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Insomnio. por Kath Is VIP

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Notas del fanfic:

Aqui vengo de nuevo a hacer presencia en este mundo(?)

Otro Oneshot que salio de la nada al escuchar "Angel's Waltz" de YOHIO y ver como por decimocuarta vez Kuroshitsuji xD.

Sin más, les dejo el fic :3

 

Insomnio.

Sí, el Conde Phantomhive tenía insomnio.

Pero no era un insomnio normal, este era provocado debido una serie de pensamientos que acechaban por largas horas su mente, perturbando sus sueños.

La mayor parte de ellos los protagonizaba su demoniaco mayordomo. El Conde Ciel Phantomhive; dueño de las millonarias empresas Funtom, el perro guardián de la reina se encontraba en aquella vergonzosa situación que desmoronaba su implacable orgullo poco a poco: estaba enamorado, enamorado de su mayordomo, y este no era un mayordomo común, no era ni siquiera un ser humano con defectos, era un demonio, un ser vil sin sentimientos aparentes, pero ¿Cómo podía ser tan recto, tan majestuoso, elegante, delicado sin tener conocimiento de las emociones? ¿Por qué Sebastian? ¿Por qué justamente él?

No, no es que alguna vez Sebastian le hubiese faltado, es más, este lo trataba como si de cristal fuese, como un tesoro, pero lo que rompía el corazón del joven Ciel y lastimaba su ego era el pensar que hacia todo eso por el contracto que los unía, pero se consolaba en silencio con el hecho que al menos, por más patético que suene, deseaba algo de él; su alma.

Y así siguió hasta las altas horas de la madrugada.

Y le dolía.

Se sentía patético, frágil.

Pero ya no había nada que hacer al respecto, ya estaba enamorado y por más que quisiese desaparecer ese sentimiento, era en vano.

El joven sintió la boca seca, quería agua, si él quisiese podía pedirle a Sebastian que le trajera un poco de agua pero en esos momentos era la última persona que quería ver, así que salió de su cama con destino a la cocina.

Hace tiempo que no miraba detenidamente su mansión, que alguna vez fue también de sus padres. Esta era enorme e incluso podía parecer depresiva, vacía, como a veces llegaba a sentirse el muchacho.

Esta absorto observando con detalle su mansión, hasta que un sonido capto su atención. Un piano.

Si, efectivamente era un piano lo que estaba escuchando, la melodía se escuchaba claramente y conforme se iba acercando al salón principal se hacía más fuerte el sonido. ¿Cómo era eso posible? Se quedo parado reflexionando un momento hasta que recordó, lo había olvidado por completo, en la mansión efectivamente había un piano, de propiedad de su fallecida madre, ella solía tocarlo en días lluviosos. Un escalofrió recorrió su columna, ¿Quién demonios podría estar tocando el piano a esas altas horas de la madrugada? El sonido no cesaba, se hizo camino al lugar donde provenía este, abrió las grandes puertas con cuidado de no producir ningún ruido.

Y fue cuando lo vio.

Era Sebastian, con los ojos cerrados en señal que se encontraba concentrado mientras que sus dedos se movían velozmente sobre las teclas del viejo piano.

Ciel entrecerró un poco más las puertas, asomándose desde afuera esperando no ser descubierto.

Aquella melodía era hermosa, pasando casi a lo angelical, irónicamente.

El conde sintió algo extraño en su pecho, era un tipo de paz interna, no sabía explicarlo, hace tanto que no sentía algo así, que prácticamente había olvidado cómo era.

Cerró los ojos disfrutando aquellos sonidos que deleitaban sus oídos, quedándose dormido.

 Cuando abrió los ojos, lo primero que visualizo fue a su mayordomo abriendo sus cortinas dejando pasar los rayos del sol, como de costumbre.

-Buenos días Bocchan.

-¿Se-Sebastian?- pregunto bastante confundido, ¿entonces la escena del piano fue todo obra de su imaginación? ¿Había estado soñando todo ese tiempo?

-¿Todo bien, bocchan?                 Parece distraído.- dijo su mayordomo con una de esas sonrisas que hacían dar un vuelco al corazón del conde Phantomhive.

-Sebastian dime… El piano…- Su mayordomo ladeo un poco la cabeza.

-¿Sabes qué? Olvídalo, es algo sin importancia, ¿Cómo está la agenda el día de hoy?- y dio un sorbo a su taza de té.

-Oh, a la una tiene clases de violín, a las 4 debe atender al Señor Sullivan y a la 6 debe tomar sus clases de literatura, eso es todo por hoy joven amo.- finalizo el mayordomo con una amplia sonrisa mientras terminaba de vestir a su amo.

-Ah, ya veo, puedes retirarte Sebastian.

-Yes, my lord.- dijo disponiéndose a salir de la habitación.

-Oh, bocchan, una cosa más.

El joven alzo la mirada curioso.

-Ayer me pude percatar que usted no podía conciliar su sueño, así que me tome la libertad de arrullarlo con una canción y el atrevimiento de tocarla en el viejo piano, Como mayordomo de la familia Phantomhive ¿Qué sería de mí si no pudiese componer una canción?-

-¿¡QUÉ!? ¿¡Quieres decir que la melodía la escribiste tú y no la imagine!?- dijo el conde extremadamente sorprendido y algo alterado.

-Sí, la compuse especialmente para usted y su insomnio, al parecer si tuvo el efecto esperado ya que lo encontré dormido fuera del salón, pero a decir verdad, había notado su presencia desde antes pero nunca me imagine que se quedaría dormido en el piso.-dijo el tono reflexivo.

Ciel se encontraba completamente sonrojado y con el ceño fruncido, adorable ante los ojos del demonio, el conde se sentía abochornado por la situación pero luchaba para no demostrarlo ante los ojos del mayordomo.

-Se titula “Angel Waltz”, para usted, déjeme decirle, puede que mis palabras no suenen tan convincentes dado que soy un demonio, pero usted es tan bello que solo la palabra Ángel podría acercarse a su descripción, sabe que nunca miento.- Acto seguido, el mayordomo coloco una de sus enguantadas manos en una de las mejillas del menor, quien lo miraba atónito.

-Pero ya quisiera tener un ángel el encanto que usted posee.- al terminar de decir aquellas palabras, beso los labios del conde con extrema delicadeza y al parecer ternura, volviéndolo a tratar como si fuese un tesoro, Ciel no sabía cómo reaccionar, hasta que por fin como pudo, le correspondió el beso lentamente, todavía bastante confundido ante la declaración dicha anteriormente, era lo que tanto anhelado oír, pero temía que este lo haya hecho solo para complacerlo, pero creerlo se sentía tan bien, decidió quedarse con aquellas dudas en su mente y  dejarse llevar.

Ahora cuando las dudas no le permitan descansar, Sebastian lo ayudara a dormir.

Y dormir como un ángel, en los brazos de un demonio.

Notas finales:

Bye bye sayonara (?) xD


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