Luego de esa "peculiar" escena, Sebastian le mostró a la nueva personaje el cuarto donde pasaría la noche. Después de decir hasta mañana, y susurrarle algún que otro "consejo" a su hermano, Morrigan se fue a dormir. Sebastian estaba por hacer lo mismo, cuando una pequeña mano le tomo de la chaqueta.
-Michaelis-sensei, usted me dijo que dormiriamos juntos -a pesar de querer que se lo tragara la tierra, Ciel intentó no sonrojarse y hablar claramente-.
-Oh, cierto...Bueno, Bocchan, ¿prefiere que durmamos en su cuarto o en el mio?
Repentinamente, una voz chillona se escucho.
-¡LO SABÍA! ¡VAN A HACER EL AMOR! -Morrigan salto de su cuarto y comenzó a sonreir de oreja a oreja-.
-¿E-eh? -Ciel se sonrojo a más no poder-.
-Morrigan, querida hermana, ¿Podrías callarte e irte a dormir?
-Tsk...Esta bien, ya me voy. Pero no olviden usar protección~ -Dijo al tiempo que volvía a su cuarto y les guiñaba un ojo-.
El mayor soltó un suspiro y comenzó a caminar hacia su cuarto. Un nervioso Ciel le siguió. Cuando estuvieron dentro Sebastian se libró de sus prendas, quedando solo en camisa y boxers. Ante tal acto, el menor se volvió mas rojo que un tomate e intentó mirar hacia otro lado, aunque le fue imposible. Al notar una mirada sobre él, él peli-negro le miro sonriente.
-¿Sucede algo?
-Etto...lo que pasa es que...yo....-De repente una luz se encendió en su cabeza- ¡Le he hecho un dibujo!
-¿Uh? -Sebastian vio como el pequeño jovencito salia por un momento del cuarto y regresaba con un papel, para entregarselo. El mayor lo desembrollo y lo observo por un instante-. Esto es...magnifíco.
-Gracias. -dijo un Ciel sonriente y feliz-.
-Sebastian le sonrió y le beso la mejilla- Un placer.
>Diablos, diablos, diablos...<
Ciel no se resistió más. Se avalanzó hacia los brazos del mayor y lo beso. Como el acto fue repentino, el oji-rojo cayo de espaldas. Por suerte, aterrizó sobre la cama.
Al tiempo, cuando terminaron, el joven chico se dio cuenta de lo que había hecho.
-...Lo...lo siento. Sucede que...usted me gusta, Michaelis-sensei. Y sé que soy un niño, sé que apenas le conozco...Pero dicen que la edad no importa. Ademas...siento como si le conociera desde hace siglos...Entiendo si quiere que me vaya.
-...-Sin decir nada, Sebastian abrazó al peli-azul, dejandolo confundido-. No, Bocchan, no quiero que se vaya. No de nuevo.
Aunque no comprendía lo que queria decir el mayor, Ciel se sentía feliz y profundamente enamorado.
-Entonces...¿No le molesta que yo este enamorado de usted?
-Para nada. -contesto sonriente- Usted también me gusta, mucho.
Al decir esto, el oji-rojo se inclinó y le dio un suave y dulce beso en los labios. El menor sonrió, ¿esto de verdad sucedia? ¿Realmente estaba pasando? ¿Tan simple como una confesión? Que magnifico.
Repentinamente comenzó a escucharse una canción algo...¿Extraña? Sebastian se sorprendió, pero Ciel no tanto. Conociá esa canción...¿¡Morrigan estaría tocando su celular!? Una parte de la letra decia así(*):
Podemos volvernos un poco locos~b34;
Solo por diversión, solo por diversión~b35;
No trates de detenerlo, solo dejalo ir~b34;
Atame y tomame, hasta que acabes, hasta que acabe~b35;
Me tienes loco de deseo y estoy a punto de explotar~b34;
♥
Oprime mi cuerpo, hunde tus dientes en mi~ Carne~b35;
Desnudate, pru-prueba la carne~b34;
Muerdeme mas fuerte, hunde tus dientes en mi~ Carne~ b35;
Sebastian escuchaba algo confundido, mientras que Ciel intentaba no parecer comprometido.
-¡Morrigan Violeth Michaelis! ¡Quita eso!
Desde lejos se escucho la voz de la adolescente.
-¡Aguafiestas! ¡Solo quería que tuvieran un buen momento!
-Tsk...Ciel, lo lamento mucho por eso.
-N-no hay problema...-dijo soltando un bostezo-
-Bueno, mejor ya vamos a dormir.
-Esta bie...¡Wah! -El peli-azul fue levantado por los brazos del mayor, que lo deposito en la cama y se recostó junto a él- A dormir, My Lord. -Decia al tiempo que le daba un dulce beso en la frente-.
Ciel se acurrucó en el pecho de Sebastian y se durmió. En cambio, el demonio solo le miraba y sonreía.
Justo en ese momento, un ruido se escucho en la cocina...