Después de recibir el dibujo de Eunhyuk, salí de la clase aún un poco sorprendido por lo que acababa de pasar.
En la siguiente hora no tocaba nada, ya que era el patio, que lo utilizábamos para almorzar. Me dirigí hacia las mesas del comedor, donde estaban algunos de mis amigos, como Kyuhyun, Sungmin, Taemin y Henry.
Me desplomé en la silla al lado de Taemin y Kyuhyun. Dejé mi cartera arriba de la mesa, de lo que no me había fijado era que de uno de los bolsillos se cayó el dibujo que me había dado Eunhyuk, estaba doblado. Algo que despertó la curiosidad de Taemin.
Agarró el papel y lo abrió antes de que pudiera impedirlo.
-¿Qué es esto?- dijo muy sorprendido.- No sabía que dibujaras tan bien.
-No lo he hecho yo.- Ya está, he abierto la boca, y he cavado mi propia tumba.
-¿Te lo han regalado?- Eso hizo que toda la mesa se voltease a ver qué estaba pasando.
-Si.- dije sacándole el dibujo de las manos.- Y eso es lo único que vas a saber.
Volví a poner el dibujo en la mochila. En ese momento sentí unos manos taparme los ojos.
-¿Quién soy?
-Si hablas puedo reconocer tu voz.-dije riendo.
Era mi mejor amiga Lee Soo Mi. Era una chica realmente bonita tenía el pelo negro azabache y la piel banca como porcelana con sus enormes ojos también negros como el carbón.
-¡Feliz cumpleaños!-dije girándome y abrazándola.
-¡Gracias! Creo hoy me lo han dicho unas 30 veces.
-Es el precio de la popularidad.
-Yo no lo pedí. Además más de la mitad me lo dice solo porque quieren venir a mi fiesta.
Soo Mi tenía una familia muy adinerada, y su casa era como una mansión, así que las fiestas que daba eran de las mejores. La razón por la que estaba en ese instituto era porque no soportaba como se comportaba la gente con dinero. Y no le gustaba gastar el dinero de sus padres, todas las fiestas que daba las hacía con el dinero de su trabajo.
-¿Entonces a quien invitarás?
-A mis amigos, claro. Primero todos los de esta mesa están más que invitados.
Todos le sonrieron, la mesa era de esas enormes en las que cabían por lo menos 15 personas, todas las mesas del comedor eran así, ya que éramos muchos alumnos. En esa estaban todos nuestros amigos, apretujados en la mesa de siempre. Si, teníamos un grupo de amigos bastante grande.
-Y mi segundo punto es invitar a ese alumno nuevo.- dijo señalando a Eunhyuk que acababa de entrar al comedor.
-¿Vas a ir a pedírselo así nomás? – preguntó Sungmin.
-¿Por qué no?
-Pero si no lo conoces.
-Pues si no voy a pedírselo, créeme que seguiré sin conocerlo.
Soo Mi se acercó a él con su paso de felina. Él ya tenía la bandeja de comida en sus manos, y creo que todo el instituto estaba expectante de donde se iba a sentar. Cuando Soo Mi se acercó, todo el mundo se mostró todavía más interesado. La cafetería entera estaba en silencio. Así que no me fue muy difícil escuchar la conversación.
-¡Hola! Eres Eunhyuk ¿verdad?
-Sí.-dijo algo cortante.
-Yo soy Lee Soo Mi. Encantada.
-Igualmente.
-Bueno, pues hoy es mi cumpleaños y este sábado doy una fiesta en mi casa. Sería genial que vinieses, así haces nuevos amigos.
-Ah, pues felicidades y si, intentaré pasarme.
-Guay.-dijo Soo Mi con su eterna sonrisa. - ¿Tienes donde sentarte?
-En realidad no.
-Siéntate con nosotros.
-¿Nosotros?
-Si esa mesa que está abarrotada de personas, esos somos “nosotros”.- respondió señalando nuestra mesa. Eunhyuk clavó su mirada en mí y casi siento como se me para el corazón.
-En ese caso sí.- dijo Eunhyuk sin apartar la mirada de mí.
Soo Mi y Eunhyuk se acercaron juntos a la mesa. Ella se sentó al lado de Taemin dejando a Eunhyuk al lado mío haciendo que todos los de la mesa se tuviesen que mover dos sitios al lado.
-Supongo que ya todos sabéis su nombre.- Dijo Soo Mi refiriéndose a Eunhyuk.- Lo que si va a ser difícil es presentarlos a todos. Vale lo voy a decir rápido.- siguió, esta vez mirando a Eunhyuk. Cogió aire y los dijo todos de corrida señalando a cada uno.-Taemin, Henry, Kyuhyun, Sungmin, Sunny, Taeyeon, Jonghyun, Sulli, Heechul, Shindong, Yesung, Yoona, Onew, Kai, Luhan, y por ultimo Donghae.
-Espero recordarlos todos.- dijo con una sonrisa de encías. Ahora que lo pienso fue la primera vez que lo vi sonreír de verdad, me encanta su sonrisa.
Soo Mi se puso a hablar con todos sobre la fiesta.
-Vais a venir todos ¿verdad?
-Sí, vendremos.- dije calmándola.
-Y si no venimos, tendrás a todo el instituto en la puerta.-la asustó un poco Taemin.
-Es verdad, vendrán aunque no les invites.-le siguió Heechul.
-No me digáis eso, que la cancelo.- Bromeó Soo Mi con una sonrisa.
Después de estar un buen rato hablando, termino de comer y me levanto. Me acerco a Soo Mi y le susurro:
-Estaré en el sótano de arte. Diles que me he ido a clase antes.
-Bien.-me contestó en un susurro.
Me dirigí a la puerta del comedor y luego crucé todo el patio, me metí dentro del edificio y empecé a bajar escaleras. Llegué al sótano, que antiguamente era la clase de arte.
Encendí mi móvil, puse una canción, y cuando empezó la canción me puse a bailar. Me encanta bailar, es uno de mis hobbies favoritos, igual que cantar o jugar a futbol. Pero en realidad era un poco vergonzoso respecto a eso. Muy poca gente me había visto bailar, una de las pocas era Soo Mi.
Cuando bailaba en verdad me sentía bien, sobre todo si estaba solo. Iba mucho a esa sala, nunca había nadie, y muy apartada de los oídos de cualquier curioso.
Cuando terminó la canción me senté en el suelo y cierré los ojos para recuperar un poco la respiración. Cuando de pronto escucho como alguien aplaude. Abro los ojos de golpe y me levanto de un salto. Era él. Eunhyuk.
¿Se puede saber qué hacía ahí?
Dejó de aplaudir.
-Eres realmente bueno.-dijo acercándose a mí.- Pero cuando hagas ese ultimo paso mueve los brazos hacía fuera quedará mejor. – Mientras decía eso se puso detrás de mí y me cogió de los brazos moviéndolos como él había dicho. Se me puso la piel de gallina. Se quedó un segundo así. Creo que estaba disfrutando de mi tacto. Pero ni lo noté porque yo también estaba disfrutando del suyo. En un descuido mío al poner la cabeza a un lado y poner mi cuello en una bandeja de plata él lo besó. Después de eso se alejó un poco acariciando mis brazos mientras lo hacía. Me quedé un rato ahí parado, sintiendo el fantasma de sus labios en mi cuello. Para cuando me giré.
Él ya no estaba.