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Nuevamente dos. por Angel_Chan

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Notas del capitulo:

Resumen: Después de todo, tenía que pensar en que su palabra no valía… lo malo es que le había dicho muchas cosas que pensó que eran ciertas, y ahora dudaba de todas ellas.

Serie: Sherlock BBC.

Pareja: John-Sherlock.

Clasificación: Drama-Romance-Amistad.

Advertencia: ---

Capítulos: 01/06

Palabras: 991 (Capítulo 01)

Notas: Originalmente este fic iba a ser escrito con otra pareja, de otro fandom, pero como mi beta me dijo terminantemente NO, pues bien... Acabé adaptándolo a Sherlock. Espero que les guste.

Fecha: 04/05/2014.

Beta Reader: Pleasy TheYoko Stay.

Disclaimer: Todo lo referente a Sherlock Holmes pertenece a Sir Arthur Conan Doyle.

Nuevamente dos.

 

Capítulo 01: John.

 

El anillo de plata pesada giró en un movimiento continuo, cómo en cámara lenta, antes de caer al suelo con un sonido sordo que de todos modos nadie oyó.

¿Quien lo había arrojado?

¿O de donde había caído?

O... ¿Durante cuanto tiempo se había mantenido en el aire como para darle a quien lo arrojo de el tiempo de salir de allí antes que el anillo cayera en el suelo de manera sonora?

¡¿Que importaba?!

John dejó Baker Street con solo una maleta y una bolsa de mano, apenas un par de cosas más de las cuales había tenido al entrar por primera vez al apartamento, casi cinco largos años atrás.

Era así de simple, así de fácil. Cerrar la puerta y echar sus llaves por el buzón, ya no tendría que volver, esa casa ya no era su casa. Y no había ninguna necesidad de abogados, ni de reuniones de conciliación. Así como nunca en su vida de pareja, hubieron necesitado pisar una terapia.

John conocía muy bien las razones de que todo fuera tan sencillo, después de todo, él había accedido a eso en su momento. No que ahora se estuviera arrepintiendo, en cierta forma era algo sumamente reconfortante que todo fuese, al menos una vez, mas sencillo en su vida.

Las reglas del juego eran claras al entrar a la familia Holmes: Todos, sin excepción estaban atados a un acuerdo prenupcial. Y él lo había aceptado, firmado sin ningún tipo de problema cuando el papel estuvo frente a si. Después de todo no era por el dinero de los Holmes que él estaba...

Y sin embargo, nada parecía más fácil.

No había nada que reclamar, nada que dividir... Pero por más frío que pareciera eso, el dolor aun estaba muy caliente en el pecho de John.

Quizás por ello no acabó de entender del todo la presencia de Mycroft esa tarde, allí en aquella pequeña habitación de hotel en donde se estaba quedando, antes de decidir cual seria su próximo paso.

—Lamentablemente, Mycroft. En estos momentos estoy imposibilitado de poder ofrecerte una taza de té. —Intentó al menos forzar un pequeña sonrisa, pero fallo miserablemente.

—No te preocupes John, de todos modos no me quedare mucho tiempo. El motivo de mi visita no es meramente social en lo absoluto.

El rubio no supo que contestar a eso, así que se limito a asentir suavemente.

—Muy bien, entonces escucho lo que tengas para decirme.

Mycroft solo suspiró, hacia mucho tiempo que no tenía una conversación tan fría y distante. Buscó entre los bolsillos de su abrigo, extrayendo un sobre largo que paso directamente al doctor.

—¿Que se supone que es esto?

—Algo que solo es suyo por derecho propio, mi querido doctor.

John no tardo en enarcar una rubia ceja, antes de abrir el sobre blanco, quizás no con mucho cuidado en un primer momento. Muchas ideas se agolparon en su mente en el momento en que sus ojos leyeron la carta y lo que venia adjunta a esta.

—No necesito su dinero, Mycroft. —Y por ‘su’, John se refería concretamente al dinero ‘Holmes’. —No lo necesito... ni tampoco lo quiero.

Mycroft se negó a aceptar el sobre de vuelta, o tan solo el cheque; incluso dio un paso hacia atrás para alejarse de John y de su intento por devolver todo a los bolsillos de su abrigo.

—Es tuyo por derecho, John. Si no lo quieres, puedes regalarlo... haz donaciones a la caridad, o simplemente puedes tirarlo. —Suspiró con desgano antes de dibujar una sonrisa que no era ni cercana a las que el rubio había conocido en ese hombre. —Pero nada de ese dinero volverá a ninguna cuenta con el apellido Holmes.

John también suspiró con desgano, presionando el puente de su nariz con la punta de sus dedos. Era loco tener a Mycroft allí, y era loco tener que hacerlo, pero debía preguntar la razón de todo eso.

—¿Por qué?

—El hecho de que fuera una tradición a cumplir en cada enlace familiar, la firma de un contrato prenupcial, no significa que hayamos creído... Y estoy aquí hablando en representación de toda la familia Holmes, John. —John apenas sonrió de lado al oír aquello. —Nunca se dudaron de sus intenciones, ni de su lealtad al unirse a mi hermano.

Tenia que reconocer, que de cierta forma, eso lo dejaba un poco mas tranquilo. En su momento, y aunque no había dudado en firmar aquello que para él parecía humillante, había sido muy duro, como si tuviera que demostrar –ahora ante el ridículamente grande apellido Holmes– que era digno... ¡Por Dios! Después de todo lo que ya había hecho.

Al menos ahora sabía que eso solo había sido meramente burocrático.

—Está bien. —Aceptó con un leve movimiento de cabeza en dirección al hombre frente a él.

Mycroft suspiró nuevamente, pero esta vez un poco mas relajado. John podía ver como el hombre parecía buscar algo, tal vez una palabra con la cual continuar la charla de alguna manera.

—Solo quiero que sepas, aunque tal vez no te sirva de mucho en estos momentos saberlo. Que fue muy grato tenerte como familia, John. Gracias.

El hombre de la reina estiro su mano en un cordial saludo. Su cuñado, quizás el único hombre nacido en ese mundo para ocupar tal cargo, le sonrió de manera calida, antes de estrechar su mano de vuelta.

—Lo mismo digo, Mycroft. Gracias por todo. —John apretó la mano con fuerza por un momento. —Me gustaría decir que nos seguiremos viendo, pero los dos sabemos que no es así... lo cual está bien.

Con un último apretón de manos, y sin una palabra más, Mycroft Holmes dejó la pequeña habitación de hotel del que fuera su cuñado.

Ajustó el cuello de su abrigo ante la ventisca fuerte, y aferró su inseparable paraguas en un puño tenso. Esa situación solo estaba destinada a agravarse con el tiempo, de eso era lo único que estaba seguro.

 

Continuará.

Notas finales:

Notas Finales: Como dije más arriba, esta historia iba a ser escrita para otra pareja de mi amor, pero al contarle a mi beta de que iba me dijo que no… que ni se me ocurra, así que, y como la idea me gustaba mucho, busque adaptarla… No es exactamente igual a como iba a ser, pero en esencia es lo mismo.

¿Qué les parece?

Ya saben, aunque sea para decir que no les gusto, pueden dejar su impresión del fic en un Review o un PM.

En verdad no me ofendo si me dicen que me tengo que dedicar a otra cosa… sé que soy mejor cocinera que escritora, pero a mí me gusta de todo modos.

Besos.


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