Castiel soltó un leve gruñido mientras frunció su ceño entre sueños. No tenia ganas de levantarse aún pero su estómago pedía a gritos algo.
Una suave risa hizo que Castiel abriera un ojo con la frente aun fruncida, encontrándose con un par de ojos dorados que le sonreían recostados sobre su pecho.
-que te causa tanta gracia?-soltó el pelirrojo molesto.
-nada en especial-dijo Nathaniel aun recostado en el pecho desnudo de su novio-es solo que me da gracia como todas las mañanas que me quedo contigo tienes una forma especial de despertarme.
El mayor se sonrojo ante el comentario del otro pero solo frunció sus cejas y giró la cabeza.
Nath lo miró con ternura mientras se incorporaba y le daba un beso a Cast en la mejilla el cual el otro aprovechó para girar su rostro y robarle un beso en los labios al rubio el cual intensificó hasta sacarle el poco aliento que tenía Nath a esa hora.
El chico se separó con las mejillas rojas mientras el mayor se relamía los labios con una mirada lujuriosa en los ojos, pero antes de poder decir algo, su estómago volvió a gruñir y Nath de hecho a reír.
-preparare algo para que “desayunemos”-sonrio mientra se levantaba de la cama apenas vestido con la camisa con la que había dormido, la cual le quedan grande ya que era de Cast.
El chico miró al rubio agacharse a recoger su ropa interior y alcanzo a ver como su trasero se marcaba sobre la camisa
Un fuerte y pervertido sonrojo inundó la cara del chico haciéndolo girar para darle la espalda a su pareja, no eran ni las 4 de la tarde y ya quería atacarlo de nuevo.
Nath salió del cuarto sin percatarse de lo que le pasaba a Castiel; fue a la cocina para cocinar algo de forma tranquila con una sonrisa en los labios.
Cuando estaba finalizando la comida, Nath se sintió de un suave roce por sus tobillos, al mirar abajo era un pequeño gatito de color miel que le maullaba de forma suave.
Con los ojos brillantes tomo al animalito y lo puso contra su pecho, una vez ahí, el pequeño empezó a ronronear haciendo que una burbuja de felicidad inunda el pecho del chico.
El gatito le lamió la mejilla a Nath y saltó de sus brazos a la mesa para bajarse; pues había sentido la presencia del imponente perro de Cast.
Demonio, estaba allí parado en medio de la cocina, serio y atento como siempre. en cuanto el gatito estuvo en el piso, este se hecho en el piso para que gatito se subiera en su lomo.
La historia de "Eru", como se llamaba el gatito, eran de esas historias que a Nath le encantaba recordar.
En una de sus caminatas de camino a su casa después de la escuela, la lluvia se había desatado sin previo aviso Nath lo había visto en una cajita arropado por una manta maullando tristemente, pero por más que su corazón se rompiera y le suplicara que lo llevara consigo, no pudo hacerlo; pues conocía las consecuencias de que pasaría si él llegaba a casa con un gato.
Lo que el delegado no sabía era que cierto pelirrojo que lo había estado siguiendo de cerca, había notado esa impotencia en sus claros ojos.
Días después Castiel lo invitó a su casa para que le “ayudara” con unos deberes, pero lo que no esperaba era encontrar al gatito dormido sobre Demonio. Por lo que Castiel le había contado, su perro se había encariñado casi de inmediato con el minino, el cual apenas si hacía ruido u ocupan espacio y aunque Castiel creía que Demonio sólo lo veía como un aperitivo, lo cierto era que el perro era muy posesivo con el pequeño, tanto así, que cuando el gatito salía al patio a tomar el sol en las mañanas y cualquier perro pasaba y le gruñía, Demonio aparecía de la nada como invocado a ladrarle y sacar al otro animal corriendo.
Eru era de Nath tanto como Demonio de Castiel, pero por OBVIAS razones no podía llevárselo a casa, por lo que su novio accedió a tenerlo en la suya ya que Demonio no permitía que lo separarán de él.
El nombre se lo había dado Yuse con ayuda de Armin una vez que ellos fueron a la casa de Cast para organizar lo del concierto; según la chica y el friki, eran el seudónimo de un gran detective del anime pero ni Nath ni Cast lo conocían o les importaba conocerlo, aún así el gatito ya no respondía a otro nombre.
Nath se sentó en el piso, pero cuando trato de acariciar a su gato, Demonio se le lanzo encima para ensalivandole toda la cara, aunque a Nath no le gustaban los perros, debía admitir que “ese” perro le agradaba
-suficiente Demonio-gruñó Cast entrando a la cocina y viendo a Nath riendo en el piso siendo casi devorado a lengüetazos por el perro-el único que se puede comer a ese rubio soy yo, así que fuera
El perro gruñó molesto y se fue golpeando de forma juguetona a su amo con la cola en las piernas, aún así con todo ese alboroto, Ryusaki no se despertó para nada
-gracias-sonrió Nath cuando Castiel le ofreció su mano para que se levantará, la cual aceptó-creo que un poco más y Demonio me hubiera devorado-dijo sin darle un doble sentido mientras se lavaba la cara y las manos en el lavaplatos
-es tu culpa por tener ese letrero de "violame" en la frente-dijo abrazandolo por la espalda y pegándole a su pecho, haciendo que el menor se sonrojara al sentir el bulto que su pareja ocultaba entre sus pantalones y que no hacía el menor cuidado por no restregarse contra su trasero.
-así que tengo un letrero en mi frente y es mi culpa ¿he?-preguntó esté girandose para quedar frente al otro con una mirada pícara.
-claro que sí idiota! lo bueno es que sólo yo puedo violarte-dijo Castiel apretando una de las nalgas de Nath con fuerza mientras le levantaba la pierna.
-más bien "hacerme el amor" eso de violación suena como si fuera contra mi voluntad y nosotros sabemos que no es verdad-dijo el otro rodeandole el cuello con los brazos y lambiendole la oreja.
Castiel tomo a Nath de su trasero y lo subió sobre el frío mesón de la cocina para recostarlo con una mirada lujuriosa mientras metía sus manos por debajo de la camisa de su novio para pellizcarle los pezones con fuerza los cuales reaccionaron casi de inmediato poniéndose erectos.
-que pervertido es ud Sr delegado principal-se burló Castiel mientras movía sus dedos con fuerza sacándole sonoros gemidos a Nath que se retorcía bajo su yugo
-tu...tu fuiste el que me volvió así, rockero idiota-gimió este cuando una de las manos de Castiel bajo a tocarle el trasero para presionar su entrada contra la tela de la ropa interior haciéndolo gemir aún más fuerte mientras apretaba los dedos de los pies.
-si si, lo que digas delegado pervertido, aún no te toco y esto se siente muy caliente-sonrió Castiel con satisfacción al presionar aún más fuerte la entrada de Nathaniel y bajar su cara para poder soplar su cálido aliento sobre la prenda para que este se filtrada a la piel del miembro de su pareja que ya hacía gran presencia allí.
Nath soltó un respingo y trato de mover sus manos pero Castiel las tenía sujetas con una de las suyas me entras apartaba parte de la ropa interior del rubio aún lado sin quitarla y soplaba en el húmedo agujero que estaba empezando a gotear parte de lo que había quedado anoche.
-creo que no habrá necesidad de prepararte, pero por si las dudas meteré un dedo-dijo el pelirrojo pues lo que menos deseaba era lastimarlo, además si Nathaniel no se presentaba esa noche al concierto Yuse era capaz de matarlo, por lo que ignorando las súplicas de Nath para que entrara así, metió un dedo en el interior de su novio el cual gritó su nombre extasiado mientras ponía sus ojos en blanco de la excitación.
Castiel movió su dedo con dificultad, no importaba cuantas veces lo hicieran, Nathaniel era demasiado estrecho pero aún así su interior succionaba su dedo con unas fuerzas que sólo prendían a Castiel.
Este saco su dedo y se inclinó para besar al menor mientras se bajaba el pantalón que se había puesto para salir del cuarto y sin mucho protocolo entró haciendo que su uke arqueara la espalda mientras varias lágrimas se le salían de sus ojos quedándose sin aliento.
-relájate-dijo el pelirrojo entrelazando sus manos con las del chico y poniéndolas a los lados de su cabeza-me estás apretando muy duro.
Nath ya no podía pensar con coherencia y mucho menos hablar cuando Castiel empezó a moverse más y más rápido sacándole el alma a Géminos y besos salvajes; el delegado simplemente se dejo hacer lo que el otro deseara, le encanta a sentirlo dentro, era como un tranquilizante que lo hacía olvidar pensamientos oscuros de su mente.
Castiel lo soltó y pasó sus manos por la delgada espalda del otro y lo alzó para que quedara medio sentado al borde del mesón mientras él se movía a un más fuerte
Nath se aferró a los hombros de Castiel cuando llego al climax y se derrumbó sobre el hombro del otro mientras sentía como Castiel se descargaba en él.
El mayor lo abrazo y río entre dientes al sentir la ropa interior del otro completamente empapada.
-no te rias idiota!-musitó el delegado sin aliento-ahora no tengo que ponerme por tu culpa.
-no te quejes-dijo el otro frunciendo el ceño-fue tu culpa el haberme provocado.
-yo no hice nada, tu fuiste el que me ataco, ahora y por tu culpa la comida ya se enfrió-suspiro Nath gimiendo un poco cuando Castiel salió de él.
-ve a bañarte en lo que yo la caliento-gruñó el otro dándole la espalda mientras se acomodaba el pantalón.
Nathaniel sonrió ante ese repentino cambio de humor de su novio por lo que lo abrazo por la espalda y se empinó para besarle la nuca
-y que se supone que me ponga cuando salga? ayer no me dejaste ir a casa por algo de ropa.
-si te hubiera dejado ir, te hubieras quedado allá delegado idiota!-refunfuño Castiel-ve a bañarte que ya te llevo algo para que te pongas.
Nathaniel le dedicó una sonrisa tan suave y tan tierna al pelirrojo antes de irse, que su rostro de este se torno casi del color de su cabello.
“ese idiota! porque tiene que ser tan lindo?!” se pregunto mentalmente Castiel avergonzado mientras se giraba para poner a calentar la comida. luego limpio el mesón donde lo habían hecho y fue a su cuarto.
Esa noche sería el concierto en el instituto, así que para esa ocacion Nathaniel había accedido a vestirse como se debía y Castiel se había tomado el permiso de conseguir la ropa que el otro necesitaba.
Dejo todo sobre la desordenada cama y abrió la puerta del baño donde Nathaniel se estaba bañando.
El lugar estaba lleno de vapor por el calor del agua y podía escuchar al chico en la ducha tararear una de las canciones que presentarán esa noche. En forma de broma, Castiel se acercó de forma sigilosa a donde estaba Nath, tenía unas ganas tremendas de coger ahí mismo en la ducha; pero cuando abrió la puerta y lo vio de espaldas, sintió como si un balde de agua fría le cayera desde el techo.
La pálida espalda del delegado estaba decorada por distinta clase de heridas; habían golpes y una que otra cortada vieja; los que parecían más recientes eran unas marcas casi negras en la mitad de la espalda, era como si lo hubieran golpeado con un tubo o algo parecido.
Nathaniel se percató de la puerta estaba abierta y se giró para ver a Castiel, que lo observaba con esos ojos grises entornados. El mayor noto como en el pecho del chico tambien habian varios tipos de moratones, pero estos ya se veían antiguos.
-OYE MALDITO PERVERTIDO, QUE CREES QUE HACES???!!!!-grito el rubio avergonzado cerrando la llave del agua y tapando con una toalla, pero Castiel lejos de mirarlo con lujuria tenía una mirada triste en los ojos-eh, que te pasa?
-que te paso en la espalda?-la pregunta desconcertó a Nathaniel por un segundo, que luego volteo a mirar a otro lado incómodo-Nathaniel!
-no es nada-se apresuró a decir el rubio saliendo de la ducha-me lo tenia merecido
-ESO NO ES VERDAD!-grito Castiel furioso golpeando la pared con un puño. Nathaniel aguardo a que el chico se calmara para que volviera a hablar-que hiciste para que él te reprenderé así?
-me cubrí-dijo el otro de forma calmada-el golpe iba para mi cara pero sabía que me la dejaria hinchada y había demasiadas preguntas así que me cubri
-SOLO POR ESO!-Castiel sentía que la sangre le hervía furioso mientras observaba los ojos tranquilos de Nath en el-POR QUE NO SE LO DEVOLVISTE?
-porque no soy tan estúpido Castiel-dijo Nath serio-entre menos resistencia yo ponga, sera mejor; ademas ni siquiera duele ya-Nath miró un segundo a Castiel antes de acariciarle la mejilla con la punta de los dedos-en serio estoy bien
-por que te castigo esta vez?-preguntó sin mirarlo a los ojos-él...descubrió lo nuestro?
-no-susurro Nath aunque había cierto tono de una tristeza mezclada con alivio en su voz-de haberse enterado...me habría matado.
Castiel se estremeció de sólo imaginarlo; sus padres, por más problemas que él causará, jamás le había levantado la mano; por lo que tomó la mano de Nath y la pego mas a su rostro
-deberías denunciarlo…
-no tendremos esa discusión de nuevo Castiel-corto Nathaniel quitando su mano y saliendo del cuarto.
El pelirrojo apretó los dientes antes de darle otro puño a la pared para dejarse caer en el piso furioso.
Así que esa era la razón que en la noche anterior Nath no le había permitido que le quitara su camisa cuando habían hecho el amor?
Castiel chasqueo la lengua molesto mientras reposaba su cabeza entre sus manos. Conocía al rubio desde que eran niños y llevaban saliendo por casi un año pero aun no sabia con ciencia cierta cuando el padre de éste había empezado a reprenderlo de esa forma. Si bien Nathaniel no había sido un buen ejemplo a seguir cuando eran niños, ahora se esforzaba al máximo para parecer “señor perfección” pero ante la menor falta, sospecha o acusación de Amber, el rubio era severamente castigado aunque nadie sabía eso excepto Castiel; ni siquiera Yuse, que conocía, cubría y alababa (de forma acosadora) su relación, comprendía porque muchas veces Nathaniel no aguanta a cargar su mochila o el porque muchas veces se veía mucho más pálido y enfermo de lo que era.
El pelirrojo suspiró antes de salir del cuarto de baño; al parecer Nath ya se había terminado de cambiar y hasta había tendido la cama; al salir al comedor la comida ya estaba puesta y Nathaniel estaba jugando con Demonio riendo alegre
Como podia reir de esa forma cuando estaba tan herido físicamente?
-Qué haces ahí parado? vamos a comer que me muero de hambre-dijo Nath al verlo ahí parado como una estatua
El chico notó como los ojos de su novio brillaban con un par de estrellas cuando se clavaban en él, lo cual lo hizo sonrojar como una nenita antes de acercarsele para robarle un beso