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Incest por Laia16

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Notas del capitulo:

Holitas a todos!

 

Pues os traigo la rápida actualización del capítulo ^^

Ahora mismo me pongo a responder a los comentarios que habeís dejado ^^

Gracias a todos aquellos que leen este fic y también a aquellos que comentan.

Son mi apoyo :D

Sal-1-2!

Una hora después, se encontraba de pie y juntando valor para entrar a comisaria. Suspiro un par de veces, tomó aire en sus pulmones y entro con decisión.

El joven policía que estaba de guardia lo atendió, lo guió hasta donde se encontraba su hijo durmiendo plácidamente, ajeno a todo a su alrededor al igual que Misaki. Ryouichi supo de inmediato de quien se trataba el otro muchacho, supo que era Misaki Takahashi y que actualmente vivía con su tío Akihiko. Su hijo no paraba de hablar de el, por eso lo supo nada mas verlo.

 

-  Ese niño es Misaki Takahashi, vive con el señor Usami Akihiko, puedo llevarlo a su casa, esta cerca de nuestro distrito – le informó al policía - ¿Por qué están durmiendo?

 

-  Su hijo presenta un alto grado de embriaguez, no es nada que perjudique la salud si solo se trata de un caso aislado, pero debería tener cuidado, quizás otra vez no tenga la suerte de encontrarse un oficial haciendo patrulla y cualquier desalmado podría lastimarlo y el menor no recordaría nada – le advirtió el policía

 

Ryouichi cargo a su hijo hasta el auto estacionado, luego cargó a Misaki quien se acurruco mejor entre esos brazos. Les abrochó el cinturón de seguridad y se dirigió primero a casa del castaño.

Condujo a poca velocidad para evitar accidentes, pero un auto totalmente rojo se cruzo en su camino, conducía con exceso de velocidad, parecía un loco. Le sonó el claxon a modo de protesta, pero entonces vio de quien se trataba por el espejo del retrovisor. Era Usami Akihiko, quien conducía con una mirada asesina, similar a la de un león en busca de su presa. No le quedo otra que seguir al veloz auto que se perdía por entre las calles de Tokio, siendo insultado por otros conductores quienes conducían a velocidades normales.

Al final el auto rojo se detuvo unos momentos, el conductor salió para fumar un cigarro, tiempo suficiente para que el padre de Keiichi pudiera detener su auto y bajar de el con pequeñas gotas de sudor en su frente.

 

-  Disculpe...¿es usted Usami...Usami Akihiko? - preguntó cansado por la persecución que había tenido

 

-  ¿Que ocurre? - respondió con otra pregunta y con mirada agría - ¿algún problema?

 

-  No, solo espere un momento, por favor – le pidió el buen hombre, luego se dirigió a su auto, quitó el cinturón de Misaki y lo cargó tiernamente en sus brazos – este muchacho estaba con mi hijo, juntos, en la comisaria de Roppongi, al igual que Keiichi, está un...muy borracho, ni siquiera yo se como llegaron a este estado...

 

Akihiko abrió los ojos con extrema sorpresa, su hijo estaba sano y salvo, pero con una borrachera encima enorme. Aunque de eso ya hablarían cuando el menor despertara, ahora debía dejarlo dormir. Lo sostuvo entre sus brazos y recordó que Misaki era realmente liviano.

 

-  Gracias, pero...¿como supo que vivía conmigo ni quien era yo? - preguntó con cierto interés

 

-  Hace muchos años que sigo cada una de sus publicaciones, cada uno de sus libros, desde que usted era muy joven llamó mi atención y ahora también la de mi hijo, además, fue Keiichi quien me dijo que un muchacho de cabello castaño y ojos verdes vivía con usted, no hay muchos japoneses con ese color de ojos – dijo el hombre – de todas formas, debemos irnos nosotros también, así que...si me disculpa

 

Ryouichi hizo una reverencia y se retiro hacía su auto, el cual estaba mal estacionado. Mientras Akihiko abrazó efusivamente a su pequeño, fue tan fuerte ese abrazo que termino despertando al menor. Misaki abrió muy lentamente los ojos, le pesaban los parpados y tenía la boca empalagosa y reseca. Además su cuerpo no respondía a estímulos, parecía un muñeco de rapo.

 

-  ...¿qu..e...o..ocurre? - preguntó con pesadez el menor, incluso las palabras parecía costarle pronunciarlas

 

- Descansa, hablaremos en casa – dijo su padre con afecto y ternura a su hijo – ya te avisare cuando lleguemos a casa

 

Misaki hizo caso a su padre y volvió a cerrar los ojos, cayendo rápidamente en los brazos de Morfeo. Mientras su padre conducía de regreso a casa, era ya muy tarde, casi las doce de la noche y desde el mediodía que se había preocupado enormemente por su pequeño retoño. Al principio pensó que quizás había ido a dar una vuelta con su amigo, pero con el transcurrir de las horas llego al punto de pensar que lo habían secuestrado o incluso asesinado. Cualquier cosa era posible y no descartaba ninguna. Pero ahora tenía a su pequeño en el asiento trasero de su auto, durmiendo cual ángel. Después de haberle preocupado todo el día, de haber sufrido tanto por ese niño, se había dado cuenta que ya no era aquel hombre frío, de mirada indiferente, de pocas palabras y que amaba por encima de cualquier cosa su soledad.

Se había transformado en un padre demasiado sobreprotector y preocupado.

 

Cuando llegaron a casa, Akihiko cargo al pequeño hasta su habitación, acercó la pequeña jaula del conejo hasta la comoda que tenía al lado de la cama, para que así, al despertar, no se encontrase tan solo. Luego se retiro a su habitación.

A la mañana siguiente, Misaki no recordaba nada en absoluto, solo recordaba vagamente el maid café al que fue con su amigo, pero desde ese momento en adelante, todo era confuso y cuando intentaba recordar o forzar su mente, le dolía la cabeza.

 

-  Buenos días, Usagi-chan, ¿cómo te encuentras hoy? - pregunto al pobre conejo que estaba echo un ovillo en su jaula, ajeno al monologo del menor – tomare eso como un bien...

 

Misaki se puso en pie, pero se tambaleo y termino sentado en el suelo.

 

-  ¡¡¿Que diablos me ocurre hoy?!! - se preguntaba enojado a si mismo el pequeño castaño – me duele la cabeza, no puedo ponerme en pie y encima mi conejo no me habla...seguro debe estar enojado conmigo, ayer...¿ayer le puse comida y agua? Creo que si...¿no?

 

Akihiko abrió la puerta preocupado y alertado por los gritos de su hijo.

 

-  ¿Con quien estas hablando? - preguntó fumando uno de sus cigarros - ¿Acaso te volviste loco?

 

-  ¿Por que me insultas? No entiendo a que te refieres...Por cierto, ¿que día somos hoy?

 

-  Jueves, doce de mayo...¿por? - Akihiko no entendía esa pregunta

 

- Ayer...¿eramos once...de mayo? - Misaki pensó un poco, pero volvieron los dolores de cabeza, tan intensos y molestos - ¿Que ocurrió ayer?

 

-  Que te emborrachaste por primera vez y no se que más ocurrió, solo eso – le confeso Akihiko a un atónito, incrédulo y sorprendido Misaki

 

-  ¡¡No es cierto!! Yo nunca haría algo así, nunca...¡¡Eres un mentiroso!! - Misaki estaba a punto de llorar, se sentía humillado y avergonzado, por nada del mundo eso podía ser cierto

 

-  Es cierto, tu ayer estuviste borracho, lo que no sé es como llegaste a ese punto de embriaguez...¿puedes decírmelo? - preguntó su padre con un tono de seriedad pero con un rostro amable – Me gustaría saberlo

 

-  No lo sé, solo recuerdo que...fuimos a un local de sirvientas, no recuerdo el nombre..y nada más...- dijo el menor avergonzado - ¡Cierto! También un hombre...un señor extraño...un local con chicas muy lindas y besos...¡Es broma!

 

-  ¡¿Besos?! ¡¿Mujeres?! - preguntó asombrado y alarmado el adulto – Dime la verdad y dejemos las bromas para más tarde...¿que recuerdas exactamente?

 

El menor se asustó, no sabía que esa broma alarmaría a su padre de tal modo. Pero era cierto que recordaba a unos besos y bellas mujeres a su alrededor. Pero le daba miedo decirle la verdad a su padre.

 

-  Solo recuerdo que fuimos a un local a comer unos postres, teníamos hambre, Keiichi y yo...Quiero decir, Sumi-Senpai, solo eso, todo lo demás es broma, no recuerdo nada más...- se decidió por decir una verdad a medias para así evitar discusiones innecesarias, de todas formas, su cabeza estaba por explotar, así que quería evitar los gritos y enojos del mayor

 

-  Mmmm...Si descubro que es mentira mi confianza en ti la perderás para siempre – le advirtió el adulto y aunque sabía que el menor nunca perdería su confianza, al menos debía decir algo para intentar sonsacar la verdad

 

-  Yo...De acuerdo, fuimos a un local para adultos...creo...en verdad no lo recuerdo muy bien, no recuerdo nada más... - dijo Misaki llorando pues no quería perder la confianza de su padre ni tampoco había sido su intención preocuparlo tanto

 

-  De acuerdo, con eso me conformo, no quiero forzarte...lamento haberte presionado tanto, pero quería saber la verdad y aunque no recuerdes todo lo ocurrido, me basta con eso... - dijo de manera comprensible el adulto – lo siento

 

Misaki relajó los músculos de su cuerpo el cual había estado tenso durante toda la conversación. Por suerte, todo había acabado bien, aunque el joven castaño ya se había imaginado cualquier tortura por parte de su padre, pero en realidad no ocurrió nada de eso y resulto más comprensivo de lo esperado e imaginado.

Notas finales:

Prometo lemon dentro de muy poco ^^

Ojala les haya gustado el capítulo y nos vemos pronto! :D

Byeeeeeeeeee


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