- Por siempre…
- y para siempre…
- juntos – dijeron al unisonó
Esa fueron las palabras exactas que una hermosa pareja pronuncio después de declarar su amor el una al otro, ellos se amaban mas que a nada, hacían todo juntos, pero el destino siempre juega malas pasadas, hasta las parejas más felices pueden terminar en un final trágico y sin rumbo.
Pero como algunos dicen “nada es para siempre” y era cierto, todo lo que una vez comienza acaban bien, mal o a veces acaban desastrosamente que terminan rompiendo miles de corazones en un millón de pedacitos.
Eso estaba a punto de ocurrir con un joven de tan solo unos 19 años, que corría muy feliz después de salir más temprano de clases a la casa que compartía con su novio, ya que ese mismo día cumplían 3 años de ser pareja y para él era perfecto para darle la gran noticia a su novio, con algo de temor al ver como reaccionara él. Saca las llaves y al abrir la puerta ve un montón de cajas en la entrada de ella, extrañado, entra llamando a su novio.
-zico…-lo llama sin obtener respuesta, yendo la habitación que compartían, al entrar ve a su novio meter toda su ropa en grandes maletas – zico…- lo llama, logrando que él se volteara a verlo con sorpresa
-oh z...ze...zelo , hoy llegaste temprano – le dice con nerviosismo
-pero yo te dije…hoy llegaba temprano hyung – le dice desconcertado por lo mencionado por el mayor
-ah…lo siento…no me acordaba – le aclara
-zico hyung…por que en la sala está llena de cajas y porque estás haciendo las maletas
- emmm…zelo yo… - trataba de decir el
- nos vamos de viaje juntos hyung…-le dice animado el chico
-zelo no…-trato de decir pero la felicidad que radiaba su aun novio no se lo permitía
-y bien donde esta mi regalo hyung
-re…regalo…que regalo
-hyung, hoy es nuestro aniversario…hoy cumplimos tres años juntos, puedes creerlo – el menor lo abraza, siendo alejado rápidamente por el mayor – que ocurre hyung…pasa algo malo…oh, estas así por que se olvido traerlo cierto, no te preocupes hyung, si estoy contigo es el mejor regalo del mundo – le dijo el menor con una radiante sonrisa – tengo algo muy importante que contarte hyung, no te lo conté antes porque…aun no está preparado pero ahora te….
-Zelo ya basta – alza un poco la voz sorprendiendo al menor – deja eso para otra persona
-hyung…por qué dices eso, lo que te quiero contar nos incumbe a los dos
-lo siento…por gritarte…lo siento por intentar irme sin avisarte y lamento terminar todos los años que pasamos juntos de esta manera
-a que te refieres con irte y terminar hyung – los ojos del menor, comenzaron a llamarse de lágrimas lentamente, por las cosas dichas por el mayor
- me voy zelo…me di cuenta que ya no siento el mismo cariño, amor y deseo que sentía por ti
-ya no me amas
-no zelo ya no siento amor por ti
- mientes…no me mientas, detén esta farsa ya
-no es ninguna farsa zelo…lo nuestro acabo…me duelo decírtelo de esta manera, pero…no hay otra manera de hacerlo
- si hice algo mal…lo arreglare, si no te gusta mi forma de actuar o como me comporto…o si soy muy infantil, lo cambiare –le decia el menor ya con lagrimas en sus ojos
-lo siento…pero no puedo fingir que te amo…cuando ya no es cierto, asi que no lo hagas mas difícil, de lo que ya es
-no me puedes hacer esto – le grita el menor – no puedes…no ahora – susurra callendo al suelo de rodillas llorando mientras le suplicaba que no se fuera, que no lo dejara solo, en eso el mayor recibe una llamada, que es contestada inmediatamente.
-de acuerdo…no me ire, solo deja de llorar – le dice abrazándolo
-lo prometes – le dice el menor correspondiendo el abrazo
-lo prometo – le dijo cruzando sus dedos, tras la espalda del chico
Pasaron unos segundos mas así, jiho se separo de el guiándolo a la cama, lo acostó, haciendo lo mismo que el, acariciando su cabeza, pasaron unos minutos mas, el menor por el cansancio y tanto llorar cae profundamente dormido, el se levante lentamente al sentir que tocan el timbre, para evitar despertarlo
-por fin llegas jaehyo – le dice zico a su amigo
-como esta… - le pregunta
-ahora duerme…jamás lo había visto actuar de esta manera
-y como querías que reaccionara…el te ama zico, que tu ya no sientas lo mismo eso no quiere decir que el también haya dejado de hacerlo
-lose…solo te quería pedir un favor, antes de irme
-dime…que es
-cuídalo, no dejes que haga tonterías, cundo lo vi llorar así y suplicándome que no lo dejara solo…me preocupa, que…
-ya entiendo…descuida, lo cuidare, sabes que él es como mi hermano pequeño
-por eso te lo pido…además necesito que ayudes a subir mis cosas al camión, que llegan –mira su reloj – ahora… - dicho eso toca el timbre, en donde un hombre algo mayor que él, le hace firmar un papel, para después ayudarlo junto con jaehyo a subir las cosas al camión, al terminar, zico sube al camión, se despide de su amigo y se va a su nuevo departamento.
Jaehyo se quedo cuidando a junhong, contemplándolo dormir tranquilamente, notando sus hinchados ojos por tanto llorar, preguntándose como reaccionara al enterarse que zico se fue sin despedirse del. Se acerca a él, tapándolo nuevamente, y escucha un leve susurro de junhong que le llamo mucho la atención, que lo dejaron pensativo, se levanta de al lado del, después de haberlo tapado, yendo a la cocina a preparar algo cuando despierte.
Zelo acaba de despertar, pero sin abrir sus ojos, comienza a tocar el lado donde supuestamente estaría acostado su novio, al no sentirlo, abre sus ojos, estaba a punto de volver a llorar cuando siente ruidos en la sala, se levanta rápidamente, encontrándose con jaehyo en la cocina. Jaehyo nota la presencia de junhong levantando su cabeza para mirarlo
-jun ya despertaste
-donde esta…-pregunta
-donde esta quien – dice, aun sabiendo de quien se trata
- donde esta zico maldita seas – le grita, dejando a jaehyo muy sorprendido
-jun…el…- dijo saliendo de la cocina
-donde esta jaehyo…dímelo…por favor – se lo pide con suplica en sus ojos, jaehyo se ha cerca al menor abrazándolo cariñosamente
- el me dejo…jae, en le momento que más lo necesito
-a que te refieres…con eso – le pregunta desconcertado
-estoy esperando un hijo de el – dijo el menor, dejando a un jaehyo sin palabras