Las flores ya no llegan, el poema se acabó, lo que un día fue amor en amargura se volvió, él quiere regresar el tiempo que paso, para poder revivir los placeres del ayer…
Caricias vacías, besos secos y un amor monótono… ¿Qué nos pasó? Al principio todo era tan…placentero y excitante, pero ahora es solo algo aburrido.
Te sigo amando con locura, pero no estoy seguro de lo que tú sientes por mí ha pasado tanto tiempo desde que escuche de tus labios un te amo, empiezo a dudar de ti. Nuestra relación se enfría con el pasar de los días, no quiero perderte, no quiero que dejes de amarme pero… ya no sé qué hacer
Como cualquier día, entras a mi habitación para despertarme, yo finjo estar dormido para que no notes que estuve en vela, con un bostezo muy bien fingido me levanto de la cama
-buenos días joven amo- te miro y puedo notar claramente en tus ojos un atisbo de fastidio, ¿Qué hice mal? ¿Qué hice para merecer tu indiferencia?
-buenos días Sebastián- trato de sonar indiferente, pero tu presencia aturde mi ser, tus bellos ojos carmesí me derriten por completo, adoro tu piel blanca y ese cabello negro que tiene un olor delicioso, ahuyento esos pensamientos- ¿Cuál es mi agenda?- pregunto sin prestarle atención al delicioso desayuno que me has preparado
-para el mediodía solo tiene una reunión con Lord west, al atardecer se dedicara en los papeles de su compañía- dices con un tono serio y frio, eso me entristece pero se cómo disimularlo a la perfección-joven amo ¿no piensa desayunar?- por un momento me miras algo preocupado, ya van casi 3 días seguidos que no como lo suficiente, la verdad esta situación me deprime hasta el punto de no querer comer
-no me apetece- digo sin darle importancia, veo cómo te acercas al armario para sacar un simple traje de color azul, que combina a la perfección con mi cabello azulado y mis ojos zafiro. Te acercas a mí y haces esa tarea tan rápida y te alejas de mí, eso me rompe el corazón pero mi orgullo jamás dejara que lo admita…
¿Acaso no he sufrido lo suficiente? ¿Por qué tengo que sufrir el desprecio de la persona que más amo?
Me levanto para dirigirme a mi estudio… tú me sigues como lo haría una sombra, ahora sé que lo único que nos une en este momento es el contrato, un contrato al cual maldigo y al mismo tiempo bendigo, gracias al Sebastián sigue a mi lado, ya que es un demonio y no dejaría que alguien más le arrebatara la cena. Entro a mi estudio para empezar a trabajar, tú me miras con frialdad pero también con algo de… ¿dulzura? ¿Remordimiento? ¿Lastima?
-¿ocurre algo?-le pregunto al notar su mirada fija en mí, el solo mueve la cabeza
-no… si me permite hare las tareas de la mansión- haces una reverencia y sales de mi estudio yo no tengo el valor para detenerte y preguntarte el porqué de tu alejamiento…
Ya no puede ver las cosas igual, porque el mal de olvido, todo ya quedo, ya el océano ha perdido su color azul…
De verdad este romance se está volviendo aburrido, soy un demonio, he vivido cientos de años solo busco un poco de diversión, al principio de verdad amaba a ciel pero… ¿a quién engaño? Lo amo pero el solo es mi deliciosa cena, no quiero lastimarlo, no quiero amarlo, no quiero tan siquiera estar cerca de él, me hace sentir débil y humanizado.
Extraños sus besos y sus torpes caricias, extraño oírlo gemir, extraño verlo dormir en mis brazos, pero todo esto es por su bien… por mi bien
Hago las tareas de la mansión mientras tú te dedicas a tus tareas, no has querido comer y eso me preocupa, un mayordomo tiene que velar la salud de su amo.
Caliento de nuevo el desayuno y te lo llevo al estudio, toco un par de veces
-adelante- tu melodiosa y firme voz me da permiso para entrar, con la elegancia de un noble abro la puerta
-joven amo, le traje su desayuno- el separa la vista de un libro que tiene en la mano
-no me apetece- mi orgulloso conde, se que esta situación te entristece pero no sabes el remordimiento que siento, te ruego que hagas esto más fácil…
-tiene que desayunar amo- le dejo la bandeja usted solo me ve con enojo-si no come podría enfermar
-como si te importara mi vida- dices en un tono frio, yo siento una punzada en mi marchito corazón, me repito mentalmente es por su bien es por su bien
-si tiene razón no me importa-digo en un tono cruel, veo como sus ojos se cristalizan
-¿Por qué me tratas así? ¿Acaso ya no me amas?- preguntas en un susurro, es todo lo contrario de lo que piensas pero esto es por tu bien… no es por mi bien
-nunca te amé, fuiste un juguete el cual disfrute bastante, pero ahora es solo mi comida…- me duele decirte esto, tus ojos se ven llorosos- los humanos creen las mentiras con facilidad- digo mientras sonrió sarcásticamente, aunque de verdad quiero abrazarlo y decirle que es una vil mentira- si me permite- hago una reverencia y salgo del estudio, cierro la puerta y me quedo unos minutos mientras escucho suaves sollozos… soy un ser despreciable
Las estrellas miran, la luna lo abraza y un ángel llora…
Una inmensa tristeza se apodera de mi ser… las lágrimas salen irremediablemente de mis ojos, me quito el parche que cubre la marca del contrato, esas palabras me han matado… él tiene razón ¿Cómo pude creerle a un demonio? Limpio las lágrimas de mis ojos me coloco el parche, salgo de mi estudio para dirigirme a mí habitación, cierro con seguro y cierro también las cortinas, de inmediato me acuesto en mi cama para seguir llorando, me siento humillado, recuerdo la vez en que me desperté de un pesadilla, llorando pero a diferencia de ahora no estaba solo, Sebastián estaba ahí acunándome en sus brazos y diciéndome palabras tranquilizadoras…
Quiero gritar, quiero desaparecer, quiero morir…
Morir… que dulce suena esa palabra en esta situación, recuerdo que tengo un veneno en mi poder, es algo letal… no me va a matar de inmediato pero que importa… quiero que la agonía sea lenta y dolorosa, será el castigo por haberme enamorado de un vil demonio.
Mi mano se acerca a la cómoda, abro con lentitud un cajón para sacar un pequeño frasco, lo abro con dificultad y de un trago me lo tomo, me acuesto en mi cama para acurrucarme en las sabanas, quiero morir, quiero desaparecer, quiero gritar…
Pasaron ya los años, ya él se olvidó, del amor que prometió cuando le conoció, entro a la habitación y en la cama él lo vio, toca su cuerpo frio… la tristeza lo mato…
Algo está mal… una punzada se apodera de mi mano en donde está el sello del contrato, siento como si mi amo estuviera en peligro, sin perder tiempo regreso al estudio, pero está vacío… voy a su habitación y cuando trato de abrirla está cerrada con llave, la punzada se hace más dolorosa, de un golpe para nada humano abrí la puerta, ahí estaba ciel, con los ojos cerrados como si estuviera dormido… pero estaba agonizando
¿Qué hice? ¿Qué hizo?... tome un frasco que estaba a su lado, era un veneno por suerte no tan letal, pero si no hacía algo pronto ciel moriría, de verdad que soy un monstro…
Un poco desesperado lo tome en brazos… lo empecé a mover pero ciel no reaccionaba los efectos del veneno, mi mente se congelo
-ciel… ciel…- lo llamaba desesperado, quería protegerlo, quería protegerlo de mi porque los demonio solo sabemos causar dolor y no quería que sufriera… no quería que saliera lastimado… pero ciel es tan frágil que con mis palabra lo orille a esto….- amor mío, vamos despierta- sentía el cuerpo de ciel frio pero seguía con vida…
Lo deje en la cama, tengo pocos minutos para actuar… para mi suerte había un medicamento que erradicaba al veneno y lo tenía en la mansión, llegue a mi habitación en un tronar de dedos y regrese a la habitación de ciel con el medicamento, ahora solo tenía que darle el medicamento… bebí un poco tome a ciel en mis brazos y lo bese para darle el medicamento…
Las flores ya llegaron, el poema empezó, sobre una tumba fría el llora su dolor, el solo quiere regresar el tiempo que paso para poder perderse así en la dulzura de su voz…
No funciona… ciel… no… por favor… no te vayas, la eternidad es larga y aburrida pero tu lograste darle ese sazón que necesita, si tu mueres… yo, yo…
-ciel… ciel… amor- lo abrazo lo más fuerte que puedo, algo frio se resbala por mis mejillas, soy débil, ciel me ha hecho débil…
Extrañamente no me importa ser débil, no quiero ser un demonio, quiero ser un humano cualquiera, para poder compartir la mortalidad, yo también quiero morir junto a ciel… aún recuerdo cuando me confeso que me amaba, sus mejillas estaban rojas como una manzana, su voz titubeaba… tan adorable.
Escucho una explosión, de seguro es el inútil cocinero, pero no me importa no quiero separarme del cuerpo de ciel, sus latidos se vuelven cada vez más pausados y su piel pierde esa calidez… no pude salvarlo…
Ya no puede ver las cosas igual, porque el mal de olvido, todo ya quedo, ya el océano ha perdido su color azul…
Las estrellas miran, la luna lo abraza y un ángel llora
Mis ojos pesan una tonelada, pero con dificultad los abro, lo primero que miro borrosamente es mi habitación obscurecida, por las cortinas y lo segundo es a Sebastián abrazándome con fuerza y estaba… ¿llorando?
-s-Sebastián- mi voz es solo un suave murmullo pero lo alcanzas a oír, me separas de ti para verme, si estas llorando pero… ¿Por qué?
-ciel... Ciel…- de manera casi histérica me beso los labios, la frente, las mejillas, bueno toda mi cara, recuerdo tus palabras y te separo bruscamente
-déjame…- ahora yo estoy llorando, Sebastián me abraza y yo con las pocas fuerzas que tengo me resisto, pero más se aferraba a mí
-perdóname, por ser un vil demonio, por eso quería protegerte de mí… no quería lastimarte- vi su mirada brillosa por las lágrimas, me conmovió pero me enojo
-no te perdono- digo aun en un susurro
-entiendo- no me gusta ver esa mirada afligida, en un impulso lo atraigo a mí
-está bien tu ganas- sonrió débilmente, mientras me das un beso en los labios con dulzura, como extrañe tus besos
-ciel… ciel mi amor…- me besas con más dulzura yo me aferro a ti- te amo…- el dolor desaparece, sigo resentido por lo que me hizo pero… escuchar esas palabras de él me dan fuerzas
- yo también te amo…- me siento débil… el veneno aun esta haciendo efecto… Sebastián, no te das cuenta ¿verdad? No importa, me acurruco en tu pecho y tú me acunas con dulzura…
El veneno está sacando su lado mortal, mi cuerpo pesa… pero por lo menos pude escuchar un te amo de tu parte por última vez
Las estrellas miran, la luna lo abraza y un ángel llora…
Pude dormir para siempre en tu pecho…