Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Incest por Laia16

[Reviews - 298]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

¿Hola? ¿Hay alguien? (?)

:)

Les traigo otro capítulo...Etto...Ojala les guste...

""SPOILER""

Misaki...Es un chico muy travieso >_>

Akihiko por su parte terminó de fumar su cigarro y se dirigió al salón-comedor. Aún no había preparado ni siquiera el desayuno para ambos.

-  Misaki, es mejor que el día de hoy te lo pases descansando, igualmente creo que en tu estado te sera imposible concentrarte en los estudios, ¿no? - habló desde la cocina viendo como su hijo bajaba las escaleras

-  Mmmm...Quizás...- dijo Misaki sin mucho animo – tienes razón, no estoy en condiciones de estudiar, pero no quiero faltar a clase por culpa de mi irresponsabilidad

-  Entonces...¿quieres ir al colegio? - preguntó el adulto haciendo unas tostadas para ambos – no me importaría acercarte a la escuela con el auto

-  Sí – respondió con firmeza el menor –

Akihiko terminó de preparar las tostadas con mermelada y le entregó un par al menor, quien no tenía tampoco mucho apetito y solo comió la mitad de una. Luego, Misaki se dirigió a tomar una ducha rápida pues no le daba tiempo de relajarse tomando un agradable baño de burbujas. Además, quería quitarse ese mal olor a alcohol de encima. Cuando termino de tomar una ducha, se vistió con lo primero que encontró y volvió a bajar hasta el salón. Donde su padre lo esperaba debidamente trajeado. Misaki tomó su mochila y salieron ambos de casa.

Al llegar al colegio, Misaki bajo del auto y tomo su mochila, se despidió de su padre y se dirigió a la entrada, donde lo esperaba su amigo con una pequeña sonrisa.

-  Lamento por lo de ayer, no tuvimos que haber seguido a ese timador – dijo Keiichi a su amigo en cuanto estuvo cerca – fue culpa mía

-  No te preocupes, fue culpa de ambos por ser tan tontos ¿o no? - le saludó con otra sonrisa – además, en mi caso no me fue tan mal, mi tío...apenas dijo nada, así que ¡no te preocupes! 

Ambos llegaron tarde a sus respectivas aulas, así que tuvieron que esperar a fuera de la clase hasta que se terminasen las mismas. Pero en lugar de esperar en el pasillo, decidieron subir los dos en la azotea y así distraerse.

-  ¿También te castigaron? - preguntó Misaki cuando estuvieron solos en la azotea

-   Pues parece que no soy el único – bromeo Keiichi – Pero eso nos da más tiempo para estar juntos ¿no?

 

Los dos se sentaron en el suelo y hablaron durante todo el rato que duraron las clases.

Después regresaron a sus respectivas aulas, pero durante los estudios los dos se quedaron completamente dormidos, la borrachera de ayer aún no terminaba su efecto.

Dos semanas pasaron desde aquella vez que se emborracharon juntos.

Desde entonces, Misaki se escapaba de la constante vigilancia de su padre e iba a casa de Keiichi constantemente. Aunque era reprendido cuando llegaba a casa, al pequeño castaño no le importaba.

Disfrutaba con su amigo, salían a comer helados, a jugar al purikura, a las tragaperras intentando cazar algún peluche e incluso se quedaba hasta altas horas de la tarde cuando ya había oscurecido.

Era lunes de la tercera semana, la amistad de Keiichi y Misaki los unía por momentos. Ese día, Akihiko le había dicho a Misaki que llegaría tarde pues tenía una reunión importante con la editorial.

El pequeño y travieso castaño, se las ideo para poder invitar por primera vez su amigo a su casa.

Cuando ambos llegaron del colegio, la casa se convirtió en un caos.

Ambos muchachos se tumbaron en la habitación de Misaki en el suelo, habían sustraído una pequeña cajita de cigarrillos de Akihiko, la cual aún contenía bastantes cigarros. Pero por si fuera poco, también subieron a la habitación con el pote de licor más caro y fuerte que pudieron encontrar.

-  ¿Seguro que no tendrás problemas? - preguntó Keiichi recostado en el suelo con la cabeza apoyada en su mano y su codo en el suelo

-  ¡Naaaah! Mi tío es muy comprensible – dijo Misaki confiado de la paciencia de su padre

-  Pero este licor es muy costoso – insistió su amigo y compañero de travesuras

Misaki no respondió, llegó sus vasos con el costoso licor hasta la mitad y propuso un brindis. 

-  ¡Por nuestra amistad! ¡Por nuestra suerte de tener unos familiares tan ricos! Y ¡Por el profesor demonio! - dijo el más joven un poco afectado ya por el alcohol

-  ¿Pero que tiene que ver el profesor de literatura en todo esto? - Keiichi apenas estaba un poco mejor que su amigo - ¡Salud!

Ambos chocaron con fuerza sus respectivos vasos haciendo que parte del licor se derramase en el suelo.

Cuando sus vasos ya estuvieron vacíos, tomaron un par de cigarrillos. No sabían fumar, era su primera vez y además, el alcohol les impedía coordinar con lógica sus movimientos. Simplemente ponían el cigarrillo en sus bocas y aspiraban el humo haciendo que sus gargantas tosieran. 

-  Keiichi – susurro Misaki aspirando el fuerte olor de su cigarrillo - ¿Tu me amas?

-  ¿Eh? - Keiichi pensó que no había oído o escuchado bien - ¡Claro que te amo! Somos amigos

La borrachera de ambos estaba en su punto álgido. Sus conversaciones podían sonar estúpidas o absurdas. Pero eso no les importaba a ellos dos. El joven castaño de ojos verdes, aspiró el humo del tabaco y luego apartó el cigarrillo de sus labios, para a continuación besar apasionadamente los labios de su amigo, compartiendo el mismo sabor y humo del tabaco.

Misaki no sabía por qué había hecho eso, solo había actuado conforme a sus impulsos. Pero no fue solo un beso, fue un beso seguido de otro y otro, cada cual más pasional. Mientras, Keiichi sentía un persistente cosquilleo en su estomago y su entrepierna, era realmente molesto. Pero con Misaki en esa situación pensó que quizás podría aliviar aquel “dolor”.

Poco a poco, fueron desabrochando las camisas de sus uniformes, sin dejar de besarse, sin dejar de fumar. La situación se les salía de control, Misaki no entendía ese sentimiento, Keiichi tampoco. Pero disfrutaban del momento y de su borrachera.

Pero un “pequeño invitado” estaba por llegar. El escritor y padre del castaño, llego a casa, agotado por la fatigosa reunión. Había acudido por obligación. Pues le hubiera gustado pasar la tarde con su hijo e ir al cine.

El silencio del lugar le hizo sospechar. Se imaginaba que quizás su hijo seguramente se había ido a dar una vuelta con su amigo. Eran las ocho de la tarde, quizás no era muy tarde. Pero Akihiko estaba realmente preocupado.

Subió a la habitación de su pequeño para comprobar si realmente se había ido y lo que vio, lo dejo con las pupilas dilatadas. El amigo de su hijo y su hijo estaban en ropa interior, Keiichi encima de su pequeño hijo, jugando con sus lenguas, cada uno con un cigarrillo en su mano y los vasos vacíos en el suelo, una botella de licor a su lado a medio consumir. El lugar parecía una destilería.

¡Misaki! ¡Misaki había acabado con su paciencia! - Pensó el adulto separando a ambos niños

-  ¿Se puede saber que hacen? - preguntó enojado el adulto - ¡¿Como se les ocurrió esta “gran” idea?!

El castaño no le respondió, solo sonrió con burla y suficiencia. Sabía que su padre se conformaría con un sermón. Siempre reaccionaba igual cuando hacía una “travesura”.

El escritor arrastro a Keiichi hasta el salón y allí llamó a su padre. Cuando el pequeño amigo se hubo ido. Akihiko se encargo del “problema”.

No lo iban a tomar de nuevo por un tonto ni por un idiota. Arrastro por el suelo a su “querido” hijo y lo llevo hasta su propia habitación. Allí y con rudeza aunque con la resistencia del menor borracho, lo ató en su cama por las muñecas. Después le inmovilizó las piernas sentándose en ellas y apoyando su peso en las piernas del menos. Le bajó la ropa interior y con un cinturón de cuero comenzó una sesión de “nalgadas”, es decir, comenzó a golpear el trasero de su pequeño retoño. Cuando se cansó de usar el cinturón lo hizo con sus propias manos.

La zona quedó tan enrojecida que el menor no pudo hacer más que gritar y llorar de impotencia y rabia. Regalando improperios e insultos a su “amado padre”.  Pero Akihiko tuvo que detenerse, quizás fueran los nervios, quizás la adrenalina o quizás una reacción rara de su cuerpo. Pero su entrepierna sufrió un respingo. No entendía la razón, pensó que quizás se debía a que estaba demasiado nervioso y que por eso sus nervios se habían concentrado en esa parte concreta de su anatomía.

Para buscar un poco de “alivio” froto sus caderas contra las castigadas y maltratadas nalgas de su pequeño hijo. Suerte que aún llevaba el pantalón y su dureza aún no era muy visible. Después de aliviar un poco la presión de ese lugar, se alejó de su retoño.

-  ¡Esto es solo el comienzo! Si vuelves a actuar como una pequeña zorra te castigare equivalentemente a tu comportamiento – le advirtió seriamente su padre

-  ¡De...de...de..sat..ame! - dijo Misaki hipando de miedo y dolor - ¡Hijo de...! 

La frase no pudo ser finalizada, Akihiko le dio una buena cachetada en la mejilla.

-  Por hoy, dormirás así – Akihiko aflojó el nudo de las ataduras, lo suficiente para no impedir la normal circulación de la sangre pero sin permitir que el menor pudiera moverse demasiado, solo podía mover levemente el contorno de las muñecas para impedir que no se durmieran y así no cortar el riego sanguíneo

Para evitar el ruido de las patadas del menor, también ató sus piernas a cada lado de la cama.

La borrachera y la golpiza de su padre hicieron a Misaki desmayarse de agotamiento. Había llevado su cuerpo más allá del límite.

Notas finales:

¡Ojala les gustara! ^^

Sal-1-2! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).