-Vamos en taxi –Sehun sujeta a Luhan por los hombros, el chino sigue tallándose los ojos entre las lagrimas que quieren salir y el cansancio que pesa en su cuerpo.
-No quiero –susurra bajito pegándose al hombro del menor –necesito despejarme y… –se queda callado disfrutando de la cercanía con Sehun –eres cómodo, Sehun ah.
-Vamos –el menor rodea al chino con sus fuertes brazos.
-No… caminemos, Sehun… –reniega haciendo un puchero.
Sehun arruga el ceño y suelta el agarre de los hombros del chino quien se tambalea y se lleva la mano a su rostro, tapando sus ojos, casi evitando marearse.
-¿Hoy has comido? –pregunta serio.
-Lo que pasa es que estoy tomando unos medicamentos –sonríe sujetando la mano del nombrado –para los nervios o para un resfriado –murmura confundido.
-¿Acabas de tomar esos medicamentos?
Luhan asiente –antes de tratar de ver a Minseok –responde.
-¿Y has comido algo hoy? –Luhan niega haciendo un puchero –entonces vamos a comer algo, yo invito…
-Caminemos –repite casi berrinchudo.
-¿Por qué quieres caminar? –pregunta ya harto.
-Porque cuando me sentía triste caminaba con Minseok y me sentía mejor –dice mirando el suelo.
Sehun se enoja, de verdad que el desea que Luhan no llore por Minseok pero sabe que aunque le guste mucho el chino este ahora solo tiene ojos para el comatoso. Suspira y con simpleza sujeta la mano del chino, levantando la mirada nota como un taxi se acerca a ellos, extiende su brazo y el auto se detiene, el menor toma entre sus brazos al débil chino y ahora Luhan está dormido en el asiento trasero, contra el hombro del menor.
-¿A dónde los llevo, joven? –pregunta el taxista.
[…]
Sehun carga en su espalda a Luhan, el chino esta tan cansado que no ha notado cuando lo han sacado del taxi. Ambos están en el ascensor Luhan va despierto mas solo mantiene la mirada contra las puertas metálicas del aparato, el menor lo sabe mas no se queja ya que la respiración del chino contra su mejilla le resulta muy satisfactoria.
El estomago de Luhan se queja ruidosamente provocándole un fuerte sonrojo y Sehun se carcajea haciendo que su risa retumbe por las cuatro paredes del ascensor.
-No te rías –susurra el mayor en un puchero, apretujando la blanca mejilla de Sehun.
-¿Sabes lo malo que es no comer? –pregunta como si le estuviese hablando a un niño pequeño.
-No he tenido hambre –Luhan suena como un niño pequeño.
-Entonces solo has tomado los medicamentos esos arriesgándote a ponerte peor ¿no?
-Sehun ah, no eres mi madre –dice berrinchudo y las puertas se abren.
-¿Las llaves? –mira de reojo al chino quien busca en su bolsillo trasero y estira su mano hacia la cerradura para luego abrir la puerta.
Con pasos tranquilos, como si el mayor no pesase nada, Sehun llega hasta la habitación de este y, como siempre, todo está en perfecto orden menos el canasto de la ropa, el cual está rebasando con ropa sucia.
El mayor es depositado en su cama con todo el cuidado posible por parte del menor; Sehun le quita el abrigo que trae, y luego prosigue con los zapatos, el chino tose de vez en vez lo que hace que Sehun lleve su mano hasta la frente de Luhan. Tiene un poco de fiebre, el menor niega ante eso y luego de cubrir a Luhan con una manta se dirige a su baño para buscar alguna pastilla mas no encuentra nada y vuelve con Luhan quien trata de mantenerse despierto mientras se sienta en la cama.
-Luhan Hyung ¿tienes medicinas para la fiebre?–murmura echando los cabellos del mayor hacia atrás.
-En mi escritorio –susurra abriendo más sus ojos –es un frasco amarillo.
Sehun asiente y se dirige al escritorio del mayor mas no es capaz de ignorar las fotos en los portarretratos donde Luhan y Minseok están juntos. Celos, eso siente Sehun.
-Sehun ah –llama con voz cansada.
-¿Qué pasa? –escupe, aun buscando los analgésicos.
-Gracias –ronronea y Sehun se tranquiliza al instante, luego de encontrar el frasco se dirige a la cocina por un vaso de agua mas recuerda que Luhan no ha comido nada, así que de paso se dirige al refrigerador donde al abrir se topa con una lasaña de pollo y una nota junto a esta.
“Come algo… sé que te sientes mal por Minseok pero no quiero que tú también termines en el hospital”
[…]
¿Dónde estás? :Kai
Yo: Luhan se sentía mal… estoy en su casa cuidándolo…
Luhan es el chino ¿cierto? :Kai
Yo: Sí.
Bueno… :Kai
Yo: Que cortante eres.
Jongdae es la lastima hecha persona :Kai
Yo: El chico que le gusta está en coma ¿cómo crees que se debe sentir?
Debería tratar de tener una mejor aptitud con todo ese asunto, si Minseok despierta se topará con que Jongdae es su compañero de habitación… es lamentable :Kai
Yo: Cuídalo ¿si?
No me lo tienes que pedir :Kai
Sehun deja su móvil en la cama y este se apaga ya sin batería, Luhan está acurrucado junto a él hasta hace un par de horas se ha quedado dormido, luego de llorar por Minseok y lo mucho que lo extrañaba.
Sehun no pude evitar con sentir los celos corroer su interior, entiende que le duela su estado pero desea poder hacerlo sentir mejor, desea poder subir su estado de animo, poder sacarles sonrisas al tierno chino que duerme junto a él y que no ha soltado en ningún momento su gran mano, la cual mantiene sujeta entre las suyas.
[…]
Jongin guarda su móvil en su bolsillo y mientras anda por la cafetería encuentra a Jongdae en una solitaria mesa alejado del resto, se entristece porque su explosivo amigo ya no está y ahora solo hay un chico con un aura tan deprimente que hasta baja el animo a cualquiera que lo ve.
-¿Cómo te sientes? –pregunta Kai dándole un refresco al cansado Chen mientras se sienta en junto a él, quien con una sonrisa desganada lo acepta con tranquilidad.
-Igual Kai, mal… –susurra enojado.
-¿Sabes que solo queda esperar, no? –dice el moreno.
-Lo sé, pero es desesperante… me siento como un idiota al verlo, al visitarlo cuando las únicas palabras que cruzamos no fueron más que para discutir o para que él me pidiese que me alejara, Kai… soy patético –murmura con pesadez el mayor –soy tan patético…
-Claro que no –le trata de animar Jongin –es solo que…
-¿Que me enamoré de un comatoso? –completa frustrado –ya no sé que hacer, Kai. No sé qué haré…
El moreno no responde y sus brazos rodean al mayor con cariño, con tranquilidad, tratando de transmitirle fuerza. A Jongdae no le importa llamar la atención de toda el lugar y comienza a llorar con fuerza; tiembla y trata de disculparse con Jongin mas de su boca solo se escapan gimoteos cruzados con más llanto.
-Shh ya… llora Hyung –murmura pasando su mano por los cabellos de Jongdae quien se acurruca aun más en su pecho y se lleva las manos a la boca tratando de acallar un poco su llanto mas no funciona en lo más mínimo.
-Jóvenes Kim –llaman con voz grave. Chen oculta su rostro con miedo y Jongin se voltea ante el llamado.
-Kris –susurra Kai con pesadez.
El nombrado le da un golpe en la cabeza, enojado –aquí soy profesor Wu, inepto –regaña el castaño y Jongdae no puede evitar soltar una pequeña risa entre su llanto –vamos a la sala de profesores –completa.
Chen asiente contra Jongin y ambos se levantan ante las curiosas miradas de los demás estudiantes entonces el profesor Wu mira el resto y todo vuelven a sus almuerzos como si fuesen lo más interesante del mundo.
-El joven Xiao también ha estado mal –comenta el castaño mayor –ayer tuvo que ir a la enfermería…
-¿Quién es el Xiao?
-Luhan –responde Jongdae sin levantar la mirada.
-Oh.
-¿Por qué vamos a la sala de profesores? –pregunta Chen.
-Está vacío –responde con simplicidad sin mirar a los menores –así puede estar más tranquilo.
-Gracias.
-¡Yifan! –lloriquea alguien cuando entran al salón.
-No estaba solo –se burló Jongin.
-Cierra la boca –sentencia el profesor al moreno.
-¿Qué sucede? –pregunta el pelinegro.
-¿Recuerda el asunto de Kim Minseok, del ultimo año? –pregunta seriamente el castaño mayor.
-No me hables de usted –se queja el pelinegro.
-Es por respeto –se queja Wu.
-Kris como si no tuvieses confianza con Lay –sonríe Jongin.
-Okey –rueda los ojos el mayor –le dije a Jongdae que viniese aquí porque el también se siente mal…
-Pobrecito –murmura el pelinegro –soy Zhang Yixing –saluda cálidamente –pero dime Lay, soy profesor de danza.
-Kim Jongdae –responde desganado el castaño.
-¿Quieres un café? –pregunta sonriente –eso te calmará –Jongdae asiente.
-Kris –llama Jongin.
-¿Qué parte de discreción no entiendes? –gruñó Yifan.
-No se preocupe –dice Jongdae –ya se que son hermanos…
-¿Le dijiste? –gruñe el mayor.
-No lo regañes Yifan –sonríe Lay –que es mi mejor alumno –dice tendiendo la taza de café a Jongdae quien sonríe algo apenado y distraído gracias a la ridícula discusión que tiene el profesor de historia de ultimo año y su mejor amigo.
[…]
-¿Es enserio? –sonríe el menor feliz.
-Solo era cuestión de tiempo para que pudiese respirar por si mismo, Jongdae –responde Joonmyun –es una buena señal, puede que Minseok despierte pronto…
-¡Gracias! –exclama fuerte y el medico se lleva un dedo a los labios –cierto, silencio, perdón –susurra haciendo una reverencia.
-Anda entra –le dice haciéndole una seña.
Ahora el menor está sonriente mientras mira a Minseok dormir sin el tubo por su garganta y a su mente llega la carta, que le dio y la carta que leyó por causalidad. Entonces desea escribir tal y como lo ha hecho el mayor… desea escribir para Minseok.
Esta será la primer carta de todo lo que sucederá con nosotros, Minseok, supongo que como todavía no somos nada, solo desearé tu pronta conciencia.
Siendo sincero me siento desesperado por ver alguna mejora en ti y aunque te veas bien no quiero volver a saber que no puedes respirar por ti mismo; me resulta tan desesperante, verte con ese respirador me recuerda a mi madre… ella estaba igual que tú cuando murió… un accidente le provocó muerte cerebral y una semana después la desconectaron.
Esa fue la peor sensación de mi vida, Minseok, despedirme de ella fue tan doloroso. Haberte visto así me hizo revivir ese horrible sentimiento, tengo miedo de que Joonmyun Hyung venga a decirme que me despida de ti, tengo miedo de perder a alguien más, tengo miedo de perderte, Minseok…
Jongdae deja de escribir al instante que sus lagrimas llegan a caer sobre el papel. Se encoge en la silla y guarda el papel, no quiere pensar en eso, no quiere revivir ese miedo que siente cada vez que ve al mayor, no quiere, le da miedo mucho.
Acaricia el dorso de la mano de Minseok, su piel es muy suave y blanca, parece porcelana. Minseok es un hermoso muñequito de porcelana a los ojos de Jongdae; es hermoso.
-Que lindo eres –susurra embobado y se acerca con lentitud hacia la mejilla del mayor, sus labios se posan en la suave piel y luego de un casi un minuto se separa con un suave sonrojo sobre su rostro.
Vuelve a la silla y sujeta nuevamente su mano, agradece que es viernes y puede quedarse hasta más tarde de lo normal, agradece que la tía de este ya se haya ido y agradece aun más que su tío tampoco vaya a venir.
Los dedos de Jongdae andan por el suave brazo de Minseok, van del hombro hasta la parte interna del codo y finalmente la muñeca…
Tiene marcas…
Marcas rojas, como si la hubiesen sujetado con mucha fuerza; tiene cuatro dedos marcados en torno a su muñeca y Jongdae queda helado sin saber realmente que pensar.