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Venganza y otras cosas por momori

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Notas del capitulo:

Aquí les traigo otra historia donde e me ocurrió la idea de intercambiar los papeles, ya que me parecía interesante.

Espero que os guste :)

Capítulo 1

Sebastian era unas nobles inglés de gran poder, su riqueza y fama era conocida por toda Inglaterra y parte de Europa, poseía numerosas tierras, oro, joyas  y  cosas que jamás habríais imaginado, pero sobretodo un secreto que nadie conocía.

Este joven noble, era también conocido por su papel de seductor, su belleza no era comparable con nada, muchos eran los que admiraban y a la vez envidiaban su hermoso rostro, tanto mujeres como algún otro hombre iban detrás de él. Las damas de la corte hablaban maravillas de él, aunque últimamente no se dejaba ver en las fiestas como solía hacer antes, quizá porque no necesitaba acudir a ellas para divertirse…

Sebastian vivía en una mansión alejada del ruido y la gente de Londres, aunque el acudiera a fiestas, disfrutaba de la tranquilidad y el silencio, de hecho a estas fiestas iba a lo que iba, uno no era de piedra y necesitaba desahogarse con las jóvenes damas de la corte.

Su mansión era enorme, con un estilo sobrio y frio, tenía 3 criados, Finnian, un joven jardinero el cual poseía un espíritu muy alegre pero era bastante torpe, luego el cocinero llamado Bard, el pobre hacía lo que podía con la comida y por último la sirvienta Mei-Lin, un desastre de mujer, todo lo solía liar, pero le tenía a él…Sí, Sebastian había pactado con el demonio, un demonio de una apariencia encantadora, tan inocente pero a la vez tan malicioso, su rostro había llevado a la perdición a más de una persona, de eso estaba seguro Sebastian, este pacto con el demonio le había servido para alcanzar tal éxito en sus negocios, pero había otros motivos también detrás de este pacto, Sebastian quería venganza por aquellos que le intentaron matar cuando empezó a levantar su imperio comercial…Estuvo al borde de la muerte, por eso ese demonio había acudido a él, cuando lo vio no dudo en aceptar el contrato.

-Ciel! Exclamó Sebastian desde su despacho. Sabía que ese demonio tenía un oído perfecto y que oiría ese grito desde la otra punta de su mansión.

Así fue, en menos de un minuto el joven demonio apareció por la puerta. Su pelo negro o azul, depende de cómo le miraras, sus ojos azules como el océano, su sonrisa de medio lado, su figura, su todo le hacía pensar a Sebastian cosas realmente impuras, él nunca se había sentido atraído por un hombre pero esta vez era diferente…

¿Un hombre? Claro que no es un hombre es un niño y es un demonio, es normal que me intente engañar para matarme y tomar mi alma pensó Sebastian. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la dulce voz de ese niño.

-¿Qué desea amo? Pregunto con una voz seductora.

-Más respeto, soy tu amo. Necesito que me prepares café y que vengas a ayudarme con el papeleo de la empresa, necesitamos organizar una reunión muy importante con el noble francés del que te hable antes.

-Yes my lord.

Ciel dio la vuelta y marchó a cumplir lo que le habían ordenado. Maldito crio pensó Sebastian, hacía todo lo que le ordenaba y más de una vez pensó en ordenarle cosas obscenas. Le entraba curiosidad de cómo podía ser hacerlo con él.

Al cabo de un rato el pequeño demonio mayordomo volvió con el café.

-Señor, el café está listo, permítame servírselo.

-Está bien, luego coge esa silla y siéntate. Sebastian lo miraba atentamente, el traje de mayordomo del niño estaba hecho a medida y le quedaba estupendamente.

Ciel se acercó poco a poco a Sebastian con el café, cuando llegó a él, misteriosamente, se le derramó encima de los pantalones de Sebastian.

-¡Maldito! ¡Quema, quema! Grito a pleno pulmón Sebastian.

-Lo siento amo, perdóneme dijo con seriamente Ciel aunque se podía ver que estaba intentando ocultar una risa. Ahora me ocupo…

Ciel se acercó a la zona donde el café se le había derramado, y soplo.

Sebastian le miraba atónito, ese niño estaba peligrosamente cerca de su entrepierna…si aquello seguía así, podría acabar mal. Le estaba soplando de una manera muy sensual, Sebastian se estaba acalorando y no era por el café derramado, el soplo de su pequeño demonio le estaba calmando pero a la vez excitando, el café ya se encontraba casi frio, así qué decidió apartar a Ciel de ahí.

-Hazte a un lado, iré a cambiarme dijo rápidamente Sebastian.

-Está seguro que no quiere que le ayude sugirió burlonamente Ciel.

Sebastian estaba convencido de que esa respuesta iba con doble intención, ese maldito crío se había dado cuenta, ya se las haría pagar luego, el también podía jugar a su juego.

-Vete limpiando este desastre y organízame los papeles, volveré enseguida.

Tras decir esto Sebastian se marcho a limpiarse y vestirse en condiciones, Ciel lo vio partir, cuando perdió de vista a Sebastian se puso a reír, como le gustaba hacerle sonrojar y enfadar, era su nuevo pasatiempo favorito, hacia tanto tiempo que no se divertía con un humano así, además su aspecto era de lo más encantador, quizá cuando llegara el momento de cobrar el pacto  intentaría divertirse con él pero de otra manera a la actual. Aunque había algo que le molestaba de ese humano, estaba sacando sus instintos y sentimientos más básicos a la luz y eso no le gustaba mucho.

El joven demonio decidió hacer lo que le encargó su amo, limpió rápidamente todo lo que había manchado y coloco todos los papeles, esta tarea no le llevo ni 5 minutos por lo que decidió bajar a la cocina y preparar tarta de chocolate junto con otro café a su señor.

Cuando Sebastian volvió de cambiarse se encontró su despacho perfectamente limpio y ordenado junto con el joven demonio el cual traía una bandeja de plata con una tarta de chocolate y otro café recién hecho.

-Vuelvo a disculparme por mi fallo señor, espero que me pueda perdonar, le traigo otro café y una tarta de chocolate, su favorita.

-No vuelvas a hacerlo otra vez, es una orden, sé de sobra que jamás fallarías de esa manera, lo has hecho a propósito.

El demonio sonrió y dijo: Estoy orgulloso de usted, se da cuenta de hasta el más mínimo detalle.

-¡Cállate y ven aquí a ayudarme con el papeleo!

-Está bien amo.

Aquello se ponía interesante…

Notas finales:

Gracias por leer :D


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