Era un día de invierno y como de costumbre quise pasar a mi bar favorito, cómodo y fresco me senté en una silla frente a la barra y pedí un Whisky, después de unos minutos se escuchó el estruendo de la puerta, era un joven alto no tanto como yo pero si de una estatura considerable y muy atractivo quien se sentó justo al lado mío, no le puse mucha atención atención hasta que comenzó a sonreírme, lo único que hice fue regresarle la sonrisa, en seguida pregunto por mi nombre era una voz clara y hermosa pero muy masculina al mismo tiempo
-Me llamo Jared-Le conteste
-Mucho gusto Jared-Pronuncio mi nombre con cierto encanto y embozo una sonrisa
-¿Vienes mucho por aquí? Nunca te había visto
-Si-Fue lo único que conteste con cierta timidez y me sentía torpe en esos momentos ese hombre sí que imponía
Después de eso, comenzó a hablarme de una semana pesada que había tenido problemas y frases como “Aquí es donde me desahogo”, como si no escuchara diario eso en mi trabajo, durante su relato él iba ya por la quinta bebida y yo aún no terminaba la primera.
-Estas algo pasado ¿Quieres que te acompañe a tu casa?-Pregunte mirándole, no era la primera vez que llevaba a un desconocido ebrio a su casa
-Un gran favor- Dijo y en su voz tenia cierto tono que no tenía cuando llego aquí
Llegando a su casa le pedí que me diera las llaves, abrí la puerta y el aún seguía quejándose de sus malos días, que si la secretaria se iba a casar, que si Misha iba a tener una familia ¿Quién rayos era Misha?
-¿Podrías quedarte esta noche aquí?-Me quede parado en el lugar que estaba y lo voltee a ver perplejo, en un principio pensé que bromeaba pero tenía una mirada totalmente seria, lo decía en serio
-No debo llegar a…-No pude terminar la frase porque se me vio interrumpida por un beso robado por parte de el
El beso no duro mucho, pero fue un beso cálido y lo planto con suavidad
-Lo siento-dijo mirando hacia el suelo mientras se agarraba la nuca
-No te preocupes, está bien- Lo que menos creí que haría, se volteo rápidamente y me jalo muy fuerte por el cuello para besarme pasando su lengua por mi labio inferior intentando que le diera paso, yo aún no creía lo que estaba pasando
Entre besos, él me fue encaminando hacia una habitación , entramos y me tiro a su cama poniéndose a horcadas sobre mí
-Quiero que me folles -Me dijo acercándose a mi oído mientras me jalaba los brazos hacia arriba haciéndolos chocar con la cabecera
- No creo que sea lo conveniente, mejor me voy -intente quitármelo de encima pero al mover mis brazos los tenía con esposas agarrados a la cabecera de la cama abrí los ojos como platos
-Creo que no te dejare pequeño Jay- paso su mano por la bolsa de mi pantalón y saco mi cartera la abrió y saco mi identificación.
-¿19 años? Pero si eres todo un crio -aventó la cartera a un lado y empezó a besar mi cuello-
- Además tienes un apellido del demonio Pada-Pada , algo. - empezó desabrochar mi camiseta, yo seguía perplejo no sabía cómo reaccionar hasta que mordió uno de mis pezones y solté un pequeño gemido y reaccione
- ¡Suéltame! No me toques imbécil -intente quitarme las esposas pero era inútil
-No vas a salir de aquí querido Jay, así que coopera o te va a ir mal
-Vete a la mierda -solté enojado-
- Oh! Has ofendido mis sentimientos -puso una mano en su pecho dramáticamente y se levantó de la cama sacando una mordaza con inmovilizador del cajón de un taburete, se acercó lentamente a mí y me jalo del cabello haciendo que me sentara en la cama
–Espero y te comportes - me abrió la boca con una mano mientras con la otra puso el aro y lo amarra desde atrás de mi cabeza manteniendo mi boca abierta, después tapo con algo que no pude identificar mis ojos, estaba realmente nervioso y cada minuto mi temor crecía no sabía cómo reaccionar nunca en mi vida había estado con un hombre y menos con un extraño, escuche la hebilla del cinturón abrirse y caer al suelo lo que me hizo saltar en mí mismo lugar, sentí un peso en mis piernas debía ser el rubio y sentí algo extraño en mi mejilla intente alejarme pero mi cabeza choco con la cabecera
- Te voy a follar la boca Jay, y más te vale que me lubriques bien-
Me tense inmediatamente y sentí como algo duro , caliente iba entrando en mi boca, el rubio me agarro de la cabeza para que no intentara alejarme mientras embestía mas rápido hasta que sentí un líquido salado, intente contener las horcadas pero el rubio me agarro con más fuerza hasta que eyaculo dentro de mi boca , no saco su miembro hasta que trague toda su esencia.
-Tienes una boca muy sucia Jay- me susurro cerca del odio y sentí como la presión en mi boca iba disminuyendo hasta que saco el aro de mi boca y presiono sus labios contra los míos metiendo su lengua y frotándola contra la mía probando su misma esencia
–Soy delicioso, ¿no lo crees?
Empezó a besarme el cuello succionando y dejando marcas mientras con su lengua iba dejando un rastro de saliva hasta llegar al ombligo, metió su lengua presionando con ella mientras me jalaba de las piernas para volver a estar acostado, me desabrocho los vaqueros y los bajo junto con la ropa interior
-Pero si el mini Jay ya está en todo su esplendor o ¿debería ser súper Jay?, y yo que pensé que no lo estabas disfrutando-dijo el rubio con cierto tono de burla en su voz mientras doblaba mis piernas y empezaba a acariciar con un dedo el perineo llegando hasta mi entrada y presionando un poco hasta que entro su dedo, me tense por la intromisión y me aleje todo lo que pude del rubio
-Ya veo… así que ¿eres virgen Jay? Parece que me lleve la lotería -sentí como bajo de la cama y escuche un cajón abrirse y cerrarse volví a sentir el peso en la cama y me estremecí cuando el rubio me agarraba las piernas y las separaba poniéndose en medio de ellas-
-Esto será divertido Jay, muy divertido…
Sentí algo frio presionar contra mi entrada y me sobresalte
-Tranquilo- me puso una mano en el pecho y empezó a acariciar mis pezones con una mano mientras con la otra empezaba a adentrar el objeto en mi entrada parecía ser un consolador delgado, solté un gruñido de dolor cuando se adentró era una sensación muy extraña y un poco dolorosa
-¿Vez no es tan malo? dijo el rubio mientras empezaba a mover lentamente el consolador hasta que presiono algo y empezó a vibrar, me sentía desfallecer, el dolor empezó a irse y solo quedaba un extraño placer hasta que toco un punto que me hizo gritar.
-¿Que mierda me estás haciendo?- dije en un murmullo apenas si podía pronunciar la palabra me sentía muy excitado como nunca antes lo había estado, aunque por otro lado mi enfado se fue al extremo
-Veo que toque tu próstata, justo aquí -movió el consolador a ese punto haciéndome gemir más fuerte mientras separaba más las piernas de repente me sentí tan necesitado, el rubio me agarro nuevamente de las piernas y me dio la vuelta quedando boca abajo con el pecho contra el colchón y el trasero levantado
-Tienes unas nalgas de ensueño Jay –Me empezó a acariciar los muslos , subiendo poco a poco y separando mis nalgas, de un solo jalón, saco el consolador y me queje con un gemido lastimero. Eso había dolido
-Ahora viene lo bueno querido Jay- separo más mis nalgas y empezó a lamer mi entrada, presionaba con la lengua y empezaba a penetrarme con la lengua, mis piernas empezaron a temblar y no podía mover los brazos sentías las mejillas arder y mi miembro estaba más duro que nunca, necesitaba tocarme. Empezaba a ser doloroso por lo cual me empecé a frotar contra la sabana intentado dar un poco de alivio, de repente el rubio me dio una tremenda nalgada que me hizo quejar de dolor , ahora sentía arder mi nalga derecha.
-No hagas eso Jay, solo yo puedo tocarte- Puso sus manos sobre mi cadera y encamino su pene sobre mi entrada llevo una mano a mi miembro empezándolo a masajear lo cual me sobresalto y empecé a soltar pequeños gemidos mientras mordía la sabana, hasta que de una sola embestida el rubio me penetro grite de dolor, era enorme no lo había sentido así cuando estaba en mi boca por lo cual intente frotar la cara contra la sabana para bajar la venda de los ojos mientras jalaba más las esposas lastimando mis muñecas, dolía a horrores, sentía como si me estuvieran desgarrando por dentro
-Jay dios, eres tan jodidamente estrecho- afianzo el agarre de mi cadera y empezó a embestir con fuerza. Mis piernas temblaban a horrores y si no me hubiera agarrado el rubio de las caderas me hubiera dejado caer por completo sobre la cama.
-¡Para! me estas lastimando -dije entrecortadamente y apenas con aliento el rubio no dejaba de embestir y la venda que tenía en los ojos empezó a aguadarse hasta que callo y vi al rubio, estaba agitado, su torso perlado de sudor su cabello rubio revuelto y las mejillas totalmente sonrojadas hubiera podido decir que era hermoso pero sentía como si me partieran en dos hasta que puso su pecho sobre mi espalda y empezó con embestidas más profundas y rápidas ignorando totalmente lo que había dicho, di un tirón con las esposas y senti como me desgarraban la piel de las muñecas y empezaban a sangrar
-Jay eres tan hermoso-empezó a decir el rubio entre gemidos, llevo una mano hasta mi miembro que ya no estaba tan duro por el dolor que sentía y empezó a masturbarme al ritmo de sus embestidas hasta que se volvió totalmente duro de nuevo , bajo un poco hasta los testículos presionándolos haciéndome retorcer por el poco placer que sentía
-Jay…ah me vengo -dijo excitado-
El rubio empezó a masturbarme con más fuerza de la base hasta la cabeza presionando un poco el orificio y bajando nuevamente hasta los testículos, presionándolos hasta que eyacule en su mano con un gemido ronco contrayendo mi entrada lo que provoco que el rubio eyaculara dentro de mi soltando un fuerte gemido antes de caer sobre mi espalda y los dos caímos por completo al colchón.
-El mejor polvo que eh tenido en mucho tiempo querido Jay- Decía el rubio con la voz rasposa y entrecortadamente mientras se quitaba por arriba de mí y se acostaba a un lado mío
- ¿Te ha gustado? -Dijo aun jadeando levemente-
Lo único que hice fue desviarle la mirada, en ese momento quito mis muñecas de las esposas , el dolor era profundo y cuando por fin pude recuperar mi aliento le solté un fuerte golpe en la quijada, el solo se puso la mano y me veía con cierto encanto
- Oh, vamos ¿Acaso no fue de tu agrado?
Me vestí y salí corriendo por la puerta principal, di un último vistazo a su ventana donde pude ver que me observaba y le hice una seña muy conocida con un dedo alzado y los demás por lo bajo , el solo rio y me encamine a casa.