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A story almost otherworldly. (Original) por Kimi---chan

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Notas del fanfic:

Hola a todos. lo sé, lo sé. Aún no termino mi fanfic de "Las 15 cosas que amo de ti" y ya ando publicando otro fanfic, eso es poco profesional para mi. Pero esto es una excepción por 2 cosas. 

Este fanfic NO ES MIO, repito, NO ES MIO. Yo no le escribí y la idea original no es mia. Este fanfic es de mi mejor amiga, a ella le fascina escribir, pero …. le da un poco de vergüenza publicar sus fanfics en páginas como esta o en fanfiction.net. Por eso le estoy haciendo este graaaan favor de subir su fanfic aquí, porque esta historia me gusta mucho. Supongo que a ustedes también les gustará c: 

Y la otra cosa es que ella me pidió que corrigiera sus errores ortográficos y bueno, aquí corrigiendo, hehehe. 

Bueno parad ya, porque si no leerán más esto que el fanfic, no los aburro más. 

 

Notas del capitulo:

*Los personajes de Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica no me pertenecen, si no a Shungiku Nakamura.

 

¡ENJOI!♥

 

Acto 1. Introducción de una historia. Takano Mei.

"Porque no en todas las historias después de tener un bebé hay felicidad y el camino es rosa..."

 

- ¡Mei, levantarte ahora mismo! - Se escuchó la voz de un hombre en una habitación, trantando de despertar a una niña que se acurrucaba entre sus sabanas.

 

- Pero papaaaá, cinco minutos más. - pidió una pequeña niña, no más de unos 6 o 7 años de edad. Su cabello era un azabache muy brillante, largo hasta los hombros, con varios flequillos en su rostro, pero eso no impedía que los hermosos ojos de la niña se vieran. Sus ojos eran un hermoso color verde esmeralda brillantes. En ellos se podían apreciar toda la inocencia de la niña. Su piel era pálida, pero tanto como su padre.

- Nada de cinco minutos ¿Qué diría Ritsu si estuviera aquí? - Se sentó el hombre en la cama de su hija, juntando sus brazos espérando la respuesta de la niña.

- Que eres un amargado. - La pequeña respondió infló sus mejillas.

- Aggrh, es imposible hablar contigo. - El hombre acarició los cabellos de su hija mientras se paraba de la cama para salir de la habitación. - Te quiero en la cocina en 3 minutos, tu desayuno se enfriará.

Y sin más el hombre de cabellos azabaches salió de la habitación de su hija. La pequeña suspiró y se tiró en su cama.

- Mamá... ¿cuándo volverás al lado de papá de nuevo?

 

Mi nombre es Mei, Takano Mei. Apenas tengo 7 años de edad. Mi papá es Takano Masamune y mi "mamá" es Onodera Ritsu. A mamá al principio no le gustó que le dijera así, pero con el tiempo se acostumbró. Ahora dice amar que le diga mamá. La verdad no le entiendo mucho.

A veces vivo con mamá y a veces con papá. A pesar de ser mis padres ellos no viven juntos, y eso me pone algo triste. Recuerdo que cuando era más pequeña, solía escuchar algunos gritos de ambos. Papi y mami peleaban, eso era más que claro. Pero a pesar de eso, cuando yo estaba presente ellos me sonreían, me abrazaban y me mimaban.

Cuando lloraba por las noches por una pesadilla era papá que se levantaba a consolarme y a buscar los monstruos que estaban en mi cuarto, él se quedaba en mi cuarto hasta que me quedara dormida, mientras me leía un cuento con una sonrisa en su rostro. Cuando era mamá quién me buscaba, era él quién me cargaba a la habitación donde dormían ambos y me acostaba al medio de ambos.

Después de salir de la escuela, eran ambos los que me esperaban fuera de la escuela, con una sonrisa en sus hermosos rostros, sí mis padres, son hermosos.

O cuando íbamos al parque de diversiones ambos iban. A todas las cosas de las que yo estuviera involucrada, ambos lo hacían con una sonrisa en sus rostros como si no hubiese problema alguno.

Por eso, y todo lo que han hecho por mi, para mi, Masamune y Ritsu son los mejores padres de todo el mundo.

 

La pequeña bajaba por las escaleras, tallaba sus ojitos y bostezó. El sueño aún estaba presente en ella. Siguió caminando, hasta que de la nada no sintió el piso y por debajo de sus brazos sintió unas grandes manos. Masamune Levantó a su hija y la miró con una tierna sonrisa en su rostro. 

- Olvidé decirlo - bajó a la niña pero se puso en cuclillas.- Buenos días, mi querida pequeña.- Masamune besó a la pequeña en su frente y acarició sus cabellos.

La pequeña rió ante aquél acto de su padre.- Buenos días, papi.- Sonrió la pequeña, devolviéndole la sonrisa a su padre.

Tanto padre como hija caminaron hasta la cocina. Mei se sentó en la mesa esperando a que Masamune le sirviera el desayuno.

- Te hice jugo de naranja, huevos estrellados para que lo combines con el pan si quieres. También hice panqueques. - Habló Masamune mientras ponía todo lo dicho en la mesa para poder desayunar.

- ¡Se ve delicioso~! - Mei se relamió los labios observando el desayuno de su padre.

- Se ve y es delicioso.- Sonrió el mayor observando como la pequeña veía su desayuno. - ¡Oh, también hice un poco de carne! - Eso fue la gota que rebalsó el vaso para que su hija pensara.. "¡el desayuno perfecto!" a su manera.

Y por último, Takano puso dos platos de carnes en la mesa y se sentó al frente de su hija para poder desayunar.

_ *¡Ittadakimasu!~~ - Ambos agradecieron sus alimentos y empezaron a comer.

Papá Masamune y Mamá Ritsu no viven juntos, cosa que me ponía muy triste. Papá y mamá dejaron de vivir juntos cuando yo sólo tenía 4 años. Recuerdo ese día, a pesar de mi corta edad lo recuerdo. Masamune y Ritsu me dijeron que ya no podían vivir en la misma casa. Ritsu era quién se mudaría de casa. Ambos me preguntaron con quién quería vivir cuando Ritsu se mudaría por completo. Yo sólo pude decir que quería vivir con ambos, que Ritsu y Masamune se quedaran en la misma casa... sin embargo... Ritsu tuvo que mudarse de casa. Para mi era muy difícil de entender la situación. Sólo supe que papá y mamá ya no se querían...

Me negué a quedarme con uno de ellos. Y después de pensarlo, ambos llegaron a la conclusión de que tres días me quedara un uno y tres días con otro... Habían días de que Papá se quedaba a dormir al departamento de mamá, claro, mamá lo echaba al sillón.

Sé que soy sólo una niña inexperta en este mundo, que no tengo taaaaantos años como papá o mamá como saber cuidarme por mí misma, ni saber que paso dar sin saber que caeré. Pero estoy al 100% segura de que mamá ama a papá como papá ama a mamá. Por eso es mi misión juntarlos nuevamente, quiero que mamá vuelva con papá, que deje ese departamento y vuelva a su verdadera casa y sobre todo... que deje de besar a su novio, cuando ama a papá.

La pequeña Mei terminó sus alimentos rápidamente. A pesar de haber comido ayer despertó con un hambre feróz.

- Vaya, alguien moría de hambre.- rió Masamune al ver los platos vacíos de su hija.

- *Gochisousama... Todo estuvo delicioso, paaapi.- sonrió Mei. - Será mejor de que me vaya a vestir. ¡ya quiero ver a mamá!

- Bien, entonces ve a darte una ducha para luego vestirte, ¿bien?

- ¡Síp! - y de un abrir y cerrar de ojos Mei fue corriendo a su habitación.

Mientras que Masamune empezó a despejar la mesa y lavar los trastes sucios. Cinco minutos después escuchó el calefón prenderse, señal de que su hija se estaba duchando. Cerró la llave del lava platos y se secó las manos. Caminó hasta la sala de estar y busco su celular para hacer una llamada.

Buscó por los contactos de su telefono hasta encontrar su nombre "Ritsu". Marcó la opción aceptar, segundos después escuchó el típico sonido esperando a que le atendieran, cosa que fue rápidamente.

- ¿Aló?

- Aló, ¿Ritsu?

- Ah, Masamune. Buenos días.- saludó Ritsu desde el otro lado de la línea.

Masamune guardó silencio, recordando cuando le pidió a Ritsu que lo llamara por su nombre y no por su apellido. Cerró sus ojos con suavidad al recordar aquél día...

 

-Flash Back-

 

Ritsu estaba sentado en el sillón de su casa mientras que Masamune acariciaba con suavidad y con amor el ya notorio vientre de 5 meses del castaño. Sonrió con emoción al sentir una leve patadita de su pequeño hijo o hija a quien esperaba con un gran anhelo.

- Es muy inquieto cuando tú estás cerca, ¿sabes? -Le dijo Ritsu con una pequeña sonrisa y sus mejillas sonrojadas a más no poder.

 - ¡Wooh! ¡¿En serio?! -Preguntó con una gran felicidad Masamune. Sus mejillas estaban levemente sonrojadas y sus ojos brllaban.

- ¡Síp! -Ritsu sonrió más abiertamente.- Takano-san, ¿sabes?

- ¿Takano-san?... -Masamune frunció levemente su ceño.

- ¿Eh? ¿dije algo malo? -Ritsu parpadeó extrañado por la actitud del mayor.

- No, pero... ¿sabes? Ya somos parejas, vamos a tener a un hijo y quizaaaás y es muy probable que sí, nos casemos, ¿y tú aún me llamas por mi apellido?

- ¡¿Ca-ca-ca-casarnos?! oye yo..

- No me cambies el tema, Ritsu.

- Veras.. eso es... ¡Es muy vergonzoso llamarte por tu nombre!

- Claro que no, inténtalo. ¿No crees que sería extraño para nuestro hijo que su mami llame a su papi por su apellido yno por su nombre de pila, uh?

- ¿A quién demonios le dices 'mami', Takano?

- Serás una mami muy lindo y además... -Se detuvo al darse cuenta que Ritsu, nuevamente, le cambió el tema.- ¡Ritsu!, ¡deja de cambiarme el tema y llámame por mi nombre

- Yo... yo... es que yo.. sabes ahhm... - el pobre castaño tartamudeaba mientras veía como su pareja le veía.

Takano se acercó a Ritsu y posó una mano en su mejilla y fue bajándola hasta llegar a los labios del menor. El dedo pulgar se posó en el mentón de Ritsu y susurró levemente.

 - Vamos, repite conmigo. Ma~sa~mu~ne~

Ritsu tragó saliva, Masamune después de todo tenia razón, tenía que llamarlo por su nombre. Tragó aire...

 - Ma...

- Masa...

- Masamu...

- Masamune...

- Masamun... Masamu.. Masa Masa Masa ¡Arrgh no puedo!

- ¡Sí puedes! ¡eres el gran Onodera Ritsu! vamos o eres tan inútil que ni siquiera puedes decir mi nombre, ¿eh?

Ya estaba hecho, Takano había tocado un punto de Ritsu que nadie debía tocar...

- ¿Qué demonios te crees, maldito?, ¿yo?, ¿Inútil? ¡JÁH! Yo puedo ser más útil que tú y todos los jodidos empleados de la oficina, estúpido Masamune. ¿Quién te crees, eh?

- Bueno, al menos dijiste mi nombre.- Sonrió Masamune. Acarició los cabellos del casteño suavemente mientras soltaba una leve risita.- Ritsu.

- Yo ahh ehh, es que yo ahm... - Ritsu estaba al rojo a más no poder. Pero ante todo sonrió con ternura.- Ma~sa~mu~ne. Te amo... 

-End flash back-

 

- Masaaamuneee~ Oye, Masamune, ¿estás? 

Masamune se había perdido en sus pensamientos por unos segundos, hasta que reaccionó.

- Perdón, me perdí en mis pensamientos.- se disculpó.- Te llamé para avisarte que iré a dejarte a Mei a tu casa.

- Ah~ claro, no hay problema, pero ¿tan temprano?, ¿no quieres estar más ratito con ella? - preguntó el castaño.

- Me encantaria la verdad, pero tengo trabajo. Aún estoy a mitad del ciclo y bueno, ya sabes hump. - soltó una risita.

- Oh claro, entonces no hay problema. Los espero.

- Está bien, Adiós.

- Adiós.- Y sin más, se escuchó el tono de termino de llamada.

Takano suspiró y tiró su celular a uno de los sillones de su casa. Caminó por los pasillos hasta terminar en las escaleras.

- ¡Mei, apresúrate! - le gritó desde el primer piso.

- ¡Ya voooooooooy ~! - fue la respuesta de su hija, a pesar de que aún se seguía escuchando el calefon prendido y el agua correr.

Takano en ese tiempo aprovechó de arreglar la mochila con la ropa de la pequeña y algunas de sus cosas. Cuando terminó le puso ropa limpia en la cama de su hija para cuando terminara se cambiara de ropita. Salió del cuarto de su pequeña y tocó la puerta del baño.

- Vamos hija, apresúrate. Luego tendrás tiempo para hacer peinados raros con el shampoo.

- ¿Cómo supiste que estaba haciendo peinados raros? - la voz de su hija sonó levemente sorprendida mientras que Takano rió.

- Te conozco desde que eras una pequeña hormiga, mi pequeña glotoncita.

- Oyee~ jaja, ya termino, ya termino. 

- Está bien. - fue la simple respuesta de la pequeña.

Takano caminó por los pasillos del segundo piso y se adentró a su habitación para cambiarse. Se quitó la camiseta de dormir y se puso una camisa simple. Caminó hasta su cómoda y abrió el primer cajón, buscando unas calcetas. Se sorprendió al ver un par de calcetas color rosa pálido. Rió por sus adentros al ver lo pequeño que era el pie de su querida hija.

Le hizo recordar cuando apenas era una bebita, una pequeña bebita. Apenas tenía sus lindos cabellos en su cabeza, sus ojos brillaban con mucha intensidad, al igual que ahora. Sus pequeñas manitos que cuando Takano la cargaba entre sus brazos le acariciaba su pálida piel del rostro, con una sonrisa, y claro, como todo bebé, también le jalaba el cabello. Y sus pies, sus pequeños piecitos, Takano le había comprado muuuuchas calcetas, pues al ser una bebita nunca debía estar desabrigada. Las calcetas de Mei eran muy pequeñas, cosa que cuando Takano las compró por primera vez rió de la ternura.

Estaba tan profundo en sus pensamientos que no sintió cuando el calefón se había apagado y afuera de su habitación se escuchaba los pasos de Mei entrando a su habitación, cerrando la puerta.

Takano parpadeó varias veces regresando al mundo real. Movió su cabeza suavemente de un lado para otro y buscó unas calcetas. Cuando encontró un par cerró el cajón de la cómoda y se sentó en su cama. Se puso las calcetas seguido de las pantuflas para andar en casa y salió de su habitación.

Golpeó la puerta de al lado de su habitación, la habitación de Mei diciéndole.

- Cuando termines de vestirte bajas al primer piso para poder peinarte.

- Claro.~ - respondió.

Y sin más, Takano bajó las escaleras, no sin antes pasar por el baño a buscar un cepillo para así poder cepillar el lacio cabello de su hija. Tres minutos después su hija bajó y le sonrió a su padre. Éste le devolvió el gesto. Mei se sentó en el sillón y Takano acarició sus cabellos para después empezar a peinar a la pequeña.

- ¿Cómo quiere el cabello mi monstruito? - preguntó entre risas Takano mientras peinaba a su hija.

- Lo quiero suelto.- contestó la pequeña con una sonrisa mientras movía sus piernas.

- Cómo quieras. Después Ritsu te hará dos coletas.

Y así Takano peinó el cabello de su hija, hasta que nada quedaba enredado. El cabello de Mei crecía rápidamente por lo que cada año Takano o Ritsu la mandaban a cortárselo. Una vez ya peinada Takano le puso un centillo color rosa.

Mei corrió a verse a un espejo y sonrió. Volvió con su padre y le sonrió con una sonrisa de gato*.

- ¿Nos vamos, papi?

- Sep, vamos.

Cuando ya estaba todo listo. Takano cogió a su hija de la mano y caminaron por el patio de su casa. Takano encendió su auto y abrió la puerta de los asientos traseros de ésta para que acomodar a su hija en el asiento. Le abrochó el cinturón de seguridad y cerró la puerta. Se encaminó al otro extremo del auto y abrió la puerta del lado del piloto. Se sentó y se abrochó el cinturón de seguridad. Puso la llave y echo a andar el auto.

El camino del apartamento de Ritsu y la casa de Takano en auto eran mas o menos 30 minutos. Cosa que para la pequeña Mei eso era algo interminable. Así que se dedicó a ver por la ventana del auto mientras leía un cuento.

Al llegar a las afueras del departamento Takano se estacionó en el estacionamiento de visitas. Su hija abrió la puerta y Takano sacaba las llaves de su auto, después cerró la puerta y le puso el seguro. Entraron por la puerta principal, saludando a la guardia quién con una sonrisa les abrió la puerta y acarició los cabellos de la pequeña.

- Buenos días Mei-chan. Buenos días Takano-san. - Era una mujer no más de 50 años

- Kana-saaaan. Buenos días.- Saludó con una gran sonrisa Mei.

- Buenos días, Kana-san.- Saludó también Masamune con una sonrisa.

- ¿Mamá está en casa? - preguntó Mei a Kana.

- Uhm, Ritsu-san no lo vi salir, así que deduzco que sí. ¿Quieres que le llame por el citófono para decirle que están aquí? - Preguntó Kana.

- Por favor Kana-san.

Kana le sonrió y cogió el citófono. Marcó el número 208 de los departamentos y segundo después habló. - ¿Onodera-san? Muy buenos días. Lamento molestarlos pero su hija y Takano-san ya están aquí... claro... que tenga un buen día.- y colgó.

- Listop, Ritsu los está esperando, que tengan un buen día.

- Muchas gracias e igualmente, Kana-san.- dijeron al uniono padre e hija y se adentraron a los apartamentos. Takano le tomó la mano a su pequeña adoración Tomaron el ascensor y apretaron el piso 2, cual no tardó nada en llegar al piso.

Caminaron por los cortos pasillos. Mei se soltó de la mano de Masamune y corrió a la puerta de la cual era de Ritsu. A llegar Mei se puso de puntitas y tocó el timbre del apartamento de Ritsu. 1 minuto después se escuchó los pasos de alguien corriendo por el genkan del departamento y la puerta se abrió mostrando a Ritsu con una sonrisa para recibir a su pequeña hija.

- ¡Maaaami! - Mei se tiró en los brazos de Ritsu abrazándolo por el cuello. - ¡Bueenos díaaas! - Le regaló una sonrisa.

- Buenos días, mi pequeña~ - Sonrió un sonrojado Ritsu y le dio un beso en su frente. Sin soltar a su hija se dirigió a Takano.- Buenos días, Masamune. ¿Gustas pasar un rato?

Aún sonriendo, Ritsu invitó a pasar a Masamune, quién fue su pareja.

- Buenos días, Ritsu.-Le sonrió la sonrisa Masamune mientras pasaba al departamento del menor.- Claro, por qué no.- se quitó los zapatos en el genkan para poder pasar a la casa de menor.

- ¿Te portaste bien con papá, Mei? - preguntó Ritsu sentando a la pequeña en un sillón de su apartamento.

- ¡claaaro que sí! 

- Qué bien. ¿Te gustaría ir al parque después? - Preguntó Ritsu con un sonrisa.

- ¿Y pasaremos por helado de chocolate y fresa? - preguntó con entusiasmo la niña tirandose nuevamente en los brazos de su "madre".

- Y pasaremos por helado de chocolate y fresa. - Respondió Ritsu con suavidad, volteó a ver al mayor quién con una sonrisa veía la escena de "madre" e hija.- ¿Te gustaría ir, Masamune?

Masamune siguió sonriendo y negó con su cabeza.- Lo siento, tengo trabajo qué hacer.

Mei puso una carita de cachorro y miró a Masamune con lagrimas en sus ojitos.

- Pero paaapaaaá~ ¡sólo será por un helaaaadito!

Masamune y Ritsu rieron ante el tono de voz de su querida hija. Takano se acercó a ella y le palmeó su cabecita suavemente. -Tranquila mi hija, te prometo que muy pronto, tú, Ritsu y yo iremos por un helado.

La pequeña hizo sonidos con su nariz y miró a Masamaune.- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo, mi niña.

- ¡¿Por la garrita?! - Se apresuró a decir Mei poniendo su garrita. Takano rió levemente.

- Por la garrita. -Y ambos, padre e hija juntaron sus dedos meñiques con la promesa de que muy pronto los tres, Mei, Ritsu y Masamune irían por un helado.

 Mei y Masamune miraron a Ritsu y éste con sus ojos un poco abiertos pero con su sonrisa intacta suspiró.

- Claro, por la garrita, jeje.- Y Ritsu unió su meñique con el de su hija y con el que alguna vez fue su pareja.

 

Con sólo ver las miradas de papá y mamá siento que ellos se aman en verdad, entonces, ¿por qué no están juntos? así como antes... Mami~ yo sé que tú amas a papá a pesar de todo...

 

Final del acto 1. ♥

Notas finales:

*Itadakimasu: Se usa antes de comer los alimentos, quiere decir "Gracias por los alimentos".

*Gochisousama: No, no es el manga Yaoi que algunas conocen, jaja. "Gochisousama" se dice después de comer sus alimentos que quiere decir algo como: "¡Qué rico estaba todo!" 

*Cuando el narrador quiere decir "sonrisa de gato" la cual puso Mei, es esta ":3" como no está permitido poner caras en los fanfics, y tambipen porque a ambas no nos gusta puse el asterisco c:

 

Antes de que terminen de leerles dejo con la autora de este fanfic, mi querida amiga, Carolina♥

-- Carolina: Hola hola jeje, espero que les haya gustado el capitulo (': muchas gracias a mi amiga por subir este fanfic en Amor Yaoi y MundoYaoi, yo no podría, soy muy miedosa y esas cosas.. jeje.. bueno, ¿qué les pareció? ¿quieren conti? :3 y sobre todo... ¿qué pasó entre Takano y Onodera como para que se separaran? y más aún... ¿´Por qué Ritsu tiene pareja, ¿quién será aquel novio?

Lo podrán descubrir en los siguientes capitulos. Nos leemos♥♥♥♥!

 

PD: Kimi me dice que a Mei le acarician mucho el cabello, pero es que es una niña muuuy adorable♥ xddd


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