Un amor de tres nunca es fácil, al final alguien siempre acaba sufriendo, y a su vez los otros dos también.
Y KyungSoo lo sabía perfectamente, durante las noches frías de diciembre, la soledad le atormentaba, y el vacío y el frío le invadían. ¿Tal vez él tuvo la culpa? ¿Todo hubiera sido mejor si se hubiera decidido por uno? Pero ambos eran sus amigos, y quería a los dos por igual. Todo se puso en su contra, mientras la luna cada vez se alza más en el cielo ni siquiera puede cerrar los ojos sin que alguna traviesa y melancólica lagrima ruede por su rostro. Levantándose pesado y tembloroso se acerca a esa pecera en donde un día hubo tres pececitos, ahora sólo queda uno, luchando por su vida. Metiendo despacio la mano coge del fondo un plateado anillo, con una inscripción que solo hace que el nudo en su garganta crezca más. Pero, él, nunca imaginó que al aceptar a los dos aquello sucedería.
En realidad todo era su culpa, únicamente su culpa. Y por eso, lo arregló.
ChanYeol, KyungSoo y JongIn han sido amigos desde siempre, estaban tan unidos que ninguno pensaba en poder separarse, pero los sentimientos nacieron, formando su amistad en una guerra para ver quien lo conseguía antes. KyungSoo amaba los momentos juntos, escuchar a ChanYeol tocar la guitarra, ver a JongIn bailar, sentir como los dos estaban a su lado. Pero él simplemente podía mirar como se desmoronaba, amaba a los dos, y no podía separarse de ninguno.
Lo descubrió un día en que los tres estaban en el parque, sentados en uno de los bancos, él en medio de los dos, y ellos sin mirarse. Pero no quiso aceptarlo, tenía la esperanza de que fuera su imaginación, o que aquello no cambiaría lo que ambos habían formado durante tantos años. Las cosas continuaron normales, sin discusiones o peleas, así es como lo veía KyungSoo, durante su cumpleaños no pudo estar más feliz de poder celebrarlo los tres juntos. A soplaron las velas a la vez, cortaron el pastel y las cosas empezaron a empeorar. Los dos chicos se peleaban por ver quien le daba un trozo de pastel, y a quien se lo daba él. Si lo piensa ahora mejor, tal vez tuvo preferencia por JongIn. ¿Vio la mirada triste y decepcionada de ChanYeol? No, no la vio, y se culpa por eso, por haberse dado cuenta tarde.
Paseando por las calles KyungSoo iba de una tienda en otra, seguido de JongIn y ChanYeol, recuerda eso perfectamente, como si lo estuviera viviendo ahora mismo, y no puede evitar que una sonrisa dolorosa aparezca en su rostro. Aquello fue un bonito recuerdo, elegir gorras y ponérselas, viendo lo ridículos que se veían, o lo tiernos que les hacían ver. Luego de acabar se dirigieron a su casa, con sus manos entrelazadas, caminando con una sonrisa. ¿Tan fácilmente se rompió eso? ¿Tan frágil era? A JongIn y ChanYeol les gustaba jugar, bromear, oír las risas de KyungSoo. Todavía tiene grabado en sus recuerdos aquel momento en que decidieron jugar hasta acabar agotados, recuerda cómo a JongIn le gustaba molestar a ChanYeol fingiendo que le besaba, ChanYeol hubiera estallado sino hubiera sido por KyungSoo, quien les paró. Los tres se tiraron sobre la cama, agotados, aún riéndose, los dos chicos se apegaron más a él, aplastándole, KyungSoo simplemente reía. ¿Aquello era otro juego más, no? No, no lo era, y eso es otro momento más del que se arrepiente, estaban luchando, por conseguir su amor.
ChanYeol no estaba feliz, no lo estaba, para nada, ese día se rindió completamente cuando el brazo de JongIn pasó por debajo de la cabeza de KyungSoo apartándole a él y acercando más al chico. Aunque había intentado que no se notara en sus ojos, no lo consiguió, de todas formas, nadie se dio cuenta. El corazón se apretó dolorosamente cuando JongIn sacó los anillos, eran de pareja, caros y bonitos, algo que él no podía costearse. Una sonrisa resignada se asomó en sus labios, era tan ridículo, y pensar que una pulsera hecha por él mismo se podría comparar con aquel caro objeto. Tan ridículo. Girando la cabeza para evitar mirar la linda escena meditó un poco sobre todo. Pero a él realmente le gustaba cuando KyungSoo le miraba con una sonrisa, su corazón se sentía cálido y rebosante de felicidad, sentir aquel pequeño cuerpo entre sus brazos le hacía la persona más feliz del mundo, poder apoyar su barbilla en su hombro y sentir sus mejillas rozar cuando KyungSoo giraba su cabeza le hacían ver que su vida no era tan mala.
Pero JongIn odiaba esos momentos, él solo podía tirarse sobre la cama y observar el blanco techo, oyendo las risas de los otros dos chicos. Su amor hacia KyungSoo era algo de lo que se había vuelto adicto, por eso siempre se tragaba el dolor de esos momentos.
ChanYeol podía sentir su corazón latir desbocado viendo como KyungSoo se había quedado dormido, con sus manos unidas, pero sabía que estaba sufriendo, al igual que JongIn.
Y KyungSoo ya no pudo más, la amistad que tenían finalmente se rompió cuando ChanYeol decidió marcharse. Él le suplicó que se quedara, que estaban bien los tres juntos, ChanYeol simplemente le respondió: "Yo siempre he sido un estorbo, KyungSoo, yo sé que serás feliz al lado de JongIn. Él te hará más feliz de lo que habrías estado si yo no me marchara". ChanYeol, mientras caminaba alejándose de su amigo con su guitarra en su hombro, pensó que KyungSoo le esperaría. ¿Tan ingenuo era?
Y KyungSoo tiró su anillo en la pecera donde dos pececitos aún nadaba, y se cambió el peinado, y se deshizo de todos los recuerdos dolorosos. ChanYeol estaría contento de verle sonreír, ¿no? De verle "sonreír".
JongIn y KyungSoo ahora regentaban un pequeño bar, no se llenaba hasta arriba, pero los clientes nunca faltaban. JongIn podía ver desde dentro de la cocina como KyungSoo cantaba y bailaba mientras servía, dando vida al lugar. Apartando la vista del chico sus ojos chocaron con la foto que hace dos años se habían tomado. ¿Tanto se notaba el vacío que dejaba? En ese tiempo los tres se veían muy felices, sonriendo a la cámara, siendo su amistad lo más importante para cada uno.
KyungSoo había superado la partida de ChanYeol, la había superado hasta que volvió a aparecer. Le vio a través del cristal, como la ultima vez que le vio, con su guitarra en su hombro y su chaqueta vaquera favorita, sí, estaba exactamente igual, con los mismos ojos rendidos y tristes. Y algo se rompió definitivamente dentro de él cuando le vio marcharse rápidamente. JongIn le siguió, sorprendido.
Y KyungSoo le alcanzó, y con ello lo que tanto había intentado evitar. La elección. ChanYeol o JongIn. Pasado o presente. ChanYeol solamente paró, mirándoles por encima del hombro para después volver a andar.
Él corrió detrás del chico. Él soltó la mano de JongIn para ir a por ChanYeol. Y JongIn dejó libre a su amor, aunque eso significara morir en vida.
Pero en realidad, KyungSoo decidió quedarse atascado en el tiempo. Reviviendo una y otra vez aquellos momentos en los que los tres estaban juntos.
Durante el camino de su vida se fue quedando solo. Aunque en verdad nunca lo estaría. ChanYeol y JongIn siempre estarían a su lado.
Aunque fuera en un recuerdo, él tenía sus manos entrelazadas con sus dos amigos. Porque él no podía decidir, quería a los dos por igual. Y por eso, fue él quien les dejó libres, quien lo arregló.
"Los tres para siempre, juntos por siempre".