Le dolió dejarlo solo así, sin explicaciones, solo salió corriendo como si fuese un cobarde, no tenía idea de lo que ocurriría después, en su mente solo y en su corazón solo existía él, siempre había sido así desde que lo conoció en aquel café, ahora todo parecía tan gris como el tiempo antes de conocerlo.
Llego a su departamento deseando recibir una llamada o un mensaje, pero nada, tanto el celular como el teléfono fijo estaban mudos, la soledad le aterraba pero sobretodo lo comía vivo y aún más después de conocer a aquel joven que tanto llego a amar.
-¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasar esto? – Se decía así mismo golpeando la mesa del comedor – y ahora ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Qué?
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Era una tarde lluviosa, todo lo que hacía era estar sentado en el mismo lugar, bebiendo el café de siempre y pensando en las cosas de siempre, así era Shouta Kisa, un hombre de 30 años cansado de la vida y del trabajo que recién había entregado, revisaba en su laptop el porcentaje de raiting (Mane: y como recordamos como se escribe lo pusimos como se nos pegó la gana) de su último trabajo como editor, últimamente tenía bastante éxito.
Pero a pesar de todas esas cosas se sentía tan vacío, de vez en cuando salía con alguien solo para distraerse y siempre que se enamoraba de alguien salía lastimado profundamente, es por ello que comenzó a salir con muchas personas solo para divertirse por un momento.
-veamos – decía para si – las ventas subieron con este tomo a comparación del anterior – froto su barbilla con una mano mientras seguía mirando en la pantalla – es bueno ver tales resultados.
De pronto como si fuese un destello de luz alguien apareció frente a sus ojos.
-disculpe – dijo aquella melodiosa voz y al voltear a verlo quedo deslumbrado - ¿le importa? Es el único lugar vacío – le dijo haciendo una seña a la silla que se encontraba frente a él.
De pronto el tiempo pareció detenerse, la lluvia dejo de caer y en su lugar un hermoso sol apareció a las espaldas de aquel chico haciendo parecer que un aura hermosa salía de él y por ese precioso instante todo fue perfecto.
Se quedó mudo sin poder articular palabra, aquel joven de hermosa apariencia y elegante sonrisa lo miro a los ojos esperando encontrar una respuesta a su silencio, pero en lugar de eso se encontró con un par de ojos desorbitados y un rostro sin otra reacción que la sorpresa.
Por su parte Kisa se sintió atraído por aquel par ojos café y aquella aura tan misteriosa para él, nunca antes al ver a alguien se sintió así, pensaba que era producto de su imaginación o que estaba soñando, pero la realidad era que ese ángel celestial se encontraba frente a sus ojos y mejor aún al alcance sus brazos y de sus labios sedientos de amor puro.