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El paraíso de las Rosas. por Alice_alii

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Notas del capitulo:

HOLAAAAA

Si, lo tengo muy en claro que no he actualizado mis otros fic TwT mil perdones, pero hoy vino al inspiración.

No se si el genero que coloque, sea el indicado :/

Ok, espero les guste el fic, lo hice con todo mi amor, es el primero en este tema, no lo desprecien y me odien.

 Disfrutenlo y dejen reviews por favor ;w;

Aqui, mi sensual face, por si me quiere conocer y/o asesinar por no actualizar fics, o para dejarme opiniones, etc, etc.

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El día comenzaba, mi cuerpo dolía un poco pero era pasable. Desperté gracias  a que reita me movía. Con sus cabellos rubios tapándole uno de sus ojos me sonrió. Me removí entre la cama quitándome las sabanas blancas. El sol alumbraba mi cuarto pulcro, la brisa escasa que entraba por mi ventana me envolvía de forma refrescante.

-¿qué sucede? –pregunte  somnoliento, sentándome en la cama.

-quiero llevarte a un lugar maravilloso mi taka.- acariciaba de mi mejilla blanca. Estar encerrado tanto tiempo afectaba.

-¿y donde es eso? –interrogue inocentemente mientras un pequeño bostezo escaba de mis labios.

-es sorpresa…-no borraba su sonrisa, me hacía temblar y seguirle a donde él quisiera. Dudoso a que, nos fueran a decir por escapara, reprimí mis sentimientos haciéndome el “ansioso”.

-ahh~ pero si yo quiero saber.- creo que de nada serviría esa “excusa”, es tan boba.

-no seas berrinchudo y sígueme.-jala de mi mano, obligándome a levantar.

-¡espera, déjame vestir! –apunte mi pijama de color verde pastel.

-¡hombre, así! De todas maneras a donde vamos nadie te vera.

-¡aun así no saldré con esto! –me solté de su agarre, me cruce de brazos  mirándole molesto.

-vamos, taka.- me jalonea.

-no iré.

-no seas terco.

-seré todo lo terco hasta que me dejes vestir.

-¡pues ya estuvieras mijito!

-¡no me hables como ranchero!

-taka… se hace tarde y tu no le apuras.

-y seguiré así.

-ya déjate de boberías y vámonos.- me cargo en su hombro.

-¡reita, bájame! –Le pateaba en su abdomen y le daba de puñetazos en su espalda.- ¡bájame!

-flojito y cooperando.

-¡que me bajes, dije!

 

HORAS DESPUES~

 

-taka, despierta.- no sé cuando me dormí. Recuerdo que me metió a la fuerza en el carro y de ahí, solo me recargue en la ventana, probablemente el esperar me causo el sueño.

-que… ¡ah! –dirigí mi mano a mi pecho. Dolía, dolía. No de nuevo.

-¡taka! ¿Estás bien? - preocupado como siempre.

-estoy bien.- sonreí entre el dolor. Dolía, demonios. Poco a poco el dolor fue disminuyendo. Inhalaba y exhalaba buscando relajar mis músculos que anteriormente se contrajeron por el repentino malestar. Ya era normal, estaba tan acostumbrado a esos malestares que los sentía parte de mi vida.

-¿seguro? - seguía sin creerme.

-que si tontito.- juguetonamente le pegue con mi puño a su cabeza. Un pequeño gruñido confirmo que le había dolido mi golpecito.

-bien. Bajemos entonces, pero si vuelven esos dolores nos vamos rápidamente. -sonrió para mí con ese deje de preocupación.

-claro.- asentí, ante su propuesta.

 

Un lugar aislado de la ciudad. Solo con el canto de los pájaros. Las hojas caían, jugando unos momentos con el viento cálido del verano. Mis cabellos revoleteaban y en un abrir y cerrar de ojos estabas enfrente de mí, sonriendo con ternura. Cogiste mis manos llevándolas a mi pecho como si fuera a rezar.

-te tengo un regalo.

-¿regalo? ¿Que no era sorpresa?

-bueno es lo mismo.- te excusaste haciendo gestos burlescos.

-hehehehe.- reí mientras tus ojos me mostraban el amor que sentías por mi.- ¿y me dejaras verla? –pregunte al ver y/o percibir que no te movías para nada. Solo perdiéndonos el uno al otro en nuestros ojos color marrón. Los tan comunes pero yo, sentía que podía ver todo mi vida: pasado, presente y  futuro, que yo imaginaba cada vez que estaba contigo, akira. No sabes cuánto sueño para que se haga realidad, aunque al despertar las esperanzas desaparecían fugazmente. Se iba tan rápido de mis manos mi vida. No lloro, no llorare, quiero que esta ultima vez sea perfecta.

-vamos pequeño.- nos tomamos de las manos, entrelazando cada dedo para jamás soltarnos.- ¡no!- te detuviste en seco.- es sorpresa, tapare tus ojos.- avisaste.

-pero…-no me dejo terminar cuando ya sus grandes manos cubrían mis ojos. – hoo~ eres malo.- hice pucheros.

-tranquilo te encantara.- tratabas de “recompensarme”.

 

Pasos, pasos y él me decía donde pisar.  El rechinido de una puerta, un escalón y subí. Unos cuantos pasos más y reita, me detuvo.

-aquí está bien. ¿Estás listo?

-sí.

-bien. Uno, dos, tres. –quito su manos. Mis parpados se elevaron.

Una casa de cristal, el sol pegaba perfectamente al “hogar” para ellas.

El color verde de fondo, la tierra tocando mis pies. Estaba descalzo gracias al desnaturalizado de mi novio que no me dio un calzado, no obstante se sentía bien, la humedad y suavidad me hacía sentir vivo.

El pequeño toque pintoresco de colores oscuros, pasteles y otros fosforescentes, creaban un paisaje único.

Las pequeñas gotitas de agua impregnadas en su textura suave les daba el aspecto perfecto. El aire del lugar era combinado con el aroma de las flores primaverales, era hermoso. Di unos pasos, mis manos se alzaron levemente sintiendo sus cuerpos entre mi tacto, por supuesto teniendo cuidado a no dañarme ni yo a ellas.

El canto de unos pajaritos me hizo ver a los cielos: uno, dos, tres, cuatro nidos en cada esquina descansando mientras sus cuerpos protegen a las crías.

Un huevito, dos huevitos de los tres comienza a moverse. Los padres revolotean ansiosos esperando a su llegada. Un crujido y las avecitas picotea el cascaron para salir. Dos bellos pajaritos de plumaje escaso  color azul. Mi sonrisa se dibujo sola, por fin sonreí. No lo había hecho por la impresión de la sorpresa, mas no me duro esa felicidad. Los padres picotean al último hijo. Este se niega a salir, ¿por qué no quieres salir, pequeño?, me pregunte.

-hace mucho me dijiste que te encantaban las rosas.- su respiración tan cerca, en mi piel. Sus brazos delgados y fuertes me enrollan en su pecho. Me abrazaste colocando tu mentón en mi cabeza. Sintiendo tus palpitaciones en mi espalda y de pronto mis mejillas se tornaron rojizas.

-si, pero yo no pensé que conseguirías…

-corrección, todo este invernadero lo hice con mis manos- tus manos rojizas al igual que una que otra  ampolla o callo.

-¿desde hace cuanto que haces esto?

-desde que lo deseaste.

-eso fue hace mucho, éramos unos niños apenas.

-las primeras veces las flores no florecían, además necesitan de mucho tiempo. No nacen de la noche a la mañana.

-aki… por…

-shh.- me estrujas.- calla… disfruta por favor.- me sigues abrazando fuertemente. Me dejo apapachar mientras mis parpados se cierran buscando calmarme con el aroma entrando por mis narices. ¿Aromaterapia? 

 

 

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No sé cuánto tiempo más te queda de vida. Tu aroma combinado con las rosas me hace relajar, calmando mis palpitaciones tan aceleradas por el miedo. La noción del tiempo desapareció, mi celular suena y no me despego, al contrario te abrazo mas porque sé que esa llamada es el aviso, una alarma que coloque para recordarlo y llegar a la hora acordada.

No te quiero perder, no quiero pero tu corazón esta tan débil que dudo pueda resistir más.

Amo tu sonrisa, ese gesto que solo me muestras a mí con verdad, siempre has tratado de fingir estar bien cuando en realidad tu corazón te mata. Una enfermedad que solo puede ser resuelta con una cirugía: trasplante de corazón, es tu única forma de saber si sobreviras.  Quiero, deseo, anhelo, y pido a dios que vivas en esa cirugía.

Te volteo con delicadeza con temor a dañar tu frágil cuerpo. Tus ojos se funden con los míos. Los dos perdidos en nuestros pensamientos. Nos unimos de forma lenta, sin prisas ni con fervor, solo suavidad, delicadeza, cargado de ternura y amor, especialmente este último.

No te quiero perder quiero que estés conmigo para siempre, apenas tienes 16 años y yo 18, eres un niño tú no has disfrutado de tu vida. Me dijiste que desde bebe naciste con problemas de corazón. Hasta la actualidad no habian conseguido un donante, siempre lleno de esperanza a que algún hombre o mujer tan amablemente donara sus órganos pero sus familiares pedían al último momento que los querían completos. Te partías en mil pedazos, mi rabia crecía y me abalanzaba contra ellos gritando de groserías por su egoísmo pero tú… me tomabas de la mano y sonreías, decías entender y que esperarías.

Un ser tan puro e inocente incapaz de dañar a alguien. Amable hasta por las narices y el mundo, un mar de egoístas.

Vuelve a sonar mi alarma cortando el momento tan íntimo que tendríamos. Después de tantos años por fin un donante, tu operación es hoy, quise darte un regalo, no el ultimo, no quiero que sea el último, pero si dios te quiere como un nuevo ángel al menos y espero haberte dado la mayor felicidad.

Nos separamos, una lágrima resbalo por mi mejilla. Tú la borraste con un beso. Sonreí bobamente con tu gesto.

-vámonos.- musite. Cogimos nuestras manos, caminando por el camino de tierra hasta salir del invernadero.

-aki-chan~ tu y yo volveremos a cuidar de estas rosas ¿verdad?

-claro mi pequeño.- balanceábamos nuestras manos unidas. 

Cuando te conocí me dijiste que las rosas eran tu sueño. Querías vender flores, ese era tu plan de vida.- volveremos taka.- nos adentramos al vehículo. Suspire tranquilizando mis músculos al igual que calmarme mentalmente para no caer en llanto, quería que me vieras como la persona tan fuerte que aparentaba ser para ti.

 

Llegamos, el trayecto a casa fue corto. Médicos pasando de un lado al otro. Tu habitación, solo sin nadie, ¿cuántas noches abras contado desde que estas aquí? Te subes a la cama sin limpiar tus pies sucios por la tierra, eres un crio. Me siento a tu lado, acariciando tu rostro cuidadosamente. Acerco mi frente a la tuya mientras mi pulgar acaricia de tu mejilla rosada.- te amo.- fueron las palabras más cortas pero que decían todo mi amor. Sonreíste y me distes un último beso antes de tu operación

Los hombres con esos trajes azulados te arrebatan de mis manos, sonrió una última vez antes de verte partir en esa camilla por la puerta. Desapareces de mi vista y rompo en llanto. Me tumbo de rodillas al suelo soltando mi dolor acumulado. Taka, taka, taka, lo único que existe en mi mente eres tú.

 

 

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Aquel invernadero fuera de la ciudad. El nido con el huevito tiembla, el pequeño saldrá. Las aves vuelan por encima de las rosas. Un crujido y un pillido anuncio su llegada. Los padres comienzan a cantar emocionados por su llegada.  Bastaron solo unos minutos para que los tres bebes empezaran el vuelo, surcando el cielo azulado hacia el horizonte…

 

 

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Los minutos se hicieron horas y el médico llego. Tus padres a mi lado sin ánimos a preguntar.

- ¿como salió?- apenas si mi voz salió, tenía miedo de sus palabras. Su cara en alto me da confianza suspira pesadamente y todo mi muro se vuelve a caer.

-lo siento. El joven matsumoto… no resistió en la operación. Mis condolencias.- se retira. Tu madre vuelve a sollozar con más fuerza, abrazando a tu padre. Quedo perplejo antes las palabras.

Tu sonrisa apareció en mi mente, te recordare taka, te recordare con esa sonrisa que solo a mi me dedicabas.

-¡NOOOOO! –Grito, abrazándome a mí mismo.- ¡¿Por qué?!… ¡Noooo! –sollozo tumbándome de nuevo en el suelo mientras millones de gente nos miran entristecidos.

  

 

Taka te fuiste con un beso pero me alegra que por mi hayas conocido tu sueño. Ese bello nombre que deseabas ponerle a tu florería resonaba en mi cabeza, algo tan simple que me llenaba el corazón. Mis manos apretaron la hoja de papel. Un dibujo a crayola, tan horrible, hecho por un niño de pre-escolar. Ah~ como me encantaría regresar el tiempo y conocerte de nuevo, mi taka. Tu sueño se cumplió, mi pequeña florería me sostiene con vida y las flores crecen tan bellas como tu rostro.

 

“El paraíso de las rosas”

Es el nombre de nuestra florería, conocida por sus más bellas rosas.

 

 

Llego a una de las tantas florerías que puse en la ciudad, la campanita de la puerta suena y Uruha voltea a verme sonriente.

-bienvenido, señor. ¿Qué lo trae por aquí?

-solo vine a ver cómo van las cosas. Parece que todo bien. ¿Y ese pájaro? –apunto al techo donde yace el animalito color azul.

-no sé. Siempre está ahí, e intentado correrlo pero siempre regresa, ¡es terco!

Por más tonto que sueno le llame.- ven.- y el animalito obediente se coloco en mi hombro.- taka…  

Notas finales:

Les dejo aqui, algunas cosas para que se entienda mejor el fic ^^U debi ponerlo primero pero bueno: 

*La aromaterapia, utiliza aceites vegetales concentrados llamados aceites esenciales para mejorar la salud física, mental o ambas. A diferencia de las plantas utilizadas en herbolaria, los aceites esenciales no se ingieren sino que se inhalan o aplican en la piel. 

*Reita, en la vida real, cree en la reencarnación, osea, taka reencarno en un pajarito, el pajarito que no queria nacer.

*Si recuerdo bien, las rosas florecen en epoca de: primavera y verano. Por eso las mencione en temporada de verano y taka, les llamo primaverales.

*En el trasplante del corazón se extrae un corazón lesionado o enfermo y se reemplaza con uno sano. El corazón sano proviene de un donante que falleció. Es el último recurso de las personas con insuficiencia cardiaca cuando todos los otros tratamientos han fracasado.

Los médicos pueden recomendar un trasplante de corazón para una insuficiencia cardiaca causada por: 

*La enfermedad de taka, pues estaba en duda y por eso nunca la mencione, pero esta es la que mas se acerca: Enfermedad valvular.

El corazón tiene cuatro válvulas. Normalmente, estas válvulas se abren para que la sangre fluya a través o hacia afuera del corazón y luego se cierran para impedir que fluya hacia atrás. Pero algunas veces, no funcionan adecuadamente. ¿Qué puede ocurrir?

  • La sangre puede filtrarse y volver a través de la misma válvula, lo que se denomina regurgitación
  • Una de las válvulas, la válvula mitral, a veces tiene aletas flexibles y no cierra bien. Esto se denomina prolapso de válvula mitral y constituye una de las afecciones cardíacas más comunes. Algunas veces causa regurgitación
  • Cuando la válvula no se abre lo suficiente e impide el flujo de sangre se denomina estenosis

Los problemas valvulares pueden aparecer al momento del nacimiento o ser consecuencia de infecciones, infartos o enfermedades o lesiones del corazón. Algunos problemas valvulares son menores y no requieren tratamiento. Otros pueden requerir medicinas, procedimientos médicos o cirugía de reparación o reemplazo valvular.

 

Uff, es mucho ^^ ojala les haya gustado ^^ si tienen mas dudas diganmelas en mis face (se los deje arriba) o en un reviews nos vemos

bye bye~


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