Hacía tres semanas que Misaki había desaparecido, nadie tenía noticias del menor, la policía había preguntado a la ciudadanía sobre el pequeño castaño pero nadie recordaba haberlo visto. Akihiko tuvo que dar una rueda de prensa junto a su editora, evito confesar que se trataba de su hijo, en su lugar siguió con la mentira de que se trataba de un sobrino suyo. La prensa le hizo mil y una preguntas pero Akihiko intentó evadir las preguntas más comprometedoras. Después de informar por televisión sobre la desaparición de su sobrino, se recluyo en casa.
No hablaba apenas con nadie y del asunto se encargaban Hiroki y Aikawa, entre ambos atendían a las llamadas de teléfono. Algunas llamadas eran de admiradoras y seguidoras que le envían ánimos y mucha suerte en su búsqueda, otras falsas esperanzas.
Mientras, Misaki se encontraba también recluido, después de ser brutalmente violado, ese hombre no lo había vuelto a tocar. Al menos, no sexualmente. Es cierto que cada vez que intentaba huir o llamar a la policía, le daba una pequeña paliza. Le tenía pánico a ese hombre. Por eso había optado por no provocarle. Él se encargaba de los quehaceres de la casa, lavar la ropa o hacer la comida.
Por el momento, se había acostumbrado a no replicar a esa persona.
Por la noche vieron el noticiero y como su nombre junto con una foto de su rostro era publicada. Ambos estaban sentados en el sofá, ese hombre lo abrazaba de forma posesiva pero cuando vio la noticia de su búsqueda lo miró con enojo. Como si lo estuviera culpando de algo con la mirada.
- ¡Tu eres familiar de un famoso! - exclamó enojado – Me has puesto en un gran problema
- Yo...lo siento – se disculpó el menor con sumisión – No sabía que me estaban buscando
- ¿Quieres regresar a casa? - le preguntó el hombre – Sería más fácil para mi matarte y abandonar tu cuerpo en cualquier cuneta y nadie te encontraría...¿no crees?
- ¡Pero yo no tengo nada que ver en esto! ¡Yo no tengo la culpa! - intentó explicar el menor
Todo fue inútil. Ese hombre le propino una fuerte golpiza. El menor se intentaba proteger la cabeza con sus pequeñas manos. Pero el hombre seguía golpeando cualquier parte de su cuerpo. Cuando por fin el menor dejo de moverse el adulto se detuvo. Quizás el adulto lo diera por muerto o quizás es que ya se había cansado de golpearlo.
El adulto cubrió el cuerpo del menor con un par de sabanas, luego lo cargo entre sus brazos y lo llevo hasta su auto. Condujo por media hora y al final se detuvo.
Cargó el cuerpo del menor hasta un descampado, al lado de unos altos matorrales y una zanja, allí lo abandonó.
Akihiko sintió un escalofrío, estaba encerrado en su despacho y de repente se puso en pie. Sintió que algo no iba bien. Era como si Misaki lo estuviera llamando, quizás solo fuera la conciencia del menor quien lo llamaba, pero sentía que su hijo no estaba bien. Abrió la puerta de su despacho con rudeza y ante ella se encontró a su editora.
- ¿Que ocurre? - le preguntó Aikawa viendo el horror reflejado en los ojos del hombre
- Tengo un muy mal presentimiento, Misaki corre un grave peligro – dijo el escritor – No me preguntes por qué, pero sé que corre peligro...Saldré a buscarle
Hiroki se encontraba en la cocina haciendo la cena y vio todo el jaleo desde abajo.
- No puede ir, de eso se está encargando la policía, además, ya hemos buscado por todas partes y no lo hemos encontrado, ¿no? - le dijo su amigo intentando calmar al escritor
- ¡Es mi hijo! Debo irle a buscarle – bramó enojado al no ser comprendido
El escritor cogió su abrigo y salió de su departamento. En su interior algo le decía constantemente que su niño corría peligro. Era ese miedo lo que lo impulsaba a salir a buscarlo.
Cuando salió a la calle, notó el frío que hacía, suerte que había cogido un abrigo. Corrió por las calles pero ninguna le hacían sentir que se estaba acercando al paradero del menor. No quería volver a llorar. Ahora necesitaba concentrarse en los posibles lugares donde podría estar Misaki. Después de dos horas caminando llegó hasta un descampado, dudaba que su niño se encontrase en ese lugar. Camino un poco por el lugar, casi con miedo, como si temiera encontrarse algo o alguien desagradable. Llegó hasta el final del descampado donde una zanja separaba esa trozo de terreno con un bloque de apartamentos a unos veinte metros. Allí encontró un pequeño saco blanco, algo en su corazón le impedía acercarse más. Intentó interiormente no creer en que se trataba de su pequeño hijo, pues tenía una muy pequeña forma. Al acercarse más y palparlo. Notó en el tacto que era duro, quizás fuese un pequeño maniquí infantil.
Destapó un poco ese pequeño bulto y lo vio, era lo último que hubiera querido ver. Se trataba de su hijo, pero dudaba de si estaba vivo o muerto. Acercó su oído en el pecho del menor y pudo escuchar el pequeño y lento palpitar de su corazón. Lo cargó entre sus brazos pero recordó que no tenía consigo su móvil. Llevo al pequeño de regreso a casa. Avisó desde el videoportero a Aikawa y Hiroki del hallazgo. Ambos bajaron con el móvil del escritor y llamaron a una ambulancia.
Akihiko y Misaki fueron juntos con ambulancia, mientras que Hiroki y Aikawa fueron juntos en taxi. Cuando llegaron al hospital, ingresaron a Misaki a la unidad de neurocirugía, después de hacerle un tac cerebral y un electroencefalograma. El doctor Kusama que atendía a Misaki desde que había llegado al hospital. El cual era también pareja de Hiroki. Salió con un informe completo de los resultados. Le informó al escritor que Misaki tenía amnesia temporal a causa de un fuerte golpe en la parte trasera del cráneo.