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Lights Will Guide You Home por TabiiiTa

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Notas del fanfic:

Aclaraciones:

El fic que tradujé esta vez es "Lights Will Guide You Home", pero este es una secuela de un fanfic OnHo llamado "Never Enough". Así que para que se entienda mucho mejor la historia es necesario leer Never Enough.

Notas del capitulo:

[Editado]

Never Enough es un fanfic OnHo y tienen lemon, pero yo solamente tradujé las partes en dónde aparecen Jonghyun y Onew porque me resisto a traducir OnHo(sobre todo porque es lemon hahaha)

Mis infinitos agracedimientos a Lee Min Young, quien se encargó de traducir las partes Onho.

Ahora el fanfic está completo y de esta manera podrán ver el punto de vista de Minho y entender un poco más su situación, aunque por su puesto nada justifica lo que hizo.

 

Never Enough

Resumen: En donde Minho es un gilipollas y Jonghyun realmente tenía razón.


Romance, Angst, Drama » NC-17 por el lenguaje y contenido para adultos.

 

 

Algunas veces, no era suficiente.

“KiBum”, MinHo rezongó en el teléfono, su voz cerca de ser un gemido. “Por favor”.

“Yah”, el más viejo respondió con voz agua, haciendo que el otro se encogiera. “Sabes perfectamente por qué tengo que estar en Inglaterra. Y por qué tú no puedes estar aquí”.

Sí, el alto sabía exactamente el por qué, lo había sabido durante los últimos años, y odiaba cada segundo de eso. Ellos habían mantenido su relación en un bajo perfil, para impedir que los fans y los paparazis se entrometieran en su vida privada. MinHo se burló internamente – él veía los periódicos sensacionalistas, veía a KiBum colgarse de todos esos diseñadores extranjeros como si fueran su segunda piel, no estaba ciego – que se jodiera toda esa mierda de la vida privada.

“Bien”, gruñó en forma concluyente para cortar de inmediato, sin dar espacio para la reconciliación – estaba cansado de argumentar, cansado de sentirse solo, de ser dejado a su suerte mientras su novio estaba en Inglaterra organizando desfiles de moda la mayor parte del tiempo, especialmente el año pasado desde que su línea de ropa, Shine, despegó en toda Asia y Europa, pronta a hacer su debut en América.

MinHo era un chico normal, trabajaba en un empleo decente, con turnos regulares de nueve-a-cinco en una compañía distinguida, y tenía necesidades comunes y corrientes; tenía necesidades como un hombre que necesitaban ser cumplidas, y lo que él necesitaba era alguien tangible, alguien que siempre estuviera ahí, dispuesto, especialmente cuando KiBum no lo estaba – lo que era frecuente, los días lentamente se tornaron en largas semanas de ausencia que el joven no podía soportar.

Lo que él necesitaba ahora mismo era a JinKi.

~~

Jinki cogió el teléfono al primer timbrazo, como siempre lo hacía, corazón corriendo a mil por minuto cuando reconoce el tono de llamada.

“¡Minho-ah!” Jinki exhaló en el teléfono, tratando de calmar su voz y evitar que lo traicionara su entusiasmo.

No funcionó, en realidad nunca funcionaba, y Minho escuchó hasta la última gota de entusiasmo que Jinki trató de ocultar; lo hizo reír entre dientes––Por qué KiBum no puede ser así de lindo?, pensó de pronto––pero respondió como si no lo hubiera notado, aunque sólo fuera para complacer al otro.

 “Hyung,” comenzó, “¿qué piensas hacer?”

Jinki se mordió el labio, sabiendo lo que venía. Le echo un vistazo a su escritorio, mirando la pila de libros y deberes apilados casi hasta al techo. Un estudiante de medicina realmente no tenía tiempo libre, pero…

“Nada, nada en absoluto,” mintió entre dientes, dedos jugueteando con los flecos de la almohada Estaba dispuesto a hacer el sacrificio por Minho, siempre lo haría. “Estaba a punto de ver televisión.”

MinHo sonrió en respuesta al otro lado de la línea, incluso si JinKi no podía verlo. “¿Quieres salir a pasar el rato?”

“¡Sí!” Exclama Jinki, con los ojos volviéndose más brillantes que antes, labios curvándose nuevamente en su distintiva sonrisa. Se sonrojó por su propio entusiasmo. “Q-quiero decir, sí, claro. ¿Por qué no?”

En ese preciso momento, Jonghyun, amigo de la infancia de Jinki, aspirante a músico, y compañero de departamento, entró caminando. Vio la sonrisa golpeadora-de-estrellas del mayor y rodó sus ojos—Jinki estaba hablando con Minho, eso era evidente.

“Bueno. ¿Te recojo en 15 minutos?” decide Minho.

Jinki asiente a nadie en particular, absolutamente encantado. “Suena bien—te veo entonces.”

Ni un segundo antes de colgar Jonghyun dice, “Hyung. ¿Sigues hablando con ese tipo espeluznante?”

El mayor hace una mueca. “No es espeluznante.”

“Es tan—tiene esos ojos alienígenas realmente extraños y es tan misterioso todo el tiempo. No sé qué le ves,” responde Jonghyun.

“Es dulce,” contrarresta Jinki con un adorable rubor en sus mejillas, “cree que soy perfecto y me compra flores, me lleva a cenarr13;”

“Sí, y todo está bien por una o dos horas hasta que te lleva a algún hotel sombrío, te folla hasta que no puedes caminar, y se marcha antes de que el sol siquiera se eleve.”

“¡Cállate!” Exclama Jinki, lanzando el teléfono en el sofá y poniéndose de pie. Ha escuchado demasiada mierda sobre Minho de Jonghyun los últimos meses en que ha estado viendo al hombre más joven, y al igual que entonces, Jonghyun cruzaba la línea cada vez. Este constante dialogo entre los dos amigos de la infancia estaba realmente poniendo una tensión en su relación—parecía ser la única cosa que los dos alguna vez habían discutido; bueno, más bien peleado. “¡No es así!”

Jonghyun se mofa. “Por favor, hyung. Quiero que me nombres una cita que no terminara en un hotel.”

Por un segundo, Jinki se queda sin habla porque Jonghyun había dado justo en el blanco. Las mejillas del mayor se sonrojan más oscuro, más por la vergüenza que por la timidez esta vez, y las lágrimas comienzan a abrirse paso en sus ojos.

No es así.

“Eres un imbécil, Jonghyun,” Jinki finalmente dice con la voz ahogada, y el corazón de Jonghyun se contrae fuertemente en su pecho. “Me haces sonar como una maldita puta.”

Mierda. Eso no era para nada lo que Jonghyun quería decir. “Jinkir13;” comienza, pasando los dedos por su cabello, exasperado, mientras trata de encontrar las palabras para consolar a su mejor amigo. “Sabes que no quise decir esor13;”

Jinki no está escuchando más, puños apretados a sus costados mientras mira fijamente al otro. “¿Entonces qué quisiste decir? Es solo porque es más alto que túr13;”

“¡No es eso y lo sabes! Él simplemente te trata de manera tan extraña, ¿no lo ves?” Jonghyun grita con frustración, pero ese fue un error porque era la primera vez que le levantaba la voz de esa manera al otro hombre, y la conmoción del momento hace que ambos se congelen en donde se encontraban.

Jonghyun quiere arreglar lo que ha pasado estos últimos minutos, necesita arreglarlo, pero el teléfono suena con el cursi y tonto tono de timbre que Jinki configuró para Minho, y el mayor está fuera de la casa antes de que el otro pueda hacer algo al respecto.

Las lágrimas pican en los ojos de Jonghyun y golpea su puño contra la pared, ignorando la onda expansiva de dolor que se dispara desde sus nudillos y punza en su codo. “¡Mierda!” grita a la pared, y está tan enojado consigo mismo que un sollozo ahogado escapa de sus labios sin que pueda hacer nada al respecto

“¡También creo que eres perfecto, ¿así que por qué diablos tenía que ser él?!”

~~

MinHo optó por no mencionar los rojos ojos de JinKi cuando éste se deslizó en el asiento del copiloto de su auto.

“Hey, hyung”, susurró, inclinándose para besar esos labios carnosos; su mano derecha instintivamente se movió hacia los muslos de JinKi, agarrando la suave carne así como presionaba más profundo en el beso.

El mayor gimió, sus ojos cerrándose y sus dedos temblando en las solapas de la chaqueta del más alto. Normalmente, Minho habría quitado sus dedos, no queriendo arrugar su prístino traje, pero podía decir que JinKi estaba alterado, y decidió no decir nada. Prefería no hacer las cosas más complejas antes de tener lo que quería.

Comenzó a manejar en dirección al mall, girando ligeramente la cabeza hacia su hyung luego de unos momentos de silencio. “Así que… ¿qué quieres hacer?”, preguntó más por etiqueta – Ya sabía con exactitud qué deseaba hacer, pero JinKi no, al menos no hasta más tarde.

Sintiéndose distraído, el mayor fijó su mirada en el alto. En ese mismo momento, tenía muchas cosas en la cabeza, especialmente después de escuchar el arrebato de JongHyun, y sólo quería olvidarse de eso, a pesar de cada pequeña cosa que hacía MinHo le recordaba lo que su mejor amigo le había dicho.

‘Él te trata de manera extraña, ¿acaso no lo ves?’

“Quiero ver una película”, respondió luego de un par de minutos, y el otro sonrió. Una película – él podía lidiar con una o dos horas para recrearse. Como fuera, cuando tomaron sus asientos en el teatro, la mayor parte del tiempo lo gastaron en besarse más que cualquier otra cosa, sin saltarse las caricias, y después ni siquiera recordaban exactamente el por qué se habían sentado.

“¿Tienes hambre?”, el alto preguntó cuando caminaban de regreso a su carro. “Es muy tarde para una cena, pero pienso que un helado suena bastante bien”.

JinKi sonrió en respuesta, asintiendo, pero en su mente quería comprobar las palabras de JongHyun, que quizá si él cambiaba el orden de las cosas, después MinHo seguiría invitándolo a un helado.

Así que tomó el problema en sus manos cuando alcanzaron la parte trasera del aparcamiento – el más joven tenía un auto agradable y no quería estar cerca del área frontal donde podía ser susceptible de recibir daño de transeúntes celosos – y entraron al vehículo, JinKi súbitamente tirando del alto hacia sí mismo para besarlo, con rudeza.

Sus lenguas se enredaron de inmediato, dedos ondeando entre el pelo y la ropa, bocas moviéndose al ritmo de su pesada respiración; MinHo estaba sorprendido por la asertividad de su hyung, en tanto él se deslizaba al asiento trasero mientras se sacaba la mayor parte de sus prendas en el proceso. Le hizo gestos al menor, invitándolo, y éste aceptó, colocándose sobre él, chaqueta ya cayendo en el asiento así como continuaban donde habían quedado, todo manos paseando y lenguas explorando.

Estaban moviéndose el uno contra el otro, las caderas del mayor alzándose para reunirse con las embestidas de MinHo.

“Mierda”, el alto suspiró, “Necesito sacarte esos pantalones”.

JinKi mordió su labio, respirando ásperamente así como el otro enganchaba sus dedos en la cintura de sus jeans y los quitaba de sus caderas. El mayor rozó con su nariz la piel del pecho de MinHo donde los botones de su camisa estaban abiertos, sus brazos abrazados fuertemente alrededor del cuello del más joven al mismo tiempo que lamía esa piel sudorosa. El chico jadeó en sorpresa cuando sintió dientes arañar su carne caliente y abruptamente se alejó.

Su hyung lo observó en shock, sus ojos muy abiertos. Estaba desnudo, pero el alto aún permanecía vestido por completo – como siempre – y MinHo podía ver su rostro y su pecho enrojecerse con vergüenza por la exposición, como si él no lo hubiera visto en esa situación varias veces antes.

“¿Qué?”, el mayor suspiró, su labio temblando un poco. ¿Había hecho algo mal? Odiaba sentirse desprotegido, especialmente cuando MinHo lo miraba con una expresión insondable.

“Sin marcas”, fue todo lo que le dijo, y súbitamente JinKi supo que eso, lo que se suponía que ellos tenían, estaba mal.

Mantuvo sus lágrimas donde debían estar, tragando el nudo en su garganta así como asentía, su erección disminuyendo lentamente hasta que MinHo comenzó a presionar sus hábiles dedos en su entrada, ya lubricada en los pocos momentos en que pudo procesar el revés de las palabras del menor. En vez de eso, eligió perderse a sí mismo en la sensación de esos dedos largos deslizándose en su interior hasta sus nudillos – uno, dos, tres, y luego cuatro para hacerlo más fácil – el líquido frío untado en ellos calentándose en la velocidad de la forma en que embestían dentro y fuera.

Fue sorprendentemente fácil para MinHo introducirse, a pesar de lo que JinKi había descubierto, a pesar de reconocer por sí mismo que JongHyun tenía razón, que quizá el alto era un chico cuestionable que tomó ventaja de la fe y afecto inalterables que él le había dado durante los últimos meses en que se habían visto – o lo que el mayor consideraba como “juntarse”, pero ahora las palabras lo hacían sentir enfermo.

Todas las piezas encajaron, como el por qué ellos nunca iban a lugares en los que los podrían reconocer, por qué no lo había invitado ni una sola vez a su hogar, por qué sólo se reunían por la tarde/noche, por qué nunca lo dejaba marcar su piel así como el alto lo marcaba a él, y eso sólo logró que las calientes lágrimas caer rápido por su rostro al sentir la polla de MinHo presionar entre sus nalgas, frotándose contra su entrada, molestándolo antes de comenzar a llenarlo dolorosamente lento.

“¡Ah!”, gritó, por descontento y placer cuando el más joven estuvo dentro de él por completo.

“Tan malditamente apretado”, MinHo gruño, sudor deslizándose por sus cejas y a su mentón. Esperó sólo un momento antes de mover sus caderas, saliendo y entrando de JinKi hasta que éste era un agudo lío placer bajo él.

El mayor alcanzó pronto el clímax, y el alto lo siguió poco después, llenándolo con su semen, logrando que escapara un gruñido de los enrojecidos labios de JinKi.

Cuando MinHo salió de su cuerpo, los limpió con los pañuelos que tenía en su auto, arropándose antes de regresar al asiento del conductor para tomar un paquete de cigarrillos del bolsillo de su pantalón, encendiendo uno de ellos.

JinKi descansó ahí despatarrado en el asiento trasero, adormecido en su entorno, su semen y el del alto goteando por su pecho, sus ojos desenfocados así como observaba la nuca de MinHo. Su corazón se desmoronaba, podía sentir el gran peso aplastándolo, y las lágrimas continuaban cayendo de sus ojos. Estaba agradecido de que la oscuridad y la noche enmascaraban su expresión de dolor y rabia hinchando sus orbes.

El mayor se sentó lento, gruñendo patéticamente cuando la molestia se disparó por su espina y le hizo ser consciente de cada parte de su cuerpo que le dolía por el orgasmo. Se limpió lo más que pudo antes de meterse en su ropa; era un lío – continuaba sudoroso y marcado después del sexo – cuando se deslizó en el asiento de copiloto.

MinHo lo miró con cautela, intentando ser reconfortante. “¿Quieres que te vaya a dejar? No luces… apto para ser visto”. Se refería a los chupones en el cuello del mayor, sus labios enrojecidos, su pelo enmarañado por el sudor, sus prendas en un obvio desaliño por el que debías ser ciego para no darse cuenta que había sido corrompido hacía sólo momentos atrás.

JinKi mantuvo para sí mismo un resoplido de desdén, eligiendo asentir. ¿Cómo es que su relación había durado tanto antes que se diera cuenta de la forma en que MinHo se distanciaba de él luego de tener sexo? – como si no pudiera esperar para dejarlo ahora que había obtenido lo que quería.

Están frente al departamento de Jinki y Jonghyun ahora; sólo unas cuantas horas habían pasado desde que habían salido y la luz seguía encendida, indicando que su mejor amigo todavía estaba despierto.

“Minho-ah,” dice Jinki lentamente cuando Minho se inclina para darle un beso de despedida. El más joven se congela, abriendo los ojos para mirar a Jinki; no puede ver mucho excepto por la luz de la calle dándole en la cara, pero puede decir que al mayor está realmente serio. “¿Qué soy para ti?”

La temida pregunta; MinHo se tomó un tiempo para responder, intentando imaginar qué decirr13; porque, después de todo, a él le gustaba su hyung lo suficiente como para querer mantener su relaciónr13;pero ahora JinKi estaba un paso más adelante.

Mete la mano en su bolsillo y saca una foto de Kibum y Minho besándose que había encontrado cuando estaba buscando su ropa. El más joven la reconoce de inmediato; había perdido esa fotografía en el auto hace unos días cuando Kibum estaba molestándolo para lograr que la enmarcara. Había recibido un regaño por perderla, pero para que salie a flote en esta de todas las vecesr13;

“Porqué si esto es lo que es, quiero que sepas que eres un jodido pedazo de mierda por jugar así conmigo,” escupe Jinki, y es la primera vez que Minho escucha al otro hombre sonar tan enojado que no puede formar palabras. “Casi te amé. Por meses esperé junto al teléfono como un cachorro abandonado, esperando diariamente por una llamada que probablemente recibiría una vez a la semana, tal vez dos veces si era afortunado.” Jinki se burla amargamente, una sonrisa burlona agotada en su rostro. “Afortunado mi maldito culo.”

Jinki lanza la foto en la cara de Minho, abriendo la puerta del coche y luego saliendo, la cierra de un portazo tan fuerte que Minho jura que las farolas parpadean a causa de ello.

El más joven no sabe  que lo incita a seguir a Jinki fuera del auto y agarrar la mano del anciano. “Hyung, espera. Puedo explicarlor13;”

La nariz de Minho se encuentra con el puño de Jinki en un puñetazo bien merecido en la cara, lleno de toda la furia justiciera que se había acumulado en el interior de Jinki desde que encontró la maldita foto debajo del asiento mientras buscaba su camiseta.

Jódete. Ni se te ocurra hablarme de nuevo,” gruñe Jinki, y con eso el hombre mayor se ha ido, pisando con fuerza las escaleras, pero ralentizando considerablemente al llegar a su piso y escuchar el auto de Minho chirriar mientras se aleja del complejo de departamentos.

Su expresión está en blanco ahora, de repente sus piernas están demasiado débiles para mantenerse de pie. Cae de rodillas a sólo unos metros de distancia de su apartamento, acurrucándose en el suelo y ocultando su rostro entre sus piernas. Ya no puede llorar, pero está absolutamente devastado, sintiéndose de repente tan sucio y usado, no quiere afrontar Jonghyun y decirle cómo había tenido toda la razón acerca de Minho, incluso si no tenía forma de saber cómo era Minho en realidad.

¡Maldita sea!” Jinki maldice en voz baja, y por supuesto no puede reprimir las lágrimas por mucho tiempo, sus ojos ya llenándose de lágrimas. Nunca antes había llorado tanto, nunca, pero las últimas horas habían revelado tanto, haciéndolo sentir tan estúpido cuando las banderas rojas estaban ondeando en frente de su cara durante tanto tiempo y sin embargo, seguía prefiriendo ignorarlas.

Jonghyun tenía razón, piensa Jinki, las palabras repitiéndose una y otra vez en su cabeza. Jonghyun tenía razón y yo estaba tan jodidamente ciego para verlo.

Tuvo suerte de que Jonghyun se estuviera poniendo ansioso, preparado para rastrear a su mejor amigo si tenía que hacerlo porque se estaba haciendo tarde y Jinki siempre llamaba para hacerle saber si iba a volver, no importaba lo mal que pelearan.

La puerta se abre y el corazón de Jonghyun cae a sus pies al ver a un Jinki despeinado yaciendo casi desplomado en el suelo y acurrucado en una bola, lloriqueando en voz baja como si hubiera sido el quien recibió un puñetazo en la cara y fue gritado.

Entendiendo inmediatamente que debe haber tenido razón, Jonghyun siente todas las emociones menos la satisfacción de tener razón mientras corre hacia el mayor y recoge lo que queda de él en sus brazos, sosteniendo el hombre tembloroso con firmeza contra su pecho y enterrando su nariz en el cabello de Jinki. No le importaba si Jinki todavía olía a sexo y a la colonia de Minho, no le importaba que la piel de Jinki estuviera marcado por otro hombre, sólo quería abrazar a su mejor amigo y mantenerlo junto como sólo él podía hacerlo.

"Jinki," arrulló Jonghyun, “Estará bien.”

Las lágrimas de Jinki sólo se derramaron con más ganas a medida que hundida los dedos en la camisa de Jonghyun y lloraba desconsoladamente sobre el hombro del hombre más joven, alivio recorriéndolo porque aún tenía su roca en que apoyarse.

Jonghyun está frotando círculos en la espalda baja de Jinki mientras susurra, "Estarás bien. Estoy aquí."

El otro hombre sólo asiente levemente con reconocimiento.

Gracias por estar siempre ahí.

~~

KiBum bufó cuando vio la enrojecida y amoratada nariz de su novio pocos días después.

“¿Qué?, ¿te viniste con una chica mala en el metro?”, se carcajeó, aferrándose a su estómago ante su propia broma.

Entonces tocó la marca roja en el pecho de MinHo que aparecía debajo de la camiseta cuello V que llevaba puesta, y toda traza de humor se desvaneció súbitamente.

No era necesario decir que su relación no duró mucho más después de eso.

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