En un parque de juegos corría un pequeño niño, jugaba con un cachorro, y detrás un rubio cuidaba los pasos del pequeño. Era la imagen más tierna que el moreno podía ver. Sin poderlo evitar miro con detenimiento tanto como la velocidad del auto le era permitido, el curvilíneo cuerpo, caderas y pequeña cintura que se acentuaba mejor gracias al su vestimenta. Ceñidos pantalones que se pegaban a sus carnosas piernas y más arriba un redondo trasero. Era de las pocas veces que me detenía a mirar a un chico tan minuciosamente desde Kibum, ya nadie le volvió a interesar de la misma manera en la que lo amaba, amo. Por qué Kibum será mi más grande amor.
-¡He!, Minho, entonces.
-entonces que.
-Minho te he estado hablando y me has ignorado, te preguntaba si solo te quedarías la semana que dura la modificación de contratos.
-Sí, creo que sí.
Había llegado a Seúl, para modificar contratos con otras empresas, que invirtieron acciones en el imperio Choi. Al frente como director de Seúl estaba mi más grande amigo de la universidad Cho Kyuhyun, él fue quien insistió en que fuera a corea para la renovación de los contratos.
-Al fin conocerás a Yesung, y a Kyusung.
-en la fotos que me mandaste en verdad se ven preciosos.
-Claro, mi hijo es igual a mí.
-si como digas. Kyu.- este chico siempre tan modesto.
Llegamos al enorme edificio ubicado en el corazón de Gangnam. Subimos sin contratiempos. Pasamos a la oficina de Kyuhyun.
-ordene que te arreglarán una oficina, y también un asistente, es el mío te lo prestare en lo que está aquí, es bastante eficiente. Trátalo bien no quiero que lo asustes.
-Vamos Kyuhyun, que si te aguanta a ti y a tu genio yo no represento ningún reto.- me miro sorprendido.
-Papi, papi…- nos recibió un pequeño, era hermosos como en las fotos, tenía la piel tan blanca y pálido como la de Kyu, y sus labios, pero lo demás se parecía a su esposo, sus rebeldes cabellos sus mejillas regordetas y rojas como una manzana, y sus ojos tan negros como la noche, tal como los tenía de su Omma.
-mi bebe, que haces aquí.
-insistió en querer venir, antes de entrar al colegio, así que no creí inoportuno, pero creo que si un poco.- me miro y tal como dijo Kyu era un tanto distraído.
-Oh mucho gusto soy Choi Minho.- me incline.
- Kyu me ha hablado mucho de ti, espero que tu estadía en corea sea relajante, o al menos alegre.- me sonrió, ahora veo por qué Kyu lo ama tanto es muy educado y despierta en ti el querer proteger esas sonrisas, que lanza casi tímidamente.
-Así será gracias Jong Woon.
-nada de eso dime Yesung. Nos vamos o llegaremos tarde.- tomo a su hijo y estaban a punto de marcharse. Pero Kyuhyun paso casi corriendo tomo su mano que estaba en el picaporte y lo acerco a él tomándolo de la cintura y lo beso tan apasionadamente y sobre todo con amor. Reconozco que aquella escena me causo algo de celos, es lo que yo deseo un matrimonio, hijos, Kibum.
-aah Kyubaby, me-me tengo que ir.-dijo avergonzado Yesung, con su pequeño hijo riendo por la graciosa escena que daban sus padres.
-si así es mientras están en la oficina no me imagino que ocurre más allá.- Reí.
-Ah que te digo soy un semental.- reímos.
Fuimos a la oficina en la que trabajare durante la semana. Es bastante espaciosa, tiene una vista increíble de Corea, y un delicioso olor… a fresas.
-te dejo Minho en el escritorio están los antiguos contratos y los que ya se han renovado falta el de las empresas con más acciones, lo podrás ver.
-Si gracias hermano, te veo si hay algún problema.
Después de unos minutos decidí, comenzar con el trabajo. Pero me di cuenta que necesitaba papeles de tiempo atrás, me acerque al enorme ventanal esperaría a que llegara el asistente.
Mientras tanto dos hermosas figuras se acercaban al edificio.
-¿Enserio?... jaaaaa, no, es que aquí es tan reservado, que no lo puedo creer Yesunggi.
-sí, pero Kyuhyun es capaz de todo, si está en juego una noche de sexo.
-estoy comenzando a dudar quien es el malo en la relación.
-pero que dices key.
Así los amigos llegaron a la oficina de Kyu.
-qué bueno que llegas Kibum, ya está aquí.
-¿Quién?
- ha no te mencione que el presidente de los Choi está aquí.
-No, Kyuhyun no me lo mencionaste.
No podía ser cierto, esto era una muy mala jugada del ¿Destino?, sabia para quien trabajaba, claro que lo sabía y como olvidarlo si hay una hermosa personita que día a día se encarga de recordármelo, pero siempre estaba al pendiente de si El llegaba a venir, pedía días libres, o de alguna manera siempre me libraba de ello, aunque al final siempre terminaba por enterarme que el jamás aceptaba la invitación a Corea.
-Ah lo siento con tanto en la cabeza se me ha olvidado
-pero no te preocupes él es muy amable.- dijo Yesung eso me estaba irritando demasiado.
-¡Mierda!, antes de que termine de enloquecer estos papeles, vamos te llevo trabajaras con él durante la semana que este aquí, tu eres el mejor capacitado para apoyarlo, y tu cariño espera que tu serás el sustituto de Kibum.- le dijo de manera lasciva a Yesung. Tenía que buscar alguna excuso no podía llegar con El, el solo hecho de pensarlo me erizaba la piel porque a quien engaño, el tema aun me afecta y mucho.
No, no podía pedir unos días, necesitaba ese dinero, la semana pasada mi pequeño tuvo un fuerte resfriado, y el hospital consumió parte de mis ahorros pronto se vendría la paga de la casa donde vivimos, el colegio !Maldito sea, el hombre! , la paga era muy buena, no podía gritar Renuncio.
-Llegamos.- sin darme cuenta ya estaba al frente de la enorme puerta, la misma que había ordenado, mire a Kyu, ese hombre en verdad que era malo.-Entremos.
Entre detrás de Kyuhyun, ¡Dios! Es el Minho el mismo que me dejo por cumplir sus promesas, valla que había pasado el tiempo y no en vano, su espalda es más ancha y recorto su cabello, de espaldas el hombre ya había logrado volver mis piernas gelatina, que sería de mí en cuanto nos miremos.
-Minho, deja de soñar despierto.- se giró y sus enormes ojos me miraron. Desvié la mirada no me sentía capaz de poder lograrlo Maldición, tenía enfrente al padre de mi hijo, a la mierda debí de haber renunciado, antes de entrar, que pasa si se quiere llevar a mi bebe. No Kibum que dices, ni sabe que existe. Eso no lo conoce. Solo serán unos días, el hombre ase lo que debe hacer y se marchas a su maldita y perfecta vida de casado.
-Kibum él es Minho, trabajaras con el.- es como si los dos de pronto, no pudiéramos hablar ninguno dijo nada.-Kibum él es Choi Minho, los dejare trabajando.- al parecer a Kyuhyun le urgía llegar y trabajar a lado de su asistente.
-Buenos Dios joven Choi, será un gusto trabajar para usted, estaré en mi escritorio, si tiene algún problema hágamelo saber.- Salí casi corriendo. Que fue aquello, no dijo nada, será que no me reconoció, no, si en cuanto me miro sus ojos parecían salirse, Maldita rana. ¡Dios!, estaba maldiciendo mucho este día.
Detrás de la puerta estaba Minho incrédulo ante lo que sus ojos miraban Kibum estaba frente a él. su perfecto Kibum que lucía más hermosos que nunca el tiempo se encargó de acentuar mejor su esbelto cuerpo, sus caderas parecían más marcadas, sus piernas más carnosas, sus labios, sus ojos, su trasero, dios que pensaba tenía a Kibum enfrente de mi después de casi cuatro años, después de haberlo investigado, aparece frente a mi como si nada.
-por qué no dijo nada no me recordara.
El día fue bastante raro, pareciera un sueño, más de una ocasión tuve que llamarlo para que me ayudara con algunos papeles, lo miraba, pero el parecía no notar siquiera mi presencia, como si en verdad no me recordara. Para el atardecer ya no lo soportaba, tenía que encararlo.
-Kibum podría venir.- lo llame por el teléfono se tardó un poco en llegar, pero estaba frente a mí, más hermosos que nunca.
Esto parecía una pesadilla, el día parecía ir tan normal como si nada pasara, como si el amor de mi vida y padre de mi hijo no estuviera tras esa puerta, tal vez era mejor así, tal vez su matrimonia arreglado fue mejor, y solo trate de evitarse problemas con migo. Si era eso porque al final yo no represente nada para él.
Cuando salió mi hijo de la escuela Yesung me llamo para decirme que ya lo había dejado en la guardería con su hijo. Así era después del colegio, mi bebe era llevado a la guardería de la empresa Yesung es quien se encarga de eso, ya que su hijo y el mío son de la misma edad. Pero no podía estar en el mismo lugar que su padre, así que le marque a Taemin para que viniera por mi hijo y lo llevara a casa.
El día pareció tan largo con la constante mirada de Minho encima de mí cuando iba a su oficina. Pero por fin ya se había acabado, tal vez si aguantaría una semana así, cuando estaba a punto de irme me llamo. Respire y entre seria lo último y podría irme a casa.
-Sí que desea.- está parado recargado en su escritorio. Mirándome tan atentamente que me sentí incomodo, su sola mirada siempre había despertado en mí una llama que solo él podía apagar.
-¿No me recuerdas?.- directo sin rodeos así me callo, como un balde de agua fría.
-Vamos Kibum no me dirás me has olvida
-No. Pero no entiendo a qué viene tu pregunta.
-¿A qué viene mi pregunta?... a que pasaron los años pero yo jamás pude olvidarte, a que te encuentro y parece que tu si a mí.- me reclamaba lo que paso entre nosotros, eso era el colmo.
-el casado aquí eres tú no yo.- oh no, se estaba acercando y parecía que mis piernas se habían clavado, en el caro mármol frio.
-Ya no, mi matrimonio no duro ni un año, jamás me intereso.
-Eso es irrelevante para mí. Si no se te ofrece nada, con respecto al trabajo me retiro.- si eso bien Kibum ahora sal y no vuelvas, tome la puerta, pero pronto una enorme mano morena, me impidió que la abriera.
Aun de espaldas podía sentir su mirada clavada en mí.
-Por favor no hagas esto.-rogué casi en un susurro.
-¿Hacer que?.-
Durante el día los dos trataron de evitarse pero, pero era inevitable su atracción casi natural..
-Crees que puedes llegar y pretender que nada paso cierto, pero si paso…
-y pasa Kibum aun pasa, que no nos podemos mantener alejados, crees que no noto como tu cuerpo tiembla, por el solo hecho de estar cerca de ti.-
-Minho no.
-ella no fue nada para mí, nada, no ha habido nadie después de ti.- en ese momento me gire tenía que saber si lo que decía era cierto. Sus penetrantes ojos me miraban, me sentía una presa ante su cazado.
-Basta no sigas.- di un paso asía atrás para alejarlo de mí, pero me tomo de la mano para acercarme asía él.
-siempre fue así desde el principio incluso cuando nos conocimos tu tratabas de alejarte de mí, pero como la gravedad y la tierra nos atraemos, es inevitable.
-Ya basta, no sigas.
- recuerdas como apenas habían pasado un par de días, y justo en medio de mi escritorio te tome, sin límites nos entregamos, como cualquier lugar era bueno para amarnos, mi escritorio, la mesa cafetera, el sillón, los baños, el estacionamiento, mi cama, la tuya.- me trate de alejar aquello era demasiado, no sabía que pensar. Pero Minho poso sus labios en los míos, cubriéndolos, sus labios esponjosos, succionaban mi labio inferior, cuando estaba por ceder la imagen de Yoogeun se hiso presente en mi cabeza, podía perderlo. Me aleje un poco.
- ya amo a alguien más.
-no es verdad.- se alejó pero sentía claramente su embriagador aliento.
-Sí, si lo es, y es lo que necesito.- se alejó, aproveche para salir.
Fue como un deja vu, casi corrí al ascensor y de nuevo cuando llego al primer piso, todo me dio vueltas, como era posible que me siguiera afectando tanto el estar cerca de él, tome un taxi y llegue a mi casa tenía que calmarme si Taemin me ve seguro preguntara, y no estaba listo para contestar, algo que ni yo sabia..
-Hola he llegado.
-Omma. Omma.- mi bebe corría asía mí, y yo lo sostuve.
-¡aigooo!... pero ya estas cada vez más pesado.- le di un beso en su tierna mejillas.- que hiciste hoy amor.
-jugamos en el parque, mmm tae hiso cane con papas, y comimos pocholatesss
-todo eso, mmm ahora entiendo por qué estas creciendo bastante.
- si cada vez tiene más energías, no ha parado en toda la tarde.- dijo Taemin entrando.
-oh lo siento tae
-Nada de eso ya me estaba aburriendo en casa, estas vacaciones ya se aplazaron demasiado, pero ya me voy que Jong, me está esperando.- tomo su chaqueta y se marchó.
-vamos amor es hora del baño.- bañe a Yoogeun lo arrope y le di su leche, miro un rato la Tv mientras yo me duchaba, la noche llego tranquila.
-te has aplicado hoy en el colegio, baby.
-si Omma, jugué con Kyu, pero a veces es un poco malo asee bromas aunque al final termina sintiendo…¿Cómo se llama cuando te duele en tu cadazon?
-Tristeza-
-Si eso, mami tengo sueño duemes conmigo.- me lo preguntaba mientras se tallaba sus ojitos.
-claro bebe, vamos.
Fuimos a su recamara, nos acostamos y comencé a acariciar sus cabellos eran como los de Minho un copo rizados y castaños, mire a mi hijo, a pesar de no tener un padre cerca sé que es feliz, tiene buenas personas que lo quieren tae, Jong, Kyuhyun, Yesung, su hijo quien lo miro como un hermano. Cuando nació, me sorprendió el enorme parecido a Minho, tiene sus ojos son realmente grandes, sus labios, sus mejillas, lo único que saco de mi fue el tono de piel, y la pequeña nariz. Tal vez fue un error no contarle a Minho, pero si le cuento ahora es muy probable que se enoje y quien no lo haría, pero fue su culpa, el me, dejo, se casaria…
Pero si le digo y trata de quitármelo, no le sería un problema él tiene demasiado dinero. O si le digo y, y simplemente no le importa, creo que eso me dolería más. Porque a pesar de todo creo que aún lo amo.
La calmada respiración y el dulce aroma de Yoogeun me hicieron dormir.
Por la mañana los rayos de sol se colaban por la ventanas, dando directo en los ojos gatunos, se removió incomodo, abrió los ojos y lo primero que miro fue a su hijo, durmiendo pacíficamente aferrándose a su peluche de rana, le causaba gracia, y sentimiento era la misma rana que en el pasado le había regalado Minho, y la preferida de su pequeño. Tomo la decisión, no le diría nada a Minho, nada, después del colegio le pediría a Taemin que pasara por su niño para que no corriera el riesgo de verlo, porque era lo mejor ¿No?.
Despertó a su hijo en medio de cosquillas.
-Omma, no, no ataque de cosquillas no, Omma.- su hijo, trataba de huir del repentino ataque.
Se alistaron el rubio para su trabajo y vistió a Yoogeun para el colegio. Era su primer año de preescolar, le iba muy bien Yoogeun era en verdad muy inteligente.
Nuestras en una amplia cama un fuerte y fibroso cuerpo descansaba o al menos trataba, lo de ayer con el rubio lo descoloco, era cierto que ya tenía a alguien, no mentira. Conocía a su rubio, trataba de evitarlo. Pero se avía propuesto, que el rubio se enamorara de él, podrían lograrlo era un Choi, y estaba seguro que Kibum lo amaba tanto como él.
Se paró, se pondría algo casual nada llamativo, pero recordó que al rubio le excitaba cuando traía trajes y más si era negro. Sonrió ante sus pensamientos juveniles, pero no le importo haría lo que fuera para que el rubio, su hermoso rubio la aceptara de nuevo.
Dentro de la oficina el rubio esperaba a su cruel destino, y valla que era cruel cuando el moreno entro con su perfecto traje negro, los dos primeros botones sueltos, dejando a su traicionera imaginación recordar los fuertes abdominales, los fuerte músculos de la espalda que se contraían cuando lo cargaba para empotrarlo en la pared. El aroma varonil cuando paso alado de su escritorio.
-deberías ser más educado y contestar.
-oh lo lamento, no te he oído, Buenos Días.- al moreno se le escapo una sonrisa, ya que en primera siquiera había hablado pero volver a ver el sonrojo del rubio, era exquisito.
-Kibum… no pregunte eso, dije que si los documentos ya están en mi oficina.- y hay estaba ese hermoso color carmín de sus mejillas, al tope.
-si claro ya están dentro.- al moreno se le hiso suficiente y entro después de contestar su buenos días.
El rubio se lamentaba, golpeando su frente en el escritorio, pero ver a Minho más fuerte, varonil, los esponjosos labios. Mierda, sentía la tensión sexual de años sin tener relaciones. Tanto que le quemaban las manos por tocar al moreno.
No lo llamo hasta pasado el mediodía lo cual agradeció, tal vez el moreno le creyó y no seguiría molestándolo.
Cuando entro el moreno estaba junto al enorme ventanal.
-Tiene hermosa vista no crees.-Dijo volteándose para mirar a key
-Sí, pero para que me hablabas.
-Tienes prisa
-Para serte sinceros si, ahora si no quieres nada me retiro.
-Espera, te recuerdo que mentir jamás se te dio.
-De que hablas Minho.
-No tienes a nadie.- se acercó y de nuevo el estúpido Kibum que no es capaz de mover sus piernas apareció.-apuesto que ni siquiera te has acostado con nadie.
-Como lo sabes.
-Por qué se tus pezones justo en este momento están duros, pidiendo mis labios, porque no te has entregado a nadie más ¿Cierto Kibum?.
-Eres un bastardo.
-No sabes cómo me prende que me insultes.
El rubio se dio la vuelta para marcharse pero Minho lo jalo, alzándolo cubriendo su boca bruscamente contra los labios acorazados.
Fue voraz. Lleno de un hambre y de una lujuria que encendió una llama que solo el moreno podía apagar.
Kibum le pasó los brazos por el cuello, enterró los dedos en su espesa cabellera, y lo atrajo hacia él. Enredando sus largas piernas en la fuerte cadera, sintiendo la erección que su moreno ya tenía debajo de los pantalones
Un gemido gutural y furioso salió de la garganta de Minho calentando más al rubio. Deslizó la lengua por sus labios antes de retirarse. Y tirar del pelo con fuerza, para mordisquear y succionar el fuerte cuello, hundió los dientes en él casi con maldad.
La morena mano de Minho se enredó en sus rubios cabellos y le echó la cabeza hacia atrás.
Besando sin frenesí el cuello delicado, dejándole una marca que él sabía que todo el mundo vería más tarde, algo que no le importaba en lo absoluto.
Kibum bajo las manos para desabrochar el cinturón y poder aflojar la camisa y sacarla, tenía que tocarlo, tenía que sentir la ardiente piel de Minho, los músculos de la espalda contrallándose. Gimió al sentir los esponjosos labios sobre su cuello, pero él seguía tirando la camisa, sin piedad la jalo, tirando los botones. Se apartó del hambriento Minho que devoraba su cuello y dirigio sus labios al torso y devoro los planos pezones, aquello excito de sobre manera al moreno, este en reacción comenzó a mover sus caderas, simulando embestidas, en ese momento key no pudo contener las ansias de tener de nuevo ese enorme pene que se restregaba sin descaro.
-Maldita sea.-gruñó y gimió cuando Key se movió más abajo, soltando el agarre de sus piernas. Ambos sabían lo que pretendía Kibum y al moreno le encantó la idea. El rubio Deslizo las manos por todo su abdomen, terminando de quitar el cinturón, forcejeando con la cremallera de los pantalones
- Tómame. Mi gatito. Te follare esa pequeña boquita, hasta que me supliques que me corra y tomaras todo mi semen.
Cerró los puños sobre los cabellos de Kibum, guiándolo. Las rodillas del rubio quedaron dobladas y se liberó la gruesa y palpitante erección del bóxer, key se relamió los labios.
Levantó la mirada hacia Minho. Y el moreno recordaría toda la vida la mirada hambrienta, lujurioso y al mismo tiempo tierna de Kibum, se obligaría a plasmarla como una fotografía a su memoria.
Kibum intentó rodear el pene con la mano, pero su grosor se lo impidió. Y comenzó a moverla de arriba abajo, pasando el pulgar por el glande, alzo la mirada para deleitarse con la cara excitada de Minho y los ojos llenos de deseo.
-entonces hazlo.- le dijo key.
Las palabras le llegaron de golpe creyó por un momento que se correría ante la descarada imagen y lo antes dicho. No lo pensó más.
Tomo su pene con una mano y con la otra tomo los rubios cabellos, pasando el suave glande por los labios acorazados, observo como Kibum abría su boquita y hundió de golpe su erección, mirando fascinado como su pene era tragado casi por completo.
Kibum se dejó llevar por la lujuria que poseía a cada célula de su cuerpo.
¡Dios!... Su sabor masculino. Le lamió el glande, disfrutando de la suavidad de este, lo lamio disfrutando su dureza.
Necesitaba saborearlo, degustarlo, tener su semen en la boca corriendo por su garganta.
Lo rozó con la lengua bajo el glande, hasta llegar a los testículos, los que trato de meter a su boca. Minho se tensó, arqueó las caderas y enterró más profundamente su dura erección en su boca.
-Tómalo todo, Kibum.-los gemidos del moreno eran cada vez más graves, más largos, más excitantes.-. Tómame.
Key obedeció, relajo la garganta para que el enorme pene de Minho entrara por completo. Minho tomo de los cabellos con fuerza y le hizo mover la cabeza para follarle la boca y llenarlo con la dureza y calidez de su erección.
Kibum necesitaba saborearlo ya, llenarse de él, de su hombre
-Me correré, Bummie. -Se movía entre los labios acorazados con rapidez y profundidad, casi haciéndole daño, desgarrándole la garganta. Y a key le encantó, le fascinó, y lo calentaba más.
Lo succionó con más fuerza.
-Aaaah, si, así pequeño.-gruñó él moreno.
El primer chorro estalló dentro de la boca pequeña ahogándolo, provocándole mas placer a Minho soltando el segundo, sin importar la enorme cantidad de la esencia, se lo trago.
-Mierda Kibum te ves tan jodidamente sexy, con mi semen escurriéndote —gimió él.
Kibum Sentía el chorro caliente llenándolo, lo saboreaba, lo recordaba el sabor del que siempre seria su hombre.
De pronto se quedó paralizado recordó como hace cuatro años fue igual un día se sentía completo, querido, amado. Y al siguiente todo se derrumbó, le destrozaron el corazón, no creía poder aguantar algo así de nuevo, se aterro del nuevo daño que podría causarle Minho, se paró y miro al hombre que amaba. No, no soportaría el que se alejara de el de nuevo.
-no puedo.- Fue lo último que dijo antes de salir corriendo.
-Mierda Kibum.-