Sus pensamientos estaban en otra parte, había sido sin duda el día más largo de su vida, no había podido hacer algo bien en su trabajo. Onodera se levantó de su escritorio y camino con desanimo hacia el elevador, al entrar choco con una persona, haciendo que sus cosas cayeran al piso.
—Lo siento— Se disculpo y sus ojos encontraron un rostro familiar —¡Kisa! ¿Tu aquí?
—ee…Hola Onodera, no pienses que estoy espiándote, después de todo yo ni siquiera quería vivir con ustedes, solo trato de ayudar a mi padre.
—¿Entonces?
—Yo trabajo aquí…En Marukawa
—Pero…trabajo aquí hace 2 meses y no te había visto
—Trabajo en la revista Emerald…soy editor en manga Shoujo
—Ya veo…Yo trabajo como editor en literatura, me integre a las filas de Marukawa cuando…— De pronto enmudeció y bajo la mirada
—No tienes que decirlo, yo lo se
—Lo siento, a veces me pregunto ¿Por qué no estaba ahí cuando mi padre murió?
—Ricchan…¿Te gustaría ir a beber algo?
—Kisa, si no te molesta podríamos dejarlo para otro día..Estoy algo cansado
Ambos salieron juntos de la editorial, tomaron el tren y caminaron juntos hasta la casa, las calles eran iluminadas casi solo por la luz de la luna, todo estaba ya muy solitario, tan pronto dieron vuelta en la calle, Onodera quedo paralizado ante una imagen que le resultaba realmente molesta ¿En verdad era molesto? O más bien ¿Era doloroso?
—Ricchan…¿Esta todo bien? —Kisa lo miro, la extraña manera en que su cuerpo no se movía, y su mirada quedaba paralizado mirando a Takano mientras conversaba con una hermosa joven justo frente a la puerta de su casa. Sonreía y de pronto esa chica lo beso en la mejilla.
—¡Richan! ¿Qué pasa?
—No es nada— Respondió molesto luchando por mostrar una nueva expresión “Ese Idiota…No ha cambiado ni un poco…Esta mañana él hizo eso y ahí está de lo más feliz con esa chica…Como lo odio…Ya veo debe divertirse con una mujer y otra, justo como lo hacía antes.
—¡Oh! Ya veo que llegamos juntos, déjenme presentarles a…—
—No me interesa— El castaño ni siquiera se detuvo para saludar a la joven que estaba con Takano, siguió caminando y entró en la casa.
>>> Un mes después…..3 AM <<<
El castaño se encontraba trabajando, había estado un poco distraído últimamente y se había retrasado un en la entrega de su trabajo, justo al día siguiente, tenía algo importante que hacer y hasta esa hora no parecía que terminaría pronto, la luz de su computadora le resultaba algo molesta y comenzaba a dolerle la cabeza, se sentía al punto del colapso cuando llamaron a su puerta.
—¿Puedo pasar?
—“Takano”….No ¡Lárgate!
—De acuerdo— El pelinegro respondió eso, pero entro a la habitación sin autorización
—Te dije que te larga…ras— Quedó sorprendido de ver una charola de comida en las manos de Takano, la puso sobre una pequeña mesa en la habitación y se recostó en la cama del castaño
—¿Qué es esto?
—Comida…creo que es bastante obvio que eso es
—¡Llévatela!....Tu no eres mi empleada
—Olvídate de eso, solo trato de cumplir con las condiciones para obtener la herencia, además has trabajado desde que llegaste, deberías comer algo más aparte de la comida hecha que comes todos los días
—No es algo que te interese— Dio la vuelta a su silla y volvió a trabajar, le resultaba más complicado seguir escribiendo en su computadora ya que sus manos habían comenzado a temblar.
—Bueno veo que estoy siendo un estorbo, dejaré la comida por si te animas a comer
—“No te vayas” “Espera” “Takano yo” ¡Espera Takano! Hay algo que quiero decirte
—¿eh?...¿Qué es?
—“Yo…creo que me gustas…tal vez huí de ti hace 8 años…tal vez…Espera espera Onodera, no puedes decir esas estupideces...”¿Quién es esa chica con la que estabas aquel día?”…..¡TE ODIO! — Su remolino de pensamientos, fue en vano, no pudo decir nada de lo que pensaba y de nuevo esas palabras escaparon de sus labios. Pero esta vez la expresión de Takano no mostraba deseos de seguirle la discusión, por el contrario su rostro mostro mucha seriedad.
—Eso ya lo se. No necesito que lo digas a cada momento— dijo el pelinegro acercándose a la puerta
—¡Espera!...Yo no creo poder seguir con esto, quiero regresar a Inglaterra con mis amigos, extraño mi trabajo allá. Ni siquiera te soporto, no puedo seguir viviendo de esta manera
El rostro de Takano se transformo en uno completamente diferente y lanzó violentamente al castaño sobre la cama, posicionándose sobre él, inmovilizándolo mientras sujetaba sus muñecas.
—Hazlo de una maldita vez, termina de irte ¡Huye de nuevo!…llevamos un mes viviendo juntos y ni siquiera me das los buenos días, te la vives encerrado en tu habitación ¿Cómo se supone que puedas conocerme al menos un poco y que nos llevemos bien?...Eres débil, eres un cobarde que ni siquiera, puede hacer el intento de actuar como un adulto.
—¡Quítate!...Yo soy un adulto, no vengas con tus estúpidos discursos de madurez
—¿Qué es lo que te molesta tanto de mi?....¿Qué fue lo que te hice?
—El otro día tu me besaste ¿Te parece poco?
—Eso fue hace un mes, pero tu me odias desde el primer momento en que me viste…¡Dime! ¿Por qué me odias?...Al menos así entenderé un poco. Jamás intenté quitarte tu lugar frente a tus padres, siempre intente que fuéramos amigos, siempre hacía algo para agradarte
—Yo te odio porque….— Intento decir algo pero Takano acercó su rostro, quedando unidos por la frente, respirando casi al mismo ritmo, sorprendiéndose con el sonrojo del castaño
—Dime mirándome a los ojos, ¿porque me odias tanto? ¡Responde!
—Takano yo….
De nuevo esa mirada, los ojos de Takano lo cautivaban una vez más, como impulso el castaño unió sus labios con los del pelinegro sin pensarlo. Los ojos de Takano se abrieron completamente, pero ¿Cómo negarse a esa acción?...Enredo sus dedos en los mechones castaños de Onodera y comenzó a besarlo con más intensidad, se dejaban llevar tal ves era un impulso, pero era claro que ambos lo disfrutaban se robaban por completo el aliento, un poco de saliva resbalaba entre sus labios cada vez que tomaban aire al separar sus labios. Onodera abrió las piernas permitiendo que la cercanía de sus cuerpos fuera aún mayor.
—ah..ah..Takano yo…
—No tienes nada que decir, yo me siento de la misma manera que tu
Nuevamente unieron sus labios, esta vez Takano utilizaba la agilidad de sus manos para acariciar el cuerpo de Ritsu bajo su camisa, sentía como la piel del castaño se erizaba, respiraban más agitados y Takano comenzó a desabotonar su camisa, quería sentir su piel rozando con la de Onodera, pero los dos aún tenían demasiada ropa.
“¿Qué pasa conmigo?..¿Porque no simplemente lo empujo y detengo esto de una vez?...Yo lo odio ¿Cierto? ¿Odio a Takano?” Sus pensamientos, eran confusos pero le era imposible parar, como un tonto, respondía a los besos de Takano una y otra vez, estaba excitado, hacia tanto tiempo que no se sentía de esa manera, tal ves nunca había sentido su corazón latiendo de esa manera. Takano comenzó a lamerlo en el cuello y de pronto unos golpes en la puerta de la habitación los hizo alejarse.
—Ricchan ¿esta todo bien? ¿Puedo pasar?
El castaño volvió a acomodar su ropa tanto como pudo y se puso frente a sus computadora, mientras Takano intento normalizar su respiración sentado en la cama y abotono su camisa a una velocidad impresionante.
—Pasa Kisa
—Onodera yo escuche…— se detuvo mirando a Takano muy extrañado
—¿Qué?...¿Porque me miras de esa manera? — Cuestiono Takano un poco serio
—eee…yo…Son casi las 4 de la mañana ¿Qué hacen despiertos?
—eee…Kisa verás— El nerviosismo era evidente, Onodera ni siquiera podía hablar “ahh..Estoy tan feliz por la interrupción ¿Qué hubiera pasado si Kisa no hubiera llegado” —Takano me trajo algo de comer, pero ya se va
—¿ehhh?
—¡Te vas!
Era bastante claro que Onodera no lo quería ahí, el pelinegro algo molesto, se levantó y salió de la habitación. Volvió a su recamara esperando que Kisa se fuera y volver con el castaño para entender un poco de lo que había sucedido, pero se quedo dormido. En medio de la madrugada, vio la hora, eran ya las 5:15 de la mañana. Aún faltaba para despertar, salió de su cama y fue hasta la puerta de Ritsu, no le importaba despertarlo, realmente quería hablar con él. Al intentar abrir la puerta, noto que tenía llave, Onodera se había encerrado.
El pelinegro se lamento un poco y se recargo en la puerta algo pensativo, mientras acariciaba sus labios reviviendo la sensación de esos besos apasionados.
“¿Qué es lo que me pasa con Onodera? ¿Qué le pasa a él conmigo?...¿Qué fue lo que hacíamos?”
Continuará……