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Un Gatito Azul. por Demon Witch

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Notas del fanfic:

Hola Hola espero les agrade este fic jijiji lo hice pensando en mis gatos ya que cuando era una niña me crie entre gatos para se exactos tuve siete gatos que cuidaba con mi tía y los ame a todos jijiji.

Bueno en fin los personajes no me pertenecen pertenecen a su autora Yana Toboso, la historia es mía por completo y es un pequeño onsehot que se me antojo escribir jijiji pensando en esos lindos gatitos.

Demon Witch...

Notas del capitulo:

Espero lo disfruten y dejen sus comentarios si les gusto jijiji. Siempre imagine al Conde como un lindo gatito.

Demon Witch...

Un Gatito Azul.

Ah me siento muy cansado y para lo peor no estoy en un lugar muy agradable que digamos, estoy en la tienda de ese estúpido de “Undertaker” y es de lo peor todo lo que hace es medir mi cuerpo con una cinta métrica ya que cree que estoy cerca de morir…Morir la estoy esperando la muerte pero eso ahora no es lo que me tiene aquí en su tienda en realidad, estoy en su tienda esperando a ese bueno para nada de Sebastián, ¿Santo Cielo cuánto dura un demonio para matar alguien? Si debo sonar despiadado y con poco interés por la muerte pero en realidad así soy…

En fin  me encuentro esperando a esa idiota no más de media hora en esta tienducha.

-Conde sé qué piensa que mi tienda es una tienducha pero ya escucho a su mayordomo, debe esperar aquí, así que sea bueno y charlemos mientras el señor mayordomo regresa de su…asesi…digo de su encargo… Ji ji ji….-dijo Undertaker con su peculiar sonrisa mientras se carcajeaba de sus ocurrencias.

-Ya lo sé… No entiendo por qué simplemente no me llevo, es aquí cerca, lo único que hace bien es ponerme de mal humor-dije con mi semblante frío de costumbre y mi tono soberbio ya que en verdad esta tienducha me hace sentir escalofríos.

-Conde debe tener ganas de un té, que tal si lo preparó pero lo único malo es que no tengo con qué acompañarlo-dijo Undertaker mientras en unos frascos con medidores empezaba a preparar el té.

-Qué tal si lo acompañas con esas extrañas galletas de allá, las del estante.-dije observando las galletas no eran las acostumbradas que come Undertaker, eso quiere decir que deben ser buenas o no?

-Oh Conde es cierto ji ji ji esas galletas están ahí, sabe son galletas peculiares ji ji ji aunque  debo decirle que son espe…-.dijo él pero no termino su frase ya que yo.

-Cállate Undertaker estoy hambriento bájalas para poder tomar el té–dije autoritario.

-Muy bien Conde aquí están aunque debo decirle…-dijo pero otra vez le interrumpí.-¿Qué figuran tan extrañas por qué parecen gatos?-dije extrañado de la figura tan perfecta de gatos que estaban dentro de ese frasco.

-Oh sí eso Conde era lo que me refería verá…-dijo pero otra vez, pero yo.-Vaya tienen un olor muy agradable Undertaker, no parecen lo que siempre comes-dije mientras apreciaba el aroma dulce y atrayente de esas curiosas galletas tenían un olor a chocolates pero en sí el dulce no era empalagoso sino era un dulce muy fresco con alguna extraña esencia que me pareció ya haber olido pero no supe de donde la he olido, en eso la imagen del rostro de Sebastián surco mi mente y recordé entonces que ese olor era parecido al de Sebastián; me sonroje de inmediato por mis pensamientos; y estaba muy extrañado de por qué estas galletas olían a él.

-Bueno Conde intente hablar con usted pero ya qué no presta atención cómaselas no me interesa ji ji ji, tal vez las disfrute ji ji ji-dijo pero ni siquiera le tome importancia.

-¿Por qué se sonroja Conde?-dijo esa pregunta hizo que saliera de la ensoñación de las galletas.

-Será qué esas galletas le recuerdan a algo especial… o algo muy especial…-dijo insinuante.

-Claro que no cállate y sirve el té de una buena vez por todas-dije con molestia e intentando hacer desaparecer mi sonrojo.

-Muy bien pero no se enfade-dijo el mientras me daba la taza de té o mejor dicho sus tazas medidoras de líquidos.

Tome la taza y la bebí, el olor era débil no se parecía en nada al té de Sebastián, sonreí mentalmente y después me recrimine por eso; pero era cierto aunque no lo admitiera jamás, el té de manzanilla puede ser corriente y barato pero Sebastián conseguía en convertirlo en una fina taza elegante de buen sabor, tal vez eso es lo único bueno de ese demonio.

Después tome la galleta la acerque a mis labios y la mordí suavemente, la saboreé de muchas formas; su sabor era exquisito y cada vez que la masticaba el rostro de Sebastián con sus diferentes expresiones salían a flote en mi mente, pero ¿por qué? era la pregunta que tenía en mis pensamientos a pesar de esa ocurrencia quería más de esa galleta y así poder recordar más de las diferentes expresiones de ese ser maligno o mejor dicho mi demonio.

-Vaya Conde le han agradado mucho las galletas ji ji ji-dijo Undertaker con burla; y eso me hizo reaccionar y sonrojarme ya que esa galletas me hacían comportarme extraño.

-Cállate-dije enojado y en eso la puerta de enfrente se abrió y entro de ella él, él que estaba no hace mucho en mis pensamientos y me sonroje como si fuera una manzana madura de pensar tanto en sus gestos y ahí estaba otro gesto de él, uno qué me pareció ¿hermoso?

-Oh señor mayordomo al fin termino su encargo ji ji ji o su ase…si…na… digo su muy serio encargo jajajaja-dijo Undertaker mientras reía eufórico.

-Bocchan espero se encuentre bien, ¿por cierto Bocchan qué está comiendo?-dijo Sebastián con su timbre de voz aterciopelado, esperen un momento ¿dije aterciopelado? Vaya debe haberme caído mal esto; pero sí en realidad la voz de Sebastián me gusta es tan suave y profunda; tan directa,   tan sonora y su voz tiene la medición exacta para no hacerme sentir incomodo o irritado, es como el susurro del viento.

-Bocchan-dijo suavemente en mi oído como el susurro de las aguas del rio; mientras me limpiaba con el pañuelo de su bolsillo las comisuras de mis labios que tenían migajas de las peculiares galletas de Undertaker.

Seguía embobado por su caricia y note que Undertaker estaba observándonos con ¿molestia?, pero igual no me importo ya que el suave tacto de Sebastián me tenía hechizado; y de repente cerré los ojos y todo el lugar se volvió negro.

En la mansión Phantomhive:

Sentía mucho frío y me encontraba en un lugar muy oscuro, mientras abría los ojos suavemente me encontré con el color escarlata de su una profundo abismo infernal, tan vacío y lleno de la mayor oscuridad que me atraía. Era la mirada de Sebastián la que tenía en frente era una extraña mirada que no conocía en sus gestos, parecía estar ¿feliz?Pero por qué estaba así y eso que observó es un ¿sonrojo? Desde cuando ese idiota se sonroja; ¿ eso lo pueden hacer los demonios? Pero ¿qué diablos pasa?.

-Bocchan-dijo con un tono suave y lleno de ¿ternura?-Bocchan mi amado y lindo Bocchan-dijo otra vez mientras mis ojos entreabiertos lo veían y me extrañaba de esos adjetivos “amado y lindo”.

Entonces sentí sus labios en los míos en un delicado roce, me sonroje y no supe que hacer estaba más sorprendido de qué costumbre y me levante de donde estaba y lo vi con mucho enojo; ¿cómo se atrevía a besarme?.

-QUÉ CREES QUE HACES IDIOTA-dije muy molesto pero con un enorme sonrojo ya que sentía mis mejillas arder en llamas.

-Qué te pasa idio….miau…miau…miau…-dije y eso me sorprendió, yo había maullado como un felino.

-Ah que hermoso sonido Bocchan-dijo mientras me abrazaba eufórico.

-Qué diablos miau…digo ¿Sebastián qué diablos le sucede a mi voz?-dije molesto mientras sentía sus brazos alrededor de mi cintura y me sonrojaba otra vez, pero sentía algo moverse y un suave tacto me asusto que me solté de su abrazo y caía al suelo; cuando note bien la habitación, era mi alcoba y estaba en mi cama.

-Tranquilícese Bocchan, verá usted se comió esas extrañas galletas del señor Undertaker y ahora es, bueno es…-dijo dudoso; lo odio cuando duda y por qué me abrazo que le pasa a ese demonio.

Me levante del suelo y camine al gran espejo de la habitación y me observe y quede helado; era extraño tenía unas grandes orejas felinas en mi cabeza, una larga cola del color de mi cabello como las orejas, que igual salía de mi parte posterior esa extraña cola; debajo de mi camisón de dormir la note y mire desde el reflejo del espejo la sonrisa ancha y llena de felicidad de Sebastián me sonroje y note como mis orejas felinas se movían y apuntaban a donde él.

-¿Sebastián por qué demonios soy algo parecido a un gato?-dije eufórico mientras corría a él y le golpeaba el pecho, pero ni siquiera me tocaba o intentaba apartarme mientras le golpeaba parecía observarme fijamente y sonreía.

-Bocchan ya le he dicho qué fue por las galletas que se comió en la tienda del señor Undertaker…Verá usted se desmayó ahí y el señor Undertaker me dijo que intento advertirle de no comerlas pero usted igual las probó; esas galletas son galletas demoníacas que usan los demonios principiantes para tomar forma humana, claro que no sé por qué ese shinigami las tiene, bueno eso no tiene relevancia lo importante es que usted se comió una y se ha transformado en un híbrido felino por las cualidades que todas esas galletas traen, a acostumbradamente Bocchan esas galletas con forma animal son dependiendo de la figura animal del demonio que las posea y usted comió una de aspecto felino y por eso debo decir que ahora es un lindo gatito-dijo mientras acariciaba mis orejas y me sonroje de sus palabras y acción que me hizo ronronear. Parecía disfrutar de mis ronroneos y yo de sus caricias pero no sabía por qué me dejaba acariciar como si fuera una vulgar mascota, pero me encantaban las caricias de Sebastián.

-Ya basta…muy bien deja de acariciarme como si fuera tu mascota demonio inútil, dime como vuelvo a hacer yo mismo-dije mientras me apartaba de él y los ronroneos se acababan, extrañamente me sentía más tranquilo con sus caricias que ahora.

-El efecto durará unas cuarenta y ocho horas Bocchan, pero claro no puede mostrarse en público así, por eso envié a los sirvientes a un paseo en la ciudad volverán cuando su efecto pase y claro me encargue de que “Pluto” este encadenado ya que usted tiene el olor felino demoníaco y eso podría alterarlo y claro es mi prioridad que no le haga daño a usted.-dijo con una sonrisa gentil mientras me observaba con curiosidad.

-Muy bien Sebastián y ya deja de mirarme así cómo si quisieras decir algo, si quieres decir algo dilo y ya-dije alterado ya que su mirada no me gustaba mucho, me intimidaba.

-Hay Bocchan no puedo decirlo ya que hará que me castigue-dijo desilusionado.

-Di lo que tengas qué decir demonio de pacotilla-dije molesto y mis orejas lo tenían en la mira con altitud.

-Muy bien Bocchan, no se enoje después verdad… Verá es que luce muy adorable y tengo deseos de acariciarlo, usted está de verdad muy hermoso y esponjocito-dijo con un tono de voz seductor y suave que hizo erizar todo los bellos de mi piel y mis orejas se pusieron alerta mientras me sonrojaba al máximo.

-Bocchan yo quiero tocarlo, acariciarlo, podría por favor-dijo suplicante mientras un leve sonrojo muy leve y casi imperceptible surco sus mejillas. De verdad que le atraía con está apariencia, debería dejar que me acaricie o debería aprovechar más de esto no creen?.

-¿Sebastián te gusta mi apariencia felina?-dije con algo de picardía mientras me acercaba a él que estaba cerca del ropero.

-Mucho Bocchan luce muy adorable,  y si me permite decirlo, yo siempre he pensado que Bocchan es muy hermoso como un gatito azul.-dijo con un tono seductor que hizo que me sonrojara mientras se acercaba a mí como un depredador a su presa.

-Te gustaría acariciar a este gatito azul, tocar sus orejitas y sentir su colita esponjosa mientras le dices a sus oídos esponjocito-dije con un tono coqueto mientras pasaba mis manos en su pecho e intentaba jalar su corbata para que nos miráramos de frente.

-Eso me encantaría mucho Bocchan-dijo mientras se agachaba y pasaba sus manos en mis orejas y me sonroje al contacto suave de su caricia.

-¿Aceptarías un trato conmigo demonio de mayordomo Sebastián Michaelis?-dije rozando suavemente sus labios que hicieron estremecerme, ya no era yo, él  que hablaba  era mi codicia y deseo de tener a ese demonio poseído por mí, quería hundirlo en mí; ya recordaba esos sentimientos que hace un mes intentaba olvidar y ahí estaban otra vez presionándome a seducirlo y hacerle mío ya que yo soy suyo por el contracto, dejándome libre al uso de que es mío.

-Ah Bocchan es un gatito muy astuto, pero claramente acepto todo de usted Bocchan, qué trae entre garritas este lindo azulado gatito mío-dijo mientras me besaba, ah los labios de Sebastián tan fríos, suaves, dulces como el postre prohibido.

-Ah quiero Sebastián que me hagas sentir, enséñame el amor que un demonio no tiene, enséñame todo lo que sabes de las relaciones sexuales; quiero saber cómo logras hacer gemir a una simple mujer-dije avergonzado y muy sonrojado pero igual no deje de lado mi tono coqueto.

-Bocchan tiene un trato claramente, usted de verdad es un gatito curioso, lo hare sentir mi amor por usted en todas las formas que conozco y hasta el momento no le he dicho, mi lindo gatito-dijo me sonroje ya que eso era algo así como una declaración de amor.

Y así me tomo entre sus brazos y me lanzo a la cama mientras con sus manos me hizo arrancado el camisón me dejo en ropa interior y empezó a lamerme el cuello de arriba hacia abajo y yo solamente ronroneaba.

-Ah Bocchan usted es un gatito bastante adorable, le gustaría maullar para mí mientras le enseño todo lo que sé-dijo en mi oído mientras lo lamía y fuertemente lo mordía.

-Miau…Sebas…miau…Sebastián-dije entre suspiros y note su expresión perversa que me sonrojo, pero me encantaba parecía disfrutarlo como yo o hasta más que yo.

-Ah Bocchan usted tiene la voz más hermosa que mi existencia demoníaca haya escuchado, no sabe desde hace cuánto deseaba qué usted me ordenará esto-dijo suavemente en mis labios cuando los rozaba en un delicado beso y se quitaba lentamente la corbata, los botones de la camisa y dejaba a la vista mía su perfecto pecho marmóreo que tanto me estaba empezando a gustar, al cual pase mis manos y se estremeció de mi contacto.

-Cállate y hazme tuyo Sebastián-dije desesperado de ver que esa ropa aun no salía de su cuerpo.

-Yes my Lord Kitten-dijo mientras se hizo desprendida todo rastro de ropa.

Que cuerpo tenía Sebastián era hermoso como el de un dios griego delgado su musculatura delgada, su piel blanca como la seda, tan tersa y dulce mis manos no dejaban de acariciarla y tocarla.

Así empezó Sebastián a besarme y pasaba su lengua en mis labios pidiendo el permiso de entrada el cual le otorgue gustoso; sentí como su lengua se movía en mi boca de arriba abajo de un lado al otro y después le enseñaba a la mía a danzar juntas mientras sus manos se escurrían en mi cuerpo de arriba abajo y una de sus manos me pellizcaba uno de los pezones fuertemente que me hacía gemir entre su fogoso beso seductor.

Y la otra mano bajaba suavemente mi ropa interior dejándome al igual que él. Así empezó a despegar sus labios de los míos para lamer mi cuello e ir dejando un camino de su saliva por mi cuerpo mientras se acercaba a mis botones rosas, los mordisqueaba, lamía con fiereza y me hacía delirar de placer mientras me sujetaba a las sábanas blancas de la cama. 

Quería que se detuviera pero mi lujuria no me libraría ahora ya que Sebastián no se detenía, continuaba su camino y llego a mi ombligo donde metió su lengua y hacía círculos en ella, ah me retorcía de placer mientras sentía un placentero dolor en mi miembro que suplicaba la atención que aún no llegaba.

-Ah Sebastián...mmm...Sebastián-dije entre suspiros cuando sentí un beso en la punta del meato y empezaba a acariciar mis testículos.

Y así empezó lo lamía de arriba abajo, lo succionaba en la punta y lo mordía con fiereza arrancando de mi boca gemidos con su nombre.

-Miau...MIAU SEBASTIÁN…miau...-dije solo salían de mi voz los maúllos ahogados de sus caricias mientras le arañaba la espalda y un poco de sangre se escurría entre mis manos, las cuales lamía sensualmente, mientras lo miraba succionar mi miembro.

Él seguía las succiones y tragaba más y más mi miembro y lo hacía con mucha velocidad, hasta que llegue a sentir el paraíso de manera irónica y arquee mi espalda mientras me venía en su boca y él tragaba todo sin ningún problema.

-Ah delicioso un verdadero manjar Bocchan-dijo con picardía mientras yo empezaba a querer protestar por lo dicho me metió a la fuerza tres dedos y dijo-LÁMELOS-dijo autoritario y sumisamente obedecí.

Comencé a lamer sus finos y delgados dedos de arriba abajo con suavidad, delicadamente los pasaba entre mi boca y observaba su mirada nublada y perversa en  su rostro.

Y así saco los dedos él de mis labios y dijo.

-Esto va doler pero el placer te inundara al final-dijo de manera tierna mientras uno de sus dedos se paseaba en mi entrada.

Un dolor incesante sentí en mi entrada su dedo se movía en mi interior mientras gritaba.

-Sebastián duele-dije con grandes lágrimas que salían de mi rostro sonrojado.

-Tranquilo relájate-dijo mientras lamía mis lágrimas.

 Continuó metiendo el resto de sus dedos y el dolor era inmenso y al final de unos minutos deseaba más y más de esa intromisión; levanto mis piernas en sus hombros y dijo.

-Ya está listo Bocchan-dijo seductoramente mientras sacaba sus dedos de mi interior y tomaba su miembro en dirección de mi entrada.

Sentí su miembro romperme en dos y no se movió hasta que intente sentirme cómodo; pero claro empecé yo a mover mis caderas en señal de que podía seguir y siguió en una poderosa embestida que aturdió mi mundo, mientras el gozaba y yo deseaba más cuando sentí que mi miembro volvía a ser estimulado por su mano.

Las embestidas suaves y delicadas, se volvía más rápidas y feroces; y yo seguí delirando de placer hasta que una de sus embestidas me hizo arquear la espalda. Hasta que sentí que el anhelado orgasmo llego y me vine en nuestros abdómenes y él se vino en mí.

Me dio un suave beso lleno de amor que me sorprendió que me hizo corresponder apasionado.

-Te amo Sebastián-dije sonrojado y agotado de las acciones anteriores.

-También te amo Ciel aunque no lo creas de parte de este demonio, querido gatito mío-dijo con mucho cariño que dejo paralizado y una sonrisa surco mi rostro, una verdadera sonrisa.

-Apenas estamos empezando, que tal una segunda ronda mi demonio-dije mientras mi cola felina acariciaba su entre pierna.

-Muy bien gatito, hoy y mañana lo hare delirar de placer-dijo seductoramente, me sonroje y empecé a besarlo y acariciar su cuerpo otra vez.

Estas cuarenta y ocho horas serían las horas más movidas de mi existencia, creo que deberé decirle a Undertaker que me dé más seguido esas galletas, me pregunto si Sebastián me haría un pastel de chocolate después de esta nueva y segunda ronda que empezaremos juntos.

 

 

Notas finales:

Jijijiji esperon lo hayan disfrutado y dejen sus comentarios si les gusto o no jijiji.

Demon Witch...


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