Jinki era tranquilo.
Generalmente era retraído. Mantenía sus palabras y sus opiniones para sí mismo cuando las discusiones comenzaban, mantenía sus ojos en el papel y sus labios sellados.
Kim Jonghyun era el tipo de chico que traía su guitarra a la escuela todos los días y la tocaba en el autobús de regreso a casa. Él era medio desvergonzado y medio dedicado, todo equivalía a no tener aversión a las miradas extrañas que recibiría mientras tanteaba las cuerdas y a los murmullos descontentos de todos a su alrededor cuando tocaba una cuerda sensible.
A Jinki le gustaba escuchar a Jonghyun tocar. Mientras que la mayoría de los otros estudiantes en el autobús se conectaban para escuchar sus reproductores de mp3, los sonidos naturales que venían del cuerpo hueco y la presión de los dedos de Jonghyun en las cuerdas era mucho más hermoso para Jinki. Se iba en autobús a casa con él todos los días y lo escuchaba cada vez.
Jinki tenía una cierta pasión por la música que nunca compartió con nadie más. Era algo que mantenía detrás de las puertas cerradas y calificaciones de primer nivel.
Siempre se sentaba a unos pocos asientos lejos de Jonghyun, frente a él, tratando de obligarse a no mirarlo demasiado mientras sus manos se movían por el diapasón o sus dedos agarraban la uñeta tan casualmente, como si fuera simplemente una extensión de sus propios dedos. Se sentaba y escuchaba, relajado y contento, porque la música era hermosa; el sonido de cada nota sonando en el autobús repleto no era nada menos que hermoso.
La gente se molestaba con Jonghyun tocando por razones que Jinki nunca podría entender. ¿Qué problema había, se preguntaba, con alguien creando música de esa manera? La manera en que Jonghyun se sentaba en su asiento, en una fila por sí solo, encorvado sobre su instrumento con un audífono en la oreja y el otro colgando encima de su uniforme desordenado, no estaba haciéndole daño a nadie, ¿verdad? ¿En qué molestaba, que se sentara e hiciera música?
Una chica habló en voz muy alta. Sus quejas fueron crueles e infundadas, alegando lo molesto que era que trajera su guitarra todos los días, y que "nadie quería escuchar eso."
Jinki sabía que Jonghyun escuchó, porque incluso si no levantó la vista, sus hombros se tensaron y sus dedos agarraron la uñeta con un poco más de fuerza, sus dedos se pusieron blancos por la presión.
La chica continuó con los mismos comentarios impertinentes una y otra y otra y otra vez hasta que Jinki, el chico con el pelo enmarañado cubriendo sus ojos, al que nadie nunca había oído decir una palabra, tuvo que hablar.
"No creo que estés hablando por todos," dijo, y tan pronto como las palabras dejaron su boca, se hizo un nudo en su estómago y su corazón saltó a su garganta, porque nunca hablaba de esa manera, nunca tan conflictivamente, nunca tan audazmente. No sabía cómo mantenerse firme, de verdad, pero trató valientemente de improvisar, mirando a la chica a través del pasillo con una mirada decidida.
La chica levantó sus cejas y se mofó con incredulidad.
"Dijiste que ‘nadie’ quiere escuchar, pero a mí me gusta escucharlo tocar." Su garganta se sentía espesa. ¿Por qué seguía hablando? Ya estaba empezando a tropezar con sus propias palabras penosamente, nada de eso salió con tanta fuerza como había esperado que fuera. Fue una mala idea decir algo. Una mala, mala idea.
La chica lo fulminó con la mirada. De alguna manera, no perjudicó tanto como ella probablemente pretendía.
Jinki se arriesgó a mirar a Jonghyun unos pocos asientos más lejos.
Jonghyun tenía la vista levantada ahora, ojos amplios y sorprendidos.
Sí, Jinki entendía eso. Él nunca hablaba, después de todo, y de repente estaba dando la cara por un chico que ni siquiera había conocido apropiadamente. Era extraño.
Y todavía sus palabras se siguieron derramando. Eran incontrolables ahora. "Me gusta cuando tocas la guitarra," dijo, directamente a Jonghyun, claro como el día, y entonces de inmediato quiso disolverse en nada y filtrarse a través de las tuberías del autobús porque si eso no era lo más humillante que había dicho en su vida, no sabía que era.
Jonghyun le sonrió abiertamente entonces, la ancha sonrisa extendiéndose en su rostro.
Al instante, Jinki no se arrepintió de hablar tanto.
Jinki no era bueno para hacer amigos.
La mayoría de las personas de su edad no estaban interesadas en estar cerca de alguien tan aparentemente estudioso. Era torpe, y extraño, y su sentido del humor no era exactamente del agrado de sus compañeros. No sabía cómo hablar con la gente, de verdad, y una ociosa búsqueda en internet lo llevó a la conclusión de que, considerando que se ajustaba perfectamente diez de diez síntomas, probablemente tenía ansiedad social.
A juzgar por esos factores, no tenía mucho sentido para él como acabó con Jonghyun en su habitación, el más joven riéndose de una broma que no tenía la intención de hacer, doblado con la boca ampliamente abierta, y ojos fuertemente cerrados.
Sonrió débilmente desde su lado, con los pies balanceándose hacia adelante y atrás nerviosamente, ojos pasando velozmente de la bolsa de la guitarra de Jonghyun apoyada contra la pared hacia su ventana y hacia el portátil en su escritorio y de vuelta, como si necesitara hacer una investigación para conocer su propia habitación. Su corazón estaba haciendo una extraña maniobra de voltereta en conjunto con su estómago, porque se sentía realmente bien hacer reír a alguien más.
"Oh Dios mío, hyung," dijo Jonghyun, aún dejando escapar risitas entre sus palabras, "Eres muy gracioso."
"Gracias," dijo Jinki, frotando la parte posterior de su cuello. Supuso que se veía tan incómodo como se sentía.
"Oye, ¿qué pasa?" Jonghyun se irguió mientras la comisura de sus labios caía. Sus ojos se ampliaron (bueno, más amplios, porque ya eran bastante... ya sabes. Amplios) con preocupación.
"¿Qué? Nada," dijo Jinki apresuradamente, tratando de esbozar otra sonrisa pero no muy exitosamente.
Usó una sonrisa cautelosa, casi de disculpa, Jonghyun desplazó un brazo alrededor de sus hombros y Jinki desequilibrado tuvo que colocar una mano en su muslo para mantener el equilibrio. El otro brazo se unió al segundo, atrapando al chico indefenso en su lugar.
"Eres un gran amigo, Jinki," dijo Jonghyun, y aunque su voz era totalmente genuina, su actitud juguetona se mostró cuando caprichosamente comenzó a mecerlos hacia adelante y atrás.
"Jonghyun, déjame ir," dijo, voz ahogada en el hueco del brazo de Jonghyun, sonriendo involuntariamente. Trató de empujarlo, pero eso lo llevó a un peor estado, su mano deslizándose más arriba en el muslo de Jonghyun de una manera que no podía no notar.
"¡No, nunca!" Jonghyun rió, apretándolo más fuerte.
"No puedo—respirar—" dijo Jinki dramáticamente, tomando respiraciones entrecortadas sólo para el efecto.
"¡Inténtalo más duro!" Era implacable. Testarudo.
Jinki fingió asfixia y quedó inerte en los brazos de Jonghyun, cayendo contra él.
"¡Oh no, lo maté! ¡Oh no!" Jonghyun siguió el juego sin problemas, retrocediendo para agarrar sus hombros.
La cabeza de Jinki colgaba hacía adelante, con la boca abierta poco atractivamente.
"Tal vez pueda resucitarlo si soy rápido. ¡TAL VEZ TODVÍA PUEDA SALVAR SU VIDA!" Jonghyun empujó a Jinki hacía abajo por los hombros hasta que estuvo tendido en la cama.
Cada vez era más y más difícil hacerse el muerto cuando tenía que presionar sus labios juntos para no estallar en carcajadas.
"¡No te preocupes amigo, te salvaré!" Enderezó la cabeza de Jinki y le pellizcó la nariz.
La risa de Jinki burbujeaba detrás se sus labios y entreabrió sus ojos cerrados ligeramente y—santa mierda—Jonghyun realmente estaba inclinándose cerca de su boca.
Cuando finalmente le dio rienda suelta a su risa y empujó la cara sonriente de Jonghyun, Jinki no estaba seguro de que mitad de sí mismo dejar dominar: la mitad que decía que Jonghyun había cruzado una línea o la mitad que tal vez quería sentir el aliento de Jonghyun sobre sus labios otra vez.
Jinki no sabía cómo besar a alguien.
Honestamente no tenía ni idea. Ni siquiera una conjetura salvaje de cómo expresar de buena manera que quería besar a alguien.
Jonghyun era bueno hablando sobre ello. Eso, o era realmente terrible y tenía cero tacto y Jinki no podría notar la diferencia.
De cualquier manera, Jonghyun hizo muy bien sabido para Jinki que quería besarlo.
¿Por qué quería besarlo? Estaba más allá de Jinki, pero no podía decir que no compartía el sentimiento; simplemente estaba confundido en cuanto a que podría ofrecerle su boca a Jonghyun. Después de todo, ¿cómo podrían sus propios labios compararse a esos que Jonghyun tenía, los que cantaban esas melodías dulces y dejaban escapar esas risas sinceras? Sentía oleadas de inferioridad alrededor de Jonghyun, el talentoso, juguetón Jonghyun, y aún así era él a quien Jonghyun aparentemente dijo que quería besar. Una frase tan simple, pero aún así causó un disturbio menor en los sistemas internos de Jinki.
"¿Qué quieres decir con que no sabes cómo?" Preguntó Jonghyun, levantando la vista de su diapasón con una sonrisa pícara en cierto modo divertido.
Jinki se encogió de hombros con poco entusiasmo desde su escritorio, girando su silla de lado a lado para ocupar su cuerpo en algo mientras sostenía una humillante conversación tal cómo la que estaba teniendo. "Yo sólo... no sé cómo."
Jonghyun se rió entre dientes, sus ojos escaneando una sección de la partitura mientras sus dedos imitaban el patrón lentamente. "Hyung, todos saben cómo besar. Es una reacción natural."
"Probablemente sería malo en ello. Normalmente soy malo en cosas que involucran a otra persona." Soltó una risita, pero se desvaneció débilmente, apretó sus manos juntas en su regazo.
"Me gustaría probar tu teoría por mí mismo." Jonghyun levantó la vista de nuevo con una media sonrisa traviesa y un guiño de acompañamiento.
Jinki sintió que se sonrojaba hasta la punta del pelo; estudió sus manos y trató de ocultar su rostro bajo su flequillo largo, pero sabía muy bien que Jonghyun lo había visto.
El menor volvió a cepillar las cuerdas de la guitarra, tocando a un arrítmico paso mientras trataba de moderar sus dedos con las cuerdas correctas.
Las cosas serían mucho más fáciles, pensó Jinki, si supiera si Jonghyun estaba hablando en serio o no.
"¿Puedo probar sólo una vez? Si no te gusta no tenemos que hacerlo nunca más."
Jinki tragó saliva, sintiendo la boca seca y la lengua como papel de lija. "Pero... ¿Por qué?"
"Porque de verdad, de verdad quiero besarte*," dijo Jonghyun, directamente y de la manera más natural, sus ojos penetrando los de Jinki.
Bueno, al menos Jinki obtuvo su respuesta. Jonghyun hablaba en serio.
"Yo—" Se aclaró la garganta y sintió la familiar sensación en el estómago que generalmente tenía alrededor de Jonghyun, "¿Está bien?"
El rostro de Jonghyun se volvió inexpresivo. "¿Está bien?" repitió.
Jinki apretó los dientes, inmediatamente lamentando esa simple palabra. Tal vez se trataba de una broma en curso y se suponía que debía haber continuado con su papel de ser tímido y esquivo. Tal vez lo arruinó, tal vez—tal vez—
Jonghyun se levantó y cuidadosamente puso su guitarra en la cama de Jinki.
Jinki no pudo mirarlo a los ojos mientras caminaba hacía la silla del escritorio, todavía en la más absoluta confusión sobre lo que acaba de aceptar o lo que estaba a punto de suceder.
"¿En serio?" Jonghyun puso una mano cautelosamente en el frío escritorio, inclinándose ligeramente más cerca de Jinki.
"¿Seguro?" Jinki se quedó mirando hacia adelante; estaba sosteniendo un arma de doble fijo allí, porque mientras no quería mirar a los ojos de Jonghyun, desde esa perspectiva podía ver bajo el cuello v de su camiseta, el lunar entre sus clavículas marcado contra su piel.
Un dedo se curvó bajo su barbilla y Jinki fue engatusado para mirar hacia arriba. Su cara estaba tan caliente en ese momento, y las volteretas (de su corazón) superaron cualquier atleta olímpico que hubiera visto personalmente.
"'¿Seguro?" Preguntó Jonghyun, sus ojos brillando con la pregunta.
Jinki carraspeó una carcajada seca, impulsado exclusivamente por los nervios. "Siento si soy muy malo en ello. Pero te lo advertí."
Hubo una risa ahogada, y entonces cualquier otro sonido quedó ahogado por el sonido de su sangre latiendo contra sus tímpanos.
Cerró los ojos porque pensó que debía, pero solo encontró que hacienda eso hacía la anticipación peor, sin saber cuándo (o si, de verdad, porque Jonghyun podría estar jugándole una broma inteligente) sentiría los labios de Jonghyun en los suyos.
Se congeló cuando sintió una extraña sensación de algo cálido y suave en los labios.
Oh.
Uno... dos... tres... cuatro segundos, y Jonghyun se apartó.
"Se supone que debes besarme de vuelta, hyung." Una sonrisa fue distinguible en su voz, aliento rozando su boca con las palabras susurradas.
Jinki podría hacer eso.
Bueno, podría intentar.
Jinki era feliz.
No entendía exactamente cómo pasó de ser la persona que quería escuchar a un músico tocando en el autobús a la persona sobre la que él escribía canciones, pero era un buen papel para adaptarse.
Jinki no era bueno hablando con la gente, pero Jonghyun pronto supo más de él que cualquier otra persona; sabía de su amor oculto por la música, cómo anhelaba aprender a tocar un instrumento o aprender a cantar, y siempre estaba dispuesto a enseñarle cualquier cosa, incluso si era lo básico.
Con la ayuda de su amigo (¿novio, tal vez? ¿Algo entre las dos etiquetas?), Jinki aprendía poco a poco con la esperanza de que algún día podría hacer un dueto con Jonghyun.
Pero por ahora, estaba lo suficientemente feliz por chocar sus rodillas con él, sentados uno frente al otro y dejar que Jonghyun posicionara sus dedos sobre las cuerdas; se deleitaba con las sonrisas que compartirían desde el otro lado del pasillo del autobús, amaba los días en las que se las arreglaba para meterse en el asiento de al lado, el cuerpo de voluminoso de la guitarra a veces rozando su muslo cuando se sentaban cerca.
Estaba más que feliz de ser esa persona para Jonghyun.