Kusama entró en su departamento y vio a su pareja durmiendo en el sofá, pensó que quizás se había dormido mientras lo esperaba de que llegase del hospital. Se acercó lentamente a su pareja y beso sus labios.
- Buenos días, Hiro-san – le susurró bajito viendo como su novio comenzaba a despertar – Gracias por esperarme
Hiroki se despertó y desperezo estirando los músculos de sus brazos, recibiendo a su pareja con una leve sonrisa tímida.
- Buenos días...- le devolvió el saludo el terrible profesor - ¿Que hora es?
- Las ocho, es temprano, debías haber dormido en la habitación – le regañó con dulzura el doctor – Hiro-san, te dejaste la televisor encendida
Kusama apagó el televisor y beso los labios de su pareja. Hiroki correspondió gustoso al beso que le daba su pareja.
- Hoy visite a Misaki de nuevo – le comentó Kusama – Pobre muchacho, parece que sigue estancado, cada día le repito los mismos consejos para que intente avanzar, pero no parece querer escuchar
- ¿Por qué no planteas tus consejos en forma de juegos? La seriedad de los adultos puede aveces resultar aburrida, recuerda que tiene diez años – le prepuso el profesor – Es solo un niño, los sermones no gustan a nadie
- ¿Que tipo de juegos puedo hacer con Misaki? - preguntó el doctor – No se me ocurre ninguno
- ¡Suerte que tienes a un profesor de letras a tu lado! - bromeó Hiroki – Pues, puedes plantear a Misaki juegos lúdicos, juegos con anagramas, juego de palabras acrósticos, hay infinidad de juegos de palabras
- ¿No hay una forma de convencer a Misaki más sencilla? No conozco muchos juegos de palabras – dijo Kusama un poco deprimido – realmente quiero ayudarle
- Si quieres que Misaki se recupere, simplemente dale algo que se llama “tiempo”, todos estamos intentando que él colabore y recuerde a ese tipo, también lo presionamos para que se recupere más rápido, ya te dije que es solo un niño, no puedes exigirle lo mismo que le exigirías a un adulto, eres su doctor, tu sabrás que le conviene mejor que yo o incluso que Akihiko, es solo un consejo, pero en lugar de hablar del tema constantemente intenta que sea Misaki quien vaya hablando
- Misaki se niega en redondo a hablar del tema, necesitamos que recuerde a ese tipo, de lo contrario nunca podremos buscarlo ni enjuiciarlo y también necesitamos que deje ya de encerrarse a si mismo, de todos formas, no me queda mucho tiempo con él, él será dado de alta en tres días – le recordó el doctor a su pareja – Me siento mal como doctor por no poder ayudar a Misaki
- Ya te lo dije, dale tiempo, solo un poco más de tiempo, en cuanto salga del hospital, Akihiko se hará cargo de él, pero personalmente creo que deberíamos darle tiempo, todos lo estamos presionando para que recuerde o haga, pero Misaki debe hacer las cosas a su manera, sin prisas, lo que buscamos es que salga de esa depresión ¿No? Entonces...¿Por qué le presionamos constantemente para que haga las cosas en el tiempo establecido por nosotros los adultos? Akihiko sabrá encargarse de Misaki, no te preocupes, lo dejarás en buenas manos – Hiroki bostezo un poco cansado pues había estado despierto más de media noche - ¡Tanto hablar de Misaki me pone celoso! ¡Últimamente solo hablas de él!
Kusama entendió la indirecta, Hiroki también necesitaba un poco de su atención. Acerco su rostro al de su pareja y tomo los labios con dulzura siendo correspondido de igual manera. Poco a poco el doctor puso sus manos alrededor del cuello de su pareja para profundizar aquel beso.
- Lamento no haberte puesto atención últimamente – se disculpo seriamente el doctor – He sido bastante egoísta y no he te prestado apenas la atención que realmente te mereces
- ¡Dejate ya de disculpar por todo! Ahora solo estamos tu y yo – le recordó Hiroki - ¿Piensas...hacerlo aquí en el sofá o me llevarás a la cama?
El doctor no lo pensó dos veces, cargó a su pareja al más puro estilo princesa y lo llevó hasta la habitación que compartían. Allí comenzaron con los preliminares, se besaban mutuamente, pero tomando el tiempo necesario para saborear aquellos besos. La temperatura de los dos iba subiendo lentamente.
- Hiro-san, gracias por amarme tanto – le agradeció el médico – agradezco al destino por haberte puesto en mi camino
- ¡Oye! ¡No me compares con una señal! Eso sonó como si fuese algún tipo de señal que es puesta en un camino para que la gente no se pierda – Hiroki bromeó haciendo simulando estar enojado
- Solo quería darte las gracias por haber entrado en mi vida y seguir en ella – le agredeció el médico escabullendo sus manos por debajo de la pijama de su pareja y tomando entre sus dedos uno de sus pezones – Deja ya de provocarme...
El profesor gimió al sentir su pequeño y sensible pezón entre la yema de los dedos de su pareja. Solo habían comenzado con los preliminares y ya se encontraba gimiendo. Pero era imposible no gemir teniendo a un joven, atento y bello doctor encima del cuerpo complaciendote en todo. Kusama desabrocho botón por botón la parte superior de la pijama de su ya excitada pareja, con cada botón que era desabrochado, el doctor besaba esa parte de piel descubierta. Hiroki sentía que su corazón palpitaba sin control, era deliciosa la atención que su pareja ponía en su cuerpo, esos besos, sentir la traviesa lengua de él en su pecho, era todo exquisito.
El travieso doctor le hacía cosquillas y mimos en el pezón derecho mientras en el otro repartía pequeños besos, lamiendo esa zona tan sensible del profesor. Hiroki enredaba sus dedos en el oscuro y espeso cabello de su pareja para atraerlo más a su cuerpo a su pareja. Pero a los pocos minutos ya estaba pidiendo más, quería que su pareja se ocupase del “problema” que tenía entrepiernas.
- No..Nowa..ki – le pidió Hiroki moviendo sus caderas y frotandose contra las caderas de su pareja - ¡Hazlo ya!
Kusama desnudó por completo a su pareja y bajo su cabeza hasta la endurecida entrepierna del profesor. Sin dudarlo, tomó el miembro en su boca y le hizo la más maravillosa y deliciosa felación que el profesor había sentido jamás. El doctor subía y baja su boca mientras con sus manos acariciaba los muslos y los testículos de su pareja. Los dos estaban ya muy excitados.
El joven doctor también se desnudo a si mismo y cuando ambos ya estuvieron desnudos, se recostó al lado de su pareja.
- Hiro-san, ¿confías en mí? - preguntó besando sus labios el doctor - ¿confías en mi?
- ¡Claro que confío en ti! No me digas que ahora vas...a..detenerte – Hiroki no perdonaría que su pareja se detuviera a esas alturas
El doctor le pidió que cerrase los ojos y el profesor obedeció, sería capaz de tirarse desde lo más alto del “Empire State” con tal de que su pareja no se detuviese. Kusama abrió el cajón de la mesita de noche que había al lado de la cama y cogió un antifaz, lo puso en los ojos de su pareja. Tomó un poco de lubricante en sus dedos y con ellos froto el endurecido miembro de Hiroki quien al notar el frío lubricante dio un pequeño gemido. Kusama dilato su propia entrada con un dedo pero pronto eso ya no era suficiente, guió el duro miembro de Hiroki hasta su cueva y lentamente fue bajando sus caderas hasta que sintió todo el miembro de su pareja en su interior.
Hiroki sentía una agradable sensación, pero no sintió la acostumbrada presión en su entrada, en lugar de eso, sintió una agradable presión en su miembro, no sabía que era y el oscuro antifaz le impedía ver alguna cosa. Kusama comenzó a mover muy lentamente sus caderas, subiendo y bajando, a un ritmo harmonioso. Hiroki pronto adivinó de que se trataba ese juego, con rapidez, se quitó el antifaz y vio como su pareja lo estaba cabalgando. Era la mejor sorpresa de todas, pues aunque no le desagradaba adoptar el papel de pasivo, ver a su dulce amante y cariñosa pareja esforzándose en complacerle y darle semejante placer le dejaba sin palabras.
El profesor ayudaba a su pareja moviendo al unisono sus caderas, luego recostó a Kusama en la cama y se situó entre las piernas del joven doctor, sin dejar de penetrarlo en ningún momento. Sabía que para Kusama Nowaki aquella era su primera vez desempeñando el rol de pasivo por eso intentaba tener el máximo cuidado posible para no lastimarlo. Kusama rodeo los hombros de su pareja para acercarlo más a su cuerpo y así profundizar las penetraciones. Aunque era su primera vez, sentía que Hiroki se contenía y la preocupación de su pareja por su persona, lo colmó de gozo y felicidad.
- Hi..Hir..o-san – dijo Nowaki entre corrientes de placer y gemidos – Se...se siente...muy bien...aah ahh
- No...Nowa..ki – Hiroki se movía al compás de los movimientos de cadera de su pareja – Er..eres muy es..trecho aahhh ah
Con el transcurrir de los minutos, la habitación se llenaba de jadeos y gemidos por parte de ambos hombres. Hiroki golpeaba y penetraba ahora con cierta rudeza el interior de su amante mientras Kusama atraía más las caderas de Hiroki al rodearlas con sus piernas, ambos estaban a pocos segundos de venirse. Hiroki tomaba el miembro de su pareja entre sus dedos y lo ayudaba a masturbarse y estimularse.
Hiroki sintió como los labios de Kusama capturaban los suyos y finalmente y en un gemido ahogado en la boca de su pareja, se vino en el interior del doctor. Kusama se vino entre los dedos de Hiroki, manchando su ambos vientres.
El profesor salió del interior de su pareja y se recostó a su lado.
- G..gr..graci..as por l..la sorpresa – dijo intentando recuperar el aliento - ¡Ya no eres virgen por ningún lado ahora!
- Hiro-san...Deja de decir esas cosas, ahora soy yo el que se avergüenza – dijo Kusama con un gran sonrojo en sus mejillas
Ambos se besaron y se quedaron profundamente dormidos, abrazados y entrelazando sus piernas.