Buscándote Estaba aferrado a sus brazos al ver el agua caer a su alrededor, esa perfecta silueta masculina lo tenía junto a él, lo volvía loco con tal semblante, la lluvia se volvía mas copiosa con el paso de los minutos, caminaban torpemente al no poder observar bien lo que sucedía a su alrededor, los truenos y relámpagos hacían que volviera a la realidad encontrándose en un pequeño sofá, una sabana que lo envuelve y en sus manos una humeante taza de té verde, tal y como le gusta, esos recuerdos lo hacen enternecerse al pensar en aquel afortunado momento, estaba en sus brazos, fue solo un momento, pero para él, el momento exacto para enamorarse, suspira algo decepcionado al hacerse ilusiones locas y tontas mientras sonríe con tales pensamientos.
Logra llegar a su ventana, el agua se desliza sobre el vidrio y cae corriente abajo – esta lluvia parece un diluvio – dice esto para apaciguar su nerviosismo y recalcarse que eso no puede ser posible… vuelve aquel sillón esperando… no sabe que espera, pueda ser que se acabe la lluvia o simplemente no espera nada ni a nadie.
Al cesar aquella lluvia estrepitosa, nota que aún es temprano para ir a dormir, toma su chaqueta, se coloca un par de zapatos y sale de ese aburrido templo, ya está cansado de estar en el mismo lugar, no lo piensa mas y sale de allí, sabe que tiene que recorrer un par de templos mas para salir de aquel lugar, no pierde el tiempo, uff…!! Ya recordé porque razón casi no salgo de mi casa, solo debo de pasar 11 templos para salir de aquí, dice esto ya algo decepcionado, sigue bajando hasta entrar al templo de acuario, es tan normal que no haya ruido alguno en este lugar, pero esta vez escucha gemidos y gritos – ¡oh, mi Dios! Camus se está acostando con alguien, el que es tan amargado y frio tiene novio y yo no – su rostro se alumbra con una sonrisa maléfica, con sigilo se acerca a los aposentos del dueño del templo, escucha más de cerca… mmmm… Ahhhh!!!.... asi…. Asiiiii…. Aaahhhh…..
Por su mente pasa solamente una cosa, Camus si sabe gemir a la hora del sexo, al parecer lo disfruta muy bien. No queda aun del todo satisfecho, necesita saber quien se lo está haciendo – tarde o temprano dirá su nombre, estoy seguro- susurra en silencio mientras sigue escuchando esos ruidos masculinos que lo están excitando sin querer - ¡rayos!, debo de irme, o perderé los estribos aquí - suspira mientras se aleja, su sonrisa no es tan grande al no saber con quién rayos se acostaba el dueño de aquel lugar. Sigue su camino tratando de olvidar lo escuchado aunque retumbe en su cabecita loca, entra al templo de capricornio, pero a diferencia del anterior el guardián lo asecha sin que este pueda percatarse de ello. Mira para todos lados y al no verlo sigue su camino. Frente a él ve una silueta obscura por la falta de luz mientras se acera a ella.
- ¿te puedo ayudar en algo Dita? (caminando hacia Afrodita que esta inmutable ante su presencia)
- Para nada Shura, solamente estoy de paso, voy camino al pueblo, a beber algo (sonríe al terminar de hablar) ¿estás solito aquí? ¿Qué acaso te han cortado la luz, porque no veo nada Shura? (mientras pone una carita de tristeza, haciendo pucheros lindos)
la cabra no responde nada, solamente lo ve fijamente – solo pasa pez y no molestes mas – Dita sabe que debe de irse de inmediato, pues esa cabra en veces es loca y al parecer esta solito… pobrecilloooo… dice esto al salir corriendo de aquel lugar, uuff…!! Al salir del templo siente que le falta el aliento con tal carrera que acaba de hacer – espero no llegar al amanecer al pueblo, o tendré que subir de nuevo – al pasar por casa de Sagitario no hay nadie, al parecer este noble caballero ya no vive más aquí, se dice esto cruzándolo sin ningún problema… espera con ansias ver al próximo caballero, por su mente pasa lo varonil y sexy que es, esa cabellera que combina con su piel lo hace simplemente exquisito, ahhh!! Sii!! Pero al llegar no hay nadie – MILO- grita por todos lados de aquel templo –MILOOOooo! Vuelve a gritar pero al parecer no hay nadie, en su rostro se ve su frustración mientras sigue caminando, seguramente esta con Camus… por un momento queda paralizado ante tal insinuación que el mismo acaba de hacer… ¿Camus y Milo? Nnnooo.. es posible, como podría ese sexy y devino hombre en fijarse en tal tipo que es igual a un cadáver en vida… sigue caminando esperando encontrarlo más adelante, tal vez con Aioria, pues ambos son muy buenos amigos, sigue bajando, entra a Libra, pasándolo rapidísimo pero es obstruido su paso por el maestro Dokho…
- ¿A dónde vas hijo con tanta prisa? Viniste justo a tiempo para tomar el té junto a nosotros
- ¿nosotros? ¿Quiénes maestro?
- Shuriu, Shion y Mu… (lo toma del brazo para llevarlo a esa pequeña sala de estar, en donde visualiza a todos, esta no era la manera de pasar su noche, así que refunfuñé)
- ¿Qué haces aquí Mu? No me digas tu maestro te obliga ¿no? (al escuchar esto Mu no sabe dónde meter la cabeza de vergüenza, pues es totalmente cierto, pero hace parecer que no lo fuera)
Dita toma asiento junto a Mu mientras le sirven su taza de té, en su rostro se ve el aburrimiento que lo impregna, juguetea con su cabello mientras da pequeños pellizcos en la pierna de Mu, el lemuriano se aleja de él, pero Dita sigue aburrido, no pierde más el tiempo, se levanta de aquel lugar – con permiso señores, pero debo de terminar mis labores de santo dorado – da media vuelta mientras se aleja, se va riendo muy calladamente… al salir del templo no puede para de reír, sigue adelante, a casa de Leo, que es la próxima, al entrar esta igual de vacía que la de su hermano – todos salen, menos yo… todos tienen algo que hacer y yo aquí aburrido – sigue caminando hasta toparse en el templo de Virgo. Entra sigilosamente pues no quiere interrumpir la meditación de su amigo, pero al fijarse bien, solo puede visualizar al rubio en los brazos de leo, ambos besándose fogosamente muy pegaditos a una de las columnas de aquel templo – Ahhhhhh…!!! – su reacción es quedarse inmóvil, su amigo, su mejor amigo sale con leo y el no sale con nadie - ¿Qué acaso soy demasiado bello para cualquiera –
Al escuchar el cuchucheo que tiene Piscis Aioria voltea a verlo - ¿Deseas algo Dita? – mientras Shaka se limpia los labios que los tiene empapados de esa saliva deliciosa que lo envuelve…
- No muchachos… lamento interrumpir (dice esto mientras camina para busca la salida de aquel templo) sigan, por favor, sigan, hagan como que no estoy, pues ya me voy…
- ¡Espera Dita! dice Shaka tras él.
- Nooo… dale, yo ya me iba, hasta luego chicos (levanta la mano para decirles adiós y se va lo más rápido que puede)
Esa escena lo ha tomado por sorpresa, y faltan casi la mitad de las casas, nuevamente espera no llegar de madrugada al pueblo.
Entra al siguiente templo, todo está sucio y desordenado – ufff!! Este lugar huele muy mal – sigue caminando, pero tras él está un travieso caballero que lo sigue con sigilo.
- ¡BUuu!!! Precioso (haciendo que Dita de un grito muy agudo, mientras coloca una de sus manos en su pecho)
- Eres un tonto me vas a matar de un susto (le pega en uno de sus hombros)
- ¿Cómo has estado primor? Mientras da vueltas a su alrededor
- Bien, bien…
- Vienes a buscarme a caso florecita… ¿o que vienes hacer hasta este templo?
- Ohhh… mi pobrecito… tú crees que he venido a tu templo a verte o algo asa… (mientras muestra su dedo índice, moviéndolo en signo de negación) ¡te equivocas! solo estoy de paso, voy al pueblo… mientras le muestra la palma de su mano.
- Mmmm… ya veo, bueno, entonces vete o te saco maldita flor… (mientras se cruza de brazos)
Dita no lo piensa más y se va, que mal olía haya dentro, seguramente ni se baña, su rostro solo refleja la repugnancia que sintió en ese lugar, luego sonríe y sigue caminando – ya casi he llegado al final, solo tres y no mas –
Entra a casa de los gemelos, Saga al verlo se relame los labios, se acerca a él y sin decirle nada lo toma de la cintura comenzándolo a besar, borrándole esas palabras que estaban a punto de salir de su boca… piscis esta impactado ¿Por qué Saga haría eso con él? bueno, ni siquiera está seguro si es Saga o Kanon… por detrás se acerca el menor de los gemelos, arrebatando a Dita de los labios de geminiano mayor, tomándolo y besándolo… el pez esta atónito ¿Qué rayos pasa? Aunque no está nada mal, una de sus fantasías se cumpliría si esto sale como quiere…
Pero Saga lanza por allí a Dita, tirándose a los brazos de su hermano menor, besándolo con lujuria y pasión, Kanon lo recibe mientras sus manos se deslizan por el cuerpo del mayor, escucha pequeños gemidos de ambos gemelos.
Esta no era la fantasía que tenia, los ve detenidamente, nota sus movimientos agiles y sus besos lujuriosos, son puro fuego, lo que está viendo lo vuelve loco, su entrepierna ya se ve afectada y no le importa.
Saga nota aun la presencia del pez, así que da media vuelta mientras le da una mirada asesina, es señal que debe de irse, se aleja de apoco, sin perder los detalles que aun se dejan ver, eso de que Kanon toque a su hermano de esa manera, tan sutil y a la vez tan salvaje no lo deja irse, pero nuevamente se cruza con la mirada asesina de Saga y mejor huye.
Su respiración es fuerte, no sabe aun por que se puso tan eufórico, pero ahora solo le queda esperar, esperar a que se le pase tal cosa tan notoria mientras camina – ufff!! Qué bueno que voy a casa de Tauro, el es el más centrado del santuario por lo que creo que me quedare un momento aquí – pero solo escucha unos grandes ronquidos de aquel santo dorado, podría quebrar las ventanas si quiere con ese ruido, se dice entre dientes, sin pensarlo entra su cocina y bebe un vaso de agua fría esperando a que se le pase lo de la casa anterior.
Sabe que no hay nadie en la siguiente casa y que son más de las 12 de la noche, ha pasado tan lentamente que ahora no sabe qué hacer… deja de escuchar los ronquidos que son cambiados por pasos - ¡rayos, se levanto!
- ¡buena noche Dita! ¿Qué haces por aquí? Mejor dicho ¿Qué haces en mi templo? (mientras bosteza)
- Bueno decidí irme al pueblo, esperando que tal vez llueva por tu templo y vuelva a pasar lo de la vez pasada, que me tomaras con tus fuertes brazos y me llevaras a mi templo ¿lo recuerdas? (mientras se sonroja por completo)
- (la sonrisa de Aldebaran es mas de sorpresa) no sabía que pensabas en ello, yo también lo he pensado…
- ¿Qué haces aun allí paradote? ¡abrázame! Que no sabes lo que he pasado para venir…
El gran toro sonríe mientras lo abraza fuertemente. ¿Y ahora que Aldebaran? ¿No me besaras acaso? Nuevamente el toro le sonríe, sigue escuchando al pez que no para de hablar de no sé qué cosa, el solo lo observa, para callarlo de un solo con un beso, un beso que le da despacio para poder disfrutar de sus labios, para luego adentrarse a su boca e introducir su lengua, mientras sus fuertes manos lo toman de la cintura pegándolo a su cuerpo… al separarse los une un pequeño hilito de saliva que Dita lo rompe con su lengua – ¿me puedo quedar contigo esta noche Aldebaran? – el toro lo ve ruborizado y algo apenado. – puedes hacerlo, eso y lo que quieras – se sonríen mientras caminan tomados de la mano hacia la habitación del toro.