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Búsqueda del amor por Por amor al Sasunaru y al Yaoi

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Notas del fanfic:

Este fancfic esta participando en el concurso que se esta llevando acabo en la pagina de facebook

Por amor al Sasunaru y al Yaoi

Notas del capitulo:

Los personajes aqui mencionados pertencen a su dueño Masashi Kisshimoto, así com la historia pertenece a su dueño Angie Flores

 

BÚSQUEDA DEL AMOR.

 

¿Tú crees que exista?- preguntó mientras se acomodaba en las doradas hojas que cubrían el suelo.

-Pues sí, pero quizá esté escondido en algún lugar- respondió con poca emoción imitando lo que hace rato hizo su amigo. Se sentó.

-Busquémoslo- propuso con una de sus radiantes sonrisas.

-Naruto, no podemos. Mañana hay escuela- se excusó con notable molestia acostándose en el pasto, sintiendo a este agitarse sutilmente por la leve intensidad de la brisa otoñal.

-No seas amargado Sasuke, aún hay tiempo- se quejó mientras dirigía sus ojitos azules al cielo que ahora estaba anaranjado por la puesta del sol.

 

El moreno solo gruñó.

 

-El cielo en estos momentos es hermoso ¿no crees?-

-Pues sí-

 

Las mariposas empezaron a volar muy cerca del árbol que los cobijaba y de inmediato se escucharon los clásicos “cric-cric”.

 

Se quedaron en silencio mientras contemplaban el cielo y escuchaban la improvisada música con la que el atardecer se despedía, el viento soplaba suavemente haciendo que los cabellos de ambos bailaran al compás de aquella pequeña orquesta formada por mariposas, grillos y uno que otro sapo que se había sumado.

 

Naruto se recostó en el suelo y dirigió su mirada hacia su mejor amigo.

 

-Dime teme, ¿cómo crees que sea el amor?-

-No lo sé dobe, quizá es rubio como tú o quizá es tan guapo como yo- sonrió con arrogancia.

-Yo creo que es transparente- murmuró el blondo ignorando el gesto del moreno.

-Calla usuratonkachi, si fuera transparente nadie lo conocería y mis papás lo conocen-

-Jaja, vale. Mis padres también lo conocen pero dicen que para cada persona es diferente-cerró sus ojos azules.

 

 

-Bueno, esperemos que no sea peli-rosa como Sakura, porque si es así me muero- habló con cierto toque de exageración sacándoles un par de risitas que al final terminaron en escandalosas carcajadas.

 

Después de tranquilizarse un poco el rubio le siguió la broma a Sasuke.

 

-¿Por qué? Si ella te AMA- murmuró con sorna, recalcando la palabra “ama”. El bullicio por parte de ambos regresó.

 

La peli-rosa de la que hablaban era la niña más popular del instituto, a pesar de ser pequeña. Ella hacía lo que sea para llamar la atención pero cuando llegaron ellos todo el mundo se escandalizó por lo hermosos que eran.

Sakura se enamoró a primera vista de Sasuke. Cuando se le declaró pensó que todo iba a ser color de rosa y que iban a estar juntos por la eternidad, hasta que el moreno la rechazó. Juró venganza y ahora lo odiaba como a nadie por haberla rechazado.

 

Naruto y Sasuke lloraban ya por las risas que emanaban de sus labios. Cuando ambos se tranquilizaron se miraron fijamente y sonrieron.

 

-Gracias-susurró Naruto mientras se acercaba a su amigo sin perder la sonrisa de sus labios.

-¿Por qué?- preguntó cambiando su expresión feliz por una de asombro y preocupación.

-Por todo teme, por ser mi amigo y por estar siempre ahí- concluyó.

 

Las mejillas del azabache se ruborizaron y solo pudo sonreír, él tenía más por agradecerle pero le era muy difícil, así que sólo tomó entre sus brazos al rubio y lo abrazó muy fuerte.

 

El rubio se sorprendió por el tacto y sintió un pequeño cosquilleo en su rostro que luego se transformó en un gran arder. El calor del cuerpo de su amigo era único, y el abrazo no le molestaba en lo absoluto, le correspondió el tacto y se dejó hacer.

 

El viento se volvía más intenso pero no les afectaba en lo absoluto.

 

Luego de un rato se separaron, se miraron, sus rostros estaban sonrojados y se rieron levemente para luego volver a las carcajadas.

 

-Vamos a casa-propuso Naruto.

 

-Ok- se levantaron y se dieron las manos mientras caminaban, el camino a casa estaba alumbrado por los últimos rayos que daba el sol para despedirse. Las calles estaban repletas de las doradas hojas que crujían a su paso.

 

El silencio los acogía dulcemente y sabían que no estaban solos por sus manos entrelazadas.

 

El porqué de caminar agarrados de manos aun siendo varones pues se debía a que cuando eran niños el rubio se perdía constantemente y para cuando eso sucedía siempre estaba el súper Uchiha al rescate, pero un día casi lo secuestran. Desde entonces iban a casa tomados de las manos y se les volvió costumbre, tanto así que sin siquiera darse cuenta ya estaban con sus manos entrelazadas.

 

Iban caminando juntos hasta que sus caminos se separaban, la mansión Uchiha estaba de lado derecho y el cálido hogar de Naruto al lado izquierdo.

 

Y ahora ahí estaban, dándose un abrazo para ir a casa. Despidiéndose.

 

-Hasta mañana Naruto-

-Nos vemos Teme-dijo sonriente.

 

Se empezaron a alejar pero Naruto lo recordó y de un brusco movimiento se volteó y corrió a alcanzar a Sasuke

 

-¡Sasuke! Sasuke!!- gritó hasta que el moreno paro en seco y se giró. La acción del azabache fue tan repentina que no le dio tiempo de parar y cayó encima de Sasuke.

 

Al caer ambos cerraron los ojos.

 

-Pero sí que eres un dobe!!- gritó molesto el Uchiha.

-¡Fue culpa tuya por detenerte de la nada teme!!- contestó con el mismo tono de molestia.

-Hmp ¿Qué era lo que querías?- dijo abriendo los ojos y topándose con la mirada zafiro de Naruto.

El rubio le sonrió – ¿Me vas a ayudar a encontrar el amor, Teme?- preguntó inocente.

-Claro- respondió el azabache.

-Entonces bien, hasta mañana teme- salió corriendo mientras agitaba su mano.

 

 

El moreno solo lo vio alejarse y una tierna sonrisa se dibujó en su rostro.

 

-Hasta mañana mi kitsune- susurró al viento.

Fue caminando tranquilamente a su hogar. “¿Desde cuándo me enamoré de ti dobe? Y eso que apenas tenemos 12 años, ja, algún día te diré que yo ya encontré el amor y es rubio”- pensó mientras una sonrisa inconsciente se dibujaba en su rostro

 

Día siguiente.

 

-Sasuke!!!!!!!- gritaba a la distancia mientras corría como podía.

-¡Muévete dobe, otra vez vamos a llegar tarde!!- se quejó.

 

El rubio corría muy rápido, ya que otra vez se había quedado dormido y como su amigo siempre le esperaba para que fueran juntos, ahora ambos llegarían tarde y la maestra los castigaría.

 

El azabache lo tomó de la mano y emprendieron la carrera a la escuela.

 

En el camino nadie pronunció palabra, pues Sasuke no quería molestarse más y Naruto sabía que si decía algo podía terminar en el basurero más cercano con uno que otro gato y con un ojo morado. Cuando el azabache se enojaba era de temer.

 

Cuando llegaron a la vieja casona que era el instituto Konoha, empezaron a subir las escaleras que llevaban al salón.

 

Corrieron y corrieron hasta llegar al salón de clases pero fueron recibidos con un portazo en los rostros.

 

Sasuke mascullaba maldiciones dirigidas al maestro pelirrojo que estaba escribiendo en el pizarrón mientras que Naruto intentaba recuperarse de la reciente maratón que tuvo con Sasuke.

 

-Sa- Sa- Sasuke- tartamudeaba el rubio aun mareado.

-¿Qué diablos quieres dobe?!- exclamó el moreno.

-Ya, no te enfades. Vámonos antes de que un maestro nos vea- dijo asustado.

 

-Hmp- fue lo único que dijo, pues si los veían pensarían que se escaparon de clases y los llevarían con la directora Tsunade. Y nadie quería meterse con esa vieja borracha.

 

Solo intercambiaron miradas y ya sabían a donde ir.

 

Tomados de las manos fueron a un salón vacío, el salón que ocupaba el club de arte fue olvidado y abandonado, y sólo ellos sabían cómo entrar.

 

Naruto le soltó la mano a Sasuke y empezó a mover unas cuantas tablas dejando a la intemperie un agujero que tenía espacio para que un cuerpo pasase con tranquilidad.

 

-Dobe, si se enteran de esto nos matarán-

-Ya deja de ser miedoso teme, si no te das prisa nos encontrarán- dijo mientras señalaba con ambas manos el agujero.-Pase usted Señorito Uchiha-dijo haciendo reverencia. Era una broma que el rubio le hacía cuando podía y era debido a que un día al visitar el “humilde” hogar del azabache escuchó ese cordial saludo que le daban los empleados.

-Hmp-

 

El azabache entró seguido por el rubio quien empezó a acomodar nuevamente las tablas para que no se percataran de que ellos estaban ahí.

 

Cuando terminó se dirigió hacia Sasuke.

 

-Perdóname Sasu, por mi culpa no entraste a clases- murmuró con voz lastimera mientras se apoyaba en la espalda del moreno.

 

Sasuke odiaba esa voz y más si él era el motivo por el cual Naruto la usaba. Se dio la vuelta deseando no verlo con ese rostro que se imaginada pero ahí estaba, el rubio tenía los ojos cristalizados.

 

-No, no fue tu culpa- susurró mientras le abrazaba.

-Sasu… -

Pasaron un rato abrazados hasta que Naruto recordó lo que le había dicho ayer

-¿Sabes que hacer para encontrar el amor?- cuestionó curioso el oji-azul.

 

 

Al moreno le llegaron unas locas ideas, pero una le llamaba más la atención.

 

Cerró los ojos para recodar.

 

La noche anterior su hermano le había dicho que el amor se demostraba con un beso e incluso le explicó como besar. Él era niño pero no era estúpido, sabía cómo hacerlo pero tenía miedo ¿Y si no le gusta? ¿Y si se va? ¿Y si deja de ser mi amigo? Eran las preguntas que recorrían su mente.

 

Abrió los ojos de golpe y lo miró, aún estaba envuelto en sus brazos.

 

-Naru, prométeme que después de esto no me dejarás-Ahora era él quien usaba el tono lastimero.

-Vale, pero por…-no pudo terminar porque un par de labios lo calló, los labios del moreno hacían presión contra los suyos y amenazaban con seguir. El tacto le sorprendió pero no le incomodó, es más, le gustó.

 

Torpemente empezó a corresponder al beso que su amigo le daba. Movía lentamente los labios y se aferraba a la espalda de Sasuke, que era unos centímetros más alto que él.

 

Al sentirse correspondido no pudo explicar lo que sentía, su corazón latía a mil, parecía que en cualquier momento se le saldría del pecho. Apretó la cintura del rubio contra la propia sacándole un jadeo sordo.

 

El aire les faltaba ya, y por eso se separaron. Se miraron un rato en silencio.

 

-yo…- el moreno estaba por decir algo cuando las campanas sonaron.

 

Salieron de su escondite asegurándose que nadie los viera.

 

Se tomaron de las manos y en silencio caminaron de regreso a su salón.

 

 Las clases transcurrieron lentamente, o al menos así fue para Naruto y Sasuke, quienes  veían a cada cinco segundos el reloj de antaño que colgaba en la pared, el cual con su “tic-tac” parecía burlase de ellos.

 

 

Cuando finalmente la campana anunciaba el final de las clases ambos se levantaron automáticamente, tomaron sus cosas y se fueron juntos sin pronunciar palabra.

 

A penas llegaron al claro del parque donde ya los esperaba la puesta de sol Sasuke se animó.

 

-Naruto, yo… lo siento, perdóname si hice…-fue callado por los labios de su amigo en un tierno beso.

 

Cerró los ojos y se dejó llevar. De la nada Naruto se separó y lo miró con lágrimas en los ojos. Se asustó.

 

-Yo no me arrepiento de esto Sasuke, por favor  no me dejes, quédate conmigo hoy, sólo hoy, por favor- le dijo el rubio mientras dejaba que las tibias lágrimas acariciaran sus mejillas.

 

El azabache estaba aún en shock. Su amigo, su amor de infancia le dijo que le amaba, no había persona más feliz en el mundo que él. Cuando se dio cuenta el rubio se aferraba fuertemente a su espalda y lloraba desconsolado.

 

Le enterneció.

 

Lo tomó de la cintura y le plantó un beso torpe pero con muchos sentimientos.

 

Se separó de él y le miró con una sonrisa traviesa.

 

-Dobe, creo que ya sé cómo es el amor- le susurró al oído.

-¿A sí?- preguntó con una sonrisa tierna y con un notable sonrojo.

-Sí, es rubio, rubio y de ojos azules. Y se llama Naruto- le dijo poniendo su orgullo de lado.

 

El nombrado abrió los ojos con sorpresa mientas dejaba brotar lágrimas pero de alegría.

 

-¿Sabes teme?, yo también lo encontré, es arrogante, prepotente, egocéntrico y jodidamente irritante pero muy en el fondo es muy tierno, vulnerable e incondicional, es azabache y de ojos noche, tiene piel blanca y su nombre tú ya lo sabes muy bien- le dijo mientras se acercaba nuevamente a sus labios.

 

 

Desde ese día su amor infantil florecía, cada día más y más. Y ahora le daban un nuevo comienzo a su búsqueda del amor.

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Epílogo.

 

-¿Naruto? ¿Dónde estás?- preguntaba mientras buscaba a su novio.

 

La mente se le iluminó y corrió hacia el claro del parque, y ahí estaba. Su rubio estaba mirando el atardecer sentado en las hojas doradas esparcidas en el pasto.

 

Los grillos, las mariposas y los sapos entonaban la canción otoñal que tanto amaban, el viento acariciaba sutilmente sus rostros y mecía sus cabellos a su merced. 

 

El moreno se acercaba lentamente mientas escuchaba a su rubio cantar “pomise you”, su canción favorita.

 

-¿Sasuke?, eres lento, te tardaste mucho- se quejó el rubio mientras fruncía un poco la boca. Estaba haciendo pucheros. Los mismos con los que le convencía de todo, hasta de hacer las más locas tonterías que al final terminaban siendo grandes aventuras.

-Lo siento dobe, pero no me dijiste que estarías aquí.- se excusó.

-Vamos, siéntate- el moreno obedeció-¿recuerdas este lugar?- preguntó el rubio mientas miraba con nostalgia la puesta de sol y recostaba la cabeza en el hombro de su amante.

-¿Cómo no hacerlo?, aquí confesamos y nos profesamos nuestro amor, aquí empezó todo desde hace diez años, mi dulce kitsune- abrazó al rubio.

 

-Jaja, tienes razón mi teme, pero cambiando el tema ¿para qué me llamaste Sasu?-

-mmm… pues…- empezó a temblar y apretó la cajita que traía en el pantalón.

-¿Qué pasa Sasu?- cuestionó preocupado el oji-azul.

 

“Genial, ¿ahora qué hago?, fuerza Sasuke, debes hacerlo.”- se animaba el azabache mientras miraba a su rubio.

 

Se aventuró. –Naruto, cierra los ojos- le pidió.

-Si es otra de tus perversiones mejor ni lo intentes Sasuke, que te dejo peor que la última vez- le advirtió.

-Esto es en serio Naruto-

 

La seriedad del rostro de Sasuke y el tono que empleó le indicaban que no era broma. No dijo nada más y cerró los ojos.

 

Sasuke sacó la cajita y la abrió, en ella había un anillo de oro con un zafiro en forma de corazón. En la argolla estaba escrito “Sasu x Naru”.

 

-Abre los ojos mi amado Kitsune-

 

Naruto abrió los ojos y se quedó quieto un momento mientras lo asimilaba.

 

-Frente al sol que ahora se esconde, el mismo que nos vio amarnos tanto tiempo, te pido que me dejes ser lo primero que veas al despertar y lo último que sientas al acostarte, por eso, Naruto Uzumaki ¿Quieres casarte conmigo?-

 

El silencio reinó en el lugar, él rubio tenía los ojos bien abiertos, ¿Sasuke le estaba proponiendo matrimonio?

 

El moreno empezaba a dudar, temblaba cada vez más y las lágrimas amenazaban por salir. Contuvo la respiración.

 

-Yo… -Respiró hondo y sonrió mientas las lágrimas salían de sus ojitos azules- Acepto Sasuke, me quiero casar contigo. Quiero pasar toda mi vida contigo, mi teme. También quiero serlo todo para ti.-

 

Sasuke también empezó a llorar, se abalanzó sobre el rubio y lo llenó de besos.

 

-Te amo, Naruto-

-También te amo, Sasuke. Pero que quede claro que no usaré vestido-concluyó con un puchero que le sacó una carcajada a su amor azabache.

 

Y así marcaban una historia de amor, en el mismo lugar que los vio creer y vivir en ese magnífico sentimiento. Ahora con un beso sellaban su destino bajo el mismo sol que los acompañó en su búsqueda del amor.

 

 

 

 

 

 

 

···End···            

Notas finales:

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Por amor al Sasunaru y al Yaoi


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