Se miraban todos los días, pero era como si no se vieran, como si no se extrañaran, la perdida de la necesidad entre ellos los había vuelto tontos, con una relación sin gracia. Al saber que esa noche había una cena en casa de Tauro, sabían claramente que se verían y los deberían de ver juntos, pues todo el mundo sabía que ellos eran más que amigos, pero lo que no sabían era que hace mucho tiempo se había acabado, había sido como una explosión, en donde solo quedaban cenizas, pero ninguno de los dos se atrevía a decirlo.
Esa noche se vieron, se hablaron como antes, disfrutaron la cena, platicar con las demás personas los hacía nuevamente olvidarse de ellos. A media noche salen de aquel templo, Milo con mucho nerviosismo toma su mano y comienzan a Caminar, tenían mucho tiempo de no pasar una rato a solas, una sola noche solo para ellos, sin que nadie estuviera cerca, casi olvidaban que les encantaba estar juntos. Pero por cuestiones de entrenamiento, misiones, viajes y falta total de tiempo los había hecho tener amnesia de amor. Esa noche, la cena en casa de tauro los hizo recordar lo hermoso que es estar juntos de nuevo. Siguieron caminando sin decir ninguna palabra, ni una mirada, era como si nadie estuviese con ellos.
Al llegar a la entrada del templo de escorpión ambos saben que tienen dos opciones, quedarse en el lugar o simplemente Milo se puede quedar allí y Camus retirarse, ambos se quedan inmóviles, frente a frente contemplándose.
¿No me besaras Milo? La sonrisa picara del escorpión se torna más grande, jamás se le cruzo por la cabeza que le pidiera lo que escucho y sin pensarlo lo arrincona contra la pared tomándole la nuca para hacer el beso mas fogoso, metiendo su lengua bruscamente dentro de la boca de aquel caballero tan sutil! Y mientras su otra mano se deleita tocándolo, acariciándolo por completo, su compañero trataba de contrarrestar ese toqueteo que le tienen, logrando separase de él debido a la falta de aire…
Milo lo toma de la mano y se adentran al templo, lo lleva a su habitación, ¿hace cuanto que no tenían sexo? Ya habían perdido la noción del tiempo, solo quería hacerlo suyo, quería aprovechar esta noche como nunca, pero como siempre Camus se niega, no desea tener nada con Milo por el momento, esa falta de pasión por parte de él, enloquece a Milo.
Le da un fuete empujón que hace que acuario se siente automáticamente en la cama mientras mira como Milo se va quitando la camisa dejando su fuerte torso desnudo… no podría pedir nada mejor, pero está nervioso y es que no sabe cómo actuar, siempre ha sido así, en el exterior pareciera un caballero frio y manipulador, pero la verdad es que es un miedoso, nunca ha sabido a expresar bien sus emociones, siempre fue así, casi está terminando su relación y el no sabe cómo actuar, se maldice una y otra vez dentro de el mismo, traga saliva con dificultad. Lo único que puede hacer en ese momento es observar a Milo.
Al ver la actitud de Camus se agacha mientras toca las rodillas de acuariano, besa sus piernas con delicadeza mientras roba la mirada del pelirrojo.
- Podría estar con cualquiera en este momento, pero eres tú lo más exquisito que he tenido, me has moldeado a tu voluntad, me tienes aquí, fiel como perro, con todo este tiempo sin ti, no he tenido a nadie en mi cama, no busco estar con alguien mas, eres lo mas grandioso que tengo, es como si fuese adicto a ti y aunque no hemos tenido el tiempo que hemos querido, te he esperado como tú no tienes idea… solo espero que esta noche pueda hacerte mío, devorarte, hacerte el amor como antes. (toma sus manos mientras las besa levanta la mirada, cruzándola con la de Camus, viendo su sonrisa, esa hermosa sonrisa que solo le dedica a él, esa sonrisa delicada que hace mucho no la aprecia…
El pelirrojo no tiene palabras a lo que acaba de escuchar, posa sus manos en el rostro de aquel hombre que lo ha amado sin esperar nada a cambio, demostrándole cuanto lo ama, siendo siempre paciente siempre, aceptando sus berrinches, sus enojos y sus amarguras, le sonríe como antes solía hacerlo, aunque hace mucho no siente un solo beso, roce o caricia por parte del escorpión, no lo puede negar, lo necesita y ese revoloteo que tiene en el estomago cada vez es más fuerte, ese nerviosismo de tenerlo junto a él lo quema. Aun no puede responderse del cómo llegaron a esto, del cómo se separaron tanto tiempo a tal punto de casi olvidarse, sabía que debía de llevarlo con él, pero si lo hacía, no podría concentrarse bien… tanto entrenamiento, ahora no tiene sentido, no ahora que lo tiene allí, a sus pies…
Lo levanta para besarlo, no es ese beso fogoso que se dieron afuera, este era más apasionado, más delicado, no con lujuria, mas con amor… sus manos palpaban sus fuertes abdominales, su piel dorada y exquisita, lo hacía sentirse como fuego, todo su cuerpo se estremece al contacto y mientras se besan van cayendo a la cama, ya puede sentir las fuertes manos dentro de su camisa, los dedos de Milo juegan con las tetillas rosáceas de Camus, mientras besa su cuello, succionándolo y así dejándole esa señal, esos moretones exquisitos que tanto ama dejarle.
No puede dejar escapar un pequeño gemido al sentir como Milo lo devora de a poco y mientras va recorriendo sus besos hacia abajo, sentir esa piel tan blanca y a la vez hecha un elixir para él, es como sentirse en el paraíso, cada noche que ha pasado sin él, le recuerda que la espera valió la pena, mientras succionaba una de sus tetillas con sus dedos apretaba la otra, haciendo gemir al pelirrojo… mordiéndolo mientras bajaba por su vientre, lamiéndole el ombligo, era deleitarse en esa piel tan pálida que contrastaba la suya, morena.
Era como soñar despierto, como esos sueños que tuvo cuando estaba lejos de él, esos sueños que le hacían despertar instintos carnales.
Sintió como su sexo se endurecía rápidamente, por lo que tomo el broche del pantalón del pelirrojo, abriéndolo y deleitándose con lo que observa. Sonríe, tenía tantas ganas de tenerlo y hoy era cuando… toma el sexo del pelirrojo con las manos con cuidado acercándolo a su boca mientras lame la punta para exaltar a Camus mientras cierra los ojos esperando el próximo paso, Milo lo lame, lo mordisquea mientras escucha cada quejido de su amante. Toma sus piernas las abre mientras succiona la entrepierna de Camus, con su mano acaricia sus testículos, esas sensaciones no las había sentido desde hace casi un año o tal vez mas.
Milo levanta la mirada y lo observa ¡te quiero tomar por completo! Haciendo sonrojar al pelirrojo, ese contraste con su piel lo hace ver bellísimo, sube hacia su boca para besarlo mientras sus manos lo acarician, haciendo que este pierda el aliento y siga gimiendo, nuevamente baja a seguir succionándolo al escuchar ese quejido que él conoce de mas, sabe que es cuando todo ese fluido viene hacia su boca, y sin dudarlo lo bebe en sus labios puede ver como se resbala, pero su lengua lo lame todo. Sus dedos traviesos que comienzan a buscar su entrada haciéndola dilatar, salen y entra, mueve hacia los lados y así hasta llegar a la dilatación requerida.
Ambos se miran, el escorpión sobre el acuariano, sus respiraciones están agitadas, Camus se muerde el labio inferior, lo desea más que nunca y el solo pensarlo se sonroja mas, Milo que lo observa le sonríe, mientras unas lagrimas caen de sus ojos resbalando en sus mejillas y cayendo en el rostro del pelirrojo, Camus lo ve extrañado.
- ¿pasa algo Milo?
- (el escorpión se limpia de inmediato) ¡estoy feliz! de tenerte a mi lado, de que seamos nuevamente uno, esta parte de mi, nadie más la ha visto, estoy feliz de estar en tus brazos Camus. Vuelve a sonreír acercándose nuevamente a su boca y besarlo.
Al estar por encima de el, le acomoda las piernas mientras le dice un te quiero en susurro y empieza a entrar, las manos de Camus se aferran a la espalda del griego, arañándolo con fuerza al sentir esa intromisión y mientras más adentro esta, sus gemidos son más fuertes, al estar por completo adentro Milo espera un momento, al estar listos ambos, lo enviste con delicadeza, mientras mira su rostro bajo el, ese rostro sonrojado, gimiendo, sudando, con esos cabellos rojizos desparramados sobre la cama.
Y mientras el vaivén sigue más enérgico, los gemidos de ambos son exquisitos del uno para el otro. Ese frenesí no lo deja pensar, tiene la mente en blanco, lo único que tiene en mente es saber que lo ama, que lo necesita y que ya es hora de demostrárselo.
Camus no puede más, no puede esperarse mas, así que deja todo su néctar entre ellos, mientras Milo se viene dentro del pelirrojo dando un último gemido, ambos respiran con la boca, una respiración dificultosa, sus cuerpos perlados de sudor, todo esto era magnifico, podrían pasar toda la noche así. El escorpión le vuelve a sonreír mientras se recuesta a su lado, abrazándolo y acurrucándolo en su pecho… besa su cabeza mientras le arregla su cabello rojizo desparramado sobre las sabanas.
Camus se siente nuevamente amado y es que ya lo había olvidado, ese sentimiento que le hace sentir Milo es el mejor de todos.
- Soy muy feliz a tu lado Milo, aun no entiendo porque nos aviamos apartado.
- (lo besa nuevamente) yo te agradezco por hacerme tan feliz, por aguantar mis estupideces, mis egolatrías y el simple hecho de tenerte aquí, mañana podría morir feliz!! (se ríe mientras lo abraza fuertemente)
Esa noche fue una de las mejores noches de ambos, como si hubiese sido su primera vez, tenían mucho tiempo de no tenerse, tocarse, amarse… pero se esperaron, se tuvieron en sus recuerdos, en sus sueños, en cada noche, no hubo traición, solo fidelidad por parte de los dos, todo eso Milo lo hubiera creído de tontos, pero ahora cree que es lo mejor pudo haber hecho.