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Notas del capitulo:

Segunda y última parte de esto. 


  1. Sabor.


 


A Kibum le gusta jugar. Le gusta jugar con Minho y su paciencia.


 


Kibum tiene una manía, una fantasía y otras cosas con Minho. Pero hay algo que le gusta hacer. A Kibum le gusta dejar rastros de chocolate por el cuerpo de Minho.


 


Es un sabor único, él del chocolate combinado con el sabor de Minho. Y es el sabor favorito de Kibum.


 


Él deja caer el chocolate en los pezones de Minho. Muerde, y su lengua desaparece los rastros de chocolate.


 


Deja también un poco contra el abdomen de su novio. Lo esparce con sus dedos en cada parte del cuerpo de Minho y sonríe cuando sus miradas se encuentran.


 


El sudor baña la frente de Minho y sus ojos brillan con placer. Kibum lo besa entonces rápidamente antes de dejar caer más chocolate en una de sus partes favoritas.


 


La hombría de Minho es bañada en chocolate y cuando lo toma en su boca, Minho gime y sus caderas se alzan. Es exquisito, decide, el sabor del chocolate combinado con el pre-semen. Saborea ahí y allá. Su lengua desaparece todo y después juega con la punta, mientras fija su mirada en Minho. Es exquisito también, Minho desnudo lo es.


 


—Kibum, detente. —Minho dice, mientras deja caer la cabeza contra la almohada. —No puedo más.


 


—Pero, cariño. —Kibum replica, mientras frunce los labios. —Sigue la miel.


 


Kibum sonríe cuando la mirada de Minho cae en la miel. Pero no hace nada por escapar de él, ni replica cuando Kibum deja caer la miel sobre su cuerpo.


 


 


 



  1. Caricia.


 


 


Los dedos de Minho pican cuando encuentra a Kibum desnudo en la cama. Hay una sonrisa arrogante pintando sus labios, mientras flexiona el dedo hacia él y lo invita a la cama.


 


Minho piensa que es la mejor bienvenida que ha tenido en su vida. Kibum recostado en la cama, con las piernas extendidas, abiertas y listas para él.


 


Minho decide que esta noche, quiere disfrutar al máximo a Kibum. No quiere ser rápido y desesperado. Quiere sentirlo y acariciarlo en cada parte.


 


Kibum lo desviste y besa por momentos. Las manos de Kibum lo acarician en cada parte y él cree que no hay mejor sensación que el toque de su novio.


 


Minho lo recuesta en la cama y besa sus labios, antes de pasar sus manos por sus mejillas. Es hermoso, sus pómulos elevados, sus labios en forma de corazón y sus perfectos y pequeños ojos de gato.


 


Acaricia con el dedo índice de sus mejillas y baja hasta sus labios. Los dientes de Kibum atrapan su dedo y el corazón de Minho late más rápido cuando lo mira a los ojos.


 


Sus manos viajan hacia su estómago, acaricia más suave ahí, más delicado. Sonríe cuando Kibum le sonríe, susurra su nombre cuando Kibum también lo nombra. Es el momento más maravilloso de su vida.


 


Sus manos viajan hasta sus piernas acaricia y masajea y calla los jadeos de Kibum con sus labios.


 


—Minho. —Kibum toma su rostro entre sus manos. —Apresúrate. —Niega con la cabeza, dejando un beso en la punta de su nariz.


 


—No está noche, Kibum. —Susurra, recostando su delgado cuerpo en la cama. —Está noche quiero disfrutarte.


 


Y lo hace con cada caricia a ese maravilloso cuerpo.


 


 


 



  1. Piernas.


 


Después de la última sesión de fotos de Kibum, Minho comenzó a tener una obsesión por sus piernas.


 


Siempre le han gustado, siempre ha creído que es una de las mejores partes del cuerpo de Kibum. Pero cuando la revista salió a la luz, Minho decidió que era la parte favorita del cuerpo de Kibum.


 


Es por eso que esa noche, cuando la ropa cae y el departamento sólo está ocupado por ellos, Minho toca sus piernas con más pasión.


 


La ropa está en la cocina, como un adorno más. Kibum está sobre la mesa, sus labios mordiendo y besando. Minho lo besa una vez más, antes de bajar y arrodillarse frente a él.


 


Ahí están, su mayor tentación. Sus magníficas piernas. Tan blancas, tan perfectas, tan torneadas. Minho besa cada una, muerde dejando marcas en su piel y lame como si no hubiera mañana.


 


Es mejor cuando se enredan en su cadera. Cuando lo apresan mientras entra en él y grita su nombre.


 


Ama la sensación de sus piernas enredadas en su cuerpo. Y las toca y recorre mientras el clímax lo alcanza.


 


Las piernas de Kibum caen a los lados. Su rostro sonrojado y bañado en finas gotas de sudor. Minho las coloca de nuevo contra sus caderas y levanta a Kibum con él.


 


Sí, definitivamente las piernas de Kibum son las mejores.


 


 



  1. Condón.


 


Con pasos torpes entran en la habitación. Kibum nunca lo ha hecho. Nunca ha llevado a un desconocido a su casa, ni la ropa ha desaparecido tan rápido como ahora.


 


Sólo sabe su nombre. Es Minho, y cuando Kibum lo escuchó hablar, sintió la erección crecer en sus pantalones.


 


Es nuevo en eso. Kibum no es de los que va a lugares nocturnos y lleva a casa al primer hombre que se encuentra, pero hay algo en Minho. Hay algo en sus ojos grandes y brillantes. En su boca tentadora y en su cuerpo perfecto.


 


Decide que Minho tiene uno de los mejores cuerpos que ha visto. No es tan musculoso como el último de sus novios, pero es delgado y con las medidas perfectas. Decide también que le gusta tocar el cuerpo de ese desconocido y que le encanta sentir su erección contra la suya.


 


Caen en la cama y Minho besa sus labios de una forma desesperada. Es rápida la manera en sus manos trabajan y sus cuerpos sudan. Minho trabaja con sus dedos en su entrada y él se arquea en la cama.


 


Lo siente moverse, y lo escucha maldecir.


 


—Mierda. —Su cabeza cae contra su cuello. —¿Tienes un condón?


 


Kibum se regaña cuando la pregunta escapa de la boca de Minho. Es la primera vez que se le olvida la protección. Se regaña otra vez mientras estira la mano para buscar en la mesita de noche.


 


Dios, estuvo a punto de olvidar el condón.


 


Observa a Minho enfundárselo. Y Kibum siente deseos de no tener el condón entre ellos. Es incómodo y sabe que no es igual, pero su salud es primero.


 


Cuando Minho entra en él y siente cada parte de su anatomía dentro de él, decide que tal vez, si Minho y él son compatibles, dentro de un tiempo, el condón pueda desparecer. Porque, definitivamente, le gustaría sentirlo de una manera diferente dentro de él.


 


 



  1. Miembro.


 


Kibum es el peor, lo sabe. Es nuevo, es primerizo, pero quiere hacerlo. Necesita hacerlo.


 


No es la primera vez que él está con Choi Minho. El sexo en su relación con Minho avanza a pasos agigantados, pero hay algo que Kibum no ha hecho.


 


Y quiere hacer.


 


Minho está ahí, desnudo en toda su gloria y sus ojos acariciándole. Kibum muerde sus labios, mientras se inclina y después muerde los labios de su novio. Ama hacerlo, porque la boca esponjosa de Minho se hizo para ser mordida.


 


Kibum entonces baja, y recorre con su lengua el abdomen de Minho y entonces llega hasta ahí. El miembro de Minho, largo y erecto. Kibum humedece sus labios y encuentra la mirada de su novio.


 


—No tienes por qué hacerlo, Kibum.


 


Pero quiere hacerlo. Y lo hace.


 


La erección pesa contra su lengua, pero a Kibum no le importa. No es bueno y es su primera vez, pero no le importa. Recorre con la lengua toda la extensión y deja a sus dientes arañar lo más suave que puede.


 


Entonces lo escucha. Minho gime su nombre y lo toma por el cabello y ya no le importa nada más. Quiere a Minho en su boca y gritando su nombre.


 


 


 



  1. Orgasmo.


 


Kibum grita mientras golpea contra él. Las manos de Minho no pueden detenerse en un solo lugar, necesita recorrer cada parte de su novio. Necesita sentir su piel contra sus dedos, necesita verlo retorcerse en la cama y verlo morder sus magníficos labios.


 


Lo siente. Minho sabe que se aproxima. El orgasmo lo está alcanzando, llamando, y Minho quiere que dure para siempre. Pero también quiere que llegue. Necesita llegar a ese mundo maravilloso y experimentar el placer una vez más con Kibum.


 


Kibum lo hace primero. Bajo de él, Kibum muerde su hombro, araña su espalda y grita su nombre. Minho cree que ver a Kibum poseído por el orgasmo, puede hacer estragos con él.


 


Lo hace siempre. Se tensa, su cuerpo se mueve y explota dentro de él de la más forma más placentera.


 


Se desliza en el mundo del éxtasis y grita el nombre de Kibum, y gemidos escapan segundos después de su boca.


 


Y es maravilloso. El paraíso. Todo de lleno en ese pequeño momento.


 


Kibum sonríe cuando sus miradas se encuentran de nuevo y lo atrae a él para besarlo. Es suave. Sus labios son dulces y deliciosos y le murmura un ‘eso fue maravilloso, Minho’ mientras se deja caer en sus brazos.


 


Y Minho no puede dejar de sonreír mientras acepta que fue demasiado maravilloso. Estar con Kibum siempre lo es.


 


 


 



  1. Lengua.


 


Minho jadea bajo Kibum. Sabe que le gusta, sabe que a Kibum le gusta jugar con su paciencia. Minho lo toma por el cabello y lo lleva hasta su boca.


 


Ama a Kibum con toda el alma, pero justo en ese momento, quiere que Kibum deje de jugar con su paciencia.


 


—Detente, Bum. —Murmura, mientras sus labios muerden aquí y allá. —Podrás arrepentirte.


 


Kibum sonríe contra su boca y muerde una vez más, antes de bajar un poco más. Y ahí está.


 


La lengua de Kibum entre en su visión y ataca sus pezones. Jadea de nuevo y toma el cabello de su novio. Lo escucha reír y después encuentra su mirada.


 


—¿Por qué?—Sus labios se fruncen y se ve tan exquisito en ese momento, que Minho quiere tirarle a la cama y no dejarlo ir toda la noche. —Sí estoy  disfrutando mucho.


 


Kibum le sonríe una vez más y Minho abre la boca. Sus palabras mueren a la mitad del camino cuando la lengua de Kibum recorre su hombría. Gime y mueve las caderas y decide dejar que Kibum juegue un poco más. Después de todo, él también está disfrutando con esa lengua.


 


 


 



  1. Erección.


 


 


Minho no puede evitarlo. Si Kibum decide salir de casa con pantalones ceñidos y camisas holgadas, él tendrá una erección.


 


Kibum se pasea de un lado a otro en la habitación, mientras se cambia de pantalones frente a él. Minho ve sus piernas, largas y blancas, perfectas. Y siente que los pantalones comienzan a apretarle un poco más.


 


Es el turno de la camisa salir. Kibum frunce el ceño mientras lanza camisas hacia la cama. A Minho no le importa el desorden que está haciendo en ese momento, no si Kibum decide solo pasearse en ropa interior en la habitación.


 


Minho no puede soportarlo más. Se acerca a él, abrazándolo por detrás. Enreda sus brazos en su cintura y esconde el rostro en su cuello. Kibum suspira, un gemido escapa de sus labios cuando él decide pasar la lengua detrás de la oreja.


 


—Minho. —Su voz sale entrecortada y suave. —No ahora. Tengo que buscar mi ropa.


 


—No iremos a ningún lado.


 


—¿Por qué? —Pregunta, pero no se escucha molesto. Mueve las caderas y Minho no sabe si esta consiente de lo que esta haciendo. —Prometimos encontrarnos con los chicos.


 


—No podemos. —Minho mueva las caderas también, golpeando su erección contra el trasero de Kibum. —Mira lo que has logrado.


 


Escucha la risa de Kibum, mientras gira en sus brazos. Los ojos de Kibum brillan y muerde su labio inferior, mientras su mano escapa hasta su erección. De sus labios escapa un jadeo, cuando las manos de Kibum se ciñen a él.


 


—Tenemos un gran problema. —Kibum susurra cerca de sus labios. —Llamaré a los chicos, les diré que surgió un imprevisto. —Muerde su labio, y deja después un beso. —Tenemos que arreglar este problema pronto.


 


Kibum camina, dejando atrás la ropa interior y Minho no puede esperar a que haga esa llamada.


 


 


 



  1. Susurro.


 


 


Ninguno sabe cómo llegaron a ese lugar. Ni mucho menos cómo terminaron semi-desnudos en el baño de Taemin.


 


Lo que había sido una pequeña cena entre ellos, terminó en otra cosa, pero a Kibum no le puede importar menos.


 


Los besos de Minho son cariñosos, pero tienen también la desesperación en ellos. Como si quisiera fundirse en sus labios, como si quisiera llevarse su esencia por siempre. Kibum lo ama un poco más, y no le importa estar ahí en el baño y besándose con cada segundo.


 


—Más, Minho. —No hay más que susurros en el baño, nada más que voces suaves y gemidos callados. No importa, decide otra vez, no si Minho le besa de esa manera y le toca como si pudiera romperse.


 


Minho gime suavemente en su oído, entra de nuevo en él y muerde su hombro un poco fuerte.


 


Kibum quiere gritar, quiere jadear el nombre de Minho y pedir más y más. Pero no pueden porque están en el baño, porque Jinki y Taemin están cenando ahí, porque Jonghyun tiene a su novia de invitada. Porque no es su casa y no es su habitación.


 


—Casi. —Minho susurra. —Un poco más.


 


Son susurros torpes y desordenados, pero cuando Minho deja escapar su nombre todo está bien.


 


Lo siente tensarse, y lo ve cerrar los ojos. Minho es la cosa más hermosa cuando el orgasmo lo alcanza. Cierra los ojos también cuando el orgasmo lo atrapa y muerde el hombro de Minho, dejando la marca en su lugar favorito.


 


Sus respiraciones son entrecortadas y la cabeza de Minho cae contra su hombro. Los labios de Minho besan su cuello y lo sostiene más fuerte contra él.


 


—Me deje llevar. —Él susurra. —Lo siento, Bum.


 


—Está bien. —Enreda sus dedos en el cabello de Minho y besa su frente suavemente. —No puedo decir que no me ha gustado.


 


 


 



  1. Gemir.


 


Si hay algo que Choi Minho ama, es sin duda, los sonidos que escapan de los labios de Kibum. La manera en que muerde sus labios y entrecierra los ojos es perfecta, pero cuando Kibum abre la boca y deja escapar esos sonidos, Minho cree que puede tener una erección.


 


Son mejores cuando Kibum está sobre él, moviéndose sobre su cuerpo, jadeando por más y tocándose el cuerpo. Minho siente que no puede más, la forma en que Kibum se mueve sobre su erección, la manera en que lo toma, pero sobre todo la manera en que gime su nombre.


 


Minho ama esos momentos. Está demasiado agradecido de ellos siendo adultos con una casa propia. Así Kibum puede gemir todo lo que quiera y él estará más que contento con eso.


 


Puede predecir el momento en que Kibum gritara su nombre y el jadeo se escuchara más fuerte. Sus palmas caen contra su pecho y Kibum se moverá más rápido. Minho tomará sus caderas y se moverá dentro de él de la manera más placentera.


 


—¡Minho! —Llega, Kibum grita, jadea, gime y se desploma encima de él, mientras él es arrastrado hasta el orgasmo.


 


El cuerpo de Kibum sube y baja encima de él y respira entrecortadamente, y los jadeos que escapan de sus labios, hace que quiera repetir todo de nuevo.


 

Notas finales:

¡Nos leemos pronto!


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