“Es totalmente posible morir de amor, esto es debido a que la muerte de una persona que nos es muy querida aumenta 21 veces la probabilidad de sufrir un ataque cardiaco durante las 24 horas posteriores al deceso.
El ligero movimiento oscilatorio que produce el tren cuando empezar a andar dificulta un poco la lectura a Young Woon pero no evita que este se proponga terminar el texto
Este aumento se reduce conforme el tiempo transcurre, pero se mantiene al menos por cuatro semanas (en la primera, por ejemplo, el riesgo es 6 veces mayor que en un día normal).”
‘Esto servirá, ahora debo traducir, hacer la presentación al agrado del Profesor y una alta calificación aguarda.’
Es lo que pasa por su pensamiento y provoca que comience a formar en su rostro algo que involucra sus labios, parece ser una sonrisa y aunque es poco notable sin duda alguna quien tuviese la dicha de verlo sonreír de esta manera no vería más que a una persona completamente cálida. Esa tenue sonrisa queda perfecta con todo su ser ya que este chico posee un atractivo imponente. Con solo 22 años de edad ya se encuentra cursando su último año en la facultad de idiomas, habla con fluidez el Mandarín así como el Japonés y justo ahora solo perfecciona su Ingles.
Cierra el navegador donde ha encontrado la nota periodística, bloquea la pantalla de su celular, acto seguido pone el aparato dentro del bolsillo frontal izquierdo de los jeans holgados que porta hoy…
…“hoy”.
Recarga su cabeza ligeramente sobre la ventana del vagón proponiendo relajarse. Durante su trayecto ve los mismos paisajes que conoce ya de memoria por su diario traslado hacia la universidad y no puede evitar notar esa inquietante sensación de que todo se repite… esa inquietud crece en su pecho de una manera dolorosa haciéndolo sentir cómo si algo dentro suyo se moviera desesperadamente y quisiera escapar en cualquier momento. Sale de su doloroso trance por el repentino frenar del metro que ha llegado a la estación siguiente. Partió hace unos escasos minutos y aún le quedan unas cuantas estaciones por delante, 4 para ser exactos.
Al observar a las personas que ingresan al vagón esa abrumante sensación vuelve y no solo eso sino que crece, se percata de que no es solo la descabellada idea de que esto ya paso, es el hecho de que en verdad todo parece repetirse. Con el pánico desbordándole sin saber cómo reaccionar observa con ojos perplejos a esa dama con pañoleta roja que parece cubrir su notoriamente delgado y blanco cuello, porta un bolso negro combinado con su vestimenta que consta de un blusón también rojo el cual llega hasta la mitad de sus delgados muslos cubiertos por una mezclilla negra de la cual está conformado su entubado pantalón, terminando en unos Vans negros atados con agujetas rojas. Él sabe muy bien que recuerda a esa mujer de vestimenta rojinegra, aunque no solo a ella, recuerda su complexión, su rostro, la posición en la que esta, su voz, pero… también a la que parece su amiga, al señor que esta tras ella y luce un traje gris, a la esposa de este que lo abraza y platica con él, la voz de esa mujer, la risa de los niños que van y vienen de un vagón a otro, los vagones, el asiento roto a su izquierda, a la persona que se encuentra sentada ahí. TODO…
Intenta calmarse, distraer su mente, alejar ese pensamiento preocupante, él sabe que si no tranquiliza su corazón esto terminara mal… pero… en el intento de tranquilizarse por su pensamiento rondan las siguientes palabras:
“Bueno son días hábiles, las personas usan el transporte público la mayoría de la semana, justo en los mismos lugares para abordar o descender emprendiendo camino hacia sus trabajos, escuelas o casas y esos caminos no cambian… pero podrían cambiar lo demás como la vestimenta, los acompañantes, las pláticas, reacciones, miradas…. Pero no… esto es así ¡todos los los días! ¡Siempre! ¡Todo el tiempo!”
“Todos los días” siente como el haber intentado tranquilizarse fracasa por completo.
“Siempre” esa palabra basto para marearlo por completo.
“Todo el tiempo” ¿a qué se refiere con ello? Por lógica no es la primera vez que observa a estas personas, justo en las mismas posiciones, con las mismas vestimentas, escuchando esas charlas las que ya ha podido oír más de un par de ocasiones. No, no es la primera… ni la segunda vez… puede asegurar que ni siquiera es la tercera o cuarta… esto ha pasado decenas de veces y aunque quisiese convencerse de que no es así, de que no es más que un simple Deja vu… algo muy dentro suyo sabe que no es así.
Cierra sus ojos fuertemente con la vana esperanza de que solamente sea un sucio engaño por parte de su mente, que toda esta confusa situación sea producto de las pocas horas de sueño conciliado anoche. Eso es lo que intenta, convencerse de que está momentáneamente fuera de sus casillas y que todo esto es…
-¿Estas bien?
“Esa voz”
Con desidia abre sus ojos al escuchar esa angustiosa y, por muy frecuente que fuese hoy no quita lo inquietante de lo extrañamente conocida que es esa voz. Lo primero que hace al ver ese rostro del que provino la pregunta, fue dar un grito ahogado de dolor. No tiene la más mínima idea del porque ese rostro lo produce. Respirando con dificultad busca su teléfono… siente estar atrapado en un recuerdo… del que jamás saldrá… entre jadeos incesantes que produce al intentar inhalar logra sacar su teléfono para ver la…
“No hay absolutamente nada”
Puede divisar su fondo de pantalla, es un pasaje de otoño en blanco y negro pero no hay fecha, no hay hora…
-IMPOSIBLE
Es lo único que consigue decir antes de alzar la mirada y sentir cómo ese agradable chico de cabello castaño claro, ojos angustiados, complexión delgada… lo besa pidiéndole que pare de llorar para después finalmente desaparecer poco a poco.
-¿Llorar?
Pregunta sorprendido y de repente como si sus sentido del tacto apenas se activase siente las lágrimas correr por sus mejillas una tras otra y como sus ojos se llenan.
Despierta y rompe en llanto.
Es entonces cuando Young Woon recuerda lo necesario. Siente que muere, quiere que el chico vuelva, que deposite de nuevo un beso en la comisura de sus labios para que se quede a su lado, para que lo ame como siempre fue… como siempre será…
… ¿o no?