Regresaba a mi casa, y vi a un chico patinando, pero no era mi vecino Aoi así que no lo salude; a su lado estaba un hermoso gato al cual estaba alimentando hace algunos días. Subí a mi apartamento, como era de costumbre me encontraba solo, no había nadie salvo mis dos gatos, les di comida y serví un poco para el gato que había visto antes.
Baje las escaleras. De repente pare en seco, vi al chico rubio de antes intentando llamar al gato, lo cual me dio algo de gracia; nuestras miradas se cruzaron, le di una sonrisa leve y me dirija hacia un auto abandonado y puso la comida debajo de el, como era de costumbre. Me levante dispuesto a irme de allí, cuando de repente oí una voz demasiado grave:
-¿Es fácil acercase a un gato?
Me paralice, di media vuelta y con la mayor calma que pude obtener en ese instante le respondí:
-No, por ejemplo yo llevo varios días con ese gato y no he podido acercármele.
No sé porque razón decidí sentarme en una acera cerca de el… Estaba tan nervioso que no podía dejar de mirar al suelo.
-Eres bueno con los gatos- dijo el, montando es su tabla.
-¿Por qué lo dices?
-Porque tienes dos.
-¡¡¿Qué?!! ¿Cómo lo sabes? ¿A caso me acosas? –dije algo paranoico- ¡¡¡ACOSADOR!!!
El rio y luego continúo:
-No para nada, solo lo se.
-Si, ¿y que mas sabes?
-Se que vives en un tercer piso, con tu padre y creo que también con tu hermana y estudias en el mismo colegio que Aoi.
-¡Ajam! –Dije con sarcasmo- y no eres un acosador.
Su sonrisa era realmente linda y cuando reía cerraba sus ojos en una forma muy tierna, lo cual era raro ya que es lo último que se espera de un chico que se ve tan rudo.
El se vestida con camisas tres o hasta cuatro tallas mas grande que el, lo cual me hacia difícil ver como era su cuerpo, lo que si pude observar fueron sus piernas, eran velludas pero se veian que eran fuertes para montar patineta.
-¿Montas?- Me dijo con acercando su patineta hacia mi y sacándome de mis pensamientos.
-No- dije algo apenado.
-Te enseño?
-No, no, monta tu- ledije… “Me gusta verte patinar”, lo pensé.
La conversación se extendió unos 30 minutos más, vi al gato salir del auto así que fui y cogí el plato, había aun alimento de gato.
-Y dime, ¿Cuál es tu nombre?- dije tirándole algunos granos.
-Me llamo Reita, ¿y el tuyo?
-Uruha.
Continúe tirándole alimento para gato.
-¡Ay no pues! Que haremos con este chico tan rudo tan rudo que tira cuido de gato- Decía con sarcasmo entre risas.
Al cabo de unas horas nos conocimos más.
-Y dime Reita ¿Qué haces además de patinar?
-Voy a la universidad.
-¿Así? ¿y qué estudias?
-Ingeniería sanitaria
-¿Ingeniería?- era mi oportunidad para volverlo a ver- Osea que eres bueno en las matematicas… ¡OSEA QUE ME PUEDES AYUDAR!
-Claro, cuando quieras vas a mi casa. Es el cuarto piso de alla, el que tiene los vidrios polarizados
TODO ERA PERFECTO.