Hoy el bosque huele a calidez y humedad. El pasto acaricia mi cuerpo y yo me refugio ante su tacto.
¿Recuerdas cuando pasábamos horas así acostados?
Como siempre, eres puntual a nuestra cita de todos los jueves, veo cuando bajas sonriendo entre los pinos y corres hacia mi cuando me ves.
¿Sabes lo tanto que me encantas cada vez que sonríes?
Te colocas sobre mí y me besas como si fuera el último día de nuestras vidas, te correspondo de la misma manera.
-Ver tu sonrisa es lo único que necesito para que mi día sea feliz. – te susurro.
Tus mejillas se tornan rosas ante mis palabras. No me dices nada. Solamente te recuestas sobre mi pecho y me sujetas fuertemente desde la cintura. Te cuento cosas que me pasaron en el día; ronroneas para que te acaricie lentamente el cabello, y lo hago, y lo beso y huelo.
-Hoy recordé el día que nos conocimos. Siempre te observaba cada vez que llegabas a sentarte en las bancas de la cancha de basketball. Lamento haberte golpeado ese día con el balón; no sabía que eso te iba a enfurecer y me odiarías. Inclusive llegue a odiarte un poco por el hecho de que siempre me echabas en cara que te golpee, fue muy injusto de tu parte. – te miro fijamente con el ceño fruncido y solamente sonríes.
¿Estás enojado y no quieres hablarme?
-Aún así llegabas a verme todos los días, admite que te guste demasiado, que me amas demasiado. – te miro fijamente y sólo asientes.
- Sí, inconscientemente me enamore de ti desde el primer día que te conocí. – murmuras demasiado bajo.
- FLASBACK-
- Aquí Minho pásala, estoy solo – me gritó Jonghyun a mitad de cancha.
Yo estaba acorralado entre dos chicos del equipo contrario, solo faltaba un punto para ganar el partido, así que lance muy fuerte hacia Jonghyun, pero el balón fue desviado por uno de mis contrincantes. Todos giramos hacía el esférico, la sorpresa es que dio con un chico que estaba en las bancas.
El muchacho grito, estaba agachado y fui corriendo hacia él.
-¿Estas bien? – le mire fijamente y preocupado.
- Claro. – respondió en tono sarcástico. - Estoy de maravilla, me encanta tirarme al piso y gritar mientras me sobo el brazo, ¡Claro que no, idiota!, no ves que me estoy muriendo del dolor. Ahhhh. – gimió quejándose.
¡Pero que exagerado! Solo fue un golpe.
Él levanto su mirada y entonces lo vi con mayor detalle; un niño demasiado bonito para ser hombre, cabello castaño, ojos color avellana, piel blanca y hermosa. Me perdí en él.
¡Tierra llamando a Minho! Acabas de golpearlo, ¡reacciona!.
-Lo siento, fue un accidente.
-¡Te odio!, por tu culpa me saldrá un moretón.
-Mira lo que le hiciste al pobre chico, ¡eres una bestia, Minho! – Jonghyun llega para fastidiarme y hacerme ver mal.
- Cierra la boca. – lo observo fijamente. - Fue un accidente, no ayudas en nada, mejor dile a los demás que se suspende el partido. – Le decía mientras me volvía hacía “bonito dramático”.
- Vale pues les iré a decir – mi amigo se retira y se reúne con los demás para explicarles la situación con detalle.
- Déjame ver tu brazo. – le digo, prácticamente le ordeno.
- Estás loco, no dejaré que me toques, me lastimarás mas, suficiente tengo con lo que hiciste – tiro de su brazo hacia atrás y me observo con el ceño fruncido.
No estaba nada feliz y continuaba haciéndome sentir mal.
-Nos seas infantil, solo déjame verlo. -
-¡No soy infantil! -
- Lo eres, ahora déjame ver.
Me hace una mueca de disgusto, pero cede y extiende su zurda.
-Estíralo un poco más – le dije mientras lo jalaba cuidadosamente. – ¿te duele aquí? - apreté una parte.
-¡Ahhhh! Suéltame, me lastimas. – tira mi mano lejos de él y frunce el ceño aún más.
-Tranquilo, rey del drama. No es tan aparatoso como parece, te colocaré un poco de pomada para golpes y no tendrás moretón alguno. – le tome de la mano y lo encamine hacia mi mochila, le coloque el tubo del ungüento en su mano.
-¡Minho, vámonos ya! – Jonghyun me hizo señas para irnos. Asentí.
-Ten, si te queda marca del golpe dime. – le sonreí y me fui.
**
-Te veías muy lindo en esos tiempos. – susurro en el cabello de Taemin. – llegabas todos los días y solo nos mirábamos, siento que fue amor a primera vista. –
¿Tuviste la misma reacción que yo?
Y como si leyeras mi pensamiento, asientes lentamente y escucho tu risa, tu perfecta risa.
-¿Cuándo me enamoraste tanto, Lee Taemin? – te beso tiernamente la frente.
-Cuando estabas distraído. – nuestros labios vuelven a rozarse y una preciosa melodía parece armonizar el ambiente.
La noche llega pronto, y nos envuelve en la oscuridad; pequeñas luces en el cielo titilan y la luna nos brinda un poco de su luz.
- Te extraño - dije con voz melancólica
Veo como agachas la mirada y suspiras.
-Yo también y mucho.
Entrelace mi mano con la tuya y apoye mi cabeza en tu hombro.
-Minho... – levantaste tu vista y me sonreíste.
-¿Qué pasa? -
- Si tuvieras la oportunidad de pedir un deseo a una estrella, ¿cuál sería?
-¿Estás hablando en serio, Taemin?
-Sí, ahora responde.
-Deseo estar a tu lado… Que todo sea como antes, regresar a aquellos días en donde compartía a tu lado tanta felicidad… - sentí como mis ojos ardían – Quiero a mi Minnie otra vez conmigo… - suspire para evitar que las lágrimas consumieran mis ojos.
“No lloraré, porque estoy seguro que mi deseo alcanzara el hermoso cielo “
Taemin sonrió lentamente, ¿por qué tu labio inferior tiembla tanto?
-Es un bonito deseo – lágrimas descendían en tu rostro– Daría todo lo que fuera para que se hiciera realidad….
-Se cumplirá, solo espera por ello bebe; volveremos a estar juntos… – acaricio tu pelo y te abrazo muy fuerte.
“Nunca me imaginé un día sin ti, y sigo sin imaginarlo….”
-Este lugar es muy melancólico, me trae muchos recuerdos… – dijiste mientras te acomodabas más en mi pecho.
- Hemos vivido muchos momentos hermosos aquí. – te acarició el cabello y deposito pequeños besos en él.
-Aún recuerdo el día en que me trajiste por primera vez aquí. – volteas y me sonríes.
FLASHBACK
-¿A dónde vamos, Minho? – evitabas pisar el lodo que había en el lugar.
-No seas impaciente, bebé. Ya casi llegamos. – me gire un poco hacia ti.
-¡Eso mismo me dijiste hace 10 minutos!, ya caminamos mucho y estoy cansado. – molesto te sentaste en un tronco.
-Tae no seas flojo, falta solo un poco. – me arrodille para que quedará más cerca de ti.
-Estoy cansado…. – un puchero de enojo se asomo en tus labios y frunciste el ceño. – Iré con una condición.
-¿Cuál? – tu sonrisa maliciosa se hizo presente.
-¡Cárgame en tu espalda! –
¿Habrá algún día donde te niegue algo?
Aunque no era mucho lo que faltaba para llegar al lugar, el camino se me hizo eterno y pesado.
-Es aquí. – las gotas de sudor resbalaban en mi frente, te baje despacio y sonreíste entusiasmado.
-¡Este lugar es increíble!, ¿cómo lo encontraste?, ¡se ve todo Seúl desde aquí! – enseñabas tus perfectos dientes en una sonrisa y me abrazabas.
Las luces de la ciudad adornaban el paisaje; la iluminación del puente Han era visible desde el bosque donde estábamos…
-Lo encontré cuando era pequeño; un día cuando salí del colegio, quise tomar otro rumbo y llegue aquí. – suspiro y exhalo ese aroma a naturaleza.
Había sido mi lugar favorito desde siempre y era tiempo que lo compartiera con alguien más.
Con alguien que estaría conmigo para toda la vida.