Seúl, Corea del Sur. Año 2001.
Luhan luchaba contra los rayos solares fuertes esa primavera. Posó su delicada mano por encima de su frente y, tratando de encontrar un lugar con sombra, se sentó en el primer asiento al lado de un árbol frondoso inmediatamente que su vista se posó en éste.
—Minseok, Minseok… —Bufó mientras restregaba sus finas manos sobre su rostro sonrojado por el sol —. ¿Por qué no me amas? ¡Soy bonito! —Gritó llamado la atención de los transeúntes —. ¿Por qué perderse esta belleza extrema? —Tocó su rostro y volvió a ocupar toda la extensión del asiento —. Te odio, pero te amo demasiado, maldito bollo sensual.
Luhan había desesperado tanto por haber estado tras Minseok por tres años enteros sin que el mencionado le pusiera una mínima atención.
Tenía millones de fotos de Minseok en su cuarto de revelado en su propio baño y cada noche iba a verlas, viendo la belleza externa de su mejor amigo.
Pero solo se quedaría así. Como mejor amigo.
El término “novio” no entraba con Minseok y Luhan. Tan solo no.
Quiso llorar por lo sucedido antes de irse al parque, refunfuñando, maldiciendo entre dientes y mordiendo su labio inferior para no llorar.
El problema se resumía en pocas palabras: Minseok había encontrado a otro chico cuyo nombre Luhan desconocía. Era bueno, pues si hubiese sabido el nombre, probablemente lo investigaría por doquier, acosándolo y tratando de hacerle la vida imposible para que no tuviese ni un solo momento con Minseok. SU Minseok.
Hacía pocos días desde ese momento cuando Minseok conoció a Jongdae.
Jongdae seguía perdidamente enamorado de Kris, pero como el otro tampoco le hacía caso, decidió centrar su vista en otro chico. O eso trató de intentar. Fue cuando en un paseo dominical conoció a Minseok y decidió conocerlo un poco más en plan de amistad.
Minseok vio a eso como una posibilidad de vengarse de Luhan, pues como se había mencionado antes, él también sentía atracción hacia el menor, pero nunca lo admitiría ni verbalmente ni en sus más profundos pensamientos. El asunto era que Luhan comenzó a salir con un chico llamado Sehun. Literalmente hablando, salir en forma amistosa como mostrarle varias cosas y enseñándole conocimientos nuevos, pues Luhan lo rebasaba por cuatro años aproximadamente. Es decir, Sehun tenía apenas siete años cuando Luhan ya cumplía los once.
Jongdae en ese tiempo tenía nueve años, un año después de haber conocido a Kris, conoció a Minseok. Realmente seguía queriendo a Kris como Luhan a Minseok, pero no veía avances del otro, así que decidió irse por su propio camino.
Luhan vio pasar a varios niños jugando y sonriendo con aparente alegría. Tal vez Luhan podría hacer lo mismo en ese entonces en vez de pensar en una persona que lo más probable era que no se fijaba en él ni como para darle el tercer beso.
Con lágrimas casi por salir de sus ojos, se dirigió a la casa de un amigo que tenía desde que vivía en China y éste se había mudado también a Corea por cosas familiares y sumamente personales que no quiso que nadie supiese en ese entonces.
Llegó al porche de la casa y subió por los resumidos escalones frente a éste. Tocó la puerta con suma decencia y esperó hasta que una mujer cuya cara recordaba, apareció dándole una cálida y blanquecina sonrisa. La mamá de Yixing dejó que el chico pasase, pues ya lo conocía desde hacía años atrás.
Cuando Luhan entró a la habitación del menor, Yixing se encontraba saltando en la cama sin felicidad. Se podía ver en sus ojos que realmente no estaba nada contento, sino muy mohíno. Cuando sus ojos se encontraron, Yixing saltó fuera de la cama con vergüenza mostrada en sus sonrojadas mejillas.
—Hola, Luhan. No te había visto desde que vivíamos en China —Saludó Yixing haciendo una leve reverencia frente al mayor con una sonrisa forzada.
—Sí, lo sé —Yixing se hizo a un lado para dejar pasar a Luhan cuya trayectoria era sentarse en el borde de la cama del menor —. ¿Qué tienes, Yixing?
—No me digas Yixing —El otro se dirigió a su ventana y vio por la transparencia de ésta el paisaje que le mostraba —. Dime Lay.
Cuando dijo eso, recordó sus resumidas vacaciones con Suho, cosa que le entristeció aún más. Pues esa misma mañana había estado limpiando su cuarto y mientras lo limpiaba, encontró la carta de hacía dos años atrás. Por eso no estaba nada feliz. No sabía nada de su primer amor ni lo sabría nunca.
—De acuerdo, Lay —Luhan bufó —. Necesito ayuda. Tienes diez años, ¿cierto? —Lay asintió — Es perfecto. ¿Me podrías dar consejos que me ayuden después de tus diez años en esta bonita vida? —Yixing se dirigió al lado del otro que ya se encontraba acostado boca abajo, con los ánimos por el piso al igual que él. Lay sacó un sonido de sus finos labios para que prosiguiera — Lo que pasa es que me gusta un chico. Ese chico llamémosle Xiumin, para darle un apodo y que nadie se entere de que estamos hablando de él. Exactamente se llama Minseok, un chico de mi edad que conocí aquí y que es jodidamente hermoso, adorable y un poco lascivo…
—Al punto, Luhan —Lay ya sabía por dónde se iría si seguía así.
—Bueno, el punto es que conoció a un arrastrado que se ha interferido en nuestro amor —Luhan tocó su pecho fingiendo llorar — y siento que terminarán siendo pareja. ¿Sabes algo? No es justo. He estado enamorado de él por años, décadas y siglos. Bueno, tres años. Y estoy seguro que él lo sabe y le vale un comino, así que decidió irse con otro. ¿Por qué, Lay? Soy bonito, ¿a que no?
Lay decidió no contestar esa pregunta. No porque fuera malo o quisiera que Luhan sufriese, sino porque no sabía responderla. Desde su encuentro con Junmyeon, ya no les veía cara bonita a los chicos, pues la única cara bonita que él encontraba pertenecía a Junmyeon.
—¿Por qué no le das celos con alguien más? Bien, si le interesas, se molestará —Sugirió Yixing al igual que Jongdae le dijo a Minseok cuando estos dos hablaban.
—Ese es el dilema. ¿Con quién? —Luhan lo miró a los ojos, incomodándole, haciendo referencia de que Yixing sería su cómplice, a lo que el otro retrocedió, indignado.
—Oh, no, ni lo sueñes.
—Que yo sepa también te gustan los chicos, así que no seas malo y ayúdame.
Después de media hora de súplicas de Luhan, el otro se cansó y aceptó.
Aunque no si no haber dispuesto una regla antes: No enamoramientos.
Luhan obviamente aceptó y lo llevó a la fuerza hacia su casa, a ver si encontraba por el camino a Minseok.
El mayor miró a lo lejos desde su porche de ya su propia casa y vio que cerca estaban allí Jongdae y Minseok caminando por la vereda, con sonrisas en sus tiernos rostros.
—Luhan, hola —Minseok llegó hacia ellos, fulminando decentemente con la mirada a Yixing que se encontraba agarrándole la mano a Luhan —. ¿Quién es él?
—Soy Zhang Yixing. Un gusto —Hizo una reverencia al igual que los otros dos.
—Kim Minseok y —Señaló a Jongdae — Kim Jongdae.
<<Al fin sé su nombre. ¡Muajaja!>> Pensó Luhan.
—¿Quieren venir al parque con nosotros, chicos? —Luhan se adelantó a preguntar, a lo cual Jongdae asintió complacido.
Mientras caminaban, Minseok solo observaba el comportamiento de ese tal Yixing con SU Luhan. SU Luhan estaba tomándole la mano a ese tal Yixing, cosa que le hizo hervir la sangre aunque, igualmente, nunca jamás de los jamases lo admitiría.
Cuando llegaron al parque, Jongdae corrió a esos caballos pegados a la tierra que se movían al igual que Yixing, soltándose bruscamente de la mano del mayor.
Minseok vio su oportunidad y tomó inmediatamente a Luhan por su codo, haciéndole doler. Cuando lo tenía en su poder, lo llevó detrás de un árbol lo bastante grande para que otros no vieran que estaban conversando totalmente enojados.
—¿Te atreves a venir así con ese tipo agarrados de la mano cuando tu primer beso fue conmigo? —Minseok se señaló a sí mismo, totalmente irritado.
—¿Tú te atreves a sonreír como idiota con ese tipo cuando tu primer beso fue conmigo? —Luhan repitió el acto del mayor, indignado.
—¿Tú te atreverías al menos a decirme quién caracoles es él?
—¿Tú te atreverías a decirme cómo es que te has enamorado de él? —Luhan repitió el tono de voz del mayor.
—¿Tú te atreverías a decirme por qué piensas eso?
—¿Tú te atreverías a decirme por qué no si es totalmente obvio?
—¿Tú te atreverías…? —Luhan lo interrumpió con un gritito desesperado.
—¡Cállate! —Gritó, tomó la cabeza de Minseok y pegó sus frentes — y ahora bésame.
Luhan dirigió sus delgados labios hacia los del mayor, hundiéndose ambos en un torbellino repleto de confundidas sensaciones, felicidad, angustia y alivio, pues Minseok ahora sabía que Luhan no había dejado de amarle todavía.
Luhan tocó con la punta de su lengua el labio inferior del mayor y recorrió toda la extensión de éste, haciéndole desear más por besar a Xiumin.
—¿Y podrías decirme por qué estás enojado? ¿Celoso? —Luhan se separó y juntó sus manos con las del otro.
—No, no lo estoy. Era simple curiosidad —Minseok trató de ocultar su sonrojo lanzando su cabeza hacia abajo y presionándola contra su pecho latiente a mil por hora.
—Oh, ¿seguro? Bien, entonces iré a con Yixing —Luhan quiso soltar sus manos, pero el otro se lo impidió, agarrándolas más fuerte.
—De acuerdo, está bien. Estoy que ardo de celos.
—¿Te gusto? —Una sonrisa se asomó por el rostro de Luhan.
—Tal vez. —Su voz era apenas audible, pero Luhan lo escuchó tan fuerte como una completa sinfonía y tan claro como el agua.
Luhan al oír eso, saltó de alegría y arrojó a Minseok accidentalmente al césped, cayendo encima de éste.
—Convertiré ese “tal vez” en un “estoy seguro” —Y lo besó.