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Old Doll por Ryuuka Sky

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto no me pertenece.

 

Hace algún tiempo era el hijo menor de mi familia, mis padres me amaban a mí y a mis hermanos mayores, nosotros por ser donceles éramos siempre aclamados por la sociedad para comprometernos con sus hijos, más mis padres y mis hermanos siempre rechazaban toda oferta que les propusieran.

 

Sin amor, no hay compromiso

 

Era lo que siempre decía mi madre, pero una noche mi madre empezó a enfermar y decaer, lentamente, día a día, mi madre cada vez enfermaba más y más, mis hermanos y yo estábamos muy preocupados por ella.

No la podíamos visitar a su habitación en el día por las frecuentes clases que nuestros instructores nos daban y en la noche ya estábamos muy cansados como para levantarnos de la cama.

 

Un día en la clase de matemáticas, decidí escaparme de mi instructor e ir a visitar a mi madre, antes de entrar en su habitación me fije que no hubiera nadie.

—No deberías escapar de tus clases—Dijeron tras de mí, ocasionando que se me erizara todo el cuerpo del susto, al voltear a ver quién había sido, me encontré con mis dos hermanos sonriendo de medio lado.

—No me asusten así ´tebayo—Exclame en voz baja, ellos rieron quedamente.

—Lo sentimos Ototo, no lo pudimos evitar—Rio el mayor de los tres—Es mejor que veamos a nuestra madre antes de que alguien venga—Intento sonreír pero esta se veía más triste que alegre, los tres entramos en la habitación y nos acercamos a la cama donde mi madre dormía.

—Madre—Llame suavemente mientras me subía a la cama—Madre—Le volví a llamar.

—Déjala dormir Naruto, seguro está cansada—Me regaño mi hermano.

—Madre, por favor despierta—Seguí intentando, al cuarto llamado nuestra madre empezó a abrir los ojos.

—Hijos míos—Susurro con sorpresa—Vinieron a visitarme—Sonrió como podía.

—Lamentamos despertarte madre—Ella negó con la cabeza

—Necesitaba que me visitaran, más aún porque hoy es tu cumpleaños Naru—Nuestra madre, con ayuda de mis hermanos se incorporó en la cama—Me encantaría celebrarlo con ustedes como siempre hacíamos pero…—Empezó a toser con brusquedad

—Madre por favor no te sobre esfuerces—Le pedí con los ojos inundados de lágrimas.

—No te preocupes—Dijo forzando una sonrisa—Naruto, ¡Feliz cumpleaños!—Exclamo—Por ser hoy tu cumpleaños, te tengo un regalo—Sonreí con ilusión mientras mi madre se quitaba su collar.—Deidara y Gaara esta noche hará tu primera ceremonia de luna llena.

—Viene alguien—Se alarmo Deidara.

—Escuchen bien, hagan lo que hagan de ahora en adelante, les pide que no se olviden de mi ni de lo que les he enseñado—Dijo nuestra madre autoritariamente—Ustedes son mis Megitsunes no dejen que nadie les haga daño, tampoco dejen que nadie los rebaje a Kitsune—Deidara y Gaara se pusieron serios—Ahora váyanse de aquí, hay una salida al fondo del armario—Deidara me tomo entre sus brazos y corrió al armario.

—No, no quiero. Madre. Madre—Solloce intentando alejarme de Deidara y correr hacia mi madre.

—Adiós, por favor cuídense mucho—Le escuche decir a mi madre antes de que los tres nos metiéramos en el armario, Deidara trataba de mantenerme quieto mientras Gaara me tapaba la boca.

 

En la habitación entro nuestro padre con otro hombre a su lado, el hombre miraba a mi madre de una extraña manera.

—Te lo dije querida—Hablo mi padre—Cuando bajes la guardia vas a terminar de la peor manera—Rio y el otro hombre lo secundo.

—Eso crees, aún tengo algo de fuerzas—Hablo mi madre, frunciendo el ceño, ambos hombres intentaron abalanzarse sobre mi madre pero ella apretó los puños fuertemente, haciendo que sus ojos se volvieran rojos, movió sus manos en unas extrañas señas, para poco después unas llamas aparecieran junto a ella.

—¿Qué es esto?—Se asustó el hombre.

—Esto es su fin—Las llamas empezaron a moverse por toda la habitación, acorralando a los hombre—Los amo hijos míos—Fue lo último que dijo antes de que las llamas la rodearan.

 

—Vámonos de aquí—Sugirió Gaara y Deidara asintió y busco entre la ropa la entrada que mi madre había dicho que estaba aquí yo ya había dejado de patalear para empezar a llorar.—Naruto, por favor no llores—Pidió Gaara pero yo le ignore—Tienes que ser fuerte para que nuestra madre sonría desde el cielo.

—¿Fue al cielo?—Pregunte inocentemente.

—Si Naruto, nuestra madre fue al cielo—Respondió Deidara—Ella nos cuidara desde ahí, asique Naruto, deja de llorar y busquemos un lugar donde nuestra madre pueda vernos desde el cielo—Mire a mis hermanos, me seque las lágrimas y sonreí.

 

Mientras corríamos por los pasadizos ocultos en el armario me di cuenta de dos cosas:

         1° Este lugar ya no sería nuestro hogar.

         2° Ya no seré mas una carga para mis hermanos

 

A partir de ese momento decidí que no buscaría la protección de ellos, trataría de esforzarme para que ellos no tengan que hacer nada por mí y… tanto ellos como mi madre lleguen a estar orgullosos.

 

Al salir del castillo en el que vivíamos pude escuchar fuerte y claramente la voz de mi madre, atreves del frio viento del atardecer.

 

Naruto, no le digas ni una palabra a nadie que no sean tus hermanos. Solo ellos pueden oír tu hermosa voz.

 

Fue lo que oí en ese momento, mas mis hermanos parecieron haber escuchado otra cosa, puesto que ambos dijeron: —Claro que lo haremos madre— El viento no soplo más fuerte que ese momento, gritos y voces provenientes del castillo nos llamaron la atención, mas no nos sorprendimos de ver aquel lugar en donde crecimos en llamas.

—¿Adónde iremos?—Le pregunte a Gaara mientras tiraba de la manga de su camisa.

—Lo mejor será que vayamos al reino del fuego, está lo suficientemente alejado de este lugar como para que nadie nos reconozca—Sugirió Gaara—Pero primero celebraremos tu cumpleaños número 6 como nuestra madre lo ha hecho cuando nosotros llegamos a esa edad—Añadió serio.

 

Esa tarde recorrimos la mitad del bosque que estaba detrás del castillo, hicimos más de lo que normalmente haría cualquier viajero entrenado para largos caminos, en el claro que pudimos encontrar que estuviera lo suficientemente profundo y tenga vista a la luna de llena, mis hermanos prepararon el ritual que mi madre les había dicho, buscando:

         1° Flores silvestres

2° Piedras lo suficientemente lizas como para confundirse con una piedra pulida.

3° Un claro lo suficientemente profundo.

4° Una caja o algo lo suficientemente grande como para transportarme a un lugar seguro.

5° Megitsunes parientes del Megitsunes en ascenso.

6° Ninfas.

Deidara y Gaara pasaron una hora buscando todo eso, mas no encontraban una ninfa que nos pudiera ayudar, al parecer –según lo que dijeron los animales del bosque- las ninfas huyeron de aquí tras una visita de nuestro padre por el bosque. Al parecer nuestro padre llego un día con un batallar de arqueros con flechas encendidas con fuego.

Mis hermanos se sintieron decepcionados y tristes.

—Yo que quería ver quien sería tu sirviente—Se quejó Deidara.

—¿Sirviente?—Le pregunte, mis hermanos asintieron.

—Te lo explicaremos todo una vez hayas ascendido—Aclaro Gaara, yo asentí, mis hermanos siguieron con su búsqueda, mientras ellos continuaban con su búsqueda yo me senté en la orilla del lago.

—Madre… —Susurre con tristeza—No quiero que te vayas—Solloce—No nos dejes solos—Las lágrimas empezaron a brotar una a una—Seré un buen niño, no me escapare de clases, hare lo que quieras—Llore alzando la voz.

—Ya, ya no llores—Intento una voz femenina intentado tranquilizarme—No tienes por qué llorar, lo niños buenos no lloran—Esa persona no parecía serlo, era como si estuviera hecha completamente de agua, sus ojos esmeralda destellaban como las algas en el agua más cristalina, brillando a la luz del sol—Sonríe, vamos sonríe—Ella hacia diferentes gestos intentando hacerme reír, sus caras eran tan graciosas que no pude evitar reírme, al soltar fuertes carcajadas mis hermanos llegaron corriendo.

—Naruto ¿Qué pasa?—Preguntaron los dos al unísono

—¡Oh! Ustedes deben ser sus hermanos mayores ¿No?—Sonrió la mujer como saludo.

—¿Quién es usted?—Pregunto Deidara optando una posición de ataque.

—Soy Lyra ninfa de este bosque—Sonrió juguetona, gracias a ella mis hermanos pudieron hacer el ritual que querían hacer y por culpa de ello pase 3 meses inconsciente, cuando según ellos deberían haber sido 3 días.

 

El ritual que según ellos era fácil fue complicado en mí, también mencionaron que estuve varias veces a punto de matarlos y morir en el intento –y no por causa de ellos- en esos 3 meses mis hermanos se habían establecido en la aldea de Konoha en el Reino del Fuego, Lyra nos había acompañado, para fingir ser nuestra tutora hasta que yo despertara.

 

En la aldea teníamos una gran parcela en la cual mis hermanos, con una gran ayuda de Lyra habían sembrado distintas frutas, verduras, flores, árboles y plantas medicinales, los cuales estaba clasificados por un color en específico elegido por Lyra.

         El rojo para las plantas medicinales.

         El azul para las flores.

         El amarillo para las verduras.

         El verde para los árboles.

         Y el morado para las frutas.

Lyra me dijo que se había divertido mucho enseñándole a mis hermanos el sembradío y la recolección, además de las características de cada una de ellas y como usar las plantas medicinales. —¿Tengo que aprender todo eso?—Fue lo que le pregunte en ese momento.

—No es necesario, al estar yo cerca de ti durante el tiempo de “hibernación” tomaste los conocimientos que yo he obtenido estos 3500 años que llevo viva—Le mire sorprendido y confuso—Te explico, cuando un Megitsune entra en ascenso tras el ritual cae en un profundo sueño de tres días, por lo que son llevados a descansar con la persona de mayor conocimiento cercano.

>Ni Deidara, ni Gaara tenían tantos conocimientos y si tomabas esos conocimientos de ellos era posible que no pudieras entender nada después, por lo que yo me quede contigo.

>Antiguamente los conocimientos que adquirían eran los de los sabios del pueblo, los Megitsunes eran depositados en la habitación junto a ellos, para así no interrumpir su trabajo.

 

Al día siguiente tras mi despertar Lyra se tuvo que ir, alegando que estuvo ya mucho tiempo lejos del bosque, mis hermanos se encargaron de cuidarme pero por más que me decía que no era necesario que les ayudara en la parcela o en la tienda que habían abierto, más aun así yo los ayudaba en lo que podía, ya sea cocinando, llevándoles de beber o limpiando la casa, para que así ellos descansaran cuando tuvieran tiempo.

 

Mi primer mes despierto me sentía aturdido y confundido, los olores me llegaban fuertemente a mis fosas nasales, la vista se enfocaba fijamente en el lugar donde se produjera el más mínimo sonido, estas y las voces las captaba a pesar de estar dentro de la casa, donde las paredes eran aprueba de ruido.

En el segundo mes esas sensaciones bajaron pero los animales cuando me veían o me “olían” en la distancia intentaban lanzárseme encima, no como apareamiento sino más bien para atacarme, mis hermanos y algunas personas de la aldea me ayudaron más de una vez en ese asunto, mis hermanos alegaron que era porque no estaban acostumbrados a mi presencia, los aldeanos concordaron eso con ellos.

En el cuarto mes mis hermanos y yo tuvimos que cargar con una corona de “Gloria de la mañana”, esa semana era de apareamiento para los animales, mis hermanos se preocuparon de que quisieran lanzársenos encima al haber tantos en este reino y dijeron que esto nos ayudaría, y vaya que funciono, los animales ni siquiera tomaron en cuenta nuestra presencia.

Al año (Para este momento ya es noviembre) mis hermanos empezaron a darse cuenta de que yo no hablaba con las personas que iban y venían a la tienda, tampoco cuando iba a comprar o cuando salía a caminar, cuando me preguntaron por qué solo pude responder: “Nuestra madre me lo pidió, solo puedo hablar con ustedes” Ellos entristecieron la mirada.

—A mí me dijo que cuidara muy bien de ti y de Gaara—Dijo Deidara cruzándose de brazos pensativo.

—A mí que cuidara de quien se nos enamoráramos—Gaara imito a Deidara.

—Naruto si nuestra Madre te pidió eso, lo mejor es que también dejes de hablarnos a nosotros, es mejor no arriesgarnos a que alguien te escuche—No entendía por qué me pedían esto pero aun así les hice caso a su pedido, deje de hablarles poco a poco.

 

Cuando pasaron dos años ya había olvidado como se hablaba, recordaba mi propia voz pero olvide como era hablar con otros, Deidara y Gaara me enseñaron a hablar con señas pero era muy difícil que otros me entendieran, por lo que había tenido que escribir para poder hablar.

Habían niños u otros jóvenes que se burlaban de mi por no poder hablar, muchos de ellos recibieron unos cuantos golpes de Gaara y otros fueron regañados por sus padres gracias a Deidara, las personas de la aldea se daban cuenta de que si se metían no terminarían muy bien que digamos, también empezaron a creer que el que yo no pueda hablar era de nacimiento.

 

Siete años después volvía a ser mi cumpleaños, este año cumplía diecisiete años, Deidara y Gaara me habían despertado muy temprano en la mañana para cantarme cumpleaños, en todo este tiempo que ha pasada había dejado crecer mi cabello –En realidad si me lo cortaba crecía nuevamente y muy rápido- Gaara decía que casi me parecía a Deidara pero él y yo nos reíamos y le respondíamos con un rotundo “Eso no es cierto”.

Deidara y yo teníamos grandes diferencias, como el cabello, ambos éramos rubios pero su cabello era un poco más oscuro que el mío –solo un poco-, ojos, él tenía los ojos azul marino y yo azul cielo, contextura y tamaño, al ser el más alto de los tres tenía la contextura un poco más gruesa pero seguía siendo delgado comparado con los hombres normales, voz, la voz de Deidara era más gruesa que la mía pero al yo dejarla de usar no sé si ha cambiado en algo y la  manera de peinarnos y vestirnos, Deidara siempre se recogía el cabello en una coleta alta, dejado un mecho de su cabello taparle el ojo izquierdo, mientras yo lo usaba recogido en una trenza con un gran mechón de cabello cubriéndome la frente y a los lados de mis ojos.

Gaara en cambio la diferencia con nosotros sobre pasaba los limites, puesto que se parecía mucho a nuestra madre, ya sea por su rojo cabello corto o por sus ojos aguamarinas, él se parecía mucho a ella, Gaara por alguna razón había logrado que su cabello se mantuviera corto, y que su contextura se pareciera un poco más al de los hombres.

Esa mañana tras recibir primero los regalos de mis hermanos, decidieron dejar para después el cantar cumpleaños, puesto que a Deidara se le había olvidado el pastel y a Gaara invitar a Lyra, mientras ellos fueron a buscar lo que necesitaban yo decidí hacerme cargo del riego de las plantas y la tienda.

Espero que Deidara y Gaara vuelvan pronto” Pensé sonriendo, las manzanas estaban prontas a su maduración para cosecharlas, al igual que los tomates, los mangos (mmm Mango *u*), las uvas y las fresas, la tienda recibió muchos compradores, pocos de ellos necesitaban alguna que otra medicina.

Todos comentaban sobre alguna batalla que se acercaba desde el norte de la aldea y venia en dirección hacia nosotros, eso me preocupo bastante, temía que si lo que decían era cierto y ellos venían hacia acá, no solo se perdería la parcela sino también nuestra casa.

Deidara, Gaara. Regresen pronto por favor” Suplique mientras me escondía debajo de las sabanas de mi cama, quedándome dormido al momento.

Para cuando me desperté podía oír gritos provenientes de las afueras de la casa, al conjunto de ello me llego el olor a humo y sangre, ambos olores me llegaron a aturdir hasta el punto de que al intentar dar un solo paso caía al suelo.

Las voces de Deidara y Gaara las podía escuchar desde mi habitación pero lamentablemente estaban muy lejos de mí, a los pocos minutos escuche como alguien entraba en la casa, corría desesperado por el lugar gritándome mi nombre, no sabía cómo gritarle donde yo me encontraba, intente volver a ponerme de pie pero volví a caer en el suelo.

—¡Naruto! ¿Dónde estás?—Gritaba esa persona pateando todas las puertas.

Aquí, por favor ayúdame” Pensaba desesperado por qué me encontrara, el humo me empezó a quitar las fuerzas que necesitaba ya sea para volver a levantarme o para mantenerme despierto. “Ayúdame” Fue lo último que pensé antes de caer en la inconciencia.

 

La luz del sol daba de lleno a mi rostro, causándome molestia en los ojos a pesar de tenerlos cerrados, incomodo por la luz me di vuelta en aquella mullida cama, apegándome al calor más cercano a mí, poco después sentí como unos brazos me rodeaban, seguramente es Lyra o mis hermanos durmiendo conmigo, me apegue lo más que podía a aquel cuerpo sintiendo su respiración en mi frente.

Unas manos acariciaron mi cabello mientras que la otra bajo por mi cintura aferrándose allí.

—¡Naruto!—Desperté de golpe tras el grito de Deidara y la fuerte apertura de la puerta tras una patada de Gaara, al fijarme en ellos note que al lado de Deidara estaba Lyra y otros dos chicos más, sentí algo removerse a mi lado soltando un gruñido molesto una persona se levantó y miro hacia la puerta con lo que creí ver eran unos ojos rojos.

—¿Quién les permitió entrar?—Gruño molesto, todos los que estaban en la puerta y yo palidecimos—¿Y bien? Lárguense antes de que los saque a patadas—Todos huyeron, antes de que yo pudiera hacerlo esa persona me tomo del brazo y me tiro en la cama nuevamente, colocándome bajo su cuerpo.—Tu no te vas hasta que yo lo diga—Intente alejarlo de mi pero esa persona tenía más fuerza que yo y al estar el arriba me costaba aún más.

No suéltame” Me queje (Tengan en cuenta de que Naruto ahora es mudo, por lo que ahora dice no es más que un pensamiento) esa persona frunció el ceño.

—Escúchame bien Naruto, tú me perteneces desde el momento que pisaste esta tierra, tienes una gran deuda conmigo luego de haberte salvado de las llamaradas de lo que fue tu casa, te he permitido quedarte en mi habitación.

Y eso que, pudiste simplemente dejarme en el suelo del bosque, allí seguramente estaría más a salvo que aquí” Solloce internamente.

—Mmm ¿Por qué no me respondes Na-ru-to? ¿Te comió la lengua el gato?—Desvié la mirada ante sus palabras—¿Entonces si fue así?—Rio fuertemente.

No fue así” Aleje a ese hombre de mi mientras reía, haciéndolo caer de la cama, me baje de esta y corrí hacia la puerta.

—¿Vas a salir así desnudo? Naruto—“¿Desnudo?” Me mire a mí mismo y me di cuenta de que estaba completamente desnudo, al igual que el hombre—Aunque no me importa verte de esta manera, lamentablemente no me gustaría que nadie te viera así más que yo—Dijo sonriendo de medio lado, intente cubrirme el cuerpo con mis manos—¿Qué harás para que te de algo de ropa?—Le mire furioso, me acerque a él rápidamente y le arrebate las sabanas que habían caído con él, me cubrí mi desnudes con ella y salí corriendo de la habitación.

No me fijaba en nada que no fuera buscar el olor de las manzanas y canela de Deidara y el olor a coco de Gaara, mas solo me llegaba el olor a frambuesas, pera, piña, melocotón y canela, mezclados levemente con diversos olores de quienes supuse eran los sirvientes del lugar, ya que sus olores se juntaban todos con el olor a tierra.

Dei, Gaara ¿Dónde están?” Recorrí unos pasillos más cuando escuche la voz de Deidara reclamándole a alguien, seguí el sonido de su voz hasta una de las habitaciones del lugar, abrí la puerta de un solo golpe y me lance a los brazos de Gaara, quien se sorprendió por mi entrada.

—Naruto no entres así—Regaño Gaara, Deidara se abalanzo sobre nosotros, uniéndose en el abrazo que yo había iniciado.

—Ujm—Carraspeo alguien de la habitación, Deidara se separó del abrazo y miro hacia las personas que allí habían, todas ellas tenían el cabello negro, la tez pálida, los ojos negros, obviando claramente que uno de ellos era una mujer y tenían diferentes peinados y vestimentas.

—Espero disculpe la entrada de mi hermano Mikoto-Sama—Se disculpó Deidara—Pero aún quiero saber que será de nuestro terreno, dudo mucho que la batalla que se ha librado allá haya terminado ¿no es así?

—No es problema la entrada de su hermano, lo del terreno tendríamos que trasladarlos a otra sección del reino, la batalla que fue iniciada a las afueras de nuestro reino se corrió hasta aquí, mi esposo Fugaku está tratando de disiparla—Comento la mujer antes de tomar un sorbo da la taza que estaba en sus manos—Itachi, Sai y Sasuke deberían estar con su padre pero tan pronto la batalla llego hasta aquí regresaron para protegerme y a los aldeanos del pueblo.

—¿Sasuke? ¿El que salvo a Naruto?—Pregunto Deidara, los peli negros asintieron, busque entre la ropa de Gaara alguna libreta y lápiz pero no conseguí ninguna.

¿Mi ropa? ¿Dónde está mi ropa?—Le pregunte a Gaara por medio de señas.

—Se quemó con nuestra casa. Mikoto-Sama, ¿nos podrían prestar algo para que Naru lleve puesto en lo que volvemos a establecernos?—Pidió Gaara con sumo respeto.

—¿No creerán que dejare que se lo lleven nos es así?—En la habitación entro el chico con el que había despertado—Si mal no he escuchado ustedes son los que nos provenían toda clase de frutas, vegetales, medicinas y plantas medicinales, también algunos aldeanos comentaron que más de un renegado ha sido curado por ustedes.

>Con esos cargos en sus hombros pueden ser encarcelados por 15 años o les demos su pena de muerte por traición hacia el reino.

—¿Y eso que? Esos cargos no son nada para quienes realmente deberían tener la pena de muerte infeliz—Levanto la voz Gaara molesto—Comparados con aquellos quienes roban en los caminos que llevan a los reinos, violan, secuestran y asesinan, no somos más que unos simples campesinos que quieren hacer el bien para aquellos que lo merecen—Todos en la sala mirábamos a Gaara sorprendidos –eso me incluía a mí también-

>Siendo príncipe de este reino crees que tienes más permisos que la reina Mikoto, no puedes ordenarnos nada Uchiha Sasuke, por si se te ha olvidado

—“los ciudadanos de cada reino tiene derecho a protestar cuando su cabeza peligra, si sus actos no son más que una acusación por otros no es permitido condenarlos hasta que no se aclare el asunto”—Recitamos mis hermanos y yo al unísono (A Naruto no se le escucho la voz pero si se percibió el movimiento de los labios)

—Ya que los cargos que usted menciona no son comprobados no puede condenarnos—Hablo Deidara

—Deidara-San—Llamo Mikoto con una pequeña sonrisa—Aunque no podemos condenarlos como dice Sasuke—Su rostro se volvió serio—Cosa que yo o haría por unos cargos tan inútiles—Volvió a sonreír—Aun deben quedarse en lo que les conseguimos una parcela cercana al castillo, tan grande como lo era su antigua parcela.

—No es necesario Mikoto-Sama—Se disculpó Deidara

—No se haga de rogar Deidara-San—Hablo el que supuse era el hermano mayor de los tres—Aquí le pagaríamos el doble de lo que usted ganaría en dos años—Dijo sugerente

—Le pedimos que se quede en el castillo y trabaje para nosotros, aquí podríamos cuidar de vuestra salud y la de vuestros hermanos, tendrán hospedaje y comida a toda hora—Insistió el otro hermano, Gaara y Deidara se lo pensaron por un momento.

—Mientras nosotros elijamos nuestros uniformes estará bien—Accedió Deidara, le mire con el ceño fruncido—No me mires así, no podemos ir a otro reino sin comida. Tardaríamos más de tres días siquiera llegar al más cercano—Le mire aun furioso.

—Pudimos buscar frutas o pescar

—¿Qué pasa si no encontramos ninguna? No podemos vivir solo de frutas y herbaje y que pasa con el frio nocturno o si no encontramos un lugar para ocultarnos de los animales salvajes—Deidara intentaba hacerme entrar en razón pero yo no quería acceder.

Subiríamos a un árbol o nos meteríamos un hueco—Si pudiera gritarle lo haría

—No seas idiota Naruto, el reino ms cercano es Suna no encontraremos un árbol ni por qué lo desearas y un hueco no te cubriría de ninguna de las tormentas de arenas—Intercedió Gaara poniéndose del lado de Deidara, los mire a ambos.

¡¡Los odio!!—Salí corriendo del salón hacia la entrada principal del castillo, donde una vez afuera corrí en dirección al bosque.

—No puede salir de los terrenos del castillo—Dijo uno de los guardias poniéndose delante mío, lo esquive ágilmente y seguí corriendo, no contando con que un centenar de guardias se me atravesaran.

—Tenemos órdenes de llevarlo a la habitación de Sasuke-Sama—Dijeron al unísono antes de que dos de ellos me tomaran de los brazos y me arrastraran de regreso al castillo y me lanzaran a una de las habitaciones.

—No vas a escapar Naruto—Dijo una voz tras de mi

—… -_-¨—No tenía que voltear para saber que era el tipo de esta mañana.

—No sabes cuánto me alegra de que tu hermano aceptara trabajara aquí—Sus pasos chocando con el piso de mármol me hacía entender que se me estaba acercando—Tenerte cerca me hace más fácil las cosas—Añadió en un susurro cerca de mi oído—Aunque tener cerca a tus hermanos me lo complica todo.

No entiendo lo que dices y menos me interesa—Dije cruzándome de brazos

—Es curioso—Dijo alejándose—Tus hermanos pueden hablar, saben lo que les dices en señas aunque no parece que hubieses nacido así, saben lo que dices demasiado bien como para haber nacido así—Me tense en mi lugar—Dime ¿Por qué dejaste de hablar?—Pregunto pasándome un lápiz y un papel.

—“Cosas del pasado”—Le escribí.

—No me vas a decir ¿verdad?—Negué con la cabeza—¿Por qué trataste de huir de aquí?

“¿Por qué será?”—Escribí con sarcasmo, el me miro como si no entendiera—“Despertar con un hombre que no conoces, completamente desnudo y que al rato te digan que trabajaras donde del vive ¿No crees que es algo como para huir?

—No soy un desconocido.

“Para mi lo eres

—No, no lo soy—Le alcance a escuchar

Notas finales:

¿Les gusto? 

Jeje no se que mas decir, mas que preguntar si les gusto, bueno, nos vemos el proximo jueves, coman, beban refresco y no dejen el Yaoi xD


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