Seúl, Corea del Sur. Año 2005.
Hacía tan solo un año desde que Kyungsoo se había mudado hacia Bucheon.
Jongin, cada fin de semana (o cada vez que podía), iba a visitarlo, recibiendo sonrisas cálidas y sinceras del otro.
Justamente la próxima semana en martes, cumplían finalmente dos años de relación. Jongin había preparado llevarle un gran oso de felpa, con chocolates amargos y probablemente un cubo Rubik; Kyungsoo, por su parte, decidió cocinar su especialidad para aquella noche especial, pues estaba completamente de que Jongin iría.
—¡Kyungsoo! —Saludó Jongin vía telefónica.
—J O N G I N- A H —Hizo énfasis en todas las letras, sonriendo por el otro lado de la línea.
—Hey, el martes ponte bonito. Como tú solamente sabes hacerlo…
—¿A qué hora vendrás? —Interrumpió Kyungsoo.
—Probablemente al atardecer. Seúl no est+a tan cerca de Bucheon, ¿sabes? Entonces te veo el martes. Bye, Dodito.
—¡¿Qué?! ¿D-Dodito? Suena como dorito. ¿Qué demonios? ¿Por qué me llamas así?
—Dodito, por tu apellido —Rio el menor —. Nos vemos.
Colgó el teléfono y corrió a buscar los chocolates amargos que había pensado en llevarle a su pareja. Sí, había comprado otros anteriormente pero éstos murieron en su estómago.
—Será el mejor aniversario del mundo —Dijo, silbando mientras caminaba por la vereda —, junto a la persona más espléndida del mundo —Se detuvo ante la luz roja del semáforo de peatones —. Junto a mi chico.
Martes. 15.03 pm. Seúl, Corea del Sur.
Jongin estaba ya más que listo y preparado para ir a visitar a su novio. Solo faltaba ir a recoger el oso de felpa en el camino que había encargado a una gran tienda reconocida mundialmente fabricante de peluches.
—¡Eh, eh! ¡Alto allí, Kim Jongin! —Su madre detuvo la trayectoria de su hijo hacia la puerta — ¿A dónde vas?
—A visitar a Kyungsoo…
—Oh, cancela eso. Cancélalo. Hoy habrá una fiesta familiar. Vendrá toda la familia y por ningún motivo puedes salir.
Jongin iba a protestar, pero en vez de eso, corrió hacia la puerta de entrada y quiso salir rápidamente, pero su mamá lo detuvo, cerrando la puerta de un portazo y agarrando con ambos brazos al mayor de sus hijos, Jongin.
—Tú no escapas de aquí por ningún motivo. —Jongin bufó enojado — Ven, ayuda con el jardín.
Jongin se encaminó hacia el jardín junto a su madre, queriendo sacar su móvil para enviarle un mensaje a Kyungsoo, pero…
—Y dame tu celular —Ella extendió su mano.
Martes. 15.30 pm. Bucheon, Corea del Sur.
—¿Qué haces, Kyunggie?~ —Sunhee, su mamá, preguntó inocentemente, apoyándose en el marco de la puerta de la cocina mientras veía atentamente a Kyungsoo.
—En tres hroas llega Jongin, mamá. Es nuestro… aniversario. Así que estoy preparando Jjangjangmyun y después ordenaré pollo.
16.05 pm.
—¿Qué haces ahora, Kyunggie?~
—Preparo románticamente la mesa para cenar, omma. —Dijo el mencionado mientras prendía las velas aromatizantes rojizas alrededor de la mesa.
17.30 pm.
—¿Ahora qué, Kyunggie?~
—Decoro la casa bellamente de acuerdo a sus gustos, mamá. Oh, ¡falta media hora!
18.45 pm.
—¿No ha llegado aún? —Preguntó su madre, sentada en la mesa decorada por su hijo mientras apartaba las velas hacia otra parte.
Kyungsoo negó con la cabeza, sonriendo tímidamente.
—Seguro hay un embotellamiento.
19.45 pm.
—Kyungsoo…
—No, mamá. Estoy seguro que llegará. En menos de cinco minutos, tocará la puerta.
20.30 pm.
—Kyungsoo, no llegará. Recoge todo.
—¡Sí llegará! ¡Estoy seguro!
21.40 pm.
—Recoge la mesa. Vamos a cenar —Dijo Sunhee mientras apagaba las velas y las colocaba nuevamente en la vitrina.
Kyungsoo se levantó y, con ojos llorosos, lloró sobre el regazo de su progenitora, repitiendo cosas tristes como “Seguramente él ya no se interesa en mí”, haciendo que el corazón de Sunhee se encogiera, pudiendo caber en la extensión de su mano.
Por un momento, al pensar que su hijo estaba destrozado por un chico, quiso ir a golpear millonésimas veces a Jongin por haber hecho que su hijo llorase.
Aun así, lo apartó delicadamente de su regazo y trató de consolarlo.
La familia Do se reunió para cenar; deleitados con la comida de Kyungsoo. Todos menos él, quien movía la comida de un lado para otro del plato con ayuda del tenedor.
Terminando de cenar, se dirigió a su recámara, se echó pesadamente hacia su cama, se cubrió con las sábanas blanquecinas hasta la cabeza y lloró fuertemente, golpeando repetidas veces su almohada.
Dieron las diez y media y él ya se había calmado al menos un poco más. Se levantó de su cuarto y comenzó a hacerle frases a Jongin no del tanto amables…
“Te odio. Te odio, Kim Jongin. Ojalá te coma un gato.”
Y así sucesivamente comenzó a escribir con un aura negativa sobre él hasta que un objeto chocar contra su ventana transparente de cristal, le obligó a pararse, dándole un respingo.
Se asomó por el tragaluz y vio el rostro de él quien, con una sonrisa, se presentaba descaradamente a Kyungsoo, lanzando piedritas a la ventana como típica película americana.
—¡Kyung…! —El nombrado cerró la ventana fuertemente y rápidamente bajó las escaleras de su hogar, tratando que nadie despertase.
Abrió la puerta, se encaminó furiosamente hacia el sonriente Jongin y… le dio una bofetada.
El contrario quedó sorprendido ante tal acción, abriendo su boca en forma de ‘O’ y agarrando no tan reciamente la mejilla que contenía el golpe de Kyungsoo.
—¡¿Qué te pasa?! —Comenzó la discusión, protagonizada por Jongin.
—¡Me mentiste! ¡Estuve todo el detestable día esperando a por ti y nunca llegaste!
—No pude venir anteriormente. Eso fue lo que pasó.
—¡¿Y por qué?! ¿Acaso no soy lo más importante en tu vida? Si lo soy, debiste haberte preocupado por venir. O al menos, llamar o avisarme. ¿Pero sabes qué? ¡Quedé como un completo idiota en frente de mi madre! ¡Si ya no me quie…!
—¡Kyungsoo, escúchame! —Exclamó el opuesto —. Vine. Estoy aquí, ¿Qué no me ves? Tuve que escapar de mi casa hábilmente sin ser visto por mi madre porque había una fiesta familiar que todavía se alargó hasta ahora. ¿Sabes lo que hice yo por ti? Si no lo sabes, ni siquiera juzgues.
—¡Me tuviste esperando!
—¡Intenté hacer todo lo posible para venir a verte! Sí, tal vez no fue a las seis como prometimos pero hoy, el día de hoy, estoy aquí.
—No me interesa —Dijo Kyungsoo, dándose la vuelta.
—¿Acaso no te interesa lo que fui capaz de hacer por ti? —Dijo Jongin, con un tono irritado, decepcionado y triste a la vez.
El menor recogió los regalos que había preparado para Kyungsoo y tendió sus manos con éstos.
—Toma.
El otro volteó y vio allí un oso de felpa de alrededor de un metro de altura; unos chocolates envueltos en una caja marrón claro y con un listón marrón oscuro; y un cubo Rubik.
Kyungsoo los tomó de mala manera, pero luego los volvió a depositar en los brazos de Jongin.
—No quiero nada.
—Bien. —El menor volvió a depositarlos en el césped — Si tú no consideras lo tanto que me he esforzado por ti, ganando reproches por partes tuyas, creo que deberíamos separarnos.
Nuevamente, el corazón del mayor se encogió fríamente y bruscamente ante las palabras frívolas del chico delante de él.
—De acuerdo. —Dijo Kyungsoo, mostrándose indiferente.
Jongin retrocedió, agarrando nuevamente los regalos en sus brazos y se alejó cada vez más de Kyungsoo sin haberse despedido sino con tan solo una mueca de tristeza parte suya.
—Igual —Murmuró y miró hacia el césped ya ahora con escarcha integrada, — no me gusta el cubo Rubik. —Y volvió a entrar a su casa como anteriormente lo hacía, solamente que ahora con el corazón destrozado.
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Seúl, Corea del Sur. Año 2005.
—¡Dejen de besarse aquí! —Jongin señaló a la pareja con su dedo índice.
—Lo dices porque tú ya no tienes pareja —Chanyeol sacó su lengua y Baekhyun rio burlón.
—Be happy and no te esponjes —Dijo Baekhyun, causando risa a su novio.
—No, no, Baekhyun. —Amargó Jongin.
—Antes eras chévere —Formuló Chanyeol y nuevamente agarró el rostro de su novio y comenzó a darle pequeños besos húmedos en su nariz y luego en su mejilla, apretando las piernas del mayor con delicadeza.
—Channie, sé más cuidadoso —Parloteó Baekhyun, retirando la mano que pellizcaba su pierna derecha.
Chanyeol se dio la vuelta, penetrando con la mirada al otro que yacía viendo todo movimiento que los otros dos hacían, entonces se atrevió a hablar:
—¿Por qué no consigues a alguien más? Sí, querías a Kyungsoo pero no era para casarse con él.
—¿Sabes cuál es el problema, Chanyeol?
—¡Hey! No me excluyas —Manifestó con un puchero el mayor.
—¿Saben cuál es el problema, Baekhyun y Chanyeol? —Jongin miró a Baekhyun y éste aprobó con una sonrisa — Que no conozco a otro que me atraiga como lo ha hecho él.
—¡Pues vamos! Nosotros te presentaremos un amigo o un desconocido.
Más tarde, se encaminaron hacia un parque para encontrar al “gran esperado próximo amor de Jongin”, según Chanyeol. Los tres se sentaron en la banca de madera y comieron dulcemente y adorablemente su helado sincornizadamente.
—¡Mira! ¡Allí viene! —Exclamó Baekhyun, alzando los brazos.
A lo lejos se podía apreciar a alguien tan pequeño como Kyungsoo. Una cara un poco más afeminada, dorso y rostro delgados, pálido tal cual como la nieve, cabello un tanto castaño y encantador.
Si quería olvidarse de Kyungsoo, él sería un buen partido.
—¡Chanyeol! —Saludó el otro y saludó a lo lejos, sonriente. Corriendo, el contrario comenzó a correr dirección a su amigo y cuando al fin llegó, Jongin realmente quedó hipnotizado.
—Hola, Lulu. Él es Baekhyun y él —Señaló a Jongin con el dedo — es Jongin.
—¡Hola! —Saludó a ambos y cuando los ojos de Luhan chocaron contra los de Jongin, el corazón del último comenzó a bombardearlo de ilusiones infinitas.
5 semanas después.
Jongin estaba más que preparado para declarársele a Luhan. Es decir, una parte de él no quería, porque no anhelaba realmente olvidar a Kyungsoo; pero, otra parte de él, le decía que tendría que olvidarse de él como Chanyeol le había repetido millonésimas veces.
Se encaminó hacia el parque donde había quedado con Luhan para verse y se sentó a la sombra de un frondoso árbol, tratando de que los rayos del sol no lo quemaran.
Esperó diez minutos o un poco menos cuando vio al mayor llegar. Éste se levantó, cogió una flor roja que yacía en el césped anteriormente y se acercó a él, con el corazón latiendo a mil por hora. Aunque, si pudiese comparar de cuando se declaró a Kyungsoo con ese momento, ganaría por miles de veces el momento con Kyungsoo. Cuando se lo había propuesto a Do, juraba que él podría haber tenido un paro cardíaco en ese instante por la emoción.
Le pasaba ahora, pero no tan fuerte y pasional.
—Yo… Me preguntaba si… ¿Puedo ser tu novio? —Preguntó Jongin, extendiendo la mano con la flor para que Luhan la tomase y cabizbajo. Pasaron alrededor de diez segundos sin conseguir respuesta, así que Jongin subió la vista, espantado de que a lo mejor el otro ya hubiese corrido lejos de él. Pero no, se cercioró de que, en efecto, allí estaba él, mirándolo curiosamente.
—Jongin yo… Tengo novio —Dijo el otro con su voz lo más aterciopelada posible para no causar daños al opuesto —, y se llama Minseok. Lo siento. Yo a él lo quiero y no sabes cuánto me he desvivido por tenerlo a mi lado. Gracias, se me hace un bonito detalle, pero quedemos como amigos, ¿sí?