-¿Que?- el pelirojo que estaba sentado sobre el futon, miraba al pelinegro que estaba sentado sobre la cama. Como era fin de semana, el pelirojo se fue a quedar a la casa del pelinegro -¿Qué dijiste?-
El pelinegro lo miraba inexpresivo como siempre –Te pregunte si me dejarías tocar tus tetillas-
El pelirojo se ruborizo violentamente -¡¿Y por qué demonios te dejaría hacerlo?!- le tiró una almohada -¡Deja de decir estupideces!-
El pelinegro se sobó la cabeza –No son estupideces- le regreso la almohada –Solo quiero saber si te excitas cuando te las tocan- recibió otro almohadazo del sonrojado pelirojo.
-¡¿Y para que quieres saber eso?!-
-Es que ayer cuando salimos de la secundaria…- el pelinegro puso la almohada en sus piernas -… a Makoto se le quedó un cuaderno en el camarín, así que regresamos- el pelirojo se recostaba de lado sobre el cobertor –Cuando abrimos un poco la puerta, escuchamos unos gemidos. Miramos escondidos y vimos a Nagisa sobre Rei-
-“No sé porque, pero sabía que Nagisa tenía algo que ver con esto”- el pelirojo suspiró.
-Nagisa le tocaba y lamia las tetillas a Rei y el gemía- el pelinegro pensó un rato –La verdad, se veía sexy-
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?- le preguntó levantando una ceja.
-Me preguntaba si tú te verías así de sexy si te las tocara. Después de todo, ustedes son parecidos-
-¿Parecidos?- el pelirojo se volvió a sentar -¿En qué me parezco a Rei?-
-Sus nombres empiezan con R- dijo firmemente el pelinegro.
-¡¿Qué clase de lógica es esa?!-
El pelinegro bajó de la cama y se le acercó -¿Me dejaras tocarlas?-
El pelirojo se puso nervioso por la cercanía y desvió la mirada –No. Nagisa puede tocar a Rei porque están saliendo- lo volvió a mirar -¿Por qué no te da curiosidad con Makoto? Es seguro que se vería muy sexy si se las tocas-
-Makoto es muy sensible- el pelinegro suspiró y se sentó a su lado –Una vez, un compañero le soplo el cuello para hacerle una broma y gimió torpemente mientras se ruborizaba- el pelinegro cruzaba los brazos –Al final salió corriendo del salón llorando de vergüenza-
El pelirojo rió –Pobre Makoto. Entonces tócatelas tú mismo y ve si te excitas-
-No me excito-
-¿Ya lo hiciste?- al pelirojo le salió una gotita en la sien. El pelinegro lo seguía mirando fijo –“¡Maldición! No le importa nada, pero cuando algo l da curiosidad, no se detiene hasta hacerlo”- el pelirojo suspiró y se quitó la polera –Bien, pero solo un poco-
El pelinegro asintió –Tírate hacia atrás- el pelirojo se recostó sobre el futon y el pelinegro se sentó sobre sus caderas.
-¡Espera! ¿Por qué te pones sobre mi?-
-Porque así estaban ellos-
-¡Odio tus lógicas!- el pelirojo se ruborizó -¿Puedes apagar la luz?- preguntó avergonzado.
-No-
-¡Apágala!-
-Pero quiero verte- el pelirojo vio la intensa mirada azul y sintió palpitar fuertemente su corazón -¿Puedo empezar?- el pelirojo se cubrió los ojos con el brazo y asintió. El pelinegro rozó tímidamente con la yema de los dedos, uno de los rosados botones –“Que suave”- después lo apretó con dos dedos –“Se puso duro”- con su otra mano hizo lo mismo en el segundo botón.
Los apretaba suavemente y sentía el cuerpo del pelirojo estremecer. Miró su rostro y pudo ver su boca abierta buscando aire. Empezó a escuchar los jadeos del pelirojo y los apretó mas fuerte –Ha… Haru…- el pelirojo quitó el brazo y lo miró -… ya… ya es suficiente…-
El rostro del pelirojo le pareció más hermoso que nunca. Sus mejillas teñidas de rojo y sus ojos brillantes, eran increíblemente erótico –“Hermoso…”- ignorando las palabras del pelirojo, acercó su lengua a uno de los pezones y lo lamió.
-¡No… hagas eso!- lo intentó quitar, pero el pelinegro lo mordió suavemente. Una corriente eléctrica cruzó su cuerpo y terminó entre sus piernas -¡Ha… Haru!...- el pelinegro sintió la erección en su trasero -… de… detente…-
Mientras seguía chupando y mordiendo, salió de encima del pelirojo para ponerse a su lado. Bajó la mano y la metió en los pantalones deportivos que usaba el pelirojo. Arqueó la espalda al sentir la mano del pelinegro en su miembro –Estas muy duró-
-Idi… idiota…- lo comenzó a masturbar y se deleitaba escuchando los gemidos que sacaba con cada caricia. Le quitó el pantalón y la ropa interior. Acercó su boca al falo del pelirojo y lo comenzó a chupar -¡¡Mmmmgghhh!!- el pelirojo apretó los labios y tembló al sentir su orgasmo.
El pelinegro tragó el liquido y se levantó un poco para mirarlo -¿Puedo continuar?-
-Por… por supuesto que no…- contestó el pelirojo con la respiración entre cortada. El pelinegro sonrió sorprendiéndolo –¿Haru?-
El pelinegro se lamió los dedos mientras miraba lascivamente al pelirojo. Después de humedecerlos bien, los acercó a la entrada del pelirojo –Quiero meterlo aquí-
-No, espe…- introdujo suavemente los dos dedos y el pelirojo tiró su cabeza hacia atrás y se aferró al cobertor -… no… ¡Aaahh!...- los movía y rosaba las paredes buscando un punto en especifico -… Haru… aaahhh… pa… para…-
-Estoy muy excitado Rin-sacó un condón del bolsillo de su pijama y se lo bajó juntó con la ropa interior para sacar su miembro. Abrió el envase con los dientes y sacó los dedos para ponerse el látex transparente con las dos manos. Después de ajustarlo bien, se introdujo suavemente en el dilatado lugar.
-Du… duele… aahh…- entró completamente -… Ha… Haru…- el pelinegro inició un vaivén de caderas. Ambos gemían a cada movimiento y cuando sintieron el clímax cerca, se besaron vorazmente.
Cuando terminaron, se miraron fijamente y el pelinegro volvió a sonreír –Por fin pude tenerte- le acarició la mejilla quitando uno mechones de cabello y le dio un corto beso en los labios –Siempre quise hacerlo contigo-
El pelirojo se sorprendió –Espera… Lo de ver a Nagisa y Rei ¿Era mentira?- el pelinegro asintió -¡¡Haru!!- forcejeó para sacarlo de encima, pero el pelinegro lo abrazó y besó quitándole toda la fuerza.
Fin.