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Incest por Laia16

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Notas del capitulo:

Lamento la demora, pasé por una dura gripe y naturalmente no estaba con animos de publicar nada T_T

Dejando eso de lado, por fin puedo publicar y actualizar el fic ^^

Saludos!! ^^

 

Encerrado en su habitación, allí encontró una gran sorpresa, lo alegro tanto que comenzó a dar pequeños saltitos dentro de su habitación. Se acerco lentamente hasta donde estaba su sorpresa. Lo miro por un largo rato, largando suspiros. Abrió la pequeña jaula y saco de su interior al pequeño conejo, era de un color blanco como el algodón, con el interior de las orejas completamente de un color rosa pálido.

Lo acurrucó entre sus brazos, era tan pequeño, tan esponjoso, tan suave. Bajo las escaleras totalmente ilusionado con su nueva mascota.

 

-  ¡¿Esto es para mi?! - preguntó con una gran sonrisa - ¿es para mi?

 

-  Sí, supongo que necesitaras algo para distraerte, un perro sería demasiado problemático, pensé que estaría bien que tuvieras una pequeña mascota, aunque no creo que te ayude mucho a distraerte, pero al menos ya no te sentirás tan solo por las noches

 

Akihiko no quería confesarle que lo había comprado por qué realmente le dolía ver a su hijo tan deprimido.

Misaki daba saltos por todo el apartamento, el adulto tenía razón, por las noches podría dormir con...¿Que nombre podría ponerle? No necesito pensarlo ni un minuto.

 

-  Se llamara, Usagi-chan – le dijo a su padre con una sonrisa – ...tu también dijiste que no necesitaba ser tan formal, entonces también te pondré un apodo, le llamare Usagi-san, ambos serán Usagi...

 

-  Tienes mucha imaginación – dijo con sarcasmo su padre – es igual, si así lo quieres, a mi no me molesta...

 

El menor estaba feliz, fue en ese momento que cayo en la cuenta, ese era el primer regalo que había recibido por parte de su padre. Era cierto que le había comprado algunas cosas útiles, como ropa y los accesorios para poder ir al colegio. Pero hasta ahora, nunca le había comprado ni regalado nada para su distracción.

El adulto veía a su hijo sosteniendo el pequeño conejo blanco, no esperaba esa reacción tan entusiasta por parte de su hijo.

 

-  Venga, deja ese bicho en su jaula – le apremió su padre – debemos regresar al colegio...

 

-  ….Valeeee – aceptó Misaki subiendo las escaleras despacio pues quería aprovechar para estar con su nuevo “amigo” un rato más

 

Al llegar a su habitación, dejó el pequeño conejo blanco en su pequeña jaula y se despidió.

 

-  Adiós, pequeño Usagi...

 

Volvió a salir de la habitación con las libretas para las lecciones de la tarde. Bajó las escaleras y tomó su mochila.

 

-  Ya estoy listo – dijo Misaki viendo por última vez hacía su habitación

 

Akihiko no le respondió, tomó su paquete de tabaco y también salió tras el menor.

Llegaron de manera puntual, Misaki bajó del auto y se dirigió a la entrada de la escuela.

Pero esta vez, nadie lo estaba esperando, eso le deprimió pues quería ver a su amigo y solucionar ese problema. Subió las escaleras de dos en dos, al final de las mismas encontró a su amigo, con una visible cara de enojo.

 

-  ¡¿Por qué no viniste a recibirme?! - preguntó Misaki solo por curiosidad

 

-  No quería ver a tu tío, por eso te esperé aquí – se excuso Sumi con su amigo – además, no debería importante si vengo o no vengo a recibirte, total, ya no somos amigos, ¿no?

 

-  ¡Si lo somos! No culpes a mi tío de nuestra amistad...- respondió Misaki alterado sin percatarse que la alarma de aviso del inicio de las clases comenzaba a sonar – somos amigos, Sumi-Senpai...lo somos

 

-  Yo no soy tu amigo y no lo seré hasta que te permitan venir a tomar un simple refresco conmigo...No quiero ser tu amigo dentro de esta escuela, quiero ser tu amigo también fuera – replicó Sumi dando la espalda a Misaki y dirigiéndose a su aula

 

Misaki no respondió nada, también se dirigió a su aula, con tan mala suerte y la clase ya había comenzado. Al final fue regañado por el terrible “demonio”, no le temía, pero si temía sus largos y aburridos sermones.

Ese día no fue su mejor día, no solo entró con retraso a su primera clase, sino que el compañero que le había anteriormente su libro de materias no se lo había regresado, logrando otro largo y aburrido sermón por parte de Harokou Hirobashi, su maestro de música.

La hora del almuerzo tampoco fue muy divertida, su amigo ni siquiera lo había esperado ni lo había ido a buscar, y aunque Misaki se había esforzado en localizar a su amigo, no lo halló por ninguna parte. Dándose por vencido.

Al mediodía, Akihiko lo fue a recoger pero Misaki no estaba por ninguna parte, dio vueltas con el coche por toda las cercanías del colegio, pero su hijo no aparecía por ningún lugar. Se extrañó, pues su hijo no era capaz de huir sin pedir permiso antes. Algo no cuadraba y debía encontrar pronto a su hijo.

 

Sumi corría por las transitadas y concurridas calles de Tokio, dio un giro brusco hacía la izquierda y luego otro hacía la derecha, hasta que se perdieron entre las callejuelas de la capital.

 

-  ¡No podemos descansar! ¡Tu tío nos alcanzara! - habló el mayor de los dos – Es nuestra oportunidad de dar una vuelta

 

-   ¡Pero estoy cansado! - protesto el menor de ambos intentando soltar el agarre de su amigo – además, no me gusta escaparme, seguramente debe estar preocupado y debe estar buscándome

 

Misaki y Sumi se apoyaron contra una pared de una oscura callejuela sin saber exactamente donde se encontraban. Pero eso no importaba, lo importante es que habían conseguido dar esquivazo al persistente tío del castaño. Pero el muchacho no se sentía feliz, sabía que su padre lo estaba buscando pero temía decepcionar a su amigo si no cumplía “sus indicaciones”. Por eso decidió que lo mejor era seguirle la corriente, al fin y al cabo, tarde o temprano su amigo se cansaría de huir o de jugar.

 

-  Oye, ¿no crees que mejor vamos a tomar algo? - preguntó Misaki, esos lugares tétricos y oscuros no le gustaban para nada, lo mejor era salir cuanto antes o terminaría mojando sus pantalones – hemos corrido mucho ¿no te parece? Creo que lo mejor es ir a tomar algo

 

-  ¡De acuedo! Pero prometeme que no huiras...Iremos a tomar algo, pero que no sea en el centro ni cerca del colegio, tu padre nos buscara en esos lugares – dijo Sumi leyendo la mente de su amigo - ¿Acaso no quieres divertirte? Somos jóvenes

 

Salieron de ese callejón y comenzaron a caminar despacio, cogidos de la mano, de esta forma, Sumi se aseguraba de que Misaki no huyera. Miraron distintos locales, algunos eran demasiado caros para su pequeña economía, otros eran demasiado feos o al menos no del gusto de los pequeños y otros pocos, sencillamente estaban demasiado llenos. Siguieron caminando por una hora sin rumbo fijo. Nadie les hacia caso, pues no eran mas que un par de colegiales.

Llegaron hasta un restaurante bastante bien ubicado, no era céntrico, pero tampoco estaba muy lejos del centro, además, era bastante hermoso y para mayor suerte, había poca gente. Era un “Maid Café”, un lugar donde las meseras y camareras iban vestidas con muy cortos uniformes de sirvienta, medias blancas o negras y unos zapatos de medio tacón.

 

-  ¡¡Bienvenidos al “DreaMaid café”!! - les saludó una linda mesera de cabellos rojizos y alegre sonrisa – les acompañare a su mesa

 

Los jóvenes se sonrojaron pero siguieron a la chica hasta una mesa, luego la chica se alejó y se fue a atender otros clientes del local.

 

-  ¡Es muy linda! - exclamó Misaki después de que la muchacha se hubiera alejado lo suficiente cómo para no oírle – Tiene una sonrisa preciosa y unos dientes muy blancos

 

-   ¿Dientes? ¿Te has fijado en sus dientes y no en sus senos? - preguntó Sumi que era dos años mayor y por ende comenzaba a interesarse por el sexo opuesto - ¡¡sus pechos eran enormes!!

 

-  ¿Pechos? - preguntó Misaki sin entender muy bien a lo que se refería su amigo - ¿que le ocurre en los pechos?

 

-  ¡¡Eres un mocoso!! De acuerdo, mejor dejamos el tema y miremos la carta de postres – recomendó Sumi, pues entendía que su amigo era demasiado joven para entender a lo que se refería

 

-   Claro, tu eres muy grande – dijo sarcástico el castaño a su amigo – Solo eres dos años mayor que yo

 

Después de mirar un buen rato la carta de postres, se decidieron por un “kuma-helado”, es decir, tres bolas de helado en forma de osito. Las bolas eran de chocolate, vainilla y crema. Y un helado de vainilla y trufa de chocolate. La muchacha les sirvió los postres y se volvió a retirar, pero al girarse se le subió la falda, mostrando su pequeño y redondeado trasero cubierto por una braguitas de color azul.

 

-  ¡¡Sus braguitas son preciosas!! - dijo Sumi sin apartar la vista de tan hermoso lugar - ¡¡Quiero una novia así!!

 

Misaki no entendía nada, no entendía la ilusión de su amigo al ver la ropa interior de la muchacha, total, solo eran unas bragas, tampoco era para tanto ¿o, si?.

Siguió comiendo su pequeño helado en forma de oso, sin siquiera prestar atención a su amigo, pues su mente divagaba en otro lugar. Solo pensaba en su padre, se preocupaba, pues el estaba allí, comiendo un helado con su amigo, mientras, seguro que su padre lo estaría buscando desesperadamente por todas partes. Su rostro se entristeció al sentirse culpable.

 

-  No debería estar aquí – susurró Misaki por lo bajo, pero no lo suficiente, su amigo lo había escuchado – no debería estar aquí...- repitió sin darse cuenta

 

-  ¿Que ocurre? - pregunto su amigo dando otro mordisco a su helado - ¿por qué no deberías estar aquí?

 

-  ¿Eh? Por nada... Jejeje – dijo Misaki sin darse cuenta de que había puesto de manifiesto sus pensamientos – es solo que se hace tarde...¿no? Deberíamos regresar al colegio, no podemos saltarnos las clases de la tarde – le recordó Misaki

 

Sumi suspiró resignado.

 

-  De acuerdo, regresemos, yo pagare la factura...- dijo Sumi terminando su helado, aunque se dio cuenta de que Misaki apenas si había toda su postre, eso lo enojó, pero se guardo mucho de decirle algo

 

Misaki acepto y se dirigió a la salida del restaurante, ahí, espero a su amigo que se entretuvo más de la cuenta hablando con la mesera, antes de apartar la mirada de su amigo, pudo ver como la muchacha besaba la mejilla de Sumi. Pero de nuevo, no le dio importancia.

Notas finales:

¡¡Por fin Misaki tiene vida social!! xDD

 

Yo: Pensé que Misaki no debí estar encerrado siempre o se volvería monotono y aburrido Ú.Ù

Akihiko: Si le ocurre algo o alguien le pone un dedo encima sabré muy bien quien es la culpable ¬¬

Misaki: ¡¡Dejenlo!! Tengo derecho a tener amigos, soy muy joven para volverme un anacoreta T_T

¡¡Esto es todo!! Los tres nos despedimos hasta el próximo cap :D


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