos llorosos abrazando mas al menor quien no se atrevía a hablar – hare lo que tú quieras – dijo finalmente Shun con un notorio sonrojo en las mejillas

-¿Lo… lo que yo quiera…? – tartamudeo el rubio comenzando a imaginarse las miles de cosas que podría hacer Shun por él, desde cocinar hasta lo más sucio y pervertido que jamás antes se le hubiese ocurrido hacer con su inocente, dulce, sensual y comestible novio,  tanto así que estaba a punto de sangrar por la nariz, sin embargo logro controlarse un poco sin dejar de ver a Shun como si fuera el mas delicioso manjar, el conejito sabia darle en sus puntos débiles. –De acuerdo, luego no te arrepientas, tenemos al Pony de testigo- dijo lo más serio posible tratando de disimular su divagación mental.

-Tienes mi palabra- murmuro Shun algo apenado por tener que recurrir a ese medio pero no quería ver a alguien como Seiya ser acosado por aquellos hormonales adultecentes, por lo que después tendría que pagar el precio de lo que había dicho. –Yo lo vigilare de Ikki y tu de Shiryu, ya sabes, es más fácil que mi hermano me haga caso a que tu y el terminen destruyendo la mansión completamente –afirmo el peliverde suspirando con resignación

-Tienes razón

-Me voy a quedar con él a dormir hoy – dijo Shun con mucha seguridad

-No Shun yo… yo no quiero molestarlos demás con esto… Hyoga tiene razón… agradezco que me ayuden a quitármelos de encima, eso lo acepto pero no necesito que te quedes aquí, es decir… eemm…- se interrumpió a si mismo Seiya mirando con un sonrojo a Hyoga y se tapó mas con la manta logrando con ella que Shun mirara también al rubio.

-Ah… ya entiendo, jejeje no te preocupes por eso, es que estoy pensando que si para nosotros fue fácil abrir la puerta lo mismo podrían hacer Ikki o Shiryu

-Lo-lo se pero… yo puedo defenderme si eso pasa…

-Bueno, solo porque tú insistes. Nosotros nos encargaremos de que Saori nos deje usar el Jet Privado y tal vez mañana podamos ir a Grecia

-Gracias chicos… de verdad… - dijo Seiya sintiéndose un poco mas aliviado que ambos tuvieran a bien defenderlo (aunque Hyoga lo hiciera por sus intereses personales) pero era una situación que claramente no podía controlar, si Saori no podía ayudarlo entonces iría corriendo a Piscis para platicar largo y tendido con Afrodita para que le dijera como vivir con “la maldición” que ahora tenía en el, era ahora tan bonito con Shun y no sabía si eso le aterraba o le gustaba.

Más al detenerse a pensar que regresarían al Santuario las mejillas se le colorearon de rojo al pensar en aquel por el cual su corazón latía, a pesar de haber tenido un enfrentamiento bastante arduo con él y que momentáneamente se hubiesen declarado la guerra, ahora para Seiya él era el único en quien podía pensar, a pesar de que creía que nunca sería correspondido por él mantenía una leve llama de esperanza que algún día las cosas se pusieran a su favor desde que se hablaban con cortesía y hasta amigablemente.

Su estomago lo saco de su ensoñación mirando apenado a Shun y  Hyoga,

-eemm… chicos… ¿saben si la comida estará lista pronto? Mi estomago está reclamando por comida desde que llegue - dijo el Pegaso con algo de molestia puesto que gracias a lo que aquel mocoso le había hecho junto con lo sucedido en la sala sus intenciones de comer algo apenas llegara a la mansión se vieron interrumpidas abruptamente.

-Seiya, hoy es el día de descanso de los empleados-dijo Hyoga mirándolo divertido

-Maldición… ¿que hoy es día de hacerle miserable la existencia a Seiya o que espectros sucede?

-Tranquilo Sei-chan, hare la cena pero si quieres puedo traerte algo antes

-¿De verdad Shun? ¡Oh te lo agradezco tanto! Cásate conmigo y aliméntame por favor – dijo efusiva y dramáticamente el castaño tomando entre sus manos las de Shun saliendo al fin de su cueva de mantas

-Óyeme Pony tranquilízate, él es mío y a mi es a quien alimentara por el resto de nuestras vidas- reclamo Hyoga separándoles las manos y abrazando celosamente a su peliverde novio

-¡Cálmense los dos! Iré por algo para Seiya, ahora regreso – dijo el peliverde saliendo de la habitación del menor dejándolos solos, inmediatamente después el rubio hizo aman de salir también de la habitación

-¿A dónde vas Hyoga? – pregunto con angustia el menor casi lanzándose a sus piernas para no dejarlo avanzar

-Cálmate burro miedoso, voy a tratar de comunicarme con Saori para que nos envié el Jet y ver si mañana mismo podemos ir a Grecia, además ya sabes que debemos avisar siempre nuestras llegadas allá, enciérrate en lo que no estoy, ahora regreso – dijo el rubio con una sonrisa que a Seiya le infundió muy poca confianza aún así solo asintió tragando duro saliva y obedeciendo sus indicaciones volvió a encerrarse. Unos minutos después estaba quedándose adormilado por lo que no se dio cuenta cuando la puerta se abría lentamente dejando entrar a un pelinegro que en instantes lo tumbo sobre la cama aprisionándolo contra su cuerpo tomando sus manos por las muñecas tomándose su tiempo para observar el rostro sonrojado y asustado de Seiya.

-En serio, que gran cambio tienes, en mi vida pensé que fueras así de lindo- dijo Shiryu mirándolo lascivamente mordiéndose los labios

-No, ya suéltame – le dijo Seiya revolviéndose en la cama como poseído tratando de zafarse del agarre del pelilargo sin embargo este lo tenía  sujeto con mucha fuerza que ya estaba comenzando a lastimar al castaño – suéltame Shiryu, no es divertido, ¡ya déjame! – grito finalmente desesperado por liberarse sin embargo no se atrevía a usar su fuerza contra el Dragón ya que temía lastimarlo.

-¿No es divertido? No te preocupes pronto nos empezaremos a divertir pony bonito, solo déjate llevar vas a ver qué vas a gritar por mas – susurro roncamente al oído del Pegaso quien solo tenso su cuerpo al sentir la lengua del mayor lamer su cuello y su entrepierna comenzar a rozarse con la suya

-Por favor Shiryu… suéltame…-dijo con la voz entrecortada de miedo sin embargo antes de que las cosas llegaran más lejos  de repente fue liberado del peso sobre su cuerpo y un confundido ojiverde sobaba su espalda viendo con rencor a su atacante.

-¿Qué te sucede Hyoga? ¿Acaso yo te interrumpo cuando estas tirándote a Shun? Metete en tus asuntos o…- se calló por un momento viendo pícaramente a Hyoga que lo miraba expectante alzando una ceja –o acaso ¿tú también quieres poncharte al pony ahora que se puso bueno? – pregunto insinuante a lo que el rubio respondió tomándolo del brazo levantándolo del suelo con brusquedad empujándolo fuera del cuarto.

-No seas idiota, no necesito de nadie más si tengo a Shun, digo… nos has oído en las noches, no te hagas…- dijo el ruso con cierto sonrojo pero bastante molesto con el Dragón por no saber controlar sus hormonas de 19 años –déjalo en paz, ve a ver porno y pajeate con eso hasta que te quedes seco si tan caliente estas lagartija.

-Bueno y ¿Por qué demonios te importa a ti? Quítate y has como que no oyes en lo que me divierto un rato con Seiya – medio exigió el pelinegro tratando de quitar a Hyoga del paso de la puerta sin embargo este reunió toda su fuerza para no dejarse quitar.

-Me importa porque el todavía es joven y tiene derecho de dejarse con quien a él le dé la gana y si no quiere contigo mejor respétalo, ahora largo- pronuncio determinado el Cisne recibiendo de Shiryu una mirada fulminante y con los puños apretados se retiro de allí dando fuertes pisotones hasta entrar a su habitación azotando la puerta.

 – ¿Estás bien Sei? No pensé que ese pervertido fuera a aventajarme así –dijo el rubio a modo de disculpa viendo como el castaño se frotaba las muñecas

-Descuida Hyoga no pasó nada, gracias por ayudarme- dijo el menor sonriéndole regalándole un poco de alivio al ruso frente a él; en el siguiente instante apareció Shun en la habitación trayendo consigo un emparedado y una caja de jugo.

-Esto mantendrá entretenido tu estomago en lo que esta lista la cena – el peliverde extendió la comida a Seiya que ni bien la tuvo en sus manos comenzó a devorarla gustoso

-Grashas Shun –dijo alegremente el menor masticando su comida ante la mirada alegre de Shun y la de desagrado de Hyoga

-De nada Sei-chan, vuelvo a la cocina los llamare para que bajen a comer – sin más Andrómeda salió de la pieza dejando nuevamente solos a Hyoga y Seiya

-Aaahh incluso un simple emparedado le sale delicioso, dioses moría de hambre y esto me cae como un manjar divino, esta tan rico- exclamo el castaño con una gran sonrisa bebiendo de la caja de jugo

-Lo sé, él es como una esposa perfecta, bueno en la cocina y aun mejor en la cama – ante las palabras del rubio Seiya se atraganto un poco pasando con dificultad dándose golpecitos en el pecho y tosiendo un poco

-¡Hyoga! No era necesario que dijeras eso- le dijo aventándole un almohada bebiendo más del jugo.

-Jaja, lo siento, hable ya con Saori, dijo que nos espera mañana por la tarde el Jet llegara a las 4 de la mañana así que nos iremos alrededor de las 5- explico Hyoga recostándose en la cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza

-Eso es grandioso… espero que Saori pueda deshacer esto… a mí me gusta ser como soy y ese maldito dios se está burlando de mí, ojala nunca se me ponga enfrente o le meto mis meteoros por el culo- dijo Seiya enfadado terminándose de un gran bocado el emparedado mientras Hyoga se retorcía de tan fuerte que reía gracias a lo último que el Pegaso había dicho.

-Vaya,  si que te molestaste, pero bueno no debe ser tan malo, Shun sabe vivir con eso – dijo Hyoga cruzando sus brazos detrás de su cabeza viendo hacia el techo despreocupadamente.

- Pero Shun siempre ha sido así, yo no, me eh acostumbrado tanto a mi poco atractivo visual que ahora me siento raro… como si me hubieran cambiado de cuerpo o algo así… - dijo desanimado, su intención jamás había sido parecer modelo de revista, solo esperaba que si esa persona lo llegase a ver con esta apariencia no se comportara como los imbéciles de sus medios hermanos.

-Listo chicos ya pueden bajar a comer – se escucho el llamado de Shun desde la sala una hora después de que hubiese bajado a preparar la cena.

-Bien Pony vamos – dijo contento Hyoga saliendo de la habitación seguido de Seiya sin embargo en el pasillo también se encontraba Shiryu mirando asesinamente al rubio.

-¿Bajas a comer también? – pregunto el ruso con una sonrisa a la que el Dragón respondió con una mueca de molestia

-No me hables maldito congelador – dijo despectivamente mirando insistentemente a Seiya quien desviaba su mirada hacia otro lado tímidamente.

-Ay que sensible saliste Lagartija, calmate no te vas a morir por Seiya y bien lo sabes

-Cállate idiota, te dije que no me hables

Y entre su acalorada discusión iban bajando las escaleras tanto el rubio como el pelinegro dejando de tomarle importancia a Seiya mientras este bajaba detrás de ellos, sin embargo en la distracción una mano tapo con fuerza la boca del castaño mientras era atraído de la cintura por el brazo de cierto peliazul, sin darse cuenta estaba acorralado entre los brazos de Ikki quien se restregaba en su trasero como animal en celo oliendo su cabello y lamiendo el lóbulo de su oreja.

- Al fin solos pony…- soltó roncamente a su oído el Fénix mientras la mano que había mantenido en su cintura recorría su vientre por debajo de la ropa, el menor por su parte se revolvía entre sus brazos intentando zafarse del agarre mas parecía que eso solo lograba poner a Ikki mas “contento”

-No pensé que algún día iba a querer hacer esto contigo pero tu cuerpo se siente tan bien- de pronto sintió como mordía Seiya su mano, mas sin soltarlo el mordió su hombro - ¿quieres jugar rudo eh? Yo pensaba tener algo de delicadeza contigo pero ya vi que te gusta a la mala – lo azoto contra el piso, alzando las manos del castaño sobre su cabeza deteniéndolas con una mano mientras la otra subía su playera dejando descubierto el torso bastante bien esculpido del Pegaso ante una mirada llena de lujuria en el rostro del mayor.

-N-no Ikki… no… - suplicaba el castaño sintiéndose realmente desesperado, mas al sentir como la lengua del mayor se movía en torno a su ombligo – por favor… no… - dijo en un lastimero gemido sintiendo como la mano libre del peliazul llegaba al borde de su pantalón comenzando a meter la mano lentamente, sin embargo la puerta se abrió de pronto dejando ver la figura de un peliverde anonadado

-¡HERMANO! – grito Shun al tiempo que lo jalaba de los hombros quitándolo de arriba de Seiya quien retrocedió asustado tratando de recuperar el aliento.

-No te metas en esto Shun, vete- dijo colérico el peliazul levantándose del piso  

-No hermano, deja en paz a Seiya, no lo trates así

-Yo lo trato como la gana se me dé, fuera de aquí

-No sin Seiya- planteo con seguridad el peliverde mirando retadoramente a su hermano quien solo negó con la cabeza

-Maldita sea Shun, tenía que salir tu complejo de salvador ¿justo ahora?

-No seas así Ikki, no tienes derecho a hacer eso, además Seiya debe decidir con quién quiere estar

Durante la discusión entre esos dos hermanos el castaño aprovecho para salir de la habitación, al notarlo el peliverde sonrío tiernamente ante la confundida mirada del Fénix

-La comida esta lista hermano- y sin más salió de la habitación dando saltitos cual conejo que era dejando a Ikki parado como estatua en su habitación con un solo pensamiento rondando en su mente

-“¿Qué carajo acaba de pasar?”-  sin embargo pasando la confusión decidió ir tras su hermano sintiendo la frustración crecer a cada instante.

Los cinco estaban en el comedor mirándose entre ellos como acechándose y el ambiente estaba tan tenso que podía cortarse con un cuchillo, Seiya estaba sentado en el cabezal de la mesa con Hyoga y Shun flanqueando ambos lados de él, mientras Ikki estaba sentado junto a Shun, y Shiryu junto a Hyoga, tanto Fénix como Dragón sin quitarle la vista de encima a Seiya mirándolo con insistencia, enojo y deseo, mientras el Pegaso no despegaba la vista del plato donde comía sintiéndose bastante incomodo por el silencio y aquellos dos calientes que en vez de meterse en sus asuntos le veían con más apetito que a la misma comida.

-¡Ya basta! Dejen de mirarme así o les juro que a los dos los encierro en cada una de sus Pandora´s Box-  por fin exploto el menor viendo con un enojado sonrojo a sus dos acosadores quienes lo miraron con sorpresa

-¡Tu tienes la culpa maldito burro! Si el pato imbécil no se hubiera metido ya te hubiera dejado de molestar desde hacía bastante- dijo el pelinegro mirando a los dos aludidos con bastante furia golpeando la mesa.

-Sí mi hermanito no hubiese arruinado “mi cena” te juro que ya no tendrías por qué aguantar mi mirada – alego el mayor de los cinco mirando con rencor a su hermano y luego a Seiya

- ¡Si tantas ganas tienen de coger, cójanse entre ustedes y dejen de molestarme de una maldita vez! Años siendo su burla por ser “el feo” de la casa y ahora de buenas a primeras tienen ganas de “gozarme” ¡pues no! No estoy para ser pasatiempo ni burla – grito indignado el castaño menor fulminándolos con su chocolatada mirada, sin embargo miro hacia abajo en su plato y tomándolo se vertió lo que quedaba de comida en la boca quedando con las mejillas abultadas tratando de masticarlo. – Grashas po la coiida Shun- dijo con la boca llena quitándole dramatismo a su retirada.

-Agradecido debería estar de que me fije en él y todavía se pone de digno, no es más que un idiota – dijo Ikki dándole un gran bocado a su filete mordiéndolo como si con el pudiera descargar toda su furia.

- Ni que valiera tanto la pena, solo fue un cambio tonto y ya, no es que quiera tocar toda esa piel tersa y embriagarme con su aroma suave, ni que quiera morder su apetecible cuello ni explorar ese esculpido torso y… -ante esa descripción dada por el pelinegro las reacciones no se hicieron esperar, la de el mismo fue poner los ojos en blanco de tanto que se imaginaba lo que decía, la de Ikki fue mirar hacia la nada con lujuria relamiéndose los labios, mientras que la del ruso y el peliverde fue mirarlos a ambos con una expresión de desasosiego que optaron por dejarlos allí hundidos en sus fantasías, mientras ambos regresaban a la habitación de Seiya.

-Tenemos que planear todo para mañana, y debemos asegurarnos de que esos no nos sigan – comenta el rubio pensativo

-¡Oye! Uno de “esos” es mi hermano – reclama el peliverde haciendo un mohín

-Lo siento amor pero debes entender que en estas circunstancias las delicadezas son un lujo con ellos que están tan desatados, creo que los tres tendremos que dormir en la misma habitación ya vimos que no eres muy capaz de defenderte Seiya, estas como Shun cuando pelea – dijo Hyoga tapándose la boca con la mano por lo último que había dicho mirándolo con temor

-¿Me… me crees inútil? ¿Me crees incapaz? ¡Para tu información ganso idiota mate a un caballero dorado, a una marina y a un dios guerrero yo solo!

-L-lo siento Shun, fue sin pensar por favor tranquilízate mi vida, soy un idiota muy grande – dijo el rubio mirando con ojos de borreguito al peliverde quien solo se cruzo de brazos y lo miro de mala manera.

Después de planear su viaje decidieron irse a dormir llegadas las 11 de la noche, Shun se durmió en la cama junto con Seiya mientras el ruso se quedaba en un sofá de la habitación, lo que ocasionó que llegada la mañana los tres despertaran mas incómodos puesto que no estaban acostumbrados a dormir de esa forma, a las 3:30 am se alistaron tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a los otros dos, sigilosamente salieron de la mansión y se dirigieron hacia el aeropuerto para abordar el jet privado sin saber que tras ellos iban dos sombras vigilantes que se escabulleron junto con ellos en el jet sin dar ni un rastro de su presencia.

-Que ingenuos de su parte pensar que no íbamos a darnos cuenta – dijo el Fénix sonriendo malévolamente

- Bueno, Seiya nunca ah sido muy listo, Shun siempre ah sido mu crédulo y Hyoga ahora que está enamorado es un idiota, es fácil saber porque pudimos colarnos así nada mas – reflexiono Shiryu tratando de acomodarse mejor ya que al ir en el compartimiento del equipaje aparte de que la temperatura no era nada acogedora no había tampoco un lugar cómodo donde sentarse.

Mientras tanto los otros tres esperaban con ansia llagar hasta Grecia, principalmente Seiya quien a pesar de lo que le dijeron Hyoga y Shun de que durante el vuelo no habría nadie que lo acosara iba tapado con una sudadera y tenía puestos unos lentes de sol, llegadas las 2:00 de la tarde bajaron del jet corriendo a toda velocidad hacia el santuario con los otros dos a cierta distancia siguiéndolos.

-Bien aquí estamos- dijo Hyoga una vez estando ante la escalinata de Aries

-No pierdas tiempo Seiya, corre con Saori – dijo Shun viéndolo con una sonrisa

-¿Qué? ¿Pero y ustedes? – pregunto el Pegaso apenas habiendo subido 5 escalones

- Tu ve, nosotros tenemos que encargarnos de algo aquí, corre – dijo el peliverde sin dejar de sonreír dándole confianza a su castaño compañero de seguir subiendo, este aun no muy convencido asintió dejando atrás a los otros dos.

-Bueno ahora que el está en camino a liberarse de eso es mejor que ustedes dos salgan ya de donde se esconden- grito Andrómeda volteándose al camino viendo como de detrás de unas rocas aparecían Shiryu y su hermano.

-¿Cómo lo supiste? – pregunto Ikki encarando a su hermanito viéndolo molesto

-Puede que no sea muy intuitivo pero los sentí a los dos desde que llegamos aquí, no dejare que interfieran con lo que vino a hacer Seiya, los dos son un par de insensibles calientes – dicto firmemente el menor mirando a los otros dos con determinación.

-Dejen de intervenir donde no les interesa, quítense antes de que los lastime – amenazo el dragón viendo furico a la parejita frente a él.

-No dejaremos que pasen, intenten siquiera interrumpir el camino de Pegaso y sufrirán las consecuencias – dijo de vuelta el rubio mirando con igual competitividad tanto a Shiryu como a Ikki

-No quiero pelear contigo Shun – dijo Ikki mirando al peliverde apretando los puños

-Pues no lo hagas, sabes muy bien que odio las peleas pero esta vez es por ayudar a un amigo y si no me vas a dejar otra alternativa entonces peleare.

-Que conste que ustedes se lo buscaron – volvió a  intervenir Shiryu

-No salgan llorando después – amenazo Ikki preparándose para el ataque

-No nos subestimen – dijo Andrómeda sin dejar de mirar determinado

-Vieja el último – dijo Hyoga haciendo que los ánimos se caldearan mas defendiéndose del ataque del Fénix y del Dragón que lanzaron hacia Shun y él respectivamente mientras ellos contraatacaban.

Mientras tanto Seiya ya estaba saliendo de Cáncer con un muy enojado Death Mask recordándole en Italiano a todos su ancestros, pasar Aries fue fácil ya que Mu tenía más o menos conocimiento de que era lo que sucedía asi que solo saludo de lejos al castaño para no entretenerlo, lo cual no fue el caso de Tauro que siempre tan amigable y efusivo quiso saludar más estrechamente al menor de los Kido y el tratando de no ser grosero intento salir de allí tan rápido como pudo, en Géminis al gritar pidiendo permiso nadie le respondió pero tampoco nadie lo detuvo por lo que era obvio que Saga estaba fuera y él tuvo permitido entrar y salir, al llegar a Cáncer le grito a su nada empático guardián para que lo dejase pasar sin embargo este salió a su encuentro bastante pasadito de vino intentando retarlo sin embargo el castaño lo burlo fácilmente disculpándose por no enfrentarlo dando como resultado un muy ofendido canceriano, al llegar a Leo vio en la entrada a Aioria quien se le quedo viendo desde que estaba subiendo las ultimas escaleras

-Hola ¿me dejas pasar?- pregunto ya agitado y acalorado sin embargo por nada del mundo se quitaría sus tan apreciadas protecciones.

-Seiya ¿Qué haces aquí? No los esperábamos hasta dentro de 3 semanas – dijo el guardián de Leo mirando con curiosidad al menor

-Después te explico por favor, déjame pasar – pidió Seiya mirando a través de los lentes oscuros al castaño mayor  quien no dejaba de examinarlo

-¿Por qué estas todo cubierto? – pregunto sin poder contener su curiosidad ante las ansias del Pegaso

-Por favor… después te explico con lujo de detalle todo por ahora solo déjame pasar – pido mas exasperado casi gritando lo que ocasionó que Aioria solo diera un respingo y lo mirara como si lo hubiesen regañado

-Claro pasa… disculpa por entretenerte – dijo con una voz apagada viendo como Seiya atravesaba su templo sin miramiento alguno, al llegar a Virgo la voz de Shaka resonó dándole permiso de pasar aun sin que el hubiese pedido permiso en Libra no había nadie ya que como siempre el maestro Dohko se encontraba en Rozan, en Scorpio Milo le dio permiso desinteresadamente, Sagitario no fue problema alguno, en Capricornio Shura lo miro con aires asesinos por interrumpirlo mientras estaba con Camus y aprovecho el momento para pedirle permiso al guardián de Acuario ganándose como respuesta un muy enojado “haz lo que se te dé la gana” junto con que ambos caballeros lo sacaran volando de allí y en el proceso perdió los lentes quedándose estos estrellados en algún acantilado.

-¡Rayos! – exclamo poniéndose de pie siguiendo su camino hasta llegar a Piscis donde se sobresalto al sentir el cosmos de alguien diferente a su guardián, sin darse cuenta se interno en el hasta que en el centro del templo se topo con el dueño de aquel cosmos chocando contra él cayendo de sentón al piso haciendo que el gorro de la sudadera se bajara dejándolo al descubierto. Miro a la persona con la que había chocado poniéndose completamente rojo sintiendo como su corazón comenzaba a acelerarse.

-L-lo siento… - fue lo único que pudo articular sin perderse en aquellos ojos que lo miraban divertidos y le ofrecía una mano para ponerse de pie

-Que distraído resultaste Seiya, estaba justo frente a ti y tu ni en cuenta – dijo una voz amable y pacifica sintiéndose en los oídos del menor como una caricia

-L-lo siento Saga… n-no  me volverá a pasar – se disculpo nuevamente sintiendo en su estomago como mariposas revoloteaban en su interior al darse cuenta que él no lo estaba mirando como un maniático por su apariencia envolviéndose en un aura de fantasía dándole una esperanza que anhelaba con todo el corazón

-No importa, fue gracioso, por cierto ¿te hiciste algo diferente? Te ves distinto – y en aquel momento la burbuja se rompió, tal vez Saga también se estaba dejando engañar por aquel hechizo sin embargo una voz más melodiosa capturo la atención de ambos.

-Vaya Pegaso, que novedad verte por aquí – dijo Afrodita caminando con sus aires elegantes innatos haciendo que Saga sonriera mas sin que Seiya lo notará, el Sueco traía en sus manos dos vasos de cristal con algún tipo de licor de color dorado claro dándole uno al geminiano mientras con una gracia indescriptible recargaba uno de sus brazos en los hombros del mayor enredando coquetamente los azulaos mechones de cabello entre sus finos dedos, haciendo con eso que Seiya perdiera completamente el color y sintiera que su corazón se había quebrado.

-¿Me… me dejas pasar por tu templo? – dijo el castaño con la voz ahogada sin querer prestarle más atención a eso sintiendo como su interior se encogía al ver como Saga pasaba un brazo alrededor de la cintura del peliceleste

-Claro, puedes hacerlo – dijo sonriente dejando sentir su cosmos para abrirle el paso por el camino de rosas hasta la cámara del Patriarca, ya sin ánimos siguió su camino ante la mirada de los otros dos –por cierto Seiya- lo llamo Afrodita antes de que saliera del templo volteando a verlo –te queda muy bien ese look – dijo finalmente el del doceavo templo guiñándole el ojo volviendo a lo suyo con Saga. Seiya solo sintió como si se hubiera burlado de él y siguió subiendo, lo único que quería ahora esa deshacerse del hechizo de una vez y acabar con todo.

Antes de cruzar el recinto Patriarcal Aioros lo miro como un padre estudia a su hijo sin embargo sabía que ese momento no era para hablar y dejo que siguiera por su camino.

Al llegar ante Saori esta lo recibió con su cálido cosmos envolviéndolo sin embargo él solo se abrazo a ella completamente desilusionado.

-Ayúdame Saori- suplico sin mirarla y ella solamente lo acariño haciendo que la mirara de frente

-¿Qué sucedió? – pregunto queriendo que él le dijera cada detalle de porque ahora estaba así, el obedeció sin ningún tipo de replica diciendo todo sin omisiones. – Ya veo… así con que a esto se refería Adonis cuando me amenazo, pensé en decírtelo pero parece que el mismo día que el vino a hacerme la advertencia fue cuando te ataco, pero ¿no te gusta estar así en serio? Es decir te favorece mucho – dijo ella divertida ante el inmediato sonrojo que se expandió en el rostro del Pegaso.

-No, no me gusta… odio esto, yo solo quiero regresar a como era antes pero… - en ese momento un aura dorada comenzó a resplandecer detrás de Athena dejando ver poco a poco a un hombre alto de cabellos castaños claros, piel apiñonada y ojos dorados vestido con una túnica blanca.

-Parece que lo que me dijiste fue cierto Athena- dijo la armoniosa voz de aquel hombre viendo con una sonrisa socarrona a Seiya

-¿Qué cómo? – pregunto el castaño menor mirando a ambas deidades sin entender

-Cuando Adonis vino le dije que hiciera lo que hiciera tú eras una persona por demás bondadosa que jamás tomaría ventaja de algo suyo que no fuera tu propia convicción y espíritu de pelea, él sin embargo no me creyó y aun así estaba determinado a mostrarme que eras una persona frívola, a pesar de que quise detenerlo se fue lanzándote esa maldición pensando que al saberte tan hermoso tu caerías ante la vanidad, pero ahora como puedes ver Adonis, el no es como tu pensaste, él es una persona humilde y pura, además tu maldición nunca iba a funcionar como deseabas ya que Saga está enamorado de Afrodita y es correspondido- dijo Athena viendo triunfal a la otra deidad mientras este hacia una mueca de enojo.

-Si… ya note que tenías razón Athena

-Esperen… ¿Cómo es que funciona esto que me lanzaste? – pregunto sumamente curioso Seiya mirando expectante a Adonis.

-Te explicare, es un tipo de ilusión pero al mismo tiempo no lo es, tú en realidad si cambiaste físicamente, pero ese cambio solo es perceptible para ti porque solo tú puedes verte como de verdad eres y ante las personas que no están enamoradas sin embargo ese efecto tocara una parte muy sensible de su percepción haciendo que se queden impactadas con tu belleza, algo así como lo que sucede con el caballero de Piscis, sin embargo ante las personas que aman y son correspondidas ese efecto solo pueden medio notarlo ya que al estar enamorados la otra persona es el centro más grande de su concepto de belleza – dijo catedraticamente el dios mirándolo con superioridad.

-Es por eso que me dijeron que notaban algo diferente… peor ellos no me ven tan distinto… -dijo en voz baja Seiya para si mismo – bueno ya te divertiste, regrésame a la normalidad – exigió mirando a los ojos a Adonis sin vacilaciones.

-Eres un engreído irrespetuoso mocoso – dijo la deidad con desprecio mirando al Pegaso como una cucaracha – aunque yo hice eso lamento decirte que no puedo deshacerlo.

-¿Qué? ¿Por qué no? –pregunto asustado el castaño menor viéndolo abstraídamente

-Es un castigo por tus delitos contra los dioses, así que ni Athena ni yo ni nadie puede quitarte eso hasta que encuentres una solución, pero ya que me equivoque en algunas cosas contigo y al parecer eres tan idiota que nunca vas a darte cuenta te lo diré, encuentra a la persona que te amé por quien eres y que tu correspondas igual, esa persona te vera tal cual siempre te ah percibido ya que te mira con los ojos de su alma, la maldición se  desvanecerá en el momento que amos se entreguen el uno al otro.

Al escuchar las palabras del dios una tensión se apodero de él mas al oír lo ultimo sintió como si el alma se le fuera del cuerpo –¿e-entregarnos? ¿qui-quieres decir…?- se cayó antes de decir completamente lo que pensaba tapándose la boca mirándolo con sorpresa

-Que tu solo puedas pensar en ese tipo de entrega me deja ver que el pensamiento humano es muy limitado… eso o que tu eres un enfermo idiota – dijo despectivamente empezando a resplandecer de nuevo – que tengas suerte Pegaso – y así como llegó se fue desvaneciéndose en la luz dejando un atónito Seiya y una afligida Saori.

-Quisiera poder ayudarte Seiya pero… me tienen atada de pies y manos… - dijo son pesar la ojiazul posando su mano sobre el hombro de su más fiel guardián

-No te aflijas Saori, de todas maneras gracias por recibirme… me quedare en Grecia a partir de hoy, me retiro – dijo haciendo una leve reverencia impropia de él dejándole un profundo sinsabor a su diosa quien lo miro partir acongojada, poco a poco bajo las escalinatas atravesando cada templo pesaroso hasta que llegó a Leo viendo un triste Aioria sentado en la escalinata de la entrada tal y como se lo había encontrado sintiendo culpa por haberle gritado.

-Aioria… - lo llamo suavemente yendo hacia él, sin embargo al voltear el mayor a verlo le dedico una sonrisa muy sincera

-¿Ya de regreso pony?- le bromeo siguiéndolo con la mirada hasta que se sentón junto a él

-Lamento mucho haber sido grosero contigo hacer rato pero estaba muy eufórico y… lo siento… - se disculpo muy apenado el castaño menor mirando hacia sus zapatos.

-No fue nada, yo tuve la culpa por quererte entretener cuando llevabas prisa – dijo con un tono jovial el mayor sin dejar de mostrarle su sonrisa

-Si bueno… ya no importa… - suspiro Pegaso pesaroso estremeciéndose al sentir la mano de Aioria posándose sobre su mejilla con suavidad levantando su mirada para mirarse a los ojos.

-No pongas ese cara triste Seiya, sonríe, es bueno que dejes ver tu rostro de una vez – dijo Leo con una sonrisa acariciando con el pulgar la mejilla de Seiya haciendo que este se sobresaltara mirándolo como sorprendido.

-Aioria… - lo llamo haciendo que su atención se posara completamente el él

-Dime Seiya

-¿No me notas nada diferente?- preguntó con ansia sintiendo que su corazón retumbaba con una fuerza que no había sentido antes

-¿Por qué? ¿Te hiciste algo distinto? – pregunto de vuelta el otro sin dejar de sonreírle

-E-en serio… ¿no me notas nada diferente? – insistió nuevamente sintiendo un escalofrió recórrelo mientras sin darse cuenta acortaba distancia entre el quinto guardián y él.

-¿Debería notar algo diferente? Yo te veo como siempre te eh visto Seiya, tan tú como siempre – dijo suavemente Aioria sin dejar de mirar atentamente los ojos de Pegaso.

-Aioria…

-Se que… tal vez este momento no es tn indicado pero ya no quiero seguir escondiéndolo… Seiya… me tienes cautivado desde hace mucho tiempo y se que esto que siento tal vez para ti es muy apresurado y no estés listo para oírlo pero yo… yo… Seiya te amo… -se declaro finalmente dejando al castaño anonadado sintiendo que el corazón le explotaría en cualquier momento detallando con sus ojos cada detalle del rostro de Aioria, desde sus masculinas facciones hasta la comisura de sus labios sin darse cuenta ya estaba a nada de su cuerpo apresado en él sintiendo en su interior un calor que lo hacía sentir confortable.

-Yo también… te amo Aioria… - declaro con completa seguridad dejando que el León dorado poseyera sus labios enredando los brazos en su cuello mientras los brazos de Aioria se enroscaban en su cintura atrayéndolo más a él si era posible emitiendo con ello un resplandor blanco que los envolvió a ambos.

Lejos de allí se escuchaban ruidos de una cadena y explosiones a diestra y siniestra mas al percibir una energía desde los templos dejaron de luchar para mirar hacia ellos haciendo que el caballero de Andrómeda y de Cisne se dibujaran un par de sonrisas.

-Parece que ya todo está bien- dijo con alivio Shun mirando con una amplia sonrisa al rubio ruso

-Sí, parece que si… - dijo con satisfacción dejando su pose de pelea al mismo tiempo que Shun, ambos se tomaron de las manos caminando hacia los dormitorios de los aprendices dejando consternados y sin entender a Ikki y Shiryu mirándose el uno al otro confundidos.

-¡Esperen! ¿Qué? – pregunto Ikki deteniéndoles el paso a aquellos dos

-Seiya ya se libro de la maldición ¿Qué no lo sintieron? Nuestra pelea por lo tanto termino – dijo Hyoga mirándolos con una sonrisa de autosuficiencia y tanto él como el peliverde siguieron su camino satisfechos, dejando a los otros dos anonadados.

-Y ahora ¿Qué? – pregunto el pelilargo mirando con estupor al Fénix

-Pues… conozco un bar en Athenas con chicas muy deseables y lindas- dijo Ikki mirando de vuelta a Shiryu

-Bueno… un par de “buenas copas” nunca caen mal – dijo el Dragón haciendo un ademan con las manos frente a su pecho llendose con Ikki a desquitar la frustración.

Mientras en el quinto templo un mas que feliz Seiya se dejaba mimar por Aioria quien también se sentía entre las nubes al tener al fin a su anhelado amor a su lado. A pesar de todo, la vida hace giros inesperados que te llevan con la persona que menos esperabas pero que mas féliz te hace aceptándote tal cual eres ya que el interior fue siempre lo que le importo al ser amado, o al menos eso fue lo que entendío Seiya después.

FIN 

Notas finales:

No me queda mas que agradecerles por leer esto y epsero que les guste, personalmente nunca me había sentido tan feliz por terminar un fic ya que llevaba meses tratando de terminarlo pero al fin aqui esta. 

Nos leemos n.n/


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