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Incest por Laia16

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

¿Como han estado? Por fin tengo internet y por fin puedo actualizar ^^

Este capítulo me costó bastante hacerlo y lo hice en los momentos de tranquilidad que tenía por las noches, así que no se como habrá salido ¬¬

Ojala les guste aunque sea un poquito y puedan dejar su opinión en la cajita de comentarios, yo lo agradaceré mucho mucho muchisimo!! ^^

Gracias de antelación por leer este capítulo y espero que les guste :)

 

Misaki despertó una hora después, se encontraba recostado en su cama, pronto noto que no estaba solo y que se encontraba entre los brazos de alguien. Miro a la persona que se encontraba a su lado y se percató de que se trataba de su amigo, por unos momentos se sintió aliviado y hasta cierto punto incluso relajado. El joven castaño de devolvió el abrazo, con su amigo se sentía tan seguro y tan protegido. Cerro los ojos pero de repente las palabras que su padre le había dicho antes asaltaron su menta haciendo que tuviera un pequeño sobresalto.

 

Se sintió culpable por hacer que su padre tuviera que decirle eso tan cruel, pero incluso ni con esas lograba levantar cabeza. Intentaba reflexionar en el silencio de su habitación. Reflexionaba en cada una de las palabras que su padre le había dicho, tenía toda la razón, había sido su culpa por huir de noche, solo y sin avisar a nadie. Pero no estaba dispuesto a perdonar a su padre, quien no entendía su sentir, no entendía sus sentimientos. Con cuidado de no despertar a su durmiente amigo, deshizo el abrazo y se sentó en el borde la cama.

 

“¡Reacciona!” le había dicho su padre pero ¿Como poder reaccionar ante todo el miedo y dolor por el que pasó?

 

“¡Te estás quedando solo!”, no, eso no era cierto, contaba con su amigo, con su doctor Kusama, incluso con un poco del apoyo de su profesor de literatura, además y aunque le costase reconocerlo, también contaba con el gran apoyo de su padre.

 

“¡¿Cuanto tiempo más planeas seguir siendo la victima de esta historia?!”, no quería ser la victima ni tampoco quería ser visto de tal forma, no quería ser la victima delante de sus allegados, quería que entendiesen que solo manifestaba y demostraba sus temores.

 

“¡¿Cuanto más pretendes culpar a los que te rodean?!”, ¿De verdad su padre se sentía tan culpable por su culpa?, ¿De verdad lo había hecho sentir de ese modo de manera directa o indirecta? ¡Entonces, seguro que lo había defraudado! Seguro que había sido el peor de los hijos, el reflexionar en esa frase se hundió un poco más en su depresión. Era cierto que había sido la victima en todo ese asunto ignorando en el camino los sentimientos de las personas más cercanas a el.

 

“¡¿Cuanto más pretendes hundir en la desesperación a los que te apoyan?!” Desesperado, ¿Así se sentía su padre? ¿Desesperado por no poder ayudarlo? ¿Desesperado por no poder sacarlo de ese pozo oscuro y triste? Poco a poco esas palabras calaban y se hundían más y más en su interior, perforando su corazón. Temía que por culpa de sus miedos internos llegara a perder a su padre, perder el apoyo de el único familiar que le quedaba, su padre al fin y al cabo era todo su mundo.

 

“¡Eres un cobarde que prefiere esconderse en su mundo de pesadillas a ser un valiente y enfrentarse a ellas!”, ¡Era tan cierto! ¡Era un tonto y un cobarde! ¡No servía para nada! ¡Ni siquiera era capaz de luchar contra sus demonios internos! ¡Era un cobarde por no enfrentarse de una vez a la realidad, su realidad, su presente y guardar para siempre su pasado! Pero es que daba tanto miedo enfrentarse, incluso después de un año, seguía teniendo pesadillas.

 

Se levanto de la cama, quería al menos intentar disculparse con su padre, quería demostrarle que estaba dispuesto a superar esa etapa de su vida, quería demostrarle que no sería más un cobarde, que superaría por fin sus miedos, que los dejaría guardados lejos o al menos lo intentaría. Salió de su habitación y camino por el largo pasillo del duplex, todo estaba oscuro, no había ninguna luz encendida, era muy extraño pues no pensaba que fuese tan tarde.

Intentaba no caerse mientras se apoyaba a ciegas en la pared, palpaba a la nada, caminando despacio, pasito a pasito.

 

Llego a la habitación de su padre, abrió la puerta un poquito y allí estaba el adulto, sentado en el borde de la cama, con las mejillas húmedas, significado de haber llorado anteriormente. Ver a su padre en tan lamentable estado aún le hizo sentir más miserable, más culpable. Con pasos trémulos se fue acercando lentamente a su padre, temía la reacción del adulto.

 

Cuando por fin estuvo frente al adulto, lo abrazo, rodeando su cuello y sus hombros con sus delgados brazos y en un susurro le dijo: “Lo siento”, repitió su disculpa varias veces esperando y deseando que su padre las aceptase. Pero el adulto había bebido y consumido demasiado alcohol por lo tanto no era muy consciente de sus acciones, aún así, le devolvió el abrazo para después, recostarlo en la cama con cierta brusquedad que asusto y alarmo al más joven. Misaki se dejaba hacer pero en el fondo tenía miedo de lo que podía suceder.

 

-  ¿Porqué no puedo nunca alejarte de mi mente? ¿Porqué solo pienso en ti? - frases similares las repetía el adulto constantemente posicionado encima de su hijo - ¿Porqué me hieres de esta forma? ¿Porqué no lo comprendes?

 

El menor se sentía asombrado y un poco feliz por llegar a ser tan querido por el adulto, abrazo de nuevo a su padre y oculto su lloroso rostro en su pecho. El adulto lo aparto de si, tomo la casi vacía botella de alcohol, quito el tapón con fuerza, dio un largo sorbo y luego beso a su hijo, pasando de boca a boca la fuerte y embriagadora bebida. Misaki al principio se resistió, pero al final accedió por miedo a enojar a su padre. El fuerte licor quemaba la joven garganta del menor, tenía un saber agridulce.

Akihiko tomo la botella de Snake Venom y lo acerco a los temblorosos labios de Misaki quien disimuladamente intentaba alejar de si esa pequeña botella, el adulto presiono un poco mas los labios del menor y al final este acepto al fin la bebida, tomando un solo y corto trago. Misaki tosió al sentir el alcohol bajar por su cuello quemando un poco su paladar.

 

-  ¿Por qué haces esto? - pregunto Misaki sintiendo el adulto besar su cuello al principio con dulzura para luego combinarla con leves mordidas, dejando la marca de sus labios en el

 

-  No lo se...no lo se – dijo el adulto acariciando la mejilla del menor – Quizás por qué estoy borracho, quizás por qué lo deseo, quizás por qué estoy confundido...

 

Misaki se indigno al entender que su padre solo lo estaba utilizando para desahogar su frustración, dolor y su pesar. No quería ser utilizado de esa forma, quería alejarlo de si, no quería tener a su padre encima suyo. Pero en lugar de alejarlo, enredo sus dedos entre el cabello y con fuerza beso a su padre, era un beso voraz y demandante, que quien llevaba las riendas de la situación no era el adulto sino el menor. El joven presionaba sus labios con fuerza contra los labios del escritor, luego de unos segundos, se separaron.

 

-  Sumi-senpai está durmiendo en mi habitación – recordó en ese momento Misaki y no puso si dijo eso para alertar al adulto o simplemente se lo dijo a si mismo en voz alta para recordarse que esa situación no podía continuar ni ir más lejos

 

-  Es igual...eso no me importa – Akihiko le dio a beber un poco más de esa bebida alcohólica y esta vez fue el menor quien incluso sujeto la botella y dio otro corto sorbo, tragando un poco y besando a su padre de nuevo para que bebiera un poco de esa bebida de sus propia boca

 

-  Esta bebida es muy fuerte...¿Que es? - preguntó Misaki sintiendo como le quemaba el pecho, le costaba un poco respirar y el alcohol poco a poco iba haciendo su efecto en el joven e inexperto en beber del menor

 

-  es Snake Venom, tiene 68% de alcohol y seguramente es la bebida más fuerte que has probado – Akihiko sintió un fuerte dolor de cabeza, quizás a causa de tanto alcohol que había consumido, se levanto de encima de su hijo y se sentó en la cama

 

-  ¿Que ocurre? ¿Estás bien? - pregunto Misaki a su padre al ver como su padre se sujetaba la cabeza con ambas manos y la movía negativamente de derecha a izquierda con una mueca de dolor en el rostro

 

-  ¡Vete! ¡Vete! - bramo Akihiko – Vete, por favor...es lo mejor 

Lo último fue dicho casi como una suplica, no quería abusar de su propio hijo y sentía que cada vez tenía menos control de su cuerpo, no estaba bien besar a su hijo, eso era casi un delito y si añadimos a que el menor solo contaba con once años solamente, se volvía aún peor. Se sentía un monstruo, un animal, el peor padre del mundo. No se permitiría actuar como el abusador que se aprovecho de su pequeño, quería ser un buen padre.

 

Misaki se asusto, pero no reaccionaría como en el pasado, no huiría, quizás sería lo mejor, huir antes de que el adulto se enojase más, pero no quería seguir mostrando la faceta de un cobarde, quería estar al lado de su padre, su única familia que ahora le quedaba. Por eso, en lugar de huir, solo volvió a abrazar al adulto.

 

-  No huiré, me quedare, no te preocupes, ahora me necesitas tu y yo estaré contigo igual que tu estuviste conmigo – le susurro en el oído el menor de pie, mientras su padre ahora le devolvía el abrazo y lloraba desahogando todo el pesar que había en su corazón

 

Ambos se quedaron abrazados por un largo tiempo, disfrutando del silencio que había en esos momentos en la habitación. Sin decir nada, solo con ese abrazo era suficiente, el adulto quería volver a confiar en su hijo, quería creer que Misaki se estaba recuperando, pero le costaba creerlo. Había confiado en su hijo todos esos meses atrás y sabía muy bien que la depresión de Misaki aún no estaba superada, sabía que quizás por la mañana, Misaki volvería a llorar, a encerrarse en su habitación, dejaría de nuevo de comer, dejaría de ver las cosas como las veía en ese momento, volvería a sufrir. Pensar en eso lo torturaba, no podía ni quería seguir viendo como su hijo se auto-destruía con el transcurrir de los días.

 

El joven adolescente pareció leer la mente de su padre, pues lo abrazo con más fuerza para transmitirle un poco de confianza.

 

-  Intentaré...no seguir pensando en el pasado...pero necesito tiempo – le pidió Misaki – Tengo miedo de volver ser herido...tengo miedo aún de muchas cosas...pero con el tiempo lograre superar todo esto...

 

La voz del joven sonaba segura, serena y pausada, quería mostrar seguridad pero temía solo estar mostrando inseguridad y miedo. Misaki quería comenzar a ver a ese hombre como su padre. Quería y deseaba poder comenzar a confiar en esa persona, pues ya estaba cansado de seguir desconfiando del adulto.

El alcohol en el cuerpo de ambos estaba en el punto más álgido, ambos lo sabían y lo podían notar viendo a los ojos del otro. Quizás por eso, Misaki fue el que volvió a dar el primer paso besando los labios de su padre, introduciendo su inexperta lengua en la cavidad bucal del adulto, recostando al mayor en la cama con el peso de su cuerpo sin deshacer ese beso.

Akihiko no entendía el cambio sorpresivo de su hijo, pensó acertadamente que quizás se debía a la influencia del alcohol en el cuerpo del menor, por eso hablaba de esa forma tan pausada y pastosa, como si le costase pronunciar las palabras. De repente, sintió el pesado aliento de su hijo en su cuello, quiso preguntar que hacía, pero al levantar el rostro de su hijo vio que se había quedado completamente dormido.

 

El adulto recostó al menor a su lado y por primera vez en muchos meses, pudieron descansar y dormir juntos.

A la mañana siguiente, todo era un caos. Keiichi los descubrió íntimamente abrazados, Misaki cuando despertó, no recordaba absolutamente nada de lo ocurrido horas antes, ni su tierna disculpa, ni sus besos con su padre, nada, absolutamente nada. Es más, el menor culpaba de nueva cuenta al mayor por “haberlo secuestrado y raptado la noche anterior” para “hacerle quizás cosas feas sin su consentimiento”, desahogando su frustración con su padre, se sentía ofendido y enojado. Más aun después de ser descubierto abrazando y abrazando a su padre por su amigo. Aikawa regañaba al adulto por qué apestaba a alcohol y también temía que se hubiese propasado con su propio hijo bajo el efecto de la borrachera, en resúmen:

Misaki desahogaba su resaca con su padre, Keiichi no entendía para nada la situación, Aikawa aparecía de buena mañana dispuesta a dar guerra y Akihiko aguantaba los sermones que le llovían y llegaban de todas partes con un terrible dolor de cabeza pero recordando parcialmente lo sucedido en su habitación unas pocas horas antes de amanecer.

Notas finales:

Por cierto, tengo un especial navidad de Misaki x Usagi ^^ Es bastante tierno y de un solo capítulo, ¿Desean que lo suba?

Saludos a todos!


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