El cuerpo de Woohyun chocó con fuerza contra la pared de la suite de Sunggyu mientras este exploraba su cuello con sus labios, mordiendo y marcando toda la zona a placer. Woohyun dejó escapar un pequeño gemido mientras se agarraba con fuerza a la espalda del chico mientras Sunggyu le desabrochaba la camisa y la lanzaba a dios sabe dónde.
Tampoco es que les importara mucho.
Las manos de Sunggyu exploraron el torso del contrario, delineando con sus finos dedos aquellas trabajadas abdominales, disfrutando de la sensación de la piel tersa bajo su tacto. Juguetonamente, deslizó su mano hacia arriba, hasta llegar a uno de los pezones del chico, apretándolo y arañándolo para que se pusiera duro, mientras Woohyun dejaba escapar intensos suspiros ante el contacto. Sunggyu bajó su cabeza un poco, hasta estar a la altura del otro punto sensible, y con mucha parsimonia lo recorrió con su lengua, succionando y apretándolo mientras su mano seguía jugando con el otro. Tras un pequeño mordisco, se separó, dejando un rastro de saliva entre sus labios y la piel enrojecida. Sunggyu levantó su cabeza para volver a unir sus labios con los de Woohyun, atrapando con sus dientes el labio inferior mientras su mano se deslizaba esta vez hacia sus pantalones. Desabrochó con con gracia la pretina del pantalón y tiró de ellos hacia abajo, para dejar que Woohyun los pateara lejos. Antes de poder hacer su siguiente movimiento, las manos de Woohyun exploraban ahora su torso que, a diferencia del suyo, estaba suave y liso. Le quitó la camisa y le bajó los pantalones sin ningún miramiento, y depositó sus manos en las caderas de Sunggyu dejando que sus dedos jugaran con el pelito que había debajo de su ombligo y bajaba hacia su parte inferior. Sunggyu apoyó su cabeza en el hombro derecho de Woohyun, respirando con fuerza y disfrutando de la sensación de los dedos del chico jugando con su piel. Sacó su lengua y la deslizó por su hombro, para después darle un mordisco que sabía que dejaría marca al día siguiente. Woohyun dejó escapar un pequeño gemido de dolor y, como acto reflejo, retiró la mano del estómago de Sunggyu para llevarlas de nuevo a su espalda. El susodicho aprovechó ese momento para ponerse de rodillas, a la altura del miembro de Woohyun.
Ni siquiera habían esperado a ir a la cama, su deseo el uno por el otro no les había permitido avanzar más de dos pasos y estaban contra la puerta de la suite del hotel. Probablemente iban a escucharles todo el mundo en aquella planta pero, ¿a quién le importaba?
Sunggyu envolvió con sus labios por encima de la tela el grueso miembro y lo presionó entre ellos. Sus manos se deslizaban por los muslos de Woohyun, acariciando y arañando la piel expuesta. Jugó con sus dedos con el elástico del bóxer, poniendo a prueba la paciencia del chico, el cual le clavó con fuerza las uñas en el hombro para hacerle saber que no estaba dispuesto a muchos juegos si no era él quien llevaba las de ganar.
Finalmente liberó su miembro de aquella tela, y Sunggyu deslizó un dedo a lo largo de la extensión, trazando las venas hinchadas y notando como palpitaba bajo su tacto. Se relamió antes de inclinarse y depositar un pequeño beso sobre él antes de envolverlo por completo con sus labios, dejando que su lengua hiciera el trabajo. Apoyó su mano derecha en el muslo de Woohyun y con la izquierda tocó sus testículos, amasándolos y acariciándolos. Su lengua era un peligro que estaba volviendo loco a Woohyun. Le hacía sentir cosas que ninguna de los otros hombres y mujeres con los que había estado, le había hecho sentir. Porque Sunggyu sabía como usar esa lengua. Sabía como moverla y cómo y dónde aplicar la presión perfecta para volverlo loco y arrancar elevados e intensos gemidos de la parte baja de su garganta.
Woohyun enredó sus dedos en las hebras de color rojo furioso de Sunggyu, tirando de él hacia arriba para unir sus labios, probando su propio líquido pre-seminal de los labios del contrario. Sabía amargo, pero poco a poco el sabor se fundió con el propio de Sunggyu, al cual Woohyun podría acostumbrarse sin ninguna dificultad.
Empujó al chico contra la pared de al lado, colocándolo de cara a ella, mientras con sus labios dejaba besos por el cuello y la parte alta de su espalda. Se alejó considerablemente, ganándose un quejido por parte de Sunggyu, pero cuando cogió lo que buscaba en su chaquetón (lo había dejado en la mañana en la suite de Sunggyu), volvió hacia el chico, quien lo miraba con la cabeza ladeada hacia él, jadeando y con los labios entre abiertos. Si Woohyun no estaba ya completamente erecto, aquello consiguió que lo estuviera. Su erección dolía entre sus piernas y no podía esperar más a meterla dentro de Sunggyu.
Volvió a colocarse tras él, hincando sus dientes en el hombro del chico, mientras mojaba sus dedos en el lubricante que había cogido y los introducía en su entrada. El interior de Sunggyu era muy estrecho, y apretaba los dedos de Woohyun en su interior. Si así se sentía contra sus dedos, no quería ni imaginar cuando enterrara....
Introdujo otro dedo más, metiendo y sacando los tres a la vez, haciendo pequeños movimientos de vaivén y abriéndolos y cerrándolos. Sunggyu gemía de cara a la pared y sus jadeos eran ahogados contra ella.
“Vayamos a la cama.” dijo Woohyun con voz ronca en su oído.
Empujó a Sunggyu hacia ella y este se desplomó contra el colchón, quedando semienterrado en la montaña de cojines que habían dispersos por toda la cama.
Woohyun lo observó desde su posición, mordiéndose el labio inferior. Sunggyu dejó escapar un sonido de irritación cuando vio que el chico no subía a la cama con él, así que se incorporó y tiró de él hacia abajo, envolviendo sus labios con los de Woohyun. La mano derecha de Woohyun bajó hacia su miembro y comenzó a masturbarlo durante unos cortos e intensos segundos antes de darle la vuelta y, sin aviso previo, penetrarlo. El miembro de Woohyun se introdujo con facilidad en su entrada, pero estaba muy estrecha y sabía que a Sunggyu le dolía. Cuando este se acostumbró a la sensación, movió las caderas contra él, indicándole que ya estaba preparado.
Woohyun no se lo pensó más y comenzó a embestirlo, entrando y saliendo de él con fuerza. Sunggyu se incorporó sobre sus brazos, pero dejando su cabeza contra un cojín, el cual ahogaba sus gemidos. Woohyun no estaba dispuesto a permitir eso, así que cambió de posiciones, poniendo a Sunggyu bajo él, quien enredó sus piernas alrededor de su cadera. Sunggyu subía y bajaba las caderas al ritmo de las penetraciones de Woohyun, agarrándose con fuerza a su espalda y arañándola. Pero tras varias embestidas más, Woohyun se dio cuenta de que desde esa posición no podía alcanzar el punto fuerte de Sunggyu, así que rotó de posiciones de nuevo, colocando a Sunggyu sobre él, dejando que lo montara. La cara del chico estaba roja y sus labios hinchados ya no reprimían los gemidos que se escapaban cada vez que subía y bajaba sobre el miembro de Woohyun. Desde esa posición, si fue demasiado fácil tocar su punto sensible, así que un gemido más elevado que los anteriores, y que seguro habían escuchado en toda la planta, se escapó de sus labios cuando el pene de Woohyun tocó su próstata, una y otra vez, causando que echara su cabeza hacia atrás y presionara sus manos contra el pecho de Woohyun. Este, por otra lado, seguía impulsando sus caderas hacia arriba mientras arañaba la cadera de Sunggyu con sus uñas y mientras gemía sin ningún tipo de control.
Cuando ninguno de los dos pudo más, acabaron corriéndose en un intenso orgasmo que los dejó sin respiración por unos segundos. Sunggyu colapsó contra el cuerpo de Woohyun, sintiendo como el semen que había vertido sobre el pecho del chico tocaba su estómago y como el miembro de este palpitaba en su interior.
Simplemente se quedaron así, durmiéndose en los brazos del otro.
***
Cuando Woohyun se despertó al día siguiente, vio que Sunggyu lo miraba sentado desde la cama con una sonrisa. Fue a sonreírle también cuando sus ojos se ajustaron a la fuerte luz que entraba por la ventana y vio que el chico estaba vestido.
“¿Dónde vas?” preguntó.
Sunggyu dejó escapar una pequeña risa.
“No puedo quedarme contigo, Woohyun.” respondió.
“¿Por qué no?”
''Cariño, no estás preparado para una relación seria. Y ambos sabemos que lo de anoche no fue solo sexo.” sonrió. “No puedo.... confiar en ti, porque eres totalmente un chico de-una-sola-noche.”
“Pero....”
“No me mirarías solo a mi, Woohyun. Eres un jugador, siempre lo has sido. Romper corazones es parte de ti, es como si estuviera dentro de ti y eso nunca cambiará. Simplemente sé que no puedes comprometerte conmigo. Así que dejaremos las cosas antes de que uno de los dos salga herido.”
“¿Y esto no es salir heridos?” preguntó Woohyun, sin poder creer lo que estaba escuchando.
“Sí. Pero estoy evitando heridas futuras. Heridas que seguro se producirían. Porque como dije, tú no puedes amar.”
“Sí puedo.” dijo fervientemente Woohyun.
Sunggyu volvió a sonreír.
“Es cierto, sí puedes. Pero no quieres. Porque tienes miedo.”
“¿Por qué tendría miedo?”
“Porque es algo que no puedes entender, Woohyun. Y, después de todo, ¿no es eso lo de lo que los seres humanos tienen miedo? ¿De las cosas que no pueden entender?”
Y dicho esto, se inclinó y depositó un suave beso contra los labios de Woohyun antes de irse.
Woohyun nunca lo admitiría pero, de alguna manera, sabía que él tenía razón. La cuestión era: ¿cómo iba a poder arreglar algo que no podía ver, algo que sentía insondable en su interior?