Estaba acostumbrado a pensar en el cada vez que se quedaba solo, esa necesidad exagerada de tenerlo junto a él era descomunal, simplemente al pensarlo se relamía los labios, trataba de no tocarse pero era imposible, cada vez que ese hombre le hacía el amor lo dejaba seseado. Era increíble la intensidad de cómo lo hacía suyo. Se levanta de la cama y sin pensarlo toma lo primero que ve y sale caminando de su templo, mientras baja cada escalón lo piensa y mientras lo piensa se excita, entra al templo pero no logra verlo entre tanta obscuridad, camina sigilosamente hasta entrar a la habitación de aquel caballero ardiente, que hace que el rubio simplemente lo necesite.
Al entrar a la habitación no logra visualizarlo, suspira profundo mientras da media vuelta para irse, pero siente como unos fuertes brazos lo toman de la cintura y lo aplastan contra la pared, mientras unos labios lo devoran con mucha fuerza, el rubio no pone ninguna resistencia, sabe a lo que va al templo de géminis.
Así como esa noche había miles más, experimentando cada día nuevas ideas, nuevas poses, lo más interesante de esto era que nadie de sus parejas lo sabían ni lo imaginaba, Shaka simplemente le gustaba ese éxtasis que le provocaba el geminiano, eso prohibido lo excitaba con lujuria, mientras Saga disfrutaba del rubio que aparentaba ser un muy tranquilo sabiendo que solo él le provocaba ser un desquiciado en el sexo.
El anuncio del patriarca sobre la gran cena en el templo principal hacia que todos los santos de Athena se prepararan para ir. Mientras veía como su hermano menor se alistaba para irse, el lo veía recostado sobre su cama, mientras lo admiraba de pies a cabeza, era como verse en el espejo, sonríe al verlo, mientras mira el techo del templo. Kanon lo ve detenidamente mientras le dice - ¿acaso no iras? Si no vas Athena se molestara contigo – pero a Saga poco le importa lo que su hermano le dice, cierra los ojos y sigue pensando en su igualdad con su hermano, de repente siente como una almohada choca con su rostro, abriendo los ojos de inmediato dirigiéndose a Kanon. - ¿Qué rayos quieres ahora tonto? ¡No iré! y es mi última palabra – el menor se enfurece, pues siempre tiene que disculparse por Saga, sale de la habitación sin decir nada, dejando al geminiano menor en su berrinche.
Saga sabe que encontrara a Shaka en aquel lugar y eso hace que se ponga de pie, mientras sonríe pícaramente, abre su closeth para colocarse lo que sea, se ve un par de veces en el espejo y sale de allí casi corriendo logrando llegar a tiempo, mientras es perseguido por la vista de su hermanito que se alegra de verlo.
El rubio que esta junto a su Aioria, Camus, Milo y Dita. No sabe que hablan, lo que si sabe es que Saga esta en ese lugar puede sentirlo, como si de alguna manera se lo hubiera comunicado. Saga que muy atento se une a la conversación, parándose junto al rubio. Con mucho disimulo pasa la palma de su mano sobre el trasero de Shaka haciendo que este suspire, el león lo escucha y lo abraza mientras sigue hablando. A Saga le encantan los retos, lo prohibido, lo peligroso. Así que se despide mientras va a tomar un par de tragos sin perder de vista al rubio. Agradece que estos momentos no este momento no esté el arquero, pues solo ese hombre lo vuelve tonto con su sola presencia, pero en su ausencia no piensa perderse de la diversión que le da ese rubiecito… se relame los labios como desquiciado, esperando el momento oportuno para atacar y satisfacer su entrepierna que necesita un poco de atención.
Al rubio le encanta la presencia del geminiano, ama demasiado a leo, pero en la cama Saga era una fiera salvaje, nunca creyó amar esa forma de tener sexo, a comparación del león que era tan dulce y tierno, pero tanto dulce lo empalaga. Quiere ver donde esta Saga pero no logra verlo, pareciera que la tierra se lo ha tragado, la desesperación lo mata, logra salir del circulo de conversación el pretexto de ir a traer bebidas, busca a Saga pero no lo encuentra. Sale de aquel lugar, baja algunas escaleras para ver si lo localiza pero no está, vuelve a bajar más escaleras. Suspira profundamente mientras mira el cielo sin luna ni estrellas, está furioso, refunfuñe una y otra vez. Pero Saga que esta tras el suelta una carcajada haciendo que el rubio se estremezca al escucharlo.
Saga sin perder más el tiempo se le tira encima para besarlo, toma la mano del rubio para pasarlo sobre su propia entrepierna. Al sentir Shaka el excitado miembro del geminiano no puede resistirse. Vamos chiquito tomalo con la boca, mientras el rubio automáticamente baja para bajar la bragueta mientras saca ese miembro, lo ve y sin dudarlo lo besa, pequeños besitos desde la punta a la base mientras con su lengua lo lame, Saga lo toma del pelo mientras trata de disfrutarlo. Shaka para de golpe, haciendo que Saga lo observe. – Esto debe de ser pecado, mucha lujuria – el geminiano vuelve a reír como loco – pues me voy contigo al infierno, ahora sigue con esto – lo vuelve a tomar de la cabeza para darle ritmo y hacer que Shaka lo haga como él quiere. Saga lo disfruta tanto que su cabeza se ladea de un lado para el otro, lo toma del pelo haciendo que se levante del jalón – no hagas eso – pero al geminiano no le interesa que opine el rubio, lo toma de la nuca y lo besa, metiendo su lengua desesperadamente. El rubio se queda sin aire, así que logra separarse, no le importa si alguien los descubre, están a pasos que cualquiera los vea, pero no le interesa.
Saga toma su pantalón, bajándolo por completo, allí entre las escaleras, hace que se recueste. El mismo rubio toma los dedos de Saga metiéndolos a su boca, lamiéndolos suavemente, los muerde mientras succiona cada uno de ellos. El geminiano gime con cada dedo que siente esa boca calidad. Sin pensarlo más toma sus dedos y busca su entrada que conoce mejor que el león, introduce dos haciendo que Shaka quiera gritar, pero tapa su boca con sus manos, sintiendo la intromisión brusca.
Quita la camisa casi arrancada sin impórtale como rayos regresara aquel lugar el rubio, muerde sus tetillas haciendo que nuevamente el rubio quiera gritar. – quiero embriagarme de ti – dice Saga mientras saca sus dedos, Shaka sabe lo que sigue asi que se aferra a su espalda, y la intromisión ahora es más fuerte, pues sin pensarlo entra y sin medirlo sale. No quiere grita al sentirlo y para parar sus gritos muerde el hombro del geminiano y por reflejo Saga entra con más fuerza haciendo chocar sus pieles. Cada vez que entra y sale Shaka siente que lo despedaza de placer, esa fricción deliciosa. No logra ver nada, mira borroso, el éxtasis lo envuelve por completo, Saga sabe cómo hacerlo delirar, encuentra ese punto exacto que lo hace enloquecer como nunca. Sabe que no puede gritar y calla como degenerado. Sin pensarlo más, sale del rubio mientras lo toma sin ningún cuidado mientras lo coloca sobre sus rodillas y sobre las palmas de su manos, y asi poderlo penetrar con mas fuerzas, lo toma de la cadera y entra nuevamente, esta vez Shaka tapa su boca como puede, ese poder que ejerce el geminiano sobre él no tiene expresión.
Saga toma el miembro del rubio mientras lo masturba con cada penetración.
No saben cuánto tiempo estuvieron allí, solo saben que la cena seguía y nadie salió por allí, ya cansados, sudando como locos, Saga se coloca su ropa lo más rápido que puede mientras Shaka ve su camisa rota – debiste ser más cuidadoso, ¿ahora qué hare? – Pero al geminiano le da igual y sigue vistiéndose, - ¿Qué voy hacer? – Sigue repitiéndose Shaka, Saga lo ve de reojo y se acerca a su oído – espero se siga repitiendo – mientras se aleja hacia la fiesta.
El rubio decide regresar a su templo y se queda a descansar sin impórtale quien por él. Pasan las noches mientras Saga sentado en una de las rocas cerca del coliseo ve de lejos a su arquero. Baja de inmediato mientras sale corriendo, al llegar cerca lo toma de la cintura mientras lo hace cargado y lo abraza. Aioros no puede creer la actitud de Saga. – Veo que me extrañaste – mientras el geminiano lo baja – más de lo que crees – lo besa sutilmente para luego abrazarlo – no hay nada mejor que tenerte aquí – el arquero le sonríe mientras lo toma de la mano y suben las escaleras hasta sagitario.
Hablan de todo pero el viaje ha cansado demasiado al arquero, se recuestan en la cama, Saga acaricia su cabello mientras queda dormido. Se levanta mientras lo arropa y besa sus labios –buenas noches mi ángel – le susurra y se va. Se aleja dirigiéndose a su templo, pero antes pasa por virgo.
Sin nada de amor, pues ya lo han encontrado, solo es diversión que durara mientras lo disfruten, al aburrirse harán como si nada paso.