Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De Ladronas y asesinas, ha diosas del amor. por sebastiana michaelis

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:  


HE VUELTO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! HE RENACIDO DE LA CENIZAS!!!!!!! ok, no. Pero si, he vuelto. Siento esta espera tan larga pero el insti, las tareas, trabajos y exposiciones me habían quitado la inspiración totalmente. Pero Halloween a hecho que vuelva y espero subir más seguido. Sin más preámbulos el nuevo capitulo. A LEERRR!!!! 

Claudia POV.

 - ¡Buenos días!- oí que me gritaban.

 Dios, que odioso podía ser ese chico. Todos los días me despertaba y todos los días me preguntaba cosas y me contaba cosas de él. Tampoco es que me molestara, bueno molestar me molestaba pero su compañía era soportable, y si, podía ponerse un poco pesado pero por lo menos no estaba sola.

 - Pero esto es muy aburrido, así que lo único que hago es revisar documentos aburridos y no tengo con quien hablar porque Claude no es que sea muy hablador- dijo Alois suspirando.

 Otra vez hablando de Claude. Ese era el tema preferido de Alois, Claude, Claude, Claude. No lo había visto si quiera y ya parecía que lo conociera de toda la vida.

 - ¿Por qué siempre hablas de Claude?- pregunté un poco cansada de ese nombre- Pareciera que estas enamorado de él- dije cansada y molesta.

 - Pero… ¿que dices?…e…eso no es verdad- balbuceo más rojo que un tomate.

 - Espera, ¿por qué estas tan rojo? No me digas que si estas enamorado de…- su muda respuesta me lo confirmo- Jajajajajajajajaja- no pude evitar reírme, su cara era un cuadro muy gracioso.

 - ¿De que te ríes?- dijo Alois volviendo a la normalidad, salvo porque tenía el ceño fruncido.

 - De ti, jajajajajajaja- seguía riéndome- Seguro que ni te corresponde…Que patético- continué sin parar de reír.

 -¡Cállate! ¡Tú no sabes lo que eso!- gritó colérico para después irse dando un portazo.

 Seguí riendo unos instantes hasta que lo oí alejarse dando pasos furiosos, esto hizo que soltará una carcajada mayor, era ridículo ¿O no? Me fui poniendo seria cada vez que lo pensaba más.

 - Te equivocas Alois…si lo sé- dije mirando al techo mientras una lagrima rodaba por mi mejilla- Débil- y me sequé la lagrima con rabia, obligándome no volver a llorar.

 Estar en este lugar no me sentaba bien, me hacía recordar cosas que no quería y no hacer nada me frustraba más. Tenía que encontrar a Sebastiana y a Willa, y buscar una forma de volver a nuestro tiempo. Sabía que Alois no me iba dejar irme sola, y sus sirvientes podían verme y avisarle si me veían salir por la puerta.

 Abrí la puerta de la habitación y me asomé, había algunas puertas abiertas y se oía ruido, tanto que llegaba hasta el fondo del pasillo.

 - No…imposible- pensé frustrada.

 ¿Cómo podía salir de ahí sin que me vieran? Me preguntaba mientras caminaba de un lado a otro de la habitación.

 - Pues como no salga por la ventana, me parece que no voy a salir nunca- dije riendo al principio. Abrí mis ojos como platos ¡La ventana!

 Corrí a abrir la ventana y me asomé, estaba muy alto. Admito que me asusté un poco al principio, no esperaba que estuviera tan lato, pero aparte el miedo y entré a buscar algo con lo que poder bajar. Revolví toda la habitación buscando, deshice la cama, abrí todos los cajones y armarios que había, hasta debajo de la cama pero no encontré nada.

 - ¡Mierda!- dije cada vez más frustrada – Habrá que improvisar- dije mirando las sabanas para después cogerlas y empezar a unirlas haciendo nudos en los extremos- No es…digamos…la solución más perfecta e ingeniosa pero valdrá- comenté una vez terminé.

 Até la cuerda improvisada al ¿colgador de la cortina? Bueno, da igual, comprobé que soportará mi peso y deslicé la cuerda de sabanas por la ventana e iba a empezar a deslizarme cuando me dí cuenta de que iba en camisón. Cogí mi ropa que estaba desperdigada por la cama, estaba un poco arrugada pero eso no era importante. Me puse mis pantalones largos de color negro con una camisa de manga corta roja oscura que llegaba casi al negro, mi cazadora negra y mis botas militares negras. Una vez lista, me agarré a ella y empecé a bajar lentamente.

 No me estaba resultando muy difícil bajar, lo que se era realmente difícil era que ningún sirviente me viera a través de las ventanas, y es que, o eran muy rápidos limpiando habitaciones o Alois tenía un montón de sirvientes parecidos. Por ahora, había tenido suerte y no se habían fijado en mi, pero la suerte no es duradera, ya me faltaba poco para llegar al suelo cuando, derepente, bajé unos centímetros bruscamente, miré hacia arriba y lo que vi no me gusto.

 La sabana se estaba desgarrando y a demasiada velocidad, me tenía que dar prisa o me iba a pagar la ostia del siglo. Pero no podía volver a subir, y bajar lentamente tampoco iba ayudar, lo único que se me ocurría era saltar. Demasiado tarde.

 La sabana se termino de desgarrar y caí. Por un momento mi mente se quedó en blanco y pensé que me iba a matar pero algo en mi mente hizo click. Automáticamente mi cuerpo  se movió haciendo un mortal para después caer perfectamente de pie en el suelo. Cuando me di cuenta de lo que había hecho me quedé sin palabras, ¡¿Cómo había hecho eso?!

 Pero no pude pensarlo mucho rato porque una sirvienta con un vestido de maid morado y blanco, y de pelo azulado que estaba en el jardín me estaba mirando sorprendida.

 - ¡Mierda!- pensé y salí corriendo hacía el bosque que había cerca de la mansión, tenía que salir rápido de allí, seguro que la sirvienta ya había avisado a Alois.

 Corrí esquivando los árboles, como cuando escapábamos de los policías que nos perseguían y nos burlábamos de ellos, esto hizo que sonriera. Eran buenos momentos, y ahora estábamos en una situación que se salía de lo normal. Tan metida en mis pensamientos estaba que no me di cuenta de que dos figuras me adelantaron y se pararon enfrente de mí pero pude frenar a tiempo saliendo de mis pensamientos lo más rápido posible.

 - ¿Adónde crees que vas?- dijo Alois sonriendo juguetón como si lo que pasara fuera lo más divertido del mundo. Con él estaba la sirvienta de antes y hombre alto de pelo negro con gafas y de ojos ambarinos, vestido de mayordomo que llevaba a Alois a cuestas.

 - A ti no te importa- dije mirándolo con el ceño fruncido.- Solo tengo que decir que no me voy a quedar en una habitación sin hacer nada, así que disculpa las molestias que te he causado, que espero que hayan sido muchas- dije con sarcasmo y con una sonrisa arrogante.

 - Si crees que te voy a dejar ir así como así, eres muy crédula- dijo soltando una risita y haciéndole una seña al mayordomo para que lo bajara.

 - No lo soy, sé que esto no va a ser sencillo pero no lo voy a poner fácil.- dije poniendo en postura de lucha. Mientras Alois seguía sonriendo divertido, estaba empezando a odiar esa sonrisa.

 - Si así lo quieres…Claude, llévala devuelta a la mansión y déjala en su habitación- dijo Alois señalándome.

 - Yes, your highness- dijo el mayordomo haciendo una reverencia.

 Por fin podía conocer al famoso Claude del que tanto hablaba Alois. La verdad es que imponía y es que su rostro mostraba una frialdad sobrehumana pero no era el momento de pensar en eso, lo importante ahora era librarme de él y poder escapar.

 Con una velocidad anormal se coloco detrás de mi para sujetarme pero como la vez anterior, algo en mi hizo click y esquivé su agarre con la misma velocidad que él y le di un puñetazo que lo mando unos cuantos metros lejos de mi haciendo que chocara a su paso con árboles partiéndolos. Notaba mi rostro imperturbable, más seria de lo normal y también notaba mis ojos ardiendo.

 Me gire hacía Alois que me miraba sorprendido y con una pizca de miedo, también mire a la sirviente que me miraba impresionada pero no tanto como Alois.

 - Si te parece bien me iré ahora, he acabado aquí- dije fría, seria, sin ningún sentimiento en la voz que me impresiono hasta mi.- Tengo que buscar a Sebastiana.

 Al nombrarla me relaje, noté como mis ojos paraban de arder y como las facciones de mi rostro se calmaban y volvía a ser yo misma. Impresionada, eso es lo que sentía, que había pasado era la primera vez que me ocurría esto y por una parte me estaba asustando. Mientras pensaba en esto, Claude volvía de entre los árboles, un poco herido cuando lo vi por el rabillo del ojo e iba a ir a por mi cuando Alois me sorprendió.

- Déjala Claude- dijo serio- Así que estas buscando a Sebastian…yo sé donde esta.- entendí lo que había dicho por poco porque de repente me empecé a sentir mal y a ver borroso.

 - Necesito…encontrarla…- dije aguantándome la cabeza con amabas manos, me sentía cansada tanto que mis piernas no me aguantaban. Iba a caer al suelo pero Claude me cogió antes de caer.

 - ¿Qué le pasa?- dijo Alois un tanto preocupado.

 - Ha gastado mucha energía por lo que se ve era la primera vez que usaba sus poderes- dijo la sirvienta acercándose a mi para ponerme una mano en la frente tomando me la temperatura.

 - ¿A qué te refieres Hannah?- preguntó Alois.

 - Ella es una demonio, my highness- dijo la sirvienta cuyo nombre era Hannah.

 - Demonio…- dije débilmente antes de desmayarme.

Notas finales:

Y aquí el final del capitulo. A que ha molado? un poco más acción que el otro pero con la intriga de siempre. Ya hemos averiguado cositas importantes de las historias de nuestras jóvenes protagonistas, que pasara en el siguiente capitulo? Eso en la conti. Muchas gracias por leer. Un beso.

Sebastiana se despide. Chao, chao.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).