Expresando mis sentimientos por GrayTax

Expresando mis sentimientos
Caminando por un sendero se encontraban Hidan y Kakuzu. Se supone que estaban viajando a Konoha, y se supondría que ya deberían haber llegado, pero como Kakuzu era un adicto al dinero quiso hacer unos cuantos trabajos extras hasta que llegaran a Konoha. Esto los atraso por 2 dias y necesitaban llegar lo más pronto a Konoha pero Kakuzu ya no soportaba que Hidan se estuviera quejando.
Hidan: Por dios si no nos hubiéramos parado a matar a ese viejo no nos hubiéramos atrasado tanto.
Kakuzu: Ya deja de quejarte. Además ¿Quién fue el que se gasto un cuarto de lo que ganamos comprando ?
Hidan: Yo pero…… No importa eso, lo que importa es que ya estoy cansado. Ya no aguanto mis pies.
Hidan no se daba cuenta pero Kakuzu poco a poco iba perdiendo más y más la paciencia.
Hidan: Y además ¿Para qué quieres tanto dinero? Ni siquiera lo utilizas en nada. Deberías utilizarlo en algo que nos sirva, como por ejemplo un buen hotel para dormir o una……..
Kakuzu: ¡YA CALLATE! – Hidan se quedo callado pues Kakuzu jamás le había hablado de esa manera, siempre se mostraba pasivo pero en esta ocasión eso no ocurrió- ¡Por favor! Solo guarda un momento de silencio ¿Quieres?
Hidan se quedó desconcertó, el jamás se sintió tan mal.
Hidan: (¡Y UNA MIERDA! A MI NO ME VAS A GRITAR DE ESA MANERA) ¿Qué rayos te pasa? ¡No me puedes ir gritando por ahí como si nada!
Kakuzu se abalanzo sobre Hidan haciendo que callera en la tierra del sendero. Hidan forcejeo intentando quitárselo de encima pero este Kakuzu se resistió. Hidan sintió rabia hacia él. Quería escupirle en la cara. Sí, eso haría. Hidan se dejó de mover y esperó el momento exacto para poder realizar su acción pero cuando vio a Kakuzu a la cara, toda la rabia que sentía se desvaneció.
Kakuzu estaba llorando.
Hidan: (¿PERO QUE RAYOS?) Kakuzu ¿Pero qué tienes?
Kakuzu: (sollozando) Ya no lo soportó. Desde que llegaste me he vuelto más vulnerable. Todo me pone mal. Hago las cosas más estúpidas que jamás en mi vida creí que yo haría. ¡TE ODIO!
Hidan: ¿Pero de qué rayos estás hablando?
Hidan jamás en su vida creyó ver a si a aquel frío compañero en un estado tan vulnerable, además no entendía que era aquello que lo ponía en ese estado.
Hidan: Kakuzu no entiendo porque estas así ¿Qué tienes?
Kakuzu: Tú jamás lo entenderías ¡BAKA!
Kakuzu se levanto de encima de Hidan y empezó a caminar dejando a el otro muy confundido y tirado en el suelo.
NARRA KAKUZU
¿Por qué me hace hacer esto? ¿Qué tiene el que los demás no tengan? ¿Por qué mi corazón late tan fuerte cuando esta cerca y tan lento cuando el no está? No puedo perder mi tiempo pensando en el, ya perdimos bastante con el trabajo de asesinar a ese viejo pero…… No quiero ni pesar en estos sentimientos, que seguramente jamás serán correspondidos. El saber que él jamás me amara es lo más doloroso que jamás haya experimentado.
Esta será la última vez que me deje mover así por él. Me esta desetabilizando. Ni siquiera se que hago con mis impulsos y mis emociones.
NARRADOR NORMAL
Hidan se levanto del suelo y empezó a perseguir a Kakuzu. Estaba muy confundido y no sabía qué hacer. Mientras caminaban los dos chicos no se dirigieron la palabra, o por lo menos Kakuzu no le hablo a Hidan, pues esto lo ignoro.
Cuando llegaron al siguiente pueblo Hidan ya había dejado de intentar obtener repuesta de parte de Kakuzu y solo caminaron hasta que entraron en un hotel decente. Kakuzu pidió que les dieran habitaciones separadas. Ellos siempre dormían en un mismo cuarto porque a Kakuzu no le gustaba gastar tanto dinero.
Y que pidiera habitaciones separadas quería decir que enserio le sucedía algo malo.- Se dijo Hidan. En la noche lo visitare para que podamos hablar como es debido.
Ya pasada la noche Hidan solo le dijo buenas noches a Kakuzu y se fue a “dormir”, el solo estaba esperando el momento en que Kakuzu se sintiera menos……….. Bueno pues……. Menos como estaba para poder hablar con el tranquilamente.
Lamentablemente estaba tan cansado que no pude ir.
Pero cuando ya estaba a punto de dormirse alguien entro a su cuarto. Al momento Hidan se puso tenso, y no se movió para hacerle creer al que había entrado que él estaba dormido.
Pasaron los minutos y lo único que se oía era un silencio. Los dos seres que se encontraban en la habitación no movieron ni un musculo, hasta que Hidan decidió que el daría el primer ataque.
El empezaba a prepararse para la pelea pero algo lo detuvo:
¿?: Ya sé que estas despierto Hidan. Levántate
Hidan: ¿Kakuzu? ¿Qué haces aquí?
Cuando Hidan por fin volteo a ver a su compañero este estaba sin la máscara que le cubría la cara. Hidan pudo notar los hilos de las cosidas de la cara de Kakuzu, pero también noto otra cosa: un rubor en sus mejillas.
Hidan: (¿Pero que rayos esta pasando?) Kakuzu ¿Qué te paso? ¿Por qué entraste sin avisar a mi cuarto? Me asustaste.
Kakuzu: Perdón, no era esa mi intención. Es que simplemente ya no me puedo contener.
Diciendo esto Kakuzu se puso de espaldas a Hidan.
Hidan: Kakuzu ¿De qué rayos hablas? No te entiendo. Desde tu descontrol en el sendero has estado muy raro, y lo único que ocasionas es que me preocupe por ti.
Kakuzu: (sonrojado) ¿Enserio te preocupabas por mi Hidan?
Hidan: Pues claro que si como no me iba a preocupar de mi compañero.
Kakuzu sintió una alegría muy intensa en su interior, sabía que su compañero no le había declarado su amor. Pero de todos modos se sintió feliz.
Hidan: Kakuzu ¿Me vas a decir ya lo que te sucede?
Kakuzu en vez de hablar se abalanzo en su compañero haciendo que este se callera. Por el impacto Hidan cerró los ojos pero, al abrirlos vio que los ojos de su compañero estaban tan cerca que se podía mirar en ellos.
Hidan: ¿Pero que ray….?
Hidan no pudo terminar de hablar porque Kakuzu le planto un beso en los labios. Hidan se quedo paralizado, no podía creer lo que acababa de pasar. El jamás pensó que esto pasaría, ni siquiera se le paso por la mente.
Los labios de Kakuzu eran suaves, tersos, Hidan jamás se imaginó que unos labios podrían ser tan cálidos. Cuando Hidan finalmente reacciono separo los labios de su compañero y le dijo
Hidan: Kakuzu ¿Pero qué estás haciendo?
Kakuzu bajo la mirada para que su amado no lo viese a la cara. El estaba muy apenado pero había decidido decírselo haci que no se podía echar para atrás.
Kakuzu: ¡ESQUE TU ME GUSTAS!
Hidan no creía que eso estuviera pasando. Hidan alguna vez vio a Kakuzu como un amor platónico, alguien a quien nunca le diría su amor y que el sabría que el otro no correspondería. El tiempo pasó pero Hidan finalmente pudo sacarse a Kakuzu de su cabeza, la verdad, el-en ese tiempo- no dejaba de pensar en el. Pero él pensó que su amor jamás seria correspondido así que mejor optó por olvidar a su amado y concentrarse en el futuro.
Pero cuando Kakuzu le dijo aquellas palabras Hidan recordó todos los momentos en que él había tratado de confesarle sus sentimientos a Kakuzu pero jamás lo había logrado.
Hidan: Deja de estar jugando conmigo Kakuzu. Sabes yo también soy una persona y tengo sentimientos. Diciéndome cosas así……… no sé lo que esperas.
Kakuzu: Por favor Hidan, tan solo piénsalo un poco, ¿Crees que yo te estaría diciendo esto sin ninguna convicción, y solo por molestar? ¿Crees que yo jugaría con cosas de este tipo?
Hidan lo pensó y se dio cuenta de que su compañero tenía toda la razón. Kakuzu jamás hablaba en broma, ni decía ninguna, era un tipo callado y obsesionado con el dinero.
Hidan: Si esto no es broma, ¿Por qué me lo dices hasta ahorita?
Kakuzu: ¿Acaso querías que te lo dijera antes?
Hidan se dio cuenta de su erro muy tarde. Kakuzu ya lo estaba viendo a la cara, expectante a lo que su compañero fuera a decir.
Hidan aparto la mirada, pues sentía la cara roja, y él, no quería que su compañero viera que era tan vulnerable en este tipo de cosas.
Hidan: Pues……. La verdad es que yo………. ¡También te amaba Kakuzu!
Al oír estas palabras a Kakuzu se le acelero el corazón pero entonces oyó la palabra clave que hacía que todos los sentimientos de Kakuzu se vayan a la chingada: Amaba.
Esta palabra resonaba en sus oídos sin cesar.
Kakuzu: ¿Amaba? ¿Ósea, que ya no?
Hidan vio como los ojos de su compañero iban perdiendo el brillo que hace unos momentos refulgían como las mismas brazas de una enorme fogata.
Hidan se sintió triste pues sabía que iba a decir unas palabras duras.
Hidan: Exacto – Hidan sintió como el cuerpo de su compañero se iba haciendo más liviano encima de su cuerpo a medida que iba hablando- Yo antes te amaba de una manera loca Kakuzu. No sabes los calvarios que tuve que correr en mi mente por estar a tu lado. Jamás me trataste como si fuera tu igual, solo como un niño que necesitaba de alguien que lo cuidara, solo me trataste como un compañero en vez de cómo un amigo. Con estas acciones, mi corazón empezó a creer que tú jamás le prestarías atención. Y simplemente lo deje, deje de tortúrame, de creer que era una basura por creer que yo jamás te llegaría a gustar. – Hidan sin poder contenerse empezó a llorar. Ya no le importaba si su compañero lo estaba viendo o no, solo quería que el supiera todo lo que él lo había hecho sufrir.
Kakuzu: ¡Hidan! ¡PERDONAME! Yo jamás creí que tú me fueras a amar. Por una parte estoy feliz pues ahora sé que por lo menos tú sentiste algo por mí en algún momento, pero eso no me interesa ahora. Quiero que sepas que yo…….. Que yo……… siempre te quise.-Hidan no paraba de llorar, pero Kakuzu puso sus dos manos en las mejillas de Hidan para que este le viera directo a la cara.- Yo no tengo palabras para siquiera explicarlo pero tratare de acercarme lo más que pueda: Cuando te conocí pensé que eras un idiota, fuerte, pero bastante idiota. Siempre decías que Jashin-sama esto ó Jashin-sama lo otro, y como sabes que yo no soy religioso pues mas te me hacías tonto. Pero en algún momento de el camino tu estupidez ya no se me hiso tonta, sino, tierna. Cuando te veía mi corazón empezaba a latir muy rápido y no podía sacarte de mi mente. Obviamente yo no quería que mis sentimientos te llegaran, tenía miedo de que la primera vez que yo confesara mis sentimientos ese alguien me fuera a rechazar. No podía concebir la idea de que tú no me fueras a querer y por eso me mantuve callado con respecto a mis sentimientos.
Hidan ya no lloraba, estaba tan impresionado con lo que este Kakuzu le acababa de confesar que literalmente se quedo trabado.
Kakuzu: Pero hace unas semanas, este sentimiento me abrazo con una fuerza ensordecedora y mi mente me decía que te lo tenía que decir, costara lo que costara. – Kakuzu se acerco a Hidan un poco mas- Y cuando me estabas diciendo aquellas cosas hoy en el sendero, me enoje porque tu no sabias de mis sentimientos, no sabias de mi amor hacia ti. Y hoy por fin te lo pude confesar. Pero, tu también me confesaste tus sentimientos y entiendo que tu ya no quieres tener nada con…….
Este era el turno de Hidan de cortar lo que Kakuzu estaba diciendo con un beso. Kakuzu se impresiono, pero correspondió el beso.
Hidan: Kakuzu, - Hidan empezó a llorar otra vez- no quiero que te separes de mi lado nunca.
Kakuzu quedo impresionado con las palabras de Hidan, pero no solo con sus palabras, sino, con la convicción con las que las decía. Nadie, jamás en su vida, le había dicho tales palabras con tanta intensidad.
Kakuzu: Pero yo pensé que tú me habías dejado de querer.
Hidan: Lo intente. Lo intente con todas mis fuerzas, pero jamás me pude quitar de encima este sentimiento. Siempre quedo un poco.
Hidan y Kakuzu unieron sus labios en un tierno beso. El amor que sentía Kakuzu crecía a cada momento y el amor que sintió alguna vez Hidan, renació con mucha intensidad.
El beso se fue volviendo más prolongado, más intenso. La respiración de aquellos dos amantes se volvió más entrecortada, pues los chicos tenían que respirar, sin embargo no querían separar sus labios.
Aquellos dos seres se deseaban con pasión, y, más ahora pues sabían que su amor si era correspondido, sabían que sus amores jamás serian dejados por ninguno de los dos.
Kakuzu tomo el rostro de Hidan, disfrutando de la tersidad de su piel mientras su lengua jugueteaba en su boca. Hidan, con solo sentir las manos de su amado en su rostro no pudo resistir más y soltó un pequeño gemido, haciendo que Kakuzu se excitara aun más.
Kakuzu empezó a besar el cuello de su amado, haciendo que este sintiera fuego por donde Kakuzu pasaba. Kakuzu volvió a subir hasta la boca de Hidan. Cuando él lo besaba, Hidan correspondía el beso con ganas, gozando del placentero sabor de la boca de su amado. Kakuzu le quitaba con habilidad la túnica a Hidan sin que sus bocas tuvieran que separarse.
Kakuzu no dejaba de morder los labios de Hidan. Tocaba su abdomen con las manos, tratando de recordar su fornido cuerpo.
Kakuzu también le empezó a quitarle el pantalón a Hidan, este se dejo hacer y deshacer al antojo de su amado disfrutando del paso de las manos de Kakuzu por todo su cuerpo. Cuando Hidan por fin estuvo desnudo Kakuzu se alejo para grabar a fuego en su mente el cuerpo en el estado más puro de su compañero. Hidan ante la mirada expectante de Kakuzu, no pudo hacer nada más que sonrojarse y tapar sus atributos.
Kakuzu: No Hidan, no te tapes. Deberías de estar orgulloso de tener un cuerpo tan hermoso.
Hidan se sonrojo aun más y Kakuzu se acerco de nuevo al peliplata y empezó a besar todo el cuerpo y el abdomen de su amado. Recordando cada parte de el . Después Kakuzu volteo a Hidan y se poso encima de él y empezó a recorrer su espalda con la lengua. Hidan estaba deseando tener a Kakuzu en su interior, obviamente no se lo dijo pero era tanto su deseo que por lo menos lo que pudo hacer era gemir, para que su amado se excitara.
Kakuzu podía ver reflejado en los ojos de su amado una lujuria y una pasión, tales que estaba empezando a gemir de una manera loca mientras él, haciendo que el momento durara mas y mas, para que su amado deseara mas su cuerpo.
Kakuzu empezó a levantar a Hidan para que este terminara en cuatro, y, según Hidan, Kakuzu pudiera entrar. Pero Kakuzu no tenía esa intención.
Kakuzu se recargo en Hidan y empezó a masturbar la erección de su amado. Este al ser tocado se sonrojo y empezó a gemir y estirarse. Kakuzu se quito los pantalones con una sola mano para que no tuviera que soltar a su amado, y terminada la acción puso su pene entre los muslos de su amado y empezó a frotarse en ellos.
Kakuzu: Hidan, apriétame más.
Hidan: ahhhh…… Kakuzu ¡se siente bien!
Hidan tenso los muslos haciendo que Kakuzu,echara la cabeza hacia atrás y gimiera.
Kakuzu: ¡Exacto! ¡Así Hidan, así!
Kakuzu empezó a masturbar de nuevo a su compañero y el empezó a mover las caderas de adelante para atrás haciendo que su pene rosara los testículos de su amado, y con esto y la masturbación que le estaban haciendo Hidan casi ya no podía controlarse.
Hidan: ahhhh…… Kakuzu no puedo más……. Ahhhh!
Kakuzu: No importa. Córrete. Eso es lo que yo quiero.
Hidan: Pero Kakuzu yo quiero que tu …..
Kakuzu: No Hidan, eso lo aremos en un lugar mejor que este basurero.
Hidan ya no pudo contenerse mas y se corrió en la manos de su amado y en su en su abdomen. Kakuzu también llegó al éxtasis y se corrió salpicado su mano y el pene todavía erecto de Hidan.
El peliplata cayó en el suelo pues estaba agotado, y Kakuzu cayó encima de el.
Kakuzu se movió de encima de él hasta quedar acostado a un lado. Hidan ya se estaba quedando dormido y el también.
Kakuzu: ¿Hidan?
Hidan: (bostezando) ¿Qué pasó, Kakuzu?
Kakuzu: Te quiero.
Hidan, al oír estas palabras no pudo hacer más que sonrojarse y se pego al pecho de Kakuzu.
Hidan escondió el rostro en el pecho de su amado y dijo en un leve susurro:
Hidan: Yo también te quiero.
Kakuzu alcanzó a oír las palabras antes de que cayera en las aguas del sueño. Se sentía muy feliz y no pudo hacer más que abrasar fuertemente a Hidan, su amado.